Bali – Día 5: Seminyak, Kuta y Tanah Lot

Kara Ema:

El jueves desayuné a las 9:30. Una hora más tarde salí del hotel.

Así es como venden la gasolina en Bali. También hay estaciones de servicio tradicionales, pero he visto muchas de estas por la calle. Supongo que son necesarias por la cantidad enorme de motos que hay en circulación.

Caminé un poco hasta salir del centro de Ubud, y en un momento dado abrí la aplicación de Grab en mi móvil y me pedí un coche hasta donde tenía planeado pasar la jornada: Seminyak, a 30 kilómetros al sudoeste de Ubud.

Seminyak es una zona residencial turística mixta de la costa oeste de Bali (Indonesia), justo al norte de Kuta y Legian.

En sus orígenes era un municipio independiente, pero ahora es otro suburbio de Kuta. Esta zona es muy popular entre los expatriados residentes; los precios del suelo y el alojamiento son de los más altos de Bali. Abundan los balnearios y hoteles de lujo. Debido a su alta densidad de tiendas de lujo, combinada con la aglomeración de numerosos establecimientos de alta cocina, se ha convertido rápidamente en una de las zonas turísticas más conocidas de la isla.

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A las 12:00 el chofer me dejó frente a Seminyak Village, un pequeño centro comercial cerca de la playa. Mi objetivo principal en Seminyak era visitar la playa, pero decidí primero parar aquí.

Seminyak Village

De ahí me fui a buscar la entrada a la playa, la cual me costó encontrar dado que la mayoría eran resorts privados que no permitían el acceso a no ser que fueses cliente. La playa en sí era de acceso público y gratuito para todos, pero las entradas públicas estaban medio escondidas entre los resorts y restoranes.

El intenso calor me estaba agobiando así que tuve que parar en una tienda de conveniencia para comprarme algo fresco para comer y tomar.

Decidí comprarme un helado y un té con leche, ninguno de los cuales llegó a la playa conmigo dado que los consumí rápido en el camino.

Le pregunté al de la tienda de conveniencia dónde se encontraba el acceso público a la playa y me dijo que siguiera caminando que lo iba a ver en pocos minutos. Así que eso hice y eso pasó.

Acceso público a la playa Petitenget, la primera de varias que visité esa jornada.

Llegué a la playa a las 12:30 y arranqué a caminar por la costa hacia el sur, con la intención de quizás ir hasta Kuta, que quedaba a unos siete kilómetros de donde estaba. Pero no tenía nada mejor que hacer y eran siete kilómetros que me la pasaría atravesando de playa en playa, caminando por el agua del mar. En total pasé por las playas de Petitenget, Kayu Aya, Seminyak, Double Six, Legian, Padma, Kuta y Segara.

Playa Double Six
Playa Segara

En un momento me metí al mar pero no por mucho tiempo dado que me aburría y quería seguir caminando. Habré estado unos 5-10 minutos.

A las 14:15 salí de la zona de playas y me fui a pasear por Kuta.

En una de las calles estaban vendiendo falos de madera (al parecer son un amuleto de la buena suerte).
Escultura que me crucé en la calle y que tenía inscripciones en el sistema de escritura balinesa

El sistema de escritura balinesa, nativamente conocida como Aksara Bali y Hanacaraka, es una abúgida utilizada en la isla de Bali, Indonesia, comúnmente para escribir el idioma balinés austronesio, el javanés antiguo y el sánscrito. Con algunas modificaciones, el sistema de escritura también se usa para escribir el idioma Sasak, usado en la vecina isla de Lombok. El alfabeto es un descendiente del alfabeto brahmi, y tiene muchas similitudes con los alfabetos modernos del sur y sudeste de Asia. La escritura balinesa, junto con la escritura javanesa, se considera la más elaborada y adornada entre las escrituras brahmicas del sudeste asiático.

Aunque el uso diario de la escritura ha sido reemplazado en gran medida por el alfabeto latino, la escritura balinesa tiene una prevalencia significativa en muchas de las ceremonias tradicionales de la isla y está fuertemente asociada con la religión hindú. La escritura se utiliza principalmente hoy en día para copiar manuscritos de hojas de palma o lontar. Aunque el uso diario de la escritura ha sido reemplazado en gran medida por el que contienen textos religiosos.

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Al rato entré a un centro comercial llamado Discovery.

Discovery Mall Bali (I)
Discovery Mall Bali (II)

En la parte de afuera había un local llamado Five Monkeys, donde decidí parar para almorzar. Me pedí un BBQ Bacon Hotdog, Chili Cheese Fries y un Vanilla Caramel Milkshake. En total me costó Rp150.000 (~US$9,5).

Mi almuerzo en Five Monkeys

A las 16:00 me pasé a otro centro comercial llamado Beachwalk.

Beachwalk Shopping Center (I)
Beachwalk Shopping Center (II)
Beachwalk Shopping Center (III)
Beachwalk Shopping Center (IV)

De ahí me fui para la calle principal de Seminyak/Kuta, llamada Jalan Legian.

Jalan Legian

Lo que se ve a la derecha en esta última foto es un monumento conmemorativo por los atentados en Bali en 2002.

Los atentados de Bali de 2002 tuvieron lugar el sábado 12 de octubre de 2002 en el distrito turístico de Kuta, en la isla indonesia de Bali. El ataque terrorista fue el acto más mortífero en la historia de Indonesia, con un total de 202 personas asesinadas, de las cuales 164 eran extranjeros y 38 ciudadanos indonesios. Además, 209 personas fueron heridas en los atentados.

El ataque involucró la detonación de tres bombas: un dispositivo montado en una mochila llevada por un terrorista suicida y un gran coche bomba que fueron detonados en o cerca de populares centros nocturnos en Kuta; y un tercer dispositivo mucho más pequeño que fue detonado fuera del consulado de Estados Unidos en Denpasar y que solo causó daños menores.

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Una vez más necesitaba tomar algo fresco así que pasé por un Indomart Point —el que se ve al lado del monumento en la foto anterior— y me compré un teh tarik (té tirado) y un kopi susu (café con leche).

Teh tarik y kopi susu

Continué caminando por la calle principal en dirección norte.

Al igual que en Japón, es común ver niños pequeños andando solos por la calle en Indonesia (y diría en general en todo el Sudeste Asiático).

El otro día estaba leyendo sobre el concepto de la movilidad independiente de los niños (CIM, del inglés «children’s independent mobility»):

Numerosos estudios se han centrado en la movilidad independiente de los niños (CIM), definida como la libertad de los niños para desplazarse por su barrio o ciudad sin la compañía de un adulto. Dichos estudios han puesto de manifiesto un descenso significativo de la CIM, especialmente entre 1970 y 1990, pero también algunas grandes diferencias nacionales. Por ejemplo, las encuestas sobre los permisos que los padres conceden a sus hijos en la escuela primaria revelaron que, en Inglaterra, la licencia para volver solos a casa andando desde el colegio descendió del 86% en 1971 al 35% en 1990 y al 25% en 2010; y la licencia para utilizar solos los autobuses públicos descendió del 48% en 1971 al 15% en 1990 y al 12% en 2010. En otro estudio, en el que se comparaba la CIM en 16 países diferentes, realizado entre 2010 y 2012, Finlandia destacaba por permitir a los niños la mayor libertad de movimiento. Los autores escribieron: «A los 7 años, la mayoría de los niños finlandeses ya pueden desplazarse solos a lugares a los que se puede ir andando o en bicicleta; a los 8 años, la mayoría puede cruzar las carreteras principales, desplazarse a casa desde el colegio y salir solos al anochecer; a los 9 años, la mayoría puede ir sola en bicicleta por las carreteras principales, y a los 10 años, la mayoría puede viajar sola en los autobuses locales.» Aunque no hemos encontrado estudios similares sobre los permisos de los padres para los niños estadounidenses, otros datos indican que EE.UU. se parece más al Reino Unido en lo que respecta a la movilidad independiente de los niños que a Finlandia. Por ejemplo, las Encuestas Nacionales de Transporte Personal revelaron que sólo el 12,7% iba andando o en bicicleta al colegio en 2009, frente al 47,7% en 1969.

Decline in Independent Activity as a Cause of Decline in Children’s Mental Wellbeing: Summary of the Evidence, Peter Gray

Es una pena que los niños occidentales hayan perdido tantas de sus libertades, tal como lo pone de manifiesto ese artículo científico, el cual postula que esta pérdida de libertades es una de las principales causas de los altos niveles de estrés, ansiedad y depresión que la actual generación de niños y adolescentes estadounidenses están experimentando.

Pero volvamos a Bali.

El cartel pone «Tienda falsa 100% genuina», lo cual me causó gracia.

Para este día tenía dos cosas nada más planeadas: las playas de Seminyak/Kuta y un templo llamado Tanah Lot, ubicado a 20 kilómetros al norte de Seminyak. Normalmente se tardaría una media hora en llegar desde Seminyak hasta Tanah Lot, pero justo a las 17:00 cuando se me ocurrió pedirme un coche por Grab para ir, parece que era la hora punta en aquella zona porque el tránsito que había era fatal.

Mar de motos y de coches en hora punta, en la carretera para ir a Tanah Lot.

Llegado un momento, cuando vi que no avanzábamos más y que las motos por lo menos avanzaban un poco porque se escurrían por entre los coches, pasando por los costados de las calles e incluso por sobre las aceras, le pregunté a mi chofer «¿te molesta si me paso a una moto?». Me dijo que no así que eso hice.

A las 18:30 llegué a Tanah Lot, unos quince minutos después de que atardeciera, lo cual era una lástima dado que Tanah Lot he oído que es un hermoso sitio para observar el atardecer, pero por culpa del tránsito de la hora punta me lo perdí.

El templo de Tanah Lot (en indonesio: pura Luhur Tanah Lot, traducido como ‘templo de la Tierra en Medio del Mar’) es uno de los más importantes templos del mar en Bali, Indonesia.

Tanah Lot es una formación rocosa junto a la costa sur de la isla de Bali. La roca es conocida por el pura (templo hindú balinés) allí existente, llamado Pura Tanah Lot (literalmente Templo de Tanah Lot), un lugar de peregrinación que también es muy popular entre los turistas y una de las imágenes icónicas de Bali.

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Tanah Lot (I)
Tanah Lot (II)
Tanah Lot (III)
Tanah Lot (IV)
Tanah Lot (V)

A las 19:00 salí del templo y una persona que estaba con una moto me ofreció llevarme. Le dije que tenía que ir hasta Ubud y me respondió que me llevaría por 90.000 rupias (5,7 dólares). Acepté. Me pareció tan agradable el hombre —charlamos casi todo el viaje— que le terminé dando cien mil.

Una hora y media más tarde llegué al hotel.

Ame,
Kato