Excursión al museo con los niños del jardín (4 y 5 años)

Kara Ema:

El martes fui al jardín a las 7:45.

Me ofrecieron un bol de phở para desayunar. Luego me hicieron ir con los niños de 4 y 5 años, quienes estaban esperando en el patio cerca de la entrada a que los pasara a buscar una camioneta para llevarlos a una excursión al Bảo tàng Nghệ An (museo de la provincia de Nghệ An, de la cual Vinh es capital).

Entré en la camioneta con ellos. No podía creer lo que veía: alrededor de veinte niños en una camioneta donde normalmente entrarían diez. Nada de cinturón de seguridad y esas cosas. Básicamente estaba presenciando el polo opuesto a lo que me había acostumbrado en Japón.

Quería hacer fotos de los niños pero al principio no me animaba, dado que justamente Japón me había acostumbrado a que hacer fotos a los niños en ámbitos institucionales está prohibido. Pero enseguida me di cuenta de que las demás profes (eran todas mujeres) estaban haciendo, así que al final me animé y empecé a tomar yo también.

Por cierto, hablando de diferencias con Japón: ¿recuerdas cuando hice ese voluntariado en el hogar de niños en Kioto que me hicieron leer y aceptar un montón de reglas antes de llevarme con los niños? Aquí en el Sudeste Asiático esas formalidades se las saltean y te dejan ir directo con los niños, sin explicarte ninguna regla.

Así iban los niños en la camioneta

A las 8:20 llegamos al museo. Nos pasamos una hora allí dentro, recorriendo las distintas salas con los niños caminando siempre en fila, agarrado cada uno del de adelante.

Lo curioso —y bizarro— fue que cada vez que nos deteníamos no era para observar las cosas que había en el museo y explicarle a los niños de qué se trataban, sino más bien para tomar fotografías grupales de los niños. Las maestras nunca se pusieron con ellos en la foto, pero si me pidieron un par de veces que me pusiera yo. Supongo que quieren mostrarles a los padres que consiguieron una persona extranjera para ayudar a sus hijos a practicar inglés y tal.

Maestras haciéndoles fotos a los niños

Una cosa que a mí personalmente no me gustó y no entiendo por qué tienen que hacerla, fue la de separar a las niñas por un lado y los varones por el otro, como puedes ver en la siguiente foto:

También los hacían hacer diferentes poses, como esta de los brazos cruzados por algún motivo.
Les pregunté a estas tres niñas si podía hacerles fotos y les pedí que hicieran diferentes poses. Solo una de ellas accedió a hacer todas las poses que le pedí. Una ternurita ♡.
«¡Cuidado! ¡Hay un tigre detrás de ti!»
Bajando las escaleras del museo para volver a subirse a la camioneta después de tomar un cartón de leche en el lobby

Los niños en general se portaron superbien conmigo, aunque algunos ocasionalmente arañaban, pegaban o mostraban el dedo medio, no solo a mí sino también entre ellos. Esta clase de comportamiento jamás la vi en Japón, mientras que aquí parece ser común, al igual que es común que los adultos —tanto padres como maestros— les peguen ligeramente a los niños cuando no obedecen. ¿Casualidad? No lo creo.

A las 9:45 estábamos de regreso en el kinder.

Los niños subieron las escaleras hasta su aula, y yo les seguí por atrás. Noté que casi todos fueron al lavabo para tomar agua, pero no vi que se hayan lavado las manos, ni siquiera para almorzar, que fue lo siguiente que hicieron.

Los niños en el aula mientras las maestras preparaban el almuerzo en la sala de al lado
Los niños almorzando a las 10:30

Mientras los niños almorzaban apareció una mujer que habla inglés y cuyo cargo en el jardín no conozco ya que nunca me lo dijo, pero básicamente es la persona a quien yo reporto mientras estoy trabajando allí. Llamémosla Kim.

Kim me llevó al cuarto piso, donde estaba la cocina. Me dijo que yo almorzaría y desayunaría siempre allí. Me llevó hasta la cocina y me indicó que cogiera una de las bandejas con comida que estaban ahí. Lo hice y me senté a comer.

Lo que me dieron de almorzar en el kinder

Cuando terminé de comer bajé al primer piso y entré a la recepción, donde me volví a encontrar con Kim. Me pidió que mañana fuese de vuelta a las 7:30 y que esta vez me pusiese un pantalón largo en vez de corto. Mi reacción fue de desconcierto: «¿Pantalón largo? ¿Con este calor?»

La mujer me explicó que hay cámaras en las aulas del jardín, y los padres tienen acceso a ellas para poder estar al tanto de lo que están haciendo sus hijos. Me dijo que dado que los padres pueden verme a través de las cámaras, tengo que estar vestido medianamente formal con un pantalón largo.

A las 11:00 me despedí de Kim y me fui al hotel.

Sentí que estaba tan exhausto de la media jornada en el jardín que decidí dormir una hora de siesta. Ser maestro de jardín definitivamente no es un trabajo para cualquiera, y es muy agotador, pero a la vez muy gratificante (bueno, si te gustan los niños, si no solo es agotador y estresante).

A las 18:30 cogí la bici y me fui a un cajero automático, a extraer mis primeros billetes de đồng. Extraje dos millones de đồng (~US$80), que seguramente me van a durar bastante considerando el bajo costo de vida y el hecho de que casi no tengo consumos.

Qué fácil es ser millonario en Vietnam: solo necesitas dos billetes como estos.

Del ATM me fui con la bici hasta lo de Hùng, donde esta vez me dieron de cenar espaguetis.

Lo que cené el martes en lo de Hùng (cocinado por Xuân).

A las 21:30 volví al hotel.

Ame,
Kato


Dedicado a la memoria de mi mamá, que fue maestra de jardín antes que yo.