Shodō, naipes, voluntariado y dulce de leche

Kara Ema:

El martes a la mañana hicimos shodō con Akane, haciendo uso del set de pinceles y tinta que ella había utilizado cuando iba a clase de shodō en la escuela.

El shodō (書道 «camino de la escritura») es la caligrafía japonesa.

Se considera un arte y una disciplina muy difícil de perfeccionar y se enseña como una materia más a los niños japoneses durante su educación primaria.

Proviene de la caligrafía china, y se practica a la usanza milenaria, con un pincel, un tintero donde se prepara la tinta china, pisapapeles y un pliego de papel de arroz. […]

Además de requerir una gran precisión y gracia por parte del calígrafo, cada carácter kanji debe ser escrito según un orden de trazo específico, lo que aumenta la disciplina requerida a quienes practican este arte.

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Akane trazando el kanji 子 (ko; niño).
El papel de más a la derecha es el 子 trazado por Akane, el siguiente es el 子 trazado por mí, y el siguiente dice 一期一会 (Ichi go ichi e), mi proverbio japonés favorito—también hecho por Akane.

Esa noche cuando volví de trabajar me dieron de cenar タコライス (taco rice), un plato popular en Okinawa.

Taco rice preparado por Taiyo

El miércoles tenía día libre así que no tuve que ir a trabajar.

Le pedí a Akane que me enseñara algunos juegos de naipes populares en Japón, así que nos pasamos buena parte de la mañana jugando a las cartas. Yo le enseñé un juego argentino (la casita robada), y ella me enseñó:

  1. ババ抜き (babanuki)
  2. ジジ抜き (jijinuki)
  3. 大富豪 (daifugō)
  4. 7並べ (shichinarabe)
  5. 一休さん・七五三 (ikkyūsan/shichigosan)
Shichinarabe
Ikkyūsan/shichigosan

Al mediodía Taiyo fue a buscar comida de McDonald’s para almorzar entre todos. Yo le pedí que me comprara una hamburguesa Samurái (sí, se llama así en serio). Después de comer me fui de casa.

A las 15:00 fui a comer un postre a Denny’s.

Postre que me pedí en Denny’s: panqueques con caramelo, helado y crema.

Luego me fui a pasear un poco hasta llegar a la torre de Tokio, donde habían colocado una decoración de 鯉のぼり (koinobori) dado que falta poco para el こどもの日 (Kodomo no hi; Día del Niño).

Koinobori bajo la torre de Tokio

Las banderas koinobori (鯉幟) o Satsuki-nobori (皐幟) son banderas tradicionales japonesas con forma de carpa que se izan en los días especiales de los niños (como el Kodomo no hi). Tradicionalmente los japoneses asocian la carpa con los niños debido a la fuerza que realizan éstas al nadar contra la corriente en los ríos.

El día de los niños tiene lugar el 5 de mayo y todos los edificios son decorados con koinobori desde abril o principios de mayo en honor de los hijos y con la esperanza de que crezcan fuertes y saludables. Los tamaños de estas banderas varían de unas pocas pulgadas a algunos metros de largo.

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De ahí me fui al barrio de Roppongi, una de las zonas más caras de Tokio, llena de negocios de lujo tales como concesionarios de Ferrari, joyerías y demás.

Cuando le conté a mi familia de acogida que este día iba a visitar Roppongi, me recomendaron una panadería francesa muy buena que hay en este barrio (Maison Landemaine), así que decidí pasar para comprar un par de croissants y pains au chocolat.

Maison Landemaine en Roppongi

En ese momento estaba lloviendo, por eso es que envolvieron mi bolsa con ese plástico para que no se estropeara con la lluvia.

Vendían dos tipos de croissant: francés (izquierda) y japonés (derecha).

La razón por la que estaba en Roppongi era porque me había anotado para participar de una actividad como voluntario, enseñando japonés a refugiados ucranianos. La actividad tendría lugar en un edificio de este barrio entre las 19:00 y las 20:00.

Tenía que estar diez minutos antes, así que a las 18:50 me dirigí al edificio y me anuncié por el intercomunicador.

Me hicieron pasar a un aula, donde ya estaban los otros dos voluntarios que participarían conmigo. Eran dos japoneses: una chica de diecinueve y un chico de veintidos. La chica me pareció sumamente hermosa, no solo por su apariencia de ensueño sino también por el hecho de que hablara varios idiomas (incluyendo francés—había vivido en París durante cuatro años) y estuviese interesada en hacer voluntariados.

Además de los tres voluntarios, también había una ucraniana que hablaba inglés y un poco de japonés. Ella sería la que dirigiría la actividad y actuaría como intérprete entre los ucranianos y los voluntarios cuando fuese necesario.

Al rato llegaron los estudiantes: tres ucranianas de entre 30 y 50 años. Hablaban muy poco japonés y apenas sabían escribirlo, lo cual me hace pensar que han de haber llegado a Japón recientemente.

El material de estudio que usamos, con japonés de un lado y ucraniano del otro.

Me alegró haber participado de esta actividad porque pude conocer al amor de mi vida sentir que fui de utilidad para ayudar al pueblo ucraniano en este momento duro que están teniendo que pasar por culpa de la invasión rusa. Слава Україні! 🇺🇦

Cuando terminó la actividad me volví para mi barrio, me compré un bentō cerca de la estación y me fui a comerlo a un parque antes de volver a casa.

Cenando un bentō en un parque a las 22:00

El jueves a la mañana desayunamos los croissants que había comprado yo en Maison Landemaine.

Mi familia de acogida se llevó una grata sorpresa con ese regalo. Pero no fue la única: también compré por Amazon un pote de dulce de leche, para usarlo con los croissants y poder mostrarle a mi familia japonesa lo delicioso que es.

Croissant francés y dulce de leche San Ignacio, importado de Argentina.

A las 10:00 me fui de casa, pero como recién entraba a trabajar a las 14:00, decidí pasar por Jonathan’s para comer algo y hacer tiempo allí mientras trabajaba un poco.

Esta semana fue la semana de los family restaurants. El miércoles fui a Denny’s, el jueves a Jonathan’s y el viernes a Saizeriya, desde donde te estoy escribiendo en este momento. La razón por la cual estuve yendo tanto es porque me tenía que poner al día con el trabajo y contigo, y estos restoranes son de mis sitios favoritos para escribir y trabajar dado que puedo estar tranquilo mientras disfruto de una rica y barata comida y de bebidas y cafés ilimitados.

Tostado de queso y bacon que me pedí en Jonathan’s

En el trabajo me tocó acompañar a tres niños a sus casas en el coche; un sensei conducía mientras yo iba sentado atrás entre dos niñas y otro niño iba en la tercera fila de asientos. Se me ocurrió que este era el momento ideal para sacar mi arma secreta (para entretener a los niños): un globo de papel.

Akane me lo había dado unos días atrás para usar en el gakudō. Cuando me lo dio me dijo algo como: «a los niños les va a encantar y vas a ser el sensei más popular con esto». Lo de sensei más popular no estoy seguro, pero definitivamente fue cierto que les encantó.

Niña jugando con el globo de papel en el coche

Nos pasamos todo el trayecto haciéndonos pases con el globo entre todos. Fue muy divertido.

A la noche cuando volví a casa cené comida coreana que había preparado Taiyo.

Sundubu jjigae

El sundubu jjigae es un jjigae (estofado coreano) picante hecho con dubu (tofu), marisco, verdura, champiñones, cebolla, cebolleta y gochujang o gochu garu (guindilla molida). Se añade un huevo crudo al jjigae cuando aún hierve. Este plato se come con un cuenco de arroz blanco hervido y varios banchan (acompañamientos). Se consume mucho y es una de las comidas favoritas en Corea del Sur.

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Mientras yo cenaba los demás —que ya habían cenado dado que yo había llegado un poco tarde de trabajar— estaban viendo un programa de comedia en la tele, donde tres hombres se habían disfrazado de colegialas y las imitaban.

Hombres disfrazados de colegialas en un programa de TV

El viernes —hoy— también salí un poco antes de casa para venir a Saizeriya a escribirte antes de entrar a trabajar.

En el gakudō los niños prepararon su propia merienda con 餃子の皮 (gyōza no kawa; similar a las tapas de empanada que se consiguen en Argentina), las cuales utilizaron como base para armar una especie de mini pizza, a la que le agregaron varios ingredientes como queso, salchichas, salsa de tomate y atún.

Niñas preparando y comiendo su mini pizza

Ame,
Kato