Kara Ema:
Jueves 16 de noviembre.
Salí del hotel a las 10:20 y caminé unas cuadras hacia el sur, hasta la estación ferroviaria BNI City. Cerca de la estación pasé por una zona que parecía ser un barrio marginal.
Cuando llegué a la estación me dijeron que me tendría que comprar una tarjeta de KAI Commuter para poder usar el tren.
A las 11:20 llegué a la estación Angke.
Desde ahí caminé hasta Glodok, que vendría a ser el barrio chino de Yakarta.
Mi primera parada fue en ese edificio que se ve en la última foto, con la bandera de Indonesia. Se trataba de un pequeño centro comercial llamado Pancoran ChinaTown Point. Dentro había un Starbucks, así que me quedé allí trabajando un par de horas.
A las 15:00 volví a salir y seguí recorriendo el barrio chino.
Al rato paré para almorzar en un restorán de la zona, donde había varias personas bailando y haciendo karaoke. Me pedí un té de lichi y un bakmi ayam.
Mie ayam, mi ayam o bakmi ayam (que en indonesio significa «pollo bakmi», literalmente fideos con pollo) es un plato indonesio común a base de fideos amarillos de trigo sazonados y cubiertos con dados de carne de pollo (ayam). Deriva de técnicas culinarias empleadas en la cocina china. En Indonesia, se reconoce como un plato indonesio chino popular, que se sirve desde sencillos carritos ambulantes que frecuentan las zonas residenciales, pasando por humildes warung callejeros, hasta restaurantes.
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A las 15:45 me fui a la estación Jakarta Kota, desde donde me tomé un tren hasta Cikini.
A las 17:00 llegué a Kolam Renang Cikini, una piscina olímpica pública. Habíamos quedado con Guss en juntarnos aquí a esta hora.
Al igual que el día anterior, Guss estaba con un grupo de extranjeros—todos diferentes de los de la vez pasada. La razón por la cual está seguido con extranjeros es que vive en un hostal donde se cruza con turistas todo el tiempo y los invita a lugares o a hacer visitas guiadas para ganar algo de dinero.
El acceso a la piscina me costó 50.000Rp (~US$3). Era sin límite de tiempo. Cuando entré lo primero que hice fue ir al vestuario a cambiarme, y luego me fui a juntar con los demás en el agua.
Algunos como Guss se la pasaron nadando. Yo preferí charlar con los que no nadaban. Me gustaría poder decirte de qué conversamos y con quiénes (de qué nacionalidades), pero como no me lo anoté ya no me acuerdo casi nada.
A las 19:00 nos fuimos de la piscina. El hostal de Guss y de los demás quedaba también en Cikini, a pocas cuadras de donde estábamos, así que fuimos todos caminando hacia allá.
Cuando llegamos cada uno se fue a su habitación a prepararse para salir en un rato a cenar todos juntos. Guss me invitó a la suya.
Cuando entramos me preguntó si me quería dar una ducha con él. Dudé un momento, pero cuando no pude encontrar ninguna razón por la cual negarme terminé aceptando.
No soy homosexual, ¿pero quién dice que es obligatorio serlo para aceptar tener sexo con un hombre? Después de todo es solo sexo: lo peor que puede pasar es que te guste.
Así que después de ducharnos acepté que me llevase a la cama.
En la vida hay que probarlo todo, sin excepciones y sin excusas. Cada vez que se te presentan oportunidades, nunca sabes cuando va a ser la próxima vez que las tengas. El mejor momento para aceptarlas siempre es ahora, hoy, en esta vida, la única que tenemos.
Mi propósito fundamental en la vida es maximizar dos atributos elementales: felicidad y placer. La felicidad la maximizo estando con lo que me hace más feliz (familia, amigos, niños, gatos, perros). El placer lo maximizo haciendo lo que me da más placer (comiendo mis comidas favoritas, viajando a mis países favoritos, y por supuesto teniendo sexo).
Llámame hedonista o incluso libertinista si quieres. Estarías completamente en lo cierto. Las restricciones morales e inhibiciones sexuales impuestas por la sociedad moderna son totalmente antinaturales. Todos viviríamos mucho más felices si actuáramos más como los bonobos.
Las relaciones sexuales juegan un papel preponderante en las sociedades de bonobos, ya que son usadas como saludo, como método de resolución de conflictos, como medio de reconciliación tras los mismos y como forma de pago mediante favores tanto de machos como de hembras a cambio de comida. Los bonobos son los únicos primates (aparte de los humanos) que han sido observados realizando todas las actividades sexuales siguientes: sexo genital cara a cara (principalmente hembra con hembra, seguido en frecuencia por el coito hembra-macho y las frotaciones macho-macho), besos con lengua y sexo oral.
La actividad sexual tiene lugar tanto dentro de la familia inmediata como fuera de ella, y suele implicar tanto a adultos como a crías. Los bonobos no forman relaciones estables con parejas individuales. Tampoco parecen discriminar en sus comportamientos sexuales según género o edad, con la excepción de madres y sus hijos, entre los cuales nunca se han observado relaciones sexuales. Cuando los bonobos encuentran una nueva fuente de comida o lugar de alimentación, la excitación general suele desembocar en una actividad sexual en grupo, sobre todo entre las hembras, presumiblemente descargando la tensión de los participantes y permitiendo una alimentación pacífica.
Los machos bonobo practican con frecuencia varias formas de sexo genital entre ellos. Una de las formas consiste en ambos machos colgando de un árbol cara a cara mientras frotan sus penes entre sí. […] Una forma especial de la misma, empleada por los machos como reconciliación tras un conflicto, se realiza con ambos tumbados en el suelo y trasero con trasero, mientras frotan sus bolsas escrotales entre ellas.
Las hembras bonobo usan el sexo genital hembra-hembra (tribadismo) como forma de establecer relaciones sociales entre ellas, fortaleciendo así el núcleo matriarcal de la sociedad bonobo. La estrecha relación entre las hembras les permite dominar la estructura social —aunque los machos son físicamente más fuertes, no pueden enfrentar solos a un grupo unido de hembras. […]
Frans de Waal, Richard Wrangham y Dale Peterson enfatizan el uso del sexo por parte del bonobo como mecanismo para evitar la violencia.
WikipediaTanto el chimpancé común como el bonobo evolucionaron del mismo ancestro que dio lugar a los humanos, y sin embargo el bonobo es de las especies más pacíficas y no agresivas de mamíferos que hoy día viven en la Tierra. Han desarrollado vías para reducir la violencia que permean toda su sociedad. Nos muestran que la danza evolutiva de la violencia no es inexorable.
En resumen: los bonobos se dedican a hacer el amor y no la guerra. Se la pasan teniendo sexo entre ellos como actividad social y eso los hace una de las especies más pácificas. El humano podría haber sido como ellos si hubiese querido. Pero no, los de arriba tuvieron que crear la religión y la moralidad para mantener controlados a los de abajo. Como especie elegimos violencia antes que paz. Odio antes que amor. Dolor antes que placer.
Mientras estábamos teniendo sexo sonó el teléfono de Guss, quien prefirió no atender (me dijo «I don’t care»). Luego sonó una vez más. Y luego otra. A la quinta finalmente Guss se levantó de la cama y fue a atender. Eran los demás que nos estaban esperando abajo para ir a cenar.
Nos apuramos para terminar y bajar. Me dijo Guss que para que no sospecharan, él bajaría primero y yo me quedaría en su habitación por un par de minutos más antes de bajar.
A las 20:00 llegamos al restorán. Pedimos nasi bungkus (arroz para llevar) con rendang.
El nasi bungkus es arroz blanco y guarniciones para una persona envuelto en hojas de plátano con una base de papel, para poder llevarlo y comerlo en otro sitio. Nasi bungkus no es el nombre de un tipo de comida, sino una forma de envasarla. Cuando el arroz y las guarniciones se envasan en una caja de cartón, el arroz se llama arroz en caja o arroz en caja.
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Rendang es un curry originario del pueblo Minangkabau (Indonesia). Es uno de los sabores más característicos de la cultura culinaria de Minangkabau, West Sumatra, (Indonesia), y es servido frecuentemente en las ocasiones ceremoniales y de honor a los invitados. Es muy popular en Indonesia, Malasia y Singapur, es preparado tradicionalmente por las comunidades Indonesians durante las ocasiones festivas.
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En la planta baja del hostal había unas mesas así que fuimos a comer lo que habíamos comprado allí, dado que si nos quedábamos en el restorán nos habría salido más caro según nos dijo Guss.
Es gracioso porque todos los extranjeros del grupo eran occidentales —la mayoría europeos—, y como los occidentales no son de comer comida picante, la estaban pasando bastante mal dado que lo que habíamos comprado parecía ser bastante picante. Yo me di cuenta de que después de vivir más de un año en Asia me acabé acostumbrando e inmunizando al sabor picante.
Cuando terminamos de comer nos pusimos a jugar a un juego de naipes que estaba bueno pero ya me olvidé completamente cómo se llamaba y jugaba. Solo recuerdo que supuestamente era alemán, y un alemán se lo había enseñado a Guss un tiempo atrás.
A las 23:00 pasadas le dije a Guss que estaba cansado y me quería ir a mi hotel. Me preguntó de qué forma me iría. Le dije que estaba pensando ir caminando dado que estaba más o menos a media hora desde donde estábamos. Pero él me recomendó que me pidiese un Grab ya que andar solo por la noche en Yakarta puede ser peligroso. Seguí su consejo y me pedí una moto por la app de Grab.
A la medianoche llegué al hotel.
Ame,
Kato