Mi primera cena en una casa japonesa con japoneses

Kara Ema:

El lunes me volví a juntar con la gente del colegio del que me hice amigo.

Un rato antes del evento me enviaron un mensaje avisándome que a las 19:00 me iban a estar esperando en una de las salidas de la estación Fujisaki, la cual quedaba a dos estaciones de Meinohama, así que estaba cerca.

A eso de las 18:30 salí de casa y me dirigí a la estación para coger el metro. Tal como habíamos quedado, a las 19:00 me junté con dos de las personas de la escuela en la estación Fujisaki. De ahí nos fuimos los tres caminando hasta la casa donde tendría lugar la reunión.

Cuando llegamos a la casa, nos cambiamos el calzado y entramos todos diciendo「お邪魔します」(ojamashimasu). Esta frase literalmente significa «voy a molestar», pero en este caso se usa como una especie de saludo al entrar en una casa que no es la tuya.

Una de las primeras cosas que noté al entrar fue el kotatsu en la sala de estar, así que les pedí si podía tomarle una foto, a lo cual por supuesto accedieron, e incluso me ayudaron a hacerlo lucir más vistoso.

Kotatsu

Un kotatsu (en japonés: 炬燵 o こたつ) es una mesa baja de madera cubierta por un futón, o manta pesada, sobre la que se asienta un tablero. Debajo hay una fuente de calor, antiguamente un brasero de carbón, pero ahora eléctrica, a menudo integrada en la propia mesa. Los kotatsu se utilizan casi exclusivamente en Japón, aunque en otros lugares se emplean aparatos similares para el mismo fin de calefacción, por ejemplo, el brasero español o el korsi iraní.

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Lo siguiente que pregunté fue con respecto a todas las compras que habían hecho para el evento, si íbamos a hacer 割り勘 (warikan; repartición igualitaria de los gastos) y cuánto era lo que les debía. Pero me dijeron que no hacía falta que les diera nada porque todo lo había invitado la empresa.

En total éramos seis personas: dos mujeres y dos hombres japoneses, un joven alemán —llamémoslo Alex—, y yo. Entre los japoneses estaban los dos colegas de Martina que había conocido el otro día.

Una cosa interesante es que si bien se trataba de una reunión más bien distendida e informal, no dejaba de ser una reunión entre colegas de trabajo y no entre amigos, con lo cual había ciertas formas de respeto que se debían mantener todo el tiempo. Por ejemplo, el hecho de utilizar el apellido para referirse a la otra persona en lugar de su nombre de pila.

Otra cosa muy importante para los japoneses es la distancia social. No, no me refiero a las políticas de distanciamento social por el COVID-19, sino a la distancia social normativa y cultural. Es muy raro que dos japoneses se toquen en ningún momento de un evento social como este, ni siquiera para saludarse o despedirse.

El único roce físico que hubo en toda la velada fue entre el alemán y yo, cuando nos despedimos, dado que él me extendió su mano y yo se la agarré, lo cual hizo que me terminara llevando hacia él y dándome una especie de medio abrazo con el brazo que le quedaba libre.

Me pareció súper tierno este gesto de su parte, y me hizo pensar en la frase「一期一会」 (ichi go ichi e; vive cada momento y cada encuentro como si fuera único e irrepetible). Es muy probable que no lo vaya a ver nunca más en la vida al alemán ni a ninguno de los otros, pero mientras duró el evento disfruté muchísimo de estar ahí con todos ellos, pasando un bonito momento y degustando una deliciosa comida.

Hablando de comida, esto fue lo que comimos:

Lo que había para cenar
El plato principal: Schnitzel con Kartoffelpüree.

El plato principal era lo que en Argentina uno llamaría «milanesa con puré», pero aquí lo llamamos Schnitzel con Kartoffelpüree dado que quien lo cocinó para todos fue el alemán, y además porque el Schnitzel en Alemania es un plato tan clásico como la milanesa lo es en Argentina.

Un schnitzel es una fina loncha de carne. Suele hacerse más fina golpeándola con un ablandador de carne. Lo más habitual es empanar la carne antes de freírla. El schnitzel empanado es popular en muchos países y se prepara con carne de ternera, cerdo, pollo, cordero, ternera o pavo. El schnitzel es muy parecido al escalope en Francia y España, al tonkatsu en Japón, a la cotoletta en Italia, al kotlet schabowy en Polonia, a la milanesa en América Latina, a la chuleta valluna en Colombia y al filete frito de pollo y lomo de cerdo de Estados Unidos.

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De acompañamiento había cualquier cantidad de comida —de hecho terminó sobrando más o menos la mitad—, incluyendo karaage (nuggets de pollo), yakitori (pollo frito), yakiniku (carne a la parrilla), sushi, ensalada, etc. Para tomar todos bebimos cerveza en lata.

De postre comimos unas galletas dulces alemanas llamadas Lebkuchen y… ¡Mantecol! Provistos por Alex y por Martina, respectivamente.

Lebkuchen y Mantecol

Lebkuchen son unas galletas moldeadas o galletas en barra alemanas azucaradas con miel que han pasado a formar parte de las tradiciones navideñas de Alemania. […] Normalmente se glasean o se cubren con chocolate o una fina capa de azúcar, pero algunos se dejan sin recubrir.

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La cena la arrancamos a las 20:00 y la terminamos a las 21:00 aproximadamente. Si estás pensando «¡Qué temprano!», estoy de acuerdo contigo.

Cuando terminamos de cenar nos quedamos más o menos una hora más sentados haciendo sobremesa y charlando de todo un poco. Mientras tanto cada uno picoteaba algo de toda la enorme cantidad de comida que aún quedaba sobre la mesa.

A eso de las 22:00 se empezaron a ir algunos, y yo me puse a charlar un rato con Martina por videollamada. Después de eso también estuve conversando bastante con Alex en inglés. Alex tiene menos nivel de japonés que yo así que a veces tenía que recurrir al inglés, y entre yo y otro de los japoneses que sabía inglés hacíamos de intérpretes para los demás.

Finalmente a las 23:30 me volví para casa con el metro.


Te habrás dado cuenta que en el relato cronológico de cómo sucedieron los hechos nunca hablé sobre los temas de conversación que tocamos durante la reunión. Lo hice a propósito para poder contarte de eso todo junto ahora.

La verdad es que hablamos de un montón de cosas, y no hay forma de que me acuerde de todo, pero sí te puedo contar algunas de las cosas más interesantes que recuerdo haber hablado, tanto con los japoneses como con Alex, el alemán.

En un momento les pregunté a todos a qué hora entran y salen del trabajo. Me dijeron que arrancan a las 9:30 y terminan a las 18:30, es decir que hacen ocho horas de trabajo más una hora de almuerzo en el medio. Igual que en Argentina, básicamente. Solo que en Japón lamentablemente es muy frecuente que te pidan hacer 残業 (zangyō; trabajo extra después de hora), y está tan normalizado hacerlo que te sientes socialmente obligado a aceptarlo. Otra cosa que también está tan normalizada al punto de que la gente te mira mal cuando no la aceptas es juntarse después del trabajo con tus colegas para salir a tomar algo o a cenar a un restorán todos juntos (飲み会; nomikai).

Más adelante salió el tema de lo que cada uno encuentra atractivo en el sexo opuesto, y nos preguntaron a nosotros los extranjeros si preferíamos mujeres japonesas/asiáticas o europeas/occidentales. Uno de los japoneses dijo —y yo estuve de acuerdo con él— que la belleza de las japonesas pasa más por el aspecto kawaii/tierno, mientras que la belleza de las extranjeras se centra más en el aspecto kirei/bonito. Personalmente, no puedo decidirme si me gustan más las europeas o las japonesas. Son distintos tipos de belleza, lo cual hace que sea difícil compararlas cualitativamente. Lo que sí te puedo decir es que, habiendo vivido en ambos lados, tanto Europa como Japón están repletos de chicas hermosas en todos los sentidos—kawaii, kirei, por dentro y por fuera.

Finalmente, te voy a contar parte de la conversación que tuve con Alex. Pero antes, un poco de contexto sobre esta persona.

Alex es alemán. Estuvo estudiando en Alemania para ser profesor, pero antes de arrancar a ejercer su carrera se le dio por venir a visitar Japón por unos meses para sumergirse en otra cultura. Actualmente está trabajando como voluntario para la empresa esta dueña del colegio en Yakushima (la empresa de Martina). Cuando vuelva a Alemania va a arrancar a trabajar en un colegio secundario como profesor de historia y de alemán.

A mí también me habría gustado trabajar como voluntario para esta empresa —por eso me puse inicialmente en contacto con Martina hace varios meses—, pero lamentablemente por el COVID-19 me dijeron que están haciendo pocas actividades actualmente, con lo cual no tienen necesidad de tener tantos voluntarios.

Así que a eso de las once de la noche, cuando ya casi se habían ido todos, me puse a charlar largo y tendido con Alex, y lo llené de preguntas sobre su carrera de profesor en Alemania y su experiencia como voluntario aquí en Japón.

Arranqué preguntándole cómo era su día a día trabajando con esta gente. Por ejemplo, le pedí que me contara qué era lo que tenía planeado para hacer el día siguiente (el martes). Me dijo que tenía que dar un par de clases a un grupo de estudiantes japoneses de secundario (15-18 años). Le pregunté en qué consistía la clase. Me dijo que había preparado una presentación para enseñarles a los alumnos cosas de su país que él creía que podían llegar a interesarles. Cosas como atractivos turísticos, tradiciones, comidas, y demás. También cosas como palabras que los japoneses usan a diario que a lo mejor no saben que provienen del alemán, como アルバイト (arubaito; significa «trabajo a tiempo parcial» y proviene del alemán «Arbeit«).

Luego le pregunté varias cosas sobre su carrera en Alemania. Entre ellas me interesaba saber cuánto cobran los profesores allá, dado que sé que el salario de un profesor varía bastante dependiendo del país, y hay algunos países que realmente infravaloran muchísimo a sus pobres profesores, y les pagan un sueldo irrisorio (Argentina definitivamente es uno de estos). Me dijo que ese no era el caso de Alemania; que en Alemania por suerte se les paga bien, y un profesor que recién arranca a trabajar gana 4000 euros como mínimo. Nada mal, ¿no?

Después cuando llegué a casa me dio curiosidad así que me puse a buscar cuáles son los sueldos promedios de un profesor en distintos países, y a partir de información recopilada de la OECD (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), armé la siguiente tabla comparativa.

Solo puse los países que encabezan la lista y los que más me interesan o son relevantes para mí. Argentina no estaba en los datos de la OECD, así que en su lugar puse a Brasil que imagino que debe ser el que presenta salarios más similares a los de su vecino. Los salarios están todos expresados en dólares estadounidenses y es lo que un profesor gana por mes en promedio, más allá de la experiencia que tenga. «S/D» significa sin datos para ese nivel escolar. Las posiciones fueron calculadas de acuerdo al promedio entre los cuatro niveles escolares.

PosiciónPaísPreescolarPrimariaSecundaria inf.Secundaria sup.
#1Luxemburgo8431843193099309
#2Suiza5946640171588082
#3Países Bajos5607560764256425
#4AlemaniaS/D682375257969
#5Corea5280528052855285
#7Estados Unidos5152501352415173
#9España4350435048534853
#17Francia3626362638923892
#19Finlandia2893364939204205
#23Italia3348334836433742
#28JapónS/D389638963940
#38Brasil1195119511951195
Tabla comparativa de salarios de profesores alrededor del mundo (Fuente: OECD; 2019-2021).

Por supuesto que estos son promedios y en la práctica van a depender de la experiencia que tengas, pero igualmente son útiles como valores de referencia.

Es interesante ver como en Luxemburgo mismo un profesor de preescolar que recién está arrancando gana alrededor de 6000 dólares por mes, y uno con experiencia puede llegar a ganar hasta 10.000 dólares por mes, lo cual es increíble. Me imagino a todos los profesores luxemburgueses con mansiones y casas de fin de semana en Francia. Aunque supongo que también deben de tener un costo de vida mucho más alto que el promedio.

En la tabla también se puede ver lo que me contaba Alex sobre que los profesores alemanes ganan bastante bien. Los japoneses por el otro lado están un poco más abajo de lo que me gustaría…

En fin, pasemos a otro tema.

Otra cosa que me estuvo contando Alex fue cómo funciona el sistema educativo en Alemania, cosa que yo no conocía. Al parecer hay varios tipos de escuela secundaria: Gymnasium, Hauptschule y Realschule. El colegio secundario donde va a estar enseñando él se trata de un Gymnasium.

Gymnasium, en el sistema educativo alemán, es el más avanzado y más alto de los tres tipos de escuelas secundarias alemanas, los otros son Hauptschule (más bajo) y Realschule (medio). Gymnasium enfatiza fuertemente el aprendizaje académico, comparable con el sistema británico de sexta forma o con las escuelas preparatorias en los Estados Unidos. Los alumnos de Gymnasium reciben el nombre de Gymnasiast.

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Los chicos van al Gymnasium desde los 10 años de edad y en general se gradúan a los 18. Antes del Gymnasium está el Kindergarten (preescolar) para niños de 1 a 5 años, y luego la Grundschule (escuela primaria), para niños entre 6 y 9 años. Todos estos niveles educativos —incluyendo el secundario—, forman parte de la educación formal obligatoria de Alemania.

Podría seguir contándote más, pero vamos a dejarlo aquí por ahora.

Ame,
Kato