Kara Ema:
Finalmente llegó el miércoles: mi último día en la Città Eterna, la Urbe romana. Hoy fue una jornada corta: arranqué mi percorso a las 9:30 y a las 15:30 ya estaba de regreso en el hotel, unas dos horas antes de lo habitual. De esta forma me quedaría buena parte del pomeriggio libre para escribirte y preparar las maletas para el viaje de mañana.
Lo primero que tenía planeado para hoy era intentar ver el Pantheon por dentro. Desde que llegué a Roma habré pasado unas cinco veces por este edificio histórico, pero hasta ahora nunca había entrado dado que siempre me encontraba con una fila enorme para ingresar. Hoy también había cola —y eso que intenté ir temprano para evitarla—, pero bueno, decidí hacerla igual dado que ya no iba a tener otra oportunidad para visitarlo.
A las 10:30 finalmente entré. La verdad quedé medio decepcionado: casi una hora de cola solo para ver una habitación redonda con algunas decoraciones. Sinceramente pensé que iban a ser más salas, o al menos que habría un subsuelo o una terraza, como tiene el Panthéon de París que es varias veces más grande. Ahora entiendo por qué la entrada es gratis. Igual estuvo bien; no podía irme de la Urbe sin haber visitado semejante monumento histórico.
Cuando salí del Pantheon empecé a caminar en dirección sur, hacia mi siguiendo destino planificado para hoy: el rione Trastevere. Pero antes de llegar, en el camino me topé con el Portico di Ottavia. Esto me pasaba todo el tiempo en Roma: no importa cuál fuera mi destino, en el medio siempre me encontraba con veinte otras cosas interesantes (ya sea edificios con arquitecturas majestuosas, iglesias imponentes, ruinas arqueológicas, etc.) que ni sabía que existían. No puedes andar dos cuadras en Roma sin toparte con algo que te hace querer sacar el móvil para tomarle una foto (o para averiguar qué es).
Pero ahora volvamos a Trastevere. Básicamente es el Montmartre de Roma: un distrito histórico y un centro turístico importante.
Trastévere (en italiano Trastevere) es el decimotercer barrio del centro histórico de Roma, ubicado en la ribera oeste del Tíber, al sur de la Ciudad del Vaticano. Su nombre proviene del latín trans Tiberis, «Tras [el] Tíber». […]
Hoy el Trastévere mantiene su gracia peculiar con sus strade (calles) adoquinadas con sampietrini, predominando un tipo de edificación de casas populares medievales. Transformado en un centro turístico al final de la Segunda Guerra Mundial, por la noche sus estrechas y serpenteantes calles están llenas tanto de italianos como de extranjeros debido a la gran cantidad de pubs y restaurantes.
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Para llegar ahí tuve que cruzar el Tíber, lo cual hice pasando a través de la Isola Tiberina, una pequeña isla sobre el río, conectada a ambos lados de él a través de dos puentes (Ponte Fabricio y Ponte Cestio).
En Trastevere, las dos cosas más interesantes que hay para ver son la Basilica di Santa Maria in Trastevere y el monte Gianicolo, así que ahí fui.
De la iglesia me fui a escalar el monte Gianicolo. En la parte alta de la colina hay también un montón de cosas interesantes para descubrir y admirar. Te muestro fotos de algunas de las que vi yo cuando pasé por ahí.
Este monumento tiene una historia interesante detrás:
Righetto era un niño de 12 años, huérfano de padre y madre, que trabajaba para un panadero haciendo repartos. Su compañero era su inseparable perro llamado «Sgrullarella». En el verano de 1849, se encontró como protagonista activo en la defensa de la República Romana, proclamada en Roma tras la expulsión del Papa Pío IX.
Las tropas francesas acudieron en ayuda del Papa, que se había refugiado en Gaeta, pero jóvenes y adultos de toda Italia y de fuera de ella acudieron en ayuda de los ciudadanos de Roma, que se habían rebelado valientemente contra el poder del Papa. La defensa fue confiada al general Giuseppe Garibaldi, que había establecido su cuartel general en la colina del Janículo, en Villa Aurelia. Sin embargo, la desproporción entre las fuerzas y los equipos era enorme.
En junio de 1849, las defensas estaban a punto de romperse y Roma era una ciudad sitiada. El general francés Oudinot había logrado establecerse en algunos puntos estratégicos y la ciudad era continuamente bombardeada. […] Se habían establecido recompensas para quienes devolvieran bombas sin explotar para utilizarlas contra el enemigo. Mujeres y niños se dedicaron a este arriesgado trabajo. Fue mientras intentaba apagar un fusible que Righetto murió. Era el 29 de junio y estaba en el Ponte Sisto, sobre el Tíber. Una granada cayó en sus manos pero no pudo apagarla: la mecha era demasiado pequeña y estaba dentro de la bomba. No había nada que pudiera hacer.
Su fama pronto se extendió, primero entre los garibaldinos, convirtiéndose en un símbolo y un héroe, y luego también entre el pueblo y los aristócratas. […] El 9 de septiembre de 2005 se inauguró en la colina del Janículo una estatua dedicada a Righetto, flanqueado por su fiel amigo Sgrullarella. La placa dice: «A Righetto – Joven del Trastévere, símbolo de los niños caídos en defensa de la gloriosa República Romana de 1849».
Roma Sparita
El Faro del Janículo es también llamado el Faro de Roma o el Faro de los Italianos de Argentina. Se encuentra en el barrio de Trastevere. Situado a decenas de kilómetros de la costa, no se utiliza para la navegación, pero es uno de los monumentos más famosos del Parque del Janículo.
Se construyó en 1911 según un diseño del arquitecto Manfredo Manfredi. […] El capitel de la columna concluye con un ábaco circular con la siguiente dedicatoria: «A ROMA CAPITALE – GLI ITALIANI D’ARGENTINA – MCMXI» [«A ROMA CAPITAL – LOS ITALIANOS DE ARGENTINA – MCMXI»]
[…] Se erigió gracias a la iniciativa de un comité de italianos residentes en Buenos Aires para celebrar el 50º aniversario de la Unificación de Italia y dar testimonio de sus vínculos con su patria. Uno de los iniciadores fue el conde Vincenzo Macchi di Cellere, ministro de Italia en la República Argentina.
Fueron los propios miembros del comité quienes financiaron el proyecto: al fin y al cabo, Argentina era un país muy rico en aquella época y también el destino de la emigración italiana por excelencia. El comité también se ofreció a garantizar el suministro de energía para la linterna, que funcionaría con aceite.
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Creo que es momento de explicar la sigla «S.P.Q.R.», dado que es una inscripción que se ve por todos lados en Roma Capitale: en monumentos, tapas de alcantarilla, carteles, placas, etc.
SPQR es una sigla de la frase latina Senātus Populusque Rōmānus (‘El Senado y el Pueblo Romano’). Hace referencia al gobierno de la antigua República romana y, actualmente, se usa como un emblema oficial de la ciudad de Roma. En la Antigüedad aparecía en las monedas, al final de los documentos públicos, en inscripciones en piedra o metal, en monumentos públicos, en obras públicas y en el blasón de las legiones romanas. La frase aparece numerosas veces en la literatura política, legal e histórica romana, incluyendo los discursos de Cicerón y «La Historia de Roma» (Ab Urbe condita) de Tito Livio.
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La razón por la cual le tomé una foto al hospital pediátrico Bambino Gesù (niño Jesús) es porque es el hospital pediátrico más grande de Europa (tiene varios edificios, incluyendo un Centro de Investigación y Desarrollo). Además, otra cosa que me pareció interesante es que es una zona extraterritorial propiedad de la Santa Sede, lo que básicamente significa que forma parte del Vaticano por más que esté ubicado en tierras romanas. De hecho no es la única zona extraterritorial del Vaticano en Roma; hay unas cuantas, incluyendo la Basilica di Santa Maria Maggiore que visité el otro día.
Y eso es todo lo que vi en la zona de Trastevere/Gianicolo. Desde ahí me volví hacia el hotel, pasando esta vez por el Ponte Principe Amedeo Savoia Aosta.
Camino del hotel pasé por varios otros sitios llamativos los cuales fotografié. También pasé por Alice Pizza —una cadena comercial de pizza al taglio (pizza al corte)— donde me compré un par de porciones de pizza para almorzar. Luego pasé por Vale Gelato, donde me pedí dos cannoli al cioccolato y un affogato al caffè.
Un affogato (en idioma italiano: «ahogado») es un postre italiano a base de café. Por lo general consiste en una cucharada de helado de vainilla coronada o «ahogada» con un chorro de espresso caliente. Existen algunas variaciones donde se agrega un chorrito de amaretto, bicerin, o algún otro licor.
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Ed eccolo lì, le mie avventure a Roma sono finite. Domattina devo dire addio a la meravigliosa Urbe, la città delle fontane, delle chiese, dei obelischi, di tanta parte della storia umana.
Ame,
Kato
P. S.: Hice el cálculo de mis gastos durante toda la semana que estuve en Roma y quería compartírtelo para que tuvieras una idea de todo lo que se puede hacer aquí sin invertir demasiado dinero:
| Categoría | Consumo en EUR |
|---|---|
| Hospedaje | 531,00 |
| Transporte | 23,25 |
| Comida | 84,41 |
| Atracciones | 231,50 |
| TOTAL | 870,16 |
Bon voyage! Por más hermosuras!
Muy buen cierre de Roma! Lastima lo del Pantheon, pero había que hacer el intento! Y buen dato lo de los gastos en Roma! Me viene bien para darme una ideaa