Kara Ema:
El miércoles fue mi tercer día en Barcelona. Como te había adelantado, tenía una cosa más para ver de Gaudí: el Park Güell.
El parque Güell (parc Güell en catalán y Park Güell en su denominación original) es un parque público con jardines y elementos arquitectónicos situado en la parte superior de la ciudad de Barcelona (España), en las estribaciones de la sierra de Collserola. El parque se halla en la ladera sur del monte Carmelo […]. Ideado como urbanización, el parque fue diseñado por el arquitecto Antoni Gaudí, máximo exponente del modernismo catalán, por encargo del empresario Eusebi Güell. Construido entre 1900 y 1914, fue inaugurado como parque público en 1926.
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Estuve ahí una buena parte de la jornada, desde las 9:30 hasta las 15:00. Si bien el parque es grande, no es que haya tardado cinco horas y media en recorrerlo sino que he estado alternando entre andar por el parque descubriendo sus elementos arquitectónicos, y descansar un rato en un banco. Además justo antes de irme paré una media hora para almorzar en un restorán dentro del parque.
Tras haber visto todo lo que había para ver en el parque, me fui para la Plaça de Catalunya, que es desde donde arrancan algunas de las vías más importantes de la ciudad, como la Rambla y el Paseo de Gracia. Ahí me crucé con unos cuantos monumentos notables. De hecho hay tantas esculturas en esta plaza, que hay un artículo de Wikipedia sobre ellas, el cual en una parte dice:
En 1927 se organizó un concurso público para decorar la plaza, en el que se decidió la instalación de 28 esculturas, de autores como Eusebi Arnau, Joan Borrell, Enric Casanovas, Josep Clarà, Josep Dunyach, Jaume Duran , Pablo Gargallo, Josep Llimona, Frederic Marès, Enric Monjo, Vicenç Navarro, Llucià Oslé, Miquel Oslé, Jaume Otero, Antonio Parera, Josep Tenas y Josep Viladomat. Este conjunto es uno de los más grandes de Barcelona en cuanto a arte público, y supone un auténtico museo de esculturas al aire libre.
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Hay muchos —demasiados— museos interesantes en Barcelona. Está el Museo Arqueológico, el Egipcio, el del Modernismo, el del Chocolate, el de las Ilusiones, el de Historia, el de Ciencias Naturales, el del Diseño, y el del Cannabis, entre tantos otros. Todos esos que mencioné son los que no voy a visitar por falta de tiempo y presupuesto. Pero sí tengo pensado visitar algunos. Ese día empecé por dos: el Museo de la Erótica de Barcelona y el Museo Europeo de Arte Moderno.
Así que desde la Plaça de Catalunya me fui para el Museo Erótico, dado que era el que estaba más próximo. He entrado a este museo sin saber qué esperar y he salido con muchas enseñanzas e imágenes visuales de cosas de lo más peculiares que jamás pensé que vería en persona. Fue una visita singularmente entretenida e instructiva.
Kanamara Matsuri (en español, Festival del falo de metal) es un festival sintoísta en honor a la fertilidad celebrado anualmente cada primavera en Kawasaki (Japón). Las fechas exactas varían, aunque la celebración principal siempre tiene lugar el primer domingo del mes de abril. El tema principal del evento es la veneración al pene, el cual se encuentra omnipresente durante todo el festival en forma de ilustraciones, dulces, decoraciones, vegetales esculpidos e incluso en un mikoshi.
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La historia de los vibradores es particularmente interesante:
A finales del siglo XIX, los «tratamientos» con vibradores eran uno de los servicios más populares ofrecidos en los balnearios de lujo en Europa y Estados Unidos. […]
Los vibradores se vendían disfrazados de utensilios de terapia. Cuando salió a la luz que el tratamiento para la histeria femenina era básicamente una sesión de masturbación (ya que la enfermedad no existía), y el cine porno demostró los hechos en pantalla grande, la gente empezó a ver a los vibradores como objetos de perversión sexual. Esto causó que los vibradores desaparecieran de las revistas femeninas, catálogos y estantes de tiendas populares, como Sears Roebuck, donde se habían vendido por casi medio siglo.
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Escultura de mármol encontrada en Herculano, la población vecina a Pompeya que también quedó sepultada por las cenizas del Vesubio. En ella vemos a Pan, una divinidad vital de la naturaleza y la fecundidad, copulando con una cabra, un animal relacionado con los espíritus del bosque y la vegetación. La obra original está en el Museo Arqueológico de Nápoles, como la mayoría de los frescos, aunque no fue hasta el año 2000 que fue visible para el gran público.
Y tengo más fotos, pero creo que con esas ya te das una idea. Pasemos pues al otro museo.
Al Museo Europeo de Arte Moderno fui por dos razones:
- Para variar un poco de tanto arte antiguo que venía viendo en todos los museos que he venido visitando hasta ahora, y para descubrir el arte contemporáneo y compararlo con el tradicional.
- Para verificar si se cumple mi hipótesis de que la carencia de chiquillas es propia del arte antiguo y no afecta al arte moderno. Efectivamente —al menos en lo que respeta a la colección expuesta en este museo—, la hipótesis se cumple a la perfección. Pasamos de niñas en casi ninguna sala a niñas en casi todas las salas. Y más mujeres que varones esta vez. Peculiar diferencia, ¿no lo crees?
Esta pintura es excelente también, especialmente cuando lees la descripción de la artista:
Esta obra está dibujada del natural, en pasteles mixtos, sobre papel pastel Colorfix. Se trata de mi hija Sophia, entonces estudiante de segundo año de secundaria, mientras modelaba absorta en su teléfono móvil. Mientras la dibujaba, no dejaba de pensar que pronto se iría a la universidad, de ahí el título Still With Me. Más tarde añadí el espíritu en púrpura como yo, velando por ella y echándola ya de menos.
Carol Peebles (traducido del inglés)
En este museo he descubierto mi encanto por el arte moderno. Me ha parecido realmente fascinante. Algunos cuadros eran totalmente indiscernibles de fotografías.
En fin, eso es todo por este día, aunque definitivamente habrá una nueva tanda de más museos de Barcelona más adelante.
Ame,
Kato
Amo
Fue una jornada innovadora 👏🏻👏🏻