Excursión a Hiroshima y alrededores – Día 3

Kara Ema:

El domingo me levanté temprano. A las 8:00 me despedí de la señora amable y de su conejo y me fui caminando hasta la estación de Hiroshima. Allí me tomé un tren hasta la estación de Miyajimaguchi.

Cuando me senté en uno de los asientos del tren, noté que había una bolsa que alguien se había dejado olvidada bajo el asiento. Tenía tres cosas de electrónica que parecerían haber sido recién compradas, dado que todavía estaban en sus respectivas cajas: una tableta gráfica Wacom Intuos, unos auriculares circumaurales y un accesorio de soporte para teléfonos.

La tableta gráfica me hace pensar que a lo mejor se trataría de un mangaka (artista de manga). Por supuesto que hice lo correcto y lo revendí todo por Ebay le dejé la bolsa a uno de los empleados de la estación. Sé que cualquier japonés habría hecho lo mismo por mí si hubiese sido yo el que se olvidó algo en un transporte público (¿a quién no le ha pasado alguna vez?).

Cuando llegué a Miyajimaguchi me dirigí al puerto para tomarme un ferry hasta la isla de Miyajima.

Itsukushima (厳島) es una isla ubicada dentro de la Bahía de Hiroshima, mar interior de Seto, en Japón. Es conocida popularmente como Miyajima (宮島). Itsukushima es parte de la ciudad de Hatsukaichi en la prefectura de Hiroshima. La isla fue el asentamiento del pueblo de Miyajima antes de que se uniera a la ciudad de Hatsukaichi en 2005. Declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO, su arquitectura presenta frecuentemente una relación con su entorno paisajista y natural.

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A diferencia del ferry que me había tomado los dos días anteriores, este costaba un orden de magnitud menos, era mucho más pequeño y la duración del viaje también era considerablemente menor (unos diez minutos).

El ferry que me tomé (Miyajima Matsudai Kisen).
Por supuesto que estarían pasando animé en la tele del ferry (si no me equivoco es Pokémon).
La isla de Miyajima vista desde el ferry

A las 9:15 llegué a la isla. Lo primero que hice fue pasearme por la calle comercial Omotesando en busca de algo para comer, dado que aún no había desayunado.

Me compré estos manjū de Momiji, con la forma de una hoja de arce. Uno estaba relleno de crema y el otro de anko (pasta de judías rojas).

Una vez más tuve mala suerte. La atracción más popular de esta isla (y una de las más populares de todo Japón) estaba completamente cubierta por andamios cuando fui, dado que la están remodelando actualmente. Yo ya sabía que este iba a ser el caso, pero decidí ir de todas formas dado que no sabía cuándo iban a terminar las tareas de renovación y en qué momento iba a tener otra oportunidad de pasar por aquí.

La torī del santuario Itsukushima, cubierta por andamios.

Así que es como se debería haber visto esta foto:

Fuente: Wikipedia Commons

El Santuario Itsukushima (厳島神社) es un santuario sintoísta situado en la isla de Itsukushima, cerca de la ciudad de Hatsukaichi, en la prefectura de Hiroshima, en Japón.

El santuario de Itsukushima es una de las atracciones turísticas más populares de Japón. Es más famoso por su espectacular puerta, o torii, en las afueras del santuario, los picos sagrados del Monte Misen, extensos bosques y su vista al mar. El complejo del santuario en sí consta de dos edificios principales: el santuario Honsha y el Sessha Marodo-jinja, así como de otros 17 edificios y estructuras diferentes que ayudan a distinguirlo.

Está construido sobre el agua. Fue inscrito en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en el año 19964​ y está protegido por severas leyes de conservación del patrimonio. El santuario está gestionado por el gobierno japonés.

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Santuario Itsukushima (I). Era marea baja cuando fui.
Santuario Itsukushima (II)

Pasé de largo el santuario Itsukushima y continué mi paseo por la isla.

Parece que no hay nada interesante en esta foto hasta que la ves bien detenidamente y te das cuenta

Había varios ciervos caminando libremente por la isla, aunque no tantos como los que había en Nara.

El evento principal para mí en Miyajima fue lo que hice a continuación. Primero fui a buscar una máquina expendedora y me aprovisioné de tres botellas de agua, las cuales me iban a resultar esenciales muy pronto.

Luego me fui al punto de partida de la ruta de senderismo Daishō-in, que me llevaría hasta la cima del monte Misen.

El monte Misen (弥山) es la montaña más alta de la isla de Itsukushima en Hatsukaichi, prefectura de Hiroshima, Japón. Está justo encima del Santuario Itsukushima que es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde el año 1996. Pertenece al Parque nacional de Setonaikai.

Posee varios edificios y puertas del templo de Daishō-in en la cara norte de la montaña. También posee el Momijidani-Kōen (紅葉谷公園) cerca del Santuario que es un parque donde se pueden observar los ciervos y monos en libertad. También es famoso porque fue visitado por Kūkai en el año 806, el primer año de la era Daidō.

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Punto de partida de la ruta de senderismo Daishō-in

En la entrada a la ruta había un cartel que decía que se tarda aproximadamente una hora y media en llegar a la cima por este camino.

La torī indicando que se estaba ingresando a un lugar sagrado (el monte, aunque también se dice que toda la isla es sagrada, razón por la cual hay una gran torī ubicada en el agua).
Parte del sendero (I)
Parte del sendero (II)
Parte del sendero (III)
Cartel advirtiendo sobre la mamushi, una serpiente venenosa mortal. Decía que llamaras al 119 si te llegaba a morder. Me pregunto cómo vendría el servicio de emergencias a buscarte, dado que no parecía haber mucho lugar para que un helicóptero pudiera aterrizar.

Gloydius blomhoffii, comúnmente conocida como mamushi, […] es una especie de víbora de fosetas venenosa que se encuentra en Japón. Antes se consideraba que tenía 4 subespecies, pero ahora se considera monotípica.

Esta especie, la yamakagashi (Rhabdophis tigrinus) y la habu de Okinawa (Protobothrops flavoviridis) son las serpientes más venenosas de Japón. Las víctimas mordidas suelen necesitar una semana de tratamiento en un hospital. Las mordeduras graves requieren cuidados intensivos, y aproximadamente 10 víctimas mueren anualmente.

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Continuación del sendero (I)
Continuación del sendero (II)
Continuación del sendero (III)
Puerta Niōmon, indicándome que estaba cerca de llegar a la cima.
Cima del monte Misen, a 535 metros de altura sobre el nivel del mar.
Observatorio en la cima del monte Misen
Impresionantes vistas desde la cima del monte (I)
Impresionantes vistas desde la cima del monte (II)
Impresionantes vistas desde la cima del monte (III)
Impresionantes vistas desde la cima del monte (IV)

Si debo ser sincero, la pasé mal durante la subida hasta la cima. Las razones son varias:

  • Había muchos —demasiados— escalones de piedra.
  • Me llevé puestas la mitad de las telarañas que había en el camino (algunas con arañas bastante grandes y aterradoras).
  • Hacía mucho que no hacía senderismo tan duro y largo (desde que estuve en Francia), así que mi cuerpo no estaba preparado.
  • Mis latidos por minuto estuvieron por las nubes durante casi toda la subida.
  • Los carteles de «cuidado con la serpiente venenosa» no ayudaban mucho a alentarme.
  • Durante todo el tiempo que estuve en la montaña, me crucé con exactamente tres personas. No había prácticamente nadie, lo cual me preocupaba un poco.
  • Había amenazantes ráfagas de viento, presagiando una inminente tormenta.
  • Cada tanto me cruzaba con una avispa gigante asiática.

El avispón gigante del norte (Vespa mandarinia), también conocido como avispa gigante asiática o avispón asiático, es una especie de insecto himenóptero de la familia Vespidae. Tiene una longitud de 5 cm y una envergadura alar de 7,5 cm. Es muy corpulento y posee un potente veneno capaz de disolver los tejidos. Es agresivo y, a diferencia de los abejorros, no tolera la cautividad. Además, dispone de unas mandíbulas potentes, armaduras protectoras y uñas tarsales para sujetar a su víctima. Debido a estas características son apodados «avispones asesinos».

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Así y todo pienso que valió la pena. Hacía rato que tenía ganas de volver a tener una buena y exigente experiencia de senderismo como las que tenía en Francia.

A eso de las 12:00 arranqué el camino de bajada. Sabía que había un teleférico, así que me dije a mí mismo de ir a tomármelo para evitar tener que enfrentarme una vez más con las arañas, las avispas y las serpientes asesinas, los escalones a raudales, el sudor, la deshidratación y la fatiga. Pero tenía un mal presentimiento.

Cuando llegué a la estación superior del teleférico entendí por qué había tan poca gente en la montaña. La estación estaba cerrada y había un cartel en la puerta que decía que no habría servicio durante todo el día debido al tifón que se avecinaba.

No me quedó otra alternativa que bajar a pie. Lo bueno es que había varios senderos distintos, así que pude elegir bajar por otro distinto del que había subido para poder conocer otra parte de la montaña. Elegí bajar por el sendero Momijidani, que terminaba en el parque Momijidani.

Puente en el parque Momijidani

La aventura de senderismo que hice la registré utilizando dos aplicaciones distintas en mi móvil y mi reloj. Una de ellas la frené cuando llegué a la cima, mientras que la otra la dejé hasta que volví a la base.

Estadísticas de mi aventura de senderismo. Es gracioso porque viendo el gráfico de mis BPM se puede notar exactamente los momentos en que paré para descansar. [Aplicaciones usadas: Apple Fitness y AllTrails.]

Una cosa que no se llega a ver en esa imagen es la cantidad de kilocalorías que quemé: unas ochocientas solo durante la subida, con lo cual en total habrán sido unas mil quinientas.

Al salir del parque Momijidani volví caminando tranquilo hasta el puerto, pasando por los mismos lugares por donde había pasado antes.

Estanque lleno de peces koi
Este cartel me causó mucha gracia. Indica la dirección hacia el teleférico y luego dice: «10 minutos caminando (¡7 si corres un poco!)».

Cuando llegué de vuelta a la parte donde estaban las tiendas, lo primero que me compré para comer y recuperar energías fue un helado de café. Me fui a sentar en un banco para comerlo tranquilo, pero tan pronto como me senté tenía un ciervo enfrente mío que estaba intentando darle un lengüetazo a mi helado, así que me tuve que parar e ir a sentarme a otro sitio.

Foto medio borrosa y fuera de cuadro dado que la tuve que sacar rápido mientras intentaba proteger mi helado del ciervo (y a mí mismo, dado que el muy pícaro me embestía [suavemente] con su cabeza y sus cuernos).

Luego descubrí otro lugar donde tenían algo parecido a los montaditos españoles: sándwiches con distintas cosas adentro.

Me pedí el primero (Hiroshima Okonomiyaki)

Parece ser que este estilo de sándwich se llama コッペパン (koppepan) en japonés.

El koppepan es un pan con forma de huso y fondo plano, lo suficientemente grande como para sostenerlo con una mano. Es un pan exclusivamente japonés.

Su forma es similar a la del pan francés «coupé(e)» y a la de los bollos para perritos calientes que se encuentran en Estados Unidos y otros países.

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Me dan ganas de probar todas las variedades. Lástima que no sea como la tienda de 100 Montaditos en España que está por todas partes y dos días por semana vende todos sus montaditos a tan solo un euro.

A las 13:20 me tomé el ferry para salir de la isla, y luego me tomé el tren para volver a Hiroshima.

Mi programa para la tarde del domingo consistía en visitar Iwakuni, una ciudad en la prefectura de Yamaguchi, a 40 kilómetros al sudoeste de Hiroshima. Pero como el tiempo estaba destemplado (según mi móvil ya estaba lloviendo en Iwakuni) y había un pronóstico de fuertes tormentas tropicales, decidí que lo más sensato sería dar por concluida la excursión y volverme para casa, antes de que empezaran a cancelar los servicios de trenes y no tuviese forma de volver.

A las 14:30 me tomé un Shinkansen desde la estación de Hiroshima y a las 15:30 ya estaba en la estación de Hakata, de regreso en Fukuoka.


Hoy —lunes 19 de septiembre— es feriado nacional en Japón. Es el Día del Respeto a los Mayores.

El Día del Respeto a los Mayores (敬老の日, Keirō no Hi) es un día festivo en Japón que se celebra anualmente para honrar a los ciudadanos de la tercera edad. Comenzó en 1966 como fiesta nacional y se celebraba cada 15 de septiembre. Desde 2003, el Día del Respeto a los Mayores se celebra el tercer lunes de septiembre debido al Sistema del Lunes Feliz.

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Las calles están desiertas y absolutamente todo está cerrado excepto los konbinis.

Foto tomada hoy a las 10 de la mañana, cuando salí a comprarme algo en el konbini para desayunar.

La razón por la cual está todo cerrado y no hay gente en la calle no es porque sea feriado sino porque estaba pronosticado que hoy sería el día en que el tifón Nanmadol azotaría más fuerte el área de Fukuoka y alrededores. Llovió fuerte durante toda la noche, pero ahora por suerte ya está más apacible.

Ame,
Kato