Día 11 en Málaga: excursión al Caminito del Rey

Kara Ema:

Hoy me fui de excursión al Caminito del Rey.

El Caminito del Rey es un paso construido en las paredes del desfiladero de los Gaitanes, entre los términos municipales de Ardales, Álora y Antequera, en la provincia de Málaga, comunidad autónoma de Andalucía, España. Se trata de una pasarela peatonal de más de tres kilómetros (además de 4,8 kilómetros de accesos), adosada a la roca en el interior de un cañón, con tramos de una anchura de apenas un metro, colgando hasta 105 metros de altura sobre el río, en unas paredes que llegan a ser verticales.

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A las 9:30 partía un autobús desde la estación ferroviaria de Málaga, el cual nos dejaría en el desfiladero tras un trayecto de alrededor de una hora.

Durante este trayecto conocí a una chica súper simpática—una neozelandesa llamada Kaylee. Tuvimos una charla muy amena que hizo que el viaje pasara súper rápido. Y a la vuelta también nos volvimos a sentar juntos y seguimos platicando hasta llegar a la estación, donde nos despedimos y cada uno partió a su respectivo hotel.

Cuando nos bajamos del bus al llegar al lugar, tanto Kaylee como yo nos dimos cuenta de que habíamos cometido el mismo error: ambos habíamos completamente subestimado el viento y las nubes que habría, y el frío que haría. Es que ambos habíamos ido en pantalones cortos —creo que éramos los únicos en shorts de los cincuenta que éramos en el grupo— y en general con poco abrigo (en nuestra defensa, la app de tiempo decía que iba a estar soleado como lo ha venido estando casi todos los días, y con 16º C, no 12 ºC como terminó haciendo). Lo gracioso es que cuando fui a la Cueva de Nerja me pasó exactamente al revés: pensé que iba a hacer frío (¿acaso en las cuevas no hace frío normalmente?) y fui con bastante abrigo que al final no terminé usando, porque por alguna razón resultó que hacía calor. Pero hoy no me quedó otra que aguantarme las ráfagas gélidas.

La caminata por el Caminito la hice con un guía argentino llamado Marcelo, quien a medida que íbamos avanzando nos iba contando un montón de cosas re interesantes sobre la historia de este sendero, las cosas que pasaron ahí, la gente que vivió (y murió) ahí, el por qué del nombre que lleva, la fauna y flora que predomina, entre varios otros temas. Yo por supuesto, como siempre, he ido tomando notas de lo más interesante para luego poder averiguar más información y retransmitírtelo a ti.

Por ejemplo, una de las cosas que nos dijo es que durante el día los animales dominantes en el desfiladero son las cabras y los buitres, mientras que durante la noche salen los murciélagos y los jabalíes.

Luego nos habló sobre Rafael Benjumea, un ingeniero civil, quien a principios del siglo XX mandó a construir un canal de agua y una central hidroeléctrica entre el cañón para aprovechar el desnivel que tenía. Estas obras llevaron aparejadas el levantamiento de un camino de mantenimiento para el canal, conocido en aquel entonces como «Los Balconcillos». El mismo fue inaugurado por el rey Alfonso XIII el 21 de mayo de 1921, de ahí que ahora se lo conozca como el «Caminito del Rey».

Para no abrumarte con tanto texto voy a pasar un poco a las fotos, y entre ellas te seguiré contando un poco más sobre las historias que nos fue revelando Marcelo.

El guía Marcelo enseñándonos unas placas y explicándonos la historia detrás de ellas.

La primera placa que se ve ahí explica que el Caminito fue un proyecto del Ingeniero Benjumea. La segunda no se lee bien en la foto, pero dice que este sendero fue reabierto en 2015, tras haber sido rehabilitado para que fuera seguro de transitar, dado que anteriormente había sido cerrado al público tras un accidente fatal. Tenía la reputación de ser el sendero de montaña más peligroso del mundo.

Vista al desfiladero desde el camino
Una «escalera de chocolate», llamada así por la forma de sus escalones que hace que se asemeje a una tableta de chocolate.
En esta foto pueden verse las pasarelas antiguas por debajo de las nuevas. Las antiguas eran vertiginosas y peligrosas dado que eran mucho más angostas y no contaban con barandilla.
El «Puente del Rey», llamado así porque es por donde pasó el rey para irse luego de haber inaugurado el camino. Actualmente no está permitido el paso por este puente.

En esa casa nos contó el guía que solía vivir un matrimonio con sus once hijos, los cuales tenían que atravesar el desfiladero todos los días para ir a la escuela que quedaba en el pueblo más cercano.

«La Garganta», una de las partes más imponentes del cañón, y la única en la que está permitido escalar.
Otra foto en la que se aprecian bien las dos pasarelas: la original y la nueva tras la rehabilitación.
Fósil de amonite en una pared del Caminito.

Los ammonoideos (Ammonoidea), o más conocidos como amonites, son una subclase de moluscos cefalópodos extintos que existieron en los mares desde el Devónico Medio (hace unos 400 millones de años) hasta finales del Cretácico (hace 66 millones de años).Gracias a su rápida evolución y distribución mundial son excelentes fósiles guía para la datación de rocas y han posibilitado la elaboración de sucesiones de biozonas de gran precisión bioestratigráfica.

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Estratos verticales de calizas jurásicas. Cosas de geólogos, no lo entenderías (yo tampoco).
Lo que se puede ver al mirar hacia abajo en el Caminito.
Una cruz y un cable conectado al vacío, con una historia terrible detrás.

Última historia que tengo para contarte hoy sobre este lugar, desgraciadamente trágica: el 11 de agosto de 2000 tres jóvenes de entre 20 y 25 años decidieron colgarse de ese cable que ves en la última foto, con la idea de tirarse los tres a la vez de él, cual si fuese una tirolina, para ser trasladados al otro lado del cañón. Mas al otro lado jamás llegaron.

Ese cable había sido colocado allí hacía unos sesenta años atrás, en aquel entonces utilizado por los trabajadores de la central hidroeléctrica para transportar materiales. No estaba pensado para el transporte humano y muchísimo menos para llevar tres personas a la vez. El excesivo peso provocó que cediera uno de los anclajes del cable, lanzando a los tres muchachos al vacío desde una altura de 120 metros, ocasionando su instantánea muerte. Todo esto fue presenciado por un cuarto colega, que no se sumó a la tirolina por padecer vértigo, y que fue quien alertó a la Guarda Civil sobre el accidente.

La última parte del Caminito: el puente colgante.
Vista desde el puente.
Vías del tren y, justo por encima de ellas, el tramo final del Caminito.
Escuela a la que iban los niños, ubicada en El Chorro, una aldea junto al Desfiladero.

A las 15:30 estaba de vuelta en el hotel, tras dos horas en total de bus (y charlas con Kaylee), y tres horas de caminata, durante las cuales recorrí unos diez kilómetros en un paraje natural maravilloso.

Ame,
Kato