Kara Ema:
El sábado cerca de las 9:00 bajé al lobby dado que Hùng me estaba esperando en el coche con Minh.
Antes de salir pasé por recepción para dejar las llaves de mi habitación así pasaban a limpiarla. Casi no pude contener mi sonrisa cuando vi a las niñas tiradas en una cama que por alguna razón estaba ubicada justo detrás del mostrador de recepción. Cuando ellas me vieron a mí, me saludaron y llamaron a su madre por teléfono para que viniera a atenderme.
Hùng nos llevó a desayunar a un local que tenía mesas y butacas diminutas—de esas que te encontrarías en un jardín de infancia, y no en un sitio frecuentado también por adultos, aunque supongo que para los vietnamitas no es tanto problema dado que son de estatura relativamente baja. Las mesas estaban sobre la acera.
Allí comimos algo llamado xôi, que me parecio bastante apetitoso.
El xôi es un plato vietnamita salado (mặn) o dulce (ngọt) elaborado con arroz glutinoso y otros ingredientes. El xôi es un desayuno común para llevar y un tentempié popular en todo el país. Aunque suele servirse como desayuno o postre, en muchas zonas de Vietnam también se come en el almuerzo o la cena como plato principal.
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Al cabo de media hora nos fuimos. Esta vez el papá de Minh nos condujo hasta un lugar que quedaba a unos diez kilómetros del centro de Vinh, llamado Eco Central Park.
Según me contó Hùng, se trataba de un proyecto impulsado por una constructora privada que compró un montón de tierras y desde hace unos años está construyendo un gran campo ecológico, con numerosas zonas verdes intercaladas entre edificios residenciales, oficinas, cafeterías, etc.
Al lado del lago había una cafetería donde nos quedamos un buen rato. Hùng se pidió un café vietnamita (con leche condensada dulce) y yo, un cà phê muối (café salado).
El café salado es una bebida elaborada a partir de los ingredientes principales café, leche (leche condensada, leche fresca fermentada) y sal refinada. […] Esta bebida se ha vuelto popular en Vietnam, en las principales ciudades como Hanoi y Ho Chi Minh […].
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No entiendo por qué se llama café salado, dado que al menos el que yo probé no solo no tenía gusto salado sino que la mitad del vaso parecía ser una crema bastante espesa, rica y dulce. Me pareció muy rico, pero para mí tenía más gusto dulce que salado.
A las 11:30 nos fuimos de vuelta para el centro de la ciudad.
A las 12:00 llegamos a la casa de Hùng, donde almorzamos.
Una hora y media más tarde salimos Hùng y yo nada más, pero esta vez en lugar de coger el Mercedes fuimos con las bicis hasta mi hotel.
Mi anfitrión me dio una de sus bicicletas y me dijo que la podía usar cuando quisiera, aunque sinceramente me da un poco de miedo andar en bici en el Sudeste Asiático.
Cuando llegamos a mi hotel nos despedimos y él se volvió para su casa.
A las 19:15 recibí un mensaje de Hùng diciéndome que fuera para su casa a cenar. Sería la primera vez que andaría solo por una calle vietnamita.
Una cosa que noté mientras caminaba es que las sillas y mesas rojas y pequeñas ubicadas en la acera no son algo particular del lugar donde habíamos ido a desayunar más temprano sino que parecen ser un elemento típico de Vietnam, o al menos de esta ciudad:
En un momento pasé por una acera donde había gente cenando en las sillas rojas, incluyendo unas chicas jóvenes que parecían ser adolescentes (con los asiáticos es difícil estar seguro de las edades). Cuando pasé por al lado de ellas me saludaron en inglés y me preguntaron de dónde era. Me sonreían y se reían entre ellas.
Me da la sensación de que muchos vietnamitas se interesan por mí cuando me ven y me quieren hablar, pero muchas veces no se animan o no pueden decir mucho más que «hello» debido a la barrera del idioma (ellos no manejan mucho el inglés y yo tampoco el vietnamita).
Cuando terminamos de cenar, cerca de las 21:00 Hùng sacó su moto para llevarnos a mí y a Minh al sitio ese donde estaba el escenario que vi la primera noche.
Sí: Minh tiene dos años y medio y va montado en una moto sin casco. Sí: si llegara a tener un accidente las chances de que sobreviviera son básicamente 0%, pero así es como funcionan las cosas en el Sudeste Asiático.
Por cierto, la motocicleta de Hùng se trata de una Vespa último modelo importada de Italia. No esperaría menos de una persona con un Mercedes y una bicicleta marca Trek importada de Estados Unidos.
Mientras iba en la moto noté varias motos que pasaban alrededor llevando niños. En un momento pasó una con una niña que me estaba observando con intriga. Cuando la vi le sonreí y la saludé con la mano, tras lo cual recibí a cambio una sonrisa y un saludo por parte de ella también.
El lugar donde estábamos yendo era una parte de la Avenida de Lenin que los viernes y sábados entre las 19:30 y las 23:00 se vuelve peatonal y se llena de gente, incluyendo muchos niños.
Antes de llegar al escenario yo ya me esperaba que se tratara de un show de niños bailando, pero lo que no imaginaba era que iban a ser niños tan pequeños—no parecían tener mucho más que la edad de Minh. En todo caso lo seguro es que eran casi todos de edad de jardín/preescolar.
No sé qué tienen los asiáticos con los shows de niños bailando pero me encanta; no me canso nunca de verlos.
Países asiáticos donde he visto este tipo de shows hasta ahora: Vietnam, Japón, Corea del Sur, Tailandia, Malasia.
Países europeos donde he visto este tipo de shows: [ninguno].
Había decidido que no iba a hacer ninguna filmación, dado que quería disfrutar del evento en vivo y no a través de una pantalla. Además filmar mucho signica tener que pasar horas después cortando los vídeos y armando el montaje.
Pero hubo tres ocasiones en que no me pude resistir y acabé haciendo una excepción a mi regla autoimpuesta de no filmar.
La primera fue porque te quería mostrar las imágenes comunistas que pasaban de fondo mientras las lolis vestidas de militares bailaban en el frente. Fue muy extraño presenciar eso; me hizo sentir que estaba en Corea del Norte más que en Vietnam.
La segunda excepción que hice fue cuando escuché un tema que no esperaba escuchar. Entre todos los temas de K-pop que bailaron, en un punto pusieron uno de reguetón.
La tercera y última fue para la final del espectáculo en la que soltaron incontables globos inflados con helio y todos nos quedamos viendo cómo desaparecían a lo lejos en el cielo nocturno.
A las 22:00 pasadas, tras haber terminado el show nos volvimos con la Vespa para casa, pasando primero por mi hotel para dejarme a mí.
Ame,
Kato
Tremendo el Eco park!