Kara Ema:
Cuando me fui de Argentina el año escolar recién estaba arrancando. Cuando llegué a Japón estaba terminando. Mis dos últimas jornadas en Argentina visité una escuela. Mis dos primeras jornadas en Japón también visité una escuela.
Es que tenía que terminar el proyecto de intercambio de correspondendia que había arrancado el año pasado.
El miércoles 7 y jueves 8 de marzo visité mi alma mater. Me invitaron a pasar a las aulas de los chicos de 4º grado durante la clase de inglés para darles una presentación sobre Japón y mi tiempo viviendo en aquel país.
Además de la presentación también hicimos ronda de preguntas, taller de origami, sesión de firmas y toma de fotografías.
Fueron alrededor de 105 chicos (35 en cada una de las tres aulas), a quienes les entregué las cartas que había obtenido de los chicos japoneses y a cambio recibí 140 respuestas para devolver a Japón.
Varios de ellos me interrogaban sobre cuándo pasaría de vuelta por el colegio a visitarlos, así que a lo mejor haya una segunda vez más adelante.
Ahora volviendo a Japón.
Mi primera jornada completa en Japón fue el lunes 18. Ese mismo día me pasé gran parte de la jornada visitando la misma escuela que había visitado el año pasado.
Sakura, la mamá de los chicos con quienes estoy viviendo, me dejó preparado un bentō (recipiente transportable con comida preparada y lista para comer) para mi almuerzo en el colegio.
A las 8:30 salí para la escuela. Los chicos se acordaban todos de mí y se alegraron de volver a verme. Una de las estudiantes se levantó de su silla cuando me vio y me extendió la siguiente invitación:
Se trataba de una invitación para participar con los tres sextos cursos en una recreación que tendría lugar el día siguiente en el patio de la escuela. Por supuesto que la acepté encantado.
La jornada escolar del lunes se dividió básicamente en tres partes:
- Ensayo de la ceremonia de graduación
- Presentación de cosas de Japón
- Almuerzo
Es que como te dije más arriba, están a punto de terminar las clases en Japón, y estos chicos están en sexto que es el último grado de la escuela primaria, con lo cual están por graduarse y pasar a la escuela media.
La ceremonia de graduación fue este viernes, y yo no estuve invitado (solo podían ir los padres). Pero en cierta forma pude presenciarla dado que tuve la oportunidad de ver el ensayo que hicieron el lunes.
Las graduaciones de escuelas japonesas son tan distintas y peculiares comparadas con las que suceden en otros países que no sé por dónde empezar a contarte cómo son. Por suerte tengo a Wikipedia para ayudarme con eso:
Los estudiantes de cursos inferiores, los padres y los profesores se sientan primero. El subdirector guía a los funcionarios locales y a los invitados especiales. Todos los profesores se levantan y les hacen una reverencia al entrar. Cuando los graduados entran, son liderados por sus maestros de aula. Todos caminan muy despacio y con determinación. Caminan en líneas rectas y hacen giros de 90 grados si es necesario. Los estudiantes se colocan junto a sus sillas y esperan a que el maestro de aula señale y todos se sienten al mismo tiempo. Luego, el maestro de aula se une al resto de los profesores. El jefe de ceremonias pide a todos que se pongan de pie y hagan una reverencia hacia la bandera japonesa. Esto se coordina tocando tres acordes en el piano. 1º-prepararse, 2º-inclinar, 3º-volver a ponerse erguido.
Cantar tiene una gran importancia en el plan de estudios de las escuelas japonesas y también es una parte importante de la graduación. La primera canción es el himno nacional de Japón, seguido por la canción de la ciudad y la canción de la escuela. Estas dos últimas suelen estar impresas en el programa. Esta es la última vez que la clase de graduados cantará la canción de la escuela junto con el resto de la escuela. En este punto, o después de la entrega de diplomas, la clase inferior canta a la clase de graduados, y la clase de graduados a la clase inferior. Luego todos cantan juntos. Algunas de las canciones posibles son: «Tabidachi no Hi ni», «Sayonara», «Until the World is One» de Ya-Ya-Yah, «Sakura» de Naotaro Moriyama, «Aogeba Tōtoshi» y «Hotaru no Hikari» (cantada con la melodía de Auld Lang Syne).
Después de que termina el canto, el director, vestido con un esmoquin de estilo japonés o corbata negra, se dirige al podio. Por lo general, una maestra vestida con un hakama saca los diplomas en una bandeja grande. El maestro de aula de cada clase pronuncia los nombres de sus estudiantes en orden alfabético dividido por género. Recientemente, algunas escuelas han dejado de dividir la clase por género. Los estudiantes se levantan y dicen «はい» (hai), que significa «sí» en japonés. En clases grandes, puede que solo llamen los nombres. En clases más pequeñas, cada estudiante podría subir al escenario y recibir su diploma. Se forman en fila, caminando en líneas rectas, haciendo giros de 90 grados, a un ritmo deliberadamente lento. En algunas escuelas primarias, los estudiantes dan un breve discurso sobre lo que quieren hacer en la escuela secundaria antes de recibir sus diplomas.
El director lee en voz alta el diploma una vez para el primer estudiante de cada clase. El diploma se entrega en tamaño completo en una cubierta abierta (no enrollada). El director gira el diploma para que el estudiante lo pueda ver y se lo entrega. El estudiante recibe el diploma primero con la mano izquierda y luego con la derecha antes de jalarlo hacia sí mismo. El estudiante retrocede y se inclina en señal de respeto hacia el director. Luego, el estudiante cierra lentamente el diploma y lo dobla bajo su mano izquierda antes de girar y alejarse caminando. Al regresar a sus asientos, los estudiantes se detienen y se inclinan ante los invitados especiales.
Después de que todos los estudiantes vuelvan a estar sentados, el director pronuncia un discurso. Los discursos están escritos verticalmente de arriba hacia abajo, de derecha a izquierda, en un papel plegado en forma de abanico. El discurso del director es seguido por el jefe de la Asociación de Padres y Maestros (PTA, por sus siglas en inglés). En la escuela secundaria, un estudiante de cursos inferiores puede dar un discurso agradeciendo a los estudiantes de graduación por cosas como ser buenos «senpai». Esto es seguido por un discurso estudiantil del presidente estudiantil. Los estudiantes pueden dar discursos grupales predefinidos, como si fuera un diálogo entre los cursos inferiores y superiores. Los estudiantes se turnan para gritar partes del diálogo, a veces acompañados por todos o algunos otros estudiantes al unísono. Esto podría suceder antes, entre y/o después de las canciones.
Wikipedia
Como lo explica Wikipedia es como sucede en general; ahora yo te voy a hablar un poco como sucede en la escuela en la que estuve, en base a lo que presencié durante el ensayo. Como no pude sacar fotos te voy a intentar describir lo mejor posible todo lo que vi.
El lugar en donde acontece es el gimnasio, que por lo general en la escuelas japonesas es un edificio aparte del edificio principal donde están las aulas, es bastante amplio e incluye un escenario.
El día de la ceremonia el gimnasio se divide en tres secciones, desde adelante hacia atrás: el escenario, la zona donde están sentados los graduados y la zona donde están sentados los padres.
Durante el ensayo los alumnos practicaron la entrada y salida ordenadas, haciendo una marcha solemne hacia y desde las sillas, yendo de a dos a paso lento, separados del de en frente por varios metros, llegando a propósito hasta la esquina y haciendo un giro de noventa grados al mejor estilo militar. De esta misma forma marcharon también desde sus sillas hasta el escenario para recibir cada uno su diploma.
Luego de la entrega de diplomas hicieron la parte que en mi opinión es la más emotiva, consistente en dar un discurso grupal de una forma muy particular. Empezaba a hablar un alumno y tras enunciar unas palabras de repente seguía otro en un lugar aparentemente aleatorio, luego otro y otro hasta que para el final del discurso habían hablado todos o casi todos. Cada tanto hacían pausas durante las cuales cantaban entre todos distintas canciones emotivas, mientras una de las maestras tocaba el piano.
Las canciones que cantaron fueron (les pregunté los nombres):
- 旅立ちの日に (Tabidachi no hi ni / En el día de mi partida)
- 巣立ちの歌 (Sudachi no uta / Canción de dejar el nido)
- 君が代 (Kimi ga yo / Himno Nacional de Japón)
Mientras estaban haciendo esta parte del ensayo pasó algo que me sorprendió: una chica se puso a llorar de la emoción. No fue eso lo sorprendente sino la forma en que reaccionaron los profesores. Yo no la había visto a la chica todavía, pero de repente observé cómo un profesor tiraba la carpeta que tenía en la mano al piso y salía precipitado corriendo hacia donde estaba la chica, mientras otro profesor hacía lo mismo desde el otro extremo del gimnasio. Ahí fue cuando me di cuenta de lo que estaba pasando.
Al principio la dejaron que se sentara en su silla mientras los demás chicos seguían cantando y recitando el discurso alrededor de ella, pero al cabo de unos minutos la terminaron retirando del gimnasio. Yo todavía no podía creer lo que había presenciado. Son situaciones como estas las que te muestran el amor que tienen los profesores por sus alumnos.
Al final del ensayo me pidieron a mí que diera un pequeño discurso frente a todos los graduados. Luego de mi discurso volvimos a las aulas.
En el aula los alumnos pasaron en grupos a mostrar la presentación que habían preparado sobre distintas cosas de Japón. Hubo un grupo que habló sobre los festivales, otro sobre la comida, otro sobre los deportes, sobre los sitios turísticos, los juegos tradicionales, el arte, la lengua, etc.
Cada grupo (de tres o cuatro integrantes) habló durante más o menos cinco minutos mientras proyectaba la presentación que habían preparado. Las diapositivas estaban repletas de texto, a veces solo en japonés, a veces en japonés y en inglés, y en una ocasión incluso lo habían puesto en español para mí beneficio. Este texto los alumnos que presentaban lo leían tal cual estaba escrito en las diapositivas. Según me había contado Sakura, los chicos no están acostumbrados a dar presentaciones así, y realmente se notaba que ese era el caso.
Más allá de cuán bien o mal hayan hecho las presentaciones, me divertí mucho viéndolos presentar y enseñarme distintas cosas sobre Japón, algunas que ya conocía y otras que no.
A las 12:30 almorzamos, momento en que aproveché para entregarles las cartas de los chicos argentinos.
A las 15:00 ya estaba de vuelta en casa.
El martes cerca de las 11:00 volví a ir al colegio para la recreación a la que me habían invitado.
La primera actividad que hicimos se llamaba お神輿 (omikoshi) y consistía en llevar una pelota balanceada sobre una gran tabla de madera, la cual era transportada por cuatro personas, una en cada esquina. Si la pelota se caía al piso había que agarrarla y volverla a colocar sobre la tabla para poder continuar avanzando.
El segundo juego fue el 綱引き (tsunahiki), el cual es un clásico en las escuelas de Japón.
La tercera y última actividad fue el 泥警 (dorokei), conocido en español como el poliladron. Los que tenían chaqueta eran los policías y los que no los ladrones. Cuando un policía atrapaba a un ladrón, este tenía que dirigirse a la cárcel y quedarse ahí hasta que viniese otro ladrón a salvarlo. Utilizaron el arco del campo de fútbol como cárcel.
A mí me dejaron participar de todos los juegos excepto el poliladron, el cual solo pude mirar. La justificación por la cual no me dejaron jugar a ese (a pesar de que los otros profes sí jugaron) fue que como los niños tenían que correr había cierta probabilidad de que alguien se lastimara, y el seguro que tenía la escuela contra esta clase de accidentes no contemplaba visitantes como yo.
Esta recreación es lo más cercano que he podido experimentar hasta ahora de un 運動会 (undōkai), un festejo que hacen en todos los colegios japoneses una vez por año, en el cual los padres asisten y ven a sus hijos realizar toda clase de actividades deportivas y recreativas.
Una de las actividades clásicas del undōkai —según me contó Sakura el otro día y me mostró fotos— es la danza tradicional Sōran Bushi.
El Sōran Bushi (ソーラン節, en español Danza Soran) es una de las canciones y danzas tradicionales más famosas de Japón. Es una saloma marina que se dice que fue cantada por primera vez por los pescadores de Hokkaido.
La versión comúnmente conocida de la canción y el baile se llama Nanchū Sōran (南中ソーラン) y fue creada en el año 1991 en la escuela secundaria Wakkanai Minami Junior. Utiliza la canción y el texto de Takio no Sōran Bushi de Takio Ito del año 1988, que es una versión modernizada de la canción original con un ritmo más rápido y una música y un texto más modernos. La coreografía fue desarrollada por el bailarín de Butoh Jushō Kasuga, que incluye la actuación sobre las olas del mar, de pescadores arrastrando redes, tirando de cuerdas y cargando equipaje sobre sus hombros. La escuela recibió una mención de honor en la Convención Nacional de Premios de Danza y Canción Folclórica en el año 1992, y un año después el Gran Premio del Primer Ministro de Japón. Esto hizo que la canción y el baile fueran conocidos a nivel nacional, por lo que este baile se enseña en casi todas las escuelas del Japón como parte del plan de estudios.
Durante intervalos regulares del baile, las palabras «¡ Dokkoisho ! ¡ Dokkoisho!» y «¡ Soran ! ¡ Soran !» son coreadas. Esas palabras fueron utilizadas en el pasado para animar al pescador durante su trabajo.
Wikipedia
La recreación duró dos horas, transcurridas las cuales me volví a casa.
Así concluye mi experiencia en la escuela de Takeshi y Daichi.
Ame,
Kato
Que bueno que pudiste ur a la escuela! Justoo