Kara Ema:
El miércoles a la noche fuimos a cenar a un izakaya con Daan, el neerlandés que vive conmigo en la misma vivienda compartida. Le pedimos a unas personas que estaban comiendo al lado nuestro que nos recomendaran algo de la carta y ordenamos eso. Un japonés muy simpático que estaba sentado detrás de nosotros nos ofreció invitarnos una de las tapas que comimos.
Luego de pasar un buen rato en el izakaya charlando entre nosotros y con algunos japoneses, nuestro nijikai («segundo lugar en una salida social») fue un sentō («baño público») que había por la zona. Nos relajamos ahí un rato en el agua caliente hasta que a eso de las 22:00 volvimos a casa.
El jueves después de la escuela almorcé con mis compañeros. Luego fuimos a visitar un par de tiendas de ropa (GU y Uniqlo). De ahí nos fuimos a la estación y cada uno se tomó un tren distinto.
Yo me fui a visitar el Valle de Todoroki.
El Parque del Valle de Todoroki (等々力渓谷公園) es uno de los espacios verdes menos convencionales de Tokio. Es un atractivo sendero para caminar, que conduce durante aproximadamente un kilómetro a través de un estrecho valle arbolado a lo largo de un pequeño río y que se recorre en unos 20 o 30 minutos. A lo largo del sendero se pueden ver varios puntos de interés, como un par de puentes, restos de tumbas, estratos rocosos y un templo budista.
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El viernes también fui a almorzar junto con mis compañeros a la salida de la escuela, en particular con Simon, el francés, y Charlie, el inglés. Charlie cumple años dentro de poco y va a hacer una fiesta en su casa el fin de semana que viene, así que después de comer —tras despedirnos de él que se tenía que ir con su mujer—, fuimos con Simon a comprarle un regalo. Yo le compré un vino argentino: un Malbec de un viñedo de Mendoza.
Ni Simon ni yo teníamos planes para el resto del día, así que quedamos en pasarlo juntos yendo a varios lugares divertidos por la zona de Shinjuku.
El primer lugar al que fuimos fue Manekineko, un sitio para hacer karaoke. Estuvimos dos horas en una sala privada cantando decenas de canciones de J-pop y de varios animés que conocíamos. Solo al final pusimos un par de temas en inglés y en francés; el resto fueron todos en japonés. Por suerte las letras no estaban escritas solamente en kanji sino que tenían también su correspondiente furigana, así que pudimos leerlas y cantar todo sin problemas.
Estuvo súper divertido.
De ahí nos fuimos a Shin-Ōkubo, el barrio coreano de Tokio. Estuvimos un rato recorriéndolo, hasta que paramos para cenar en un restorán de barbacoa coreana.
La barbacoa coreana (고기구이) es un conjunto de platillos populares en la cocina coreana de carne asada, generalmente de ternera, cerdo o pollo. Estos platillos a menudo se preparan en parrillas de gas o carbón integradas en la mesa del comedor. Algunos restaurantes coreanos que no tienen parrillas incorporadas brindan a los clientes estufas portátiles para que los comensales las usen en sus mesas. Alternativamente, un chef usa una parrilla que se muestra en el centro para preparar platos a pedido.
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De ahí nos fuimos a un bar de dardos, donde podías beber cerveza mientras jugabas a los dardos.
Los dardos son un juego que se practica individualmente o por equipos, y que consiste en lanzar tres dardos alternativamente cada jugador a una diana hasta completar una puntuación determinada o alcanzar unos sectores determinados una serie de veces también determinada, según la variante del juego.
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Cuando llegamos a este sitio me di cuenta de que me había olvidado el regalo de Charlie en el restaurante coreano, y ya eran pasadas las 22:00 así que ya había cerrado. Menudo yerro de mi parte.
Al principio hicimos dos partidas de dardos solo Simon y yo—él me ganó en la primera y yo le gané en la segunda. Mientras jugábamos, nos pusimos a charlar con dos jóvenes japoneses (una chica y un chico), quienes nos ofrecieron jugar contra ellos, así que las siguientes dos partidas las hicimos en equipos Simon y yo contra ellos dos.
A las 23:30 nos despedimos de los japoneses, dado que si no no íbamos a llegar a coger el último tren para poder ir a nuestras respectivas casas. Es que los trenes en Tokio funcionan entre las cinco de la mañana y la medianoche—no hay servicio de trasnoche.
A las 00:01 me tomé el último tren que pasaba por Shinjuku en dirección de casa.
En general ha sido una interesante y muy divertida semana llena de salidas sociales.
El sábado —hoy— dormí toda la mañana para recuperarme de todo lo que había hecho durante la semana, sobre todo dado que el viernes había bebido bastante, aunque no lo suficiente como para 酔っ払う (embriagarme).
A la tarde me fui al restaurante coreano a recuperar el vino que había dejado la noche anterior a propósito para poner a prueba eso que dicen de que si te olvidas algo en Japón, lo recuperas seguro. Bueno, puede que no lo haya hecho a posta, pero el punto es que pude recuperarlo por suerte. Hipótesis confirmada.
De ahí me fui a pasear por el barrio de Ikebukuro, donde estuve desde las 18:00 hasta las 21:00 recorriendo decenas de tiendas.
Ikebukuro (池袋), una parte del barrio de Toshima, es un gran distrito comercial y de entretenimiento de Tokio, Japón. Es la localización de las oficinas del barrio de Toshima, la estación de Ikebukuro y varios grandes almacenes enormes.
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Las primeras tiendas que visité fueron unas de animé ubicadas en una calle llamada Otome Road.
Otome Road (乙女ロード) es el nombre dado al área de Ikebukuro, Tokio, Japón que es un centro cultural y comercial de anime y manga dirigido a mujeres. El área es a veces conocida como Fujoshi Street, en referencia al nombre dado a las fans del yaoi.
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Luego me fui a Sunshine City, un complejo comercial gigante. Estuve dos horas ahí, desde las 19:00 hasta las 21:00. A las 20:00 en punto cerraron la mayoría de las tiendas que había adentro, pero el centro comercial permanecía abierto hasta las 22:00.
Sunshine City (サンシャインシティ) es un complejo de edificios situado en Ikebukuro Este, Toshima, Tokio, Japón. Tiene como centro el rascacielos Sunshine 60, de 240 metros de altura. Sunshine City consta de cuatro edificios: Sunshine 60, el edificio principal y más alto, que incluye oficinas corporativas así como restaurantes; el Hotel Prince; el World Import Mart; y el edificio Bunka Kaikan. El complejo se asienta en un terreno que antes ocupaba la prisión de Sugamo.
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La primera tienda donde entré fue Pikachu Sweets, una cafetería de Pokémon.
Ahí me pedí un latte y un baumkuchen, ambos sabor caramelo.
La torta árbol (en alemán: Baumkuchen) es un pastel tradicional de la pastelería alemana elaborado con una masa de pan esponjosa y con una forma cilíndrica hueca por el centro. Es denominado a veces como el ‘Rey de las tartas’ (en alemán: König der Kuchen).
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En el segundo piso de Sunshine City había toda una sección entera dedicada a Pokémon, llamada Pokémon Center Mega Tokyo. La misma incluía tiendas tales como Pikachu Sweets, Pokémon Card Station, Pokémon GO Lab, y un montón de figuras decorativas de Pokémon en tamaño real.
Linda nostalgia me dio cuando entré al Pokémon Center y escuché la canción que estaba sonando de fondo—la misma que sonaba cada vez que entrabas a un centro Pokémon en los juegos.
Algunas cosas más interesantes que me fui encontrando mientras paseaba por el complejo comercial:
Cuando me fui a la estación de Ikebukuro para tomarme el tren a casa, me encontré con una persona que estaba cantando enfrente de la estación una canción hermosa, así que me quedé un rato escuchándola:
Ame,
Kato
Quien ganó en los dardos?? El público quiere saber!