Día 1 en Málaga: de paseo por algunas playas y parques

Kara Ema:

Ya estoy en Málaga, mi segundo destino andaluz. Es una ciudad encantadora: rodeada por montañas, atravesada por dos ríos, confinada por el litoral mediterráneo, y con un clima tropical y de temperaturas suaves durante todo el año. Según Wikipedia, es una de las ciudades más antiguas de Europa, al haber sido fundada por los fenicios en el siglo VIII a. e. c. Además, fue la primera ciudad industrial de España, y actualmente conforma la quinta área metropolitana del país.

Me complace anunciarte que me voy a estar quedando en esta maravillosa ciudad por dos semanas, lo cual significa que voy a tener tiempo más que de sobra para conocerla bien relajadamente. Es por eso que hoy, mi primer día, decidí tomármelo con calma y ni siquiera echar un vistazo a mi itinerario, sino salir e ir adonde al viento se le diera por llevarme. Lo único que tenía claro era que querría ir a la playa y quedarme ahí descansando plácidamente, tomando sol y leyendo durante al menos un par de horas.

Como siempre cuando llego a un nuevo destino, una de las primeras cosas que hago es ir al supermercado a reabastecerme de provisiones alimentarias. Así que esta mañana estuve dando vueltas por el barrio en búsqueda de un supermercado abierto, dado que aparentemente la mayoría de ellos cierra los domingos.

Estas cosas me pueden. Lástima que no exista uno sabor a dulce de leche—ese sí que sería la gloria.

El primer lugar con el que me topé fue el Parque de Huelin. En él había un faro (sí, un faro; no, yo tampoco sé qué hace un faro en el medio de un parque), algunas esculturas, un lago, diversos juegos infantiles, pistas para jugar al fútbol o al baloncesto, un gimnasio al aire libre, y varios jardines.

Parque de Huelin

Del parque me fui a la Playa de Huelin, que quedaba al lado. Ahí me quedé un buen rato —desde las 13:30 hasta las 16:00, más o menos— descansando frente al mar y leyendo un libro que me había obsequiado Camille, titulado Prendre son élan. Se trata de una colección de cuentos cortos escritos por jóvenes de entre 11 y 18 años, quienes participaron de un concurso literario en el cual tenían que continuar una historia a partir de uno de dos íncipits a elección. Los mejores cuentos fueron seleccionados y agrupados en esta obra.

El cuento que ganó el primer premio se llama «À la folie», escrito por Coline Journet, alumna de segundo año (~15 años) del colegio Sainte-Marie de Martinica. Trata sobre un hombre en estado clínico de depresión y con estrés postraumático producido por la muerte de su esposa. Lo único que le queda en la vida es su hija, de quien depende fuertemente en las tareas cotidianas de su vida diaria. La muchacha no sale casi nunca dado que siente que el padre la necesita y no quiere que ella salga; hasta que un día, cansada de no tener vida social, le pide al padre de ir a ver un concierto de rock con sus amigos. El padre la deja y se queda dormido en el sofá esperándola a que regrese. A la mañana siguiente la chica aún no había vuelto. El padre enciende la televisión y ve en las noticias que algo terrible había pasado la noche anterior: habían asesinado a decenas de personas en el teatro Bataclan, entra las cuales estaba —presumiblemente, ya que el texto no lo aclara explícitamente— la hija del monsieur. Obviamente está basado en el atentado terrorista que ocurrió en el Bataclan en 2015:

El 13 de noviembre del 2015, mientras unas 1500 personas presenciaban un concierto del grupo estadounidense Eagles of Death Metal, cuatro radicales islámicos entraron con armas automáticas kalashnikov y explosivos adosados al cuerpo, disparando de forma indiscriminada contra el público. El atentado formaba parte de una serie de ataques que se produjeron esa misma noche en distintos puntos de la capital francesa, reivindicados por la banda terrorista islámica ISIS. Aunque la mayoría de la gente pudo escapar, los asaltantes capturaron al menos 100 rehenes y fue necesaria la intervención de la tropa de élite de la policía para rescatarlos. Tres terroristas se suicidaron con los explosivos antes de que entrasen y el cuarto fue abatido. Se confirmaron 130 muertos en la cadena de atentados, de los cuales 90 fallecieron en la sala Bataclan.

Wikipedia

Pero bueno, creo que me he desvirtuado un poco del tema principal de esta carta que era mi primera jornada en Málaga. Estábamos en las playas malagueñas. A propósito de ello, una cosa interesante y particular de estas playas que no había visto nunca en ninguna otra, es que son un cuatro-por-uno: playa, parque, espacio recreativo para niños y espacio de restauración, todo en un mismo sitio. Creo que con una foto comprenderás mejor a lo que me refiero:

Parte parque (césped), parte playa (arena) y parte espacio recreativo (juegos). La cuarta parte (restaurante) no se ve en esta foto, pero vendrían a ser los llamados «chiringuitos» que te encuentras cada cierta cantidad de metros al pie de la playa.
Hoy me caminé toda la zona costera que va desde donde hice esta foto (Playa de Huelin) hasta la torre esa que se ve en el fondo (Chimenea de los Guindos), en la Playa de la Misericordia.
Leyendo «Prendre son élan» en Playa de Huelin

A eso de las 16:00 levanté campamento y me fui a caminar un poco por la orilla, hasta la siguiente playa: Playa de la Misericordia. Cerca de esta playa también había un gran parque —Parque del Oeste—, así que me dije de pasar a visitarlo. Camino del parque me topé con un 100 Montaditos (están por todas partes en España; hay casi tantos como McDonald’s) y como era domingo (los domingos hacen también la promoción de todo el menú por 1 €), pasé a pedirme una tabla de cinco montaditos a modo de tentempié. Estaban todos tan buenos que la próxima vez que vaya creo que ya ni me voy a molestar en elegirlos, sino que le pediré a Siri que me diga cinco números aleatorios del 1 al 100, y esos serán los montaditos que me pida.

Otra más de esas isletas de césped que se hallaban por todos lados en la playa, junto con los juegos de niños al lado (había hasta una tirolina).
Chimenea de los Guindos

El Parque del Oeste es un parque increíble, lleno de toda clase de fauna y flora. Hay animales de todo tipo, tanto de carne y hueso como de piedra, ya que había también numerosas esculturas de animales esparcidas por todo el parque. Mientras paseaba por ahí sentía que estaba más en un zoológico que en un parque público, por la cantidad de animales que iba encontrando. Había patos, cisnes blancos, cisnes negros, tortugas, peces, ualabíes, emúes, cotorras, periquitos, entre otros.

Cisnes blancos
Cisnes negros
Le tomé una foto a este cartel solo para mostrarte algo interesante que he descubierto. En Andalucía parece que usan «ustedes» en vez de «vosotros» para referirse a la segunda persona del plural, y los verbos que siguen a este pronombre los conjugan en tercera persona del plural («respeten» en vez de «respetad»). Como en Argentina y el resto de Hispanoamérica, básicamente.
Escultura de sirena
Escultura de lobo
Escultura de llama
Escultura de unicornio
Tortuga
Ualabí
Emúes
Cotorras y periquitos
Escultura de vaca (¿o toro?)
Escultura de minotauro
De esta no estoy seguro. Parece ser una especie de criatura mitológica mitad pingüino mitad humano.
Parte de la razón por la cual las cosas funcionan aquí: las multas. 500 € por no recoger las heces de tu perro.

A las 17:30 me fui del parque y me volví al hotel por el mismo sitio por donde había llegado: por la playa.

Playa al atardecer con el cinturón de Venus visible sobre el horizonte
Alpenglow sobre la sierra
Una simpática vía de ferrocarril presumiblemente en desuso

Ame,
Kato