Kara Ema:
El fin de semana pasado me fui de excursión al este de Tokio junto con Emil, Simon y Noah. Visitamos algunos lugares de las prefecturas de Ibaraki y Fukushima.
Primer día
El viernes fue mi último día en la escuela de japonés a la que estaba yendo en Tokio. Tras despedirme de mis compañeros y mis profesoras, fui a almorzar a Saizeriya con Simon. Luego nos encontramos con Noah y nos dirigimos a la agencia de alquiler de automóviles para coger el coche y emprender la marcha hacia Fukushima. Emil vendría más tarde por su cuenta (en autobús nocturno).
A mitad de camino paramos en un onsen llamado Koriyamayudokoro Manekinoyu, en Kōriyama, Fukushima. Estuvimos ahí unas dos horas. Fue una de mis mejores experiencias en un onsen hasta ahora. Tenían un montón de bañeras diferentes, algunas afuera y otras adentro; algunas frías, tibias y calientes. Tenían también dos saunas, y un par de televisores que estaban pasando animé.
Llegamos al hotel alrededor de la medianoche. Se llamaba Hotel Sankyo Fukushima y quedaba en la ciudad de Fukushima.



Segundo día
El sábado a las 10:00 hicimos el checkout y nos fuimos hacia nuestro primer destino turístico: Yama-dera.
Yama-dera (山寺, lit. «Templo de la montaña»), (山号 宝珠山; Sangō Hōshu-zan) es el nombre popular del templo budista de Risshaku-ji (立石寺) situado al noreste de la ciudad de Yamagata, en la prefectura de Yamagata, Japón. Su imagen principal es una estatua hibutsu de Yakushi Nyōrai. El templo ha sido un lugar de peregrinación durante siglos, y está designado como Lugar de Belleza Escénica y como Sitio Histórico Nacional. Se encuentra dentro de los límites del Cuasi Parque Nacional de Zaō. Los edificios del templo que se aferran a las empinadas, boscosas y rocosas laderas son pintorescos e inusuales.
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Técnicamente Yama-dera está ubicado en la prefectura de Yamagata, así que podría decirse que nuestra excursión también incluyó esta prefectura. La realidad es que Fukushima no tiene muchas cosas interesantes, por eso es que nos fuimos a esta prefectura vecina.






De ahí nos fuimos a ver un lugar donde había muchos kitsune (zorros), que por cierto también quedaba en una prefectura diferente: Miyagi.
La Aldea del Zorro de Miyagi Zaō, también conocida como Kitsune Mura, es una atracción turística y un santuario para zorros en Shiroishi, Miyagi, Japón, donde los visitantes pueden alimentar a los zorros e interactuar con ellos. La exposición principal de la aldea es una zona abierta en la que los zorros deambulan y los visitantes pueden entrar para interactuar con ellos y darles de comer, aunque se desaconseja intentar acariciar o alimentar a los zorros con la mano, ya que pueden morder. Hay más de 100 zorros, entre los que se encuentran los típicos zorros rojos y árticos, zorros con colores de pelaje poco comunes, como los zorros plateados y platinados, e híbridos de zorro rojo y ártico. El pueblo también cuenta con conejos, caballos en miniatura, cabras y cobayas, además de tiendas de regalos y aperitivos. En primavera, se organizan eventos en los que los visitantes pueden abrazar a los cachorros de zorro.
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A las 17:00 fuimos a almorzar a McDonald’s. Luego nos volvimos a la ciudad de Fukushima, al hotel donde nos habíamos quedado dado que Simon y Emil se habían olvidado algunas cosas en la habitación. Mientras ellos recuperaban sus cosas, yo me fui a caminar unos minutos por las calles alrededor del hotel. Allí me encontré con esto:


Mientras estábamos yendo a nuestro segundo hotel, en el camino pasamos de casualidad por una calle donde vimos que estaban haciendo un festival, así que paramos unos minutos para ver de qué se trataba y tomar algunas fotos.



Llegamos al hotel a las 20:00. Se llamaba Tabist Onsen Guest House y quedaba en Bandai-Atami, Kōriyama, Fukushima.




A las 22:00 fuimos hasta el konbini más cercano a buscar algo para cenar. Yo me compré un ramen instantáneo.

Último día
El domingo yo me levanté más temprano que los demás (8:15) para poder ir un rato al onsen de vuelta antes de tener que hacer el checkout a las 9:00.

Nuestro primer destino del día estaba programado ser el lago Akimoto, en Fukushima, pero la carretera que se suponía nos llevaría hasta allí estaba cerrada, así que no pudimos pasar. Cuando pegamos media vuelta, Simon vio que había un lugar que parecía abandonado, y dijo que a lo mejor si entrábamos íbamos a poder ver el lago desde allí, así que se puso a ver si encontraba una entrada. Finalmente la halló en una de las ventanas del costado, que tenía el vidrio roto.

El lugar aparentemente solía ser un restorán de carretera y área de descanso.






Nos fuimos contentos de ahí porque finalmente pudimos ver el lago y sobre todo en mi caso porque pudimos hacer una pequeña experiencia de urbex/haikyo, que hace rato que tenía ganas de hacer (desde esa vez que intentamos ir a una escuela abandonada con Simon y no la encontramos).
A las 11:00 llegamos a nuestro siguiente destino: los lagos de Goshikinuma. No tuvimos suerte con el tiempo dado que estaba bastante nublado y lluvioso, así que cuando bajamos del coche lo primero que hicimos fue pasar por la tienda y comprar unos paraguas. De ahí nos fuimos a hacer la caminata por los lagos.
Goshiki-numa (五色沼), es un conjunto de cinco lagos volcánicos situados al pie del monte Bandai en el centro del distrito lacustre de Bandai-kōgen, Kitashiobara, Fukushima, Japón.
Goshiki-numa se formó cuando el Monte Bandai entró en erupción el 15 de julio de 1888, destruyendo decenas de pueblos y matando a aproximadamente 500 personas, al tiempo que creaba cientos de lagos.
La erupción reorganizó completamente el paisaje, creando la meseta de Bandai-kōgen y embalsando los ríos locales. La erupción impartió depósitos minerales a los Cinco Lagos de Colores dando a cada uno de ellos su propio y delicado color, que va del verde rojizo al azul cobalto. Los colores de cada lago fluctúan misteriosamente a lo largo del año con el clima. Desde la erupción, Goshiki-numa se ha convertido en un popular destino turístico. Un sendero de unos cuatro kilómetros desde el lago Bishamon, el mayor de los cinco, hasta el lago Hibara permite ver los cinco lagos.
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A las 13:00 paramos en un restorán para almorzar unos fideos udon.
A las 16:00 llegamos a nuestra siguiente actividad en el itinerario: el parque costero de Hitachi, en la prefectura de Ibaraki.
El Parque Costero Hitachi (国営ひたち海浜公園), es un parque estatal de Japón, ubicado cerca a la costa del litoral del Océano Pacífico, en la ciudad de Hitachinaka de la Prefectura de Ibaraki.
Es un parque de cerca de 190 hectáreas, que posee diferentes colecciones de flores, que florecen de acuerdo a las estaciones del año; contiene además un estanque con fuentes, un parque de atracciones con una noria, una pista de atletismo e incluye senderos para bicicletas. El parque también contiene lugares para comer y a un costado de él, se encuentra una playa.
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Lo primero que hicimos dado que el parque era enorme y no teníamos mucho tiempo, fue ir a alquilar una bicicleta para andar por las bicisendas del parque.
Lo primero interesante que vimos fue una simpática colina repleta de pequeños arbustos de la especie Bassia scoparia.


Al lado de la colina había también un campo de flores y un campo de girasoles, aunque los girasoles estaban todos marchitos.


De ahí recuperamos las bicis y seguimos recorriendo las distintas partes del parque.




A las 18:00 llegamos a nuestro último destino programado: Kamiiso no Torii, una torī en la costa de Oarai, en Ibaraki.


Y ya que estábamos ahí también fuimos a ver el santuario sintoísta que había cerca, Oarai Isosaki.





A las 21:00 estábamos de vuelta en Shinjuku, Tokio.

Cuando llegamos a Shinjuku dejamos el coche en la agencia de alquiler y fuimos a cenar a Wendy’s. Luego, en la estación de metro, me despedí de los chicos con un abrazo dado que ya no los volvería a ver por un tiempo.
Ame,
Kato
Lindo viaje de despedida!