Domingo recorriendo Harajuku

Kara Ema:

Nuevo día, nuevo barrio de Tokio por descubrir: Harajuku.

[Harajuku] es conocido por ser uno de los lugares de compras más populares de la ciudad, a la vez que sirve como punto de encuentro para los jóvenes, quienes cada domingo se reúnen y exhiben estilos de moda únicos y de vanguardia. También es posible apreciar mercadillos, así como también grupos musicales y solistas en vivo.

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Como de costumbre, la primera foto que saco es a la estación de tren, ya que es ahí donde empiezan siempre mis aventuras por los distintos distritos tokiotas.

Estación de Harajuku

La primera tienda a la que entré se llamaba Laforet y tenía siete pisos. Como te habrás dado cuenta, las tiendas de múltiples pisos son ubicuas en los principales distritos comerciales de Tokio. Dado que ya era mediodía y en el segundo piso había un pequeño patio de comidas, decidí parar para almorzar allí. Me pedí un burrito de pollo teriyaki en una tienda de comida mexicana. Estaba bastante bien.

Luego de comer seguí subiendo por las escaleras, de a un piso por vez para ver todo lo que había en este centro comercial. La mayoría de las tiendas que había eran de ropa, en general de estilos de subculturas particulares como el Gothic Lolita. También había una tienda de merchandising del animé Love Live, y en el último piso había un pequeño «museo»—se hacía llamar Laforet Museum pero era una sola sala con un puñado de exposiciones temporales.

El último piso no estaba tan concurrido como los otros, así que aproveché para tomar fotos de los aseos públicos para poder mostrarte algunas particularidades de los baños en Japón.

Cosas a notar en esta foto: la extrema pulcritud y elegancia (parece más un baño de un hotel cinco estrellas que uno de un centro comercial), el hecho de que no hay nada para secarse las manos, y el estante detrás y arriba de los mingitorios para poder apoyar las cosas que lleves encima. Estas tres características son típicas de todos los aseos públicos en Japón (o al menos en Tokio).
Cosas a notar en esta foto: el estante para apoyar cosas sobre los rollos de papel, la botonera para controlar el inodoro avanzado con un montón de funcionalidades, entre ellas la posibilidad de emitir sonidos artificiales para ocultar tus propios ruidos naturales (notar el parlante detrás del inodoro), una función de bidé tanto para la parte delantera como la trasera, y dos botones para tirar la cadena, uno con más fuerza y flujo de agua que el otro.

Después me fui a un edificio que estaba justo enfrente, también de varios pisos y comercios, llamado Tokyu Plaza.

Tokyu Plaza, con su singular diseño arquitectural.
La entrada al Tokyu Plaza, con espejos apuntando en distintas direcciones, provocando un interesante efecto.
Un «pop-up shop» (tienda pop-up) en uno de los pisos de Tokyu Plaza, vendiendo artículos kawaii.

Las tiendas pop-up o tiendas fugaces, también conocidas como pop-up retail, temporary store, comercialización flash o tiendas superefímeras, son la expresión de una tendencia del sector minorista hacia la apertura de espacios de ventas de corta duración.

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En el sexto piso había una azotea ajardinada súper simpática donde podías ir a relajarte y a tomar algo del Starbucks que estaba también en este piso.

Omohara Forest, azotea del Tokyu Plaza.
La calle vista desde la azotea del Tokyu Plaza

A media cuadra de aquí había un Kiddy Land, una juguetería de cinco pisos. Mi siguiente visita fue ahí. Este es el mapa de pisos con todas las distintas marcas y propiedades intelectuales que había:

BF: Snoopy. 1F: varios personajes populares. 2F: Disney, Doraemon, Star Wars, Marvel, Minions. 3F: Kirby, Pokémon, Mario. 4F: Rilakkuma, Hello Kitty.
Sección de Disney
Sección de Hello Kitty

Aquí fue donde me compré un pequeño peluche con un personaje kawaii para colgarlo de mi mochila y que me acompañara a todos los lugares donde fuera. Ya lo había hecho en Europa con el zorro de Le Petit Prince que me compré en París y que me acompañó en mis viajes por Italia, España e Inglaterra. Justo antes de irme de Argentina le obsequié este zorro a una pequeña amiga, así que andaba necesitando un nuevo compañero tierno y esponjoso con quien compartir mis aventuras.

El peluche portátil que me compré, del personaje Cinnamon.

Cinnamoroll (シナモロール) es una serie de personajes creada por Sanrio en 2001, con diseños de personajes de Miyuki Okumura. El personaje principal, Cinnamon, es un cachorro blanco con mejillas regordetas y orejas largas, ojos azules, mejillas rosadas y una cola regordeta y rizada que se asemeja a un rollo de canela. Ha protagonizado su propia serie de manga, una película de anime y varios cortos de animación.

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El perrito Cinnamon —a diferencia de la otra creación de Sanrio, la gatita Hello Kitty— no es muy conocido internacionalmente, pero en Japón es mega popular. Hoy mi sensei me lo vio colgando de mi mochila y me dijo que era kawaii. (●^o^●)

De ahí me fui a Takeshita-dōri, una calle repleta de tiendas y súper híper mega ultra concurrida.

La calle Takeshita (竹下通り) es una calle peatonal llena de tiendas de moda, cafés y restaurantes en Harajuku, Tokio. Las tiendas en la calle Takeshita incluyen grandes cadenas como The Body Shop, McDonald’s y 7-Eleven, pero la mayoría son pequeñas tiendas independientes que abarcan una gran variedad de estilos de moda.

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Takeshita-dōri repleta de gente un domingo por la tarde

En esta calle paré en Marion Crêpes para comprarme un crêpe de caramelo y crema.

Marion Crêpes
El crêpe que me pedí

Otra vez no pude encontrar ningún sitio para sentarme a comer, así que me metí en un callejón por donde no pasaba mucha gente y empecé a degustar mi crêpe parado en un costado, hasta que noté que estaban todos comiendo sus crêpes sentados en el piso sobre el cordón de la acera, así que hice lo mismo que los tokiotas.

De ahí me fui a Daiso, una tienda de casi todo por cien yenes (menos de un dólar). Me compré una botella fría de té con leche y azúcar, a cien yenes.

Uno de los pisos de Daiso

Luego seguí caminando por distintas calles de Harajuku, crucé el puente Jingu y me metí en el bosque, rumbo a mi próxima visita: Meiji Jingū, un santuario sintoísta dedicado a los espíritus deificados del Emperador Meiji y su mujer, la Emperatriz Shōken.

Una calle de Harajuku. Notar las sharrows en el piso, indicando por donde deben circular las bicicletas.
Torii marcando la entrada al santuario Meiji
Minami-jinmon, puerta de acceso al recinto sagrado.
Oratorio del santuario Meiji

Meiji Jingū es el santuario más importante de Tokio, y lo más interesante —al menos para mí— es el hecho de que está ubicado en el centro de un área de 700.000 metros cuadrados de un frondoso y majestuoso bosque.

Uno de los tantos senderos en el bosque que rodeaba al santuario

Al lado de este bosque había un parque también bastante enorme, llamado Parque Yoyogi. Así que tras haber caminado un rato por el bosque me crucé para el parque.

Bicicletas estacionadas en la entrada del parque
Parque Yoyogi (I)
Parque Yoyogi (II)
Parque Yoyogi (III)
En este sendero puede leerse «サイクリングコース歩行禁止» («ciclovía, prohibido caminar»).

Así como lo último que hice en Akihabara el sábado fue visitar un maid café, lo último que hice en Harajuku el domingo fue visitar un neko café (café de gatos) llamado MOCHA.

Un café de gatos (猫カフェ) es un establecimiento público en el que sus clientes pueden jugar con gatos u observarlos. Suele ser un establecimiento en el que se sirve café o infusiones, y algunos disponen de una sección de lectura. Los clientes pagan una entrada que suele ser por períodos de tiempo.

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¿Cuántos gatos llegas a ver? Yo conté nueve.

Había una quincena de nekos aproximadamente, uno más kawaii que el otro. Mientras los observabas o acariciabas, podías tomar una bebida (café, té, etc.) que te servías de una de las máquinas expendedoras que había.

Tomando café rodeado de kawaii nekos

En este café en particular, el precio por la bebida era fijo y te permitía volver a servirte las veces que quisieras. Lo que sí, te cobraban ¥250 (dos dólares) por cada diez minutos de permanencia, lo cual me pareció un poco caro. Sobre todo porque lo único que podías hacer con los gatos era acariciarlos—no te dejaban ni perseguirlos, ni agarrarlos, ni abrazarlos, ni alimentarlos.

(⊙_⊙)
(ⓛ ω ⓛ)
Este gato era lo más con las caras que hacía y las posiciones en que se ponía.
(^◕ᴥ◕^)

Le pregunté a una de las encargadas cómo se llamaba y me mostró esto:

Nombre: Hotaru-kun. Raza: Scottish Fold. Fecha de nacimiento: 15/02/2018. Luego dice: «¡A cargo de la sucursal de Harajuku! (?) Duerme con destreza en una valla que es más delgada que él zzz […].»

Así concluye mi domingo y mi primer fin de semana en Tokio. Ahora que al fin visité por primera vez un maid café y un neko café (y Akihabara y Harajuku) ya me puedo morir tranquilo. (≧▽≦)

Ame,
Kato