Sábado de origami y comida coreana

Kara Ema:

El sábado a las 7:30 me vino a buscar Bảo para llevarme a desayunar. Pensé que iríamos al tercer piso pero en su lugar me llevó a un restorán que quedaba a una cuadra del colegio.

Lo que desayuné con Bảo

Me contó Bảo que hoy era «enrollment day» (día de inscripción), es decir el día en que los padres venían a tener entrevistas con los profesores y a inscribir a sus hijos como alumnos de este colegio para el siguiente año lectivo, que arrancaría después de las vacaciones de verano en septiembre.

Mientras los padres hacían las entrevistas, los niños estaban en un área preparada especialmente con papeles y lápices para que se entretuviesen dibujando y pintando.

Área donde los niños estaban dibujando

Me pidieron que me quedase aquí jugando y charlando con los niños.

Niñas dibujando

A las 8:30 el profe de deportes apareció y me pidió que lo siguiera hasta una cafetería, donde me compró un cà phê muối antes de hacerme volver al colegio al mismo lugar donde estaba con los niños. Parece que para los vietnamitas son bastante importantes estas pausas-café (coffee breaks).

Cafetería donde me llevó el profe de deportes
De regreso en el área donde los niños

A eso de las 9:30 aparecieron Anh y Chi, así que me puse a jugar con ellas durante alrededor de dos horas. Nos la pasamos haciendo un montón de origamis, tales como el barquito, el avioncito, la rana saltarina, y por supuesto la grulla.

Se llevaron todos los origamis que hicieron —y que yo les hice— a la casa de sus abuelos.

Mientras estaba jugando con ellas una niña también quizo sumarse a hacer origamis con nosotros, aunque en un momento se aburrió y se puso a dibujar. Hizo dos dibujos: uno de una niña (ella), y otro de un hombre, su profesor Kato. Ambos dibujos me los obsequió.

Dibujos que me hizo una niña de seis años, y que ahora forman parte de mi tesoro.

A las 12:00 pasadas fuimos al tercer piso a almorzar. No había niños en las mesas aparte de las nietas del director, pero sí estaban todos los profesores. Eran un montón, y lo gracioso —aunque supongo que poco sorprendente— es que la enorme mayoría eran mujeres. El hecho de ver tantas mujeres juntas y todas vestidas de la misma forma (con una camiseta de color celeste) me hizo acordar a la serie española Vis a Vis.

Después de comer subí a mi habitación para descansar.

Frente a la plaza Ho Chi Minh hay un pequeño centro comercial llamado Vinh Centre. Como tenía la tarde libre decidí ir caminando desde la escuela hasta allí para visitarlo.

A las 16:00 pasadas llegué a Vinh Centre.

Vinh Centre

La mayoría de los locales en el interior eran de comida tipo restoranes y cafeterías, como:

Highlands Coffee y Phúc Long
Dookki, un bufet de comida coreana.
Jollibee, la cadena de comida rápida filipina.

Ya había almorzado en la escuela y en unas horas cenaría en lo de Hùng; así y todo no me pude resistir a entrar al bufet coreano, sobre todo cuando me enteré lo barato que costaba: 150 mil đồng (~US$6).

Sí, leíste bien: por solo seis dólares tenías acceso ilimitado a esto:

Bufet coreano Dookki (I)

Y esto:

Bufet coreano Dookki (II)

Y esto:

Bufet coreano Dookki (III)

Y esto:

Bufet coreano Dookki (IV)

Y más cosas a las que no les hice fotos, como las bebidas y las salsas.

Todo lo que me agarré para comer en la primera tanda

A las 18:00 me fui del centro comercial y me crucé a la plaza Ho Chi Minh. A los quince minutos me junté con Hùng y Minh en aquella plaza.

Plaza Ho Chi Minh

A las 19:30 pasamos por una cafetería donde Hùng me invitó un Trà Sữa Kem Cheese Đường Đen (té con leche, queso crema y azúcar negra).

Una hora más tarde estábamos todos cenando en lo de Hùng.

Lo que cené el sábado (que por cierto no pude terminar dado que ya estaba lleno de haber ido al bufet coreano).

A las 22:00 pasadas Hùng me llevó en su Vespa hasta el colegio. Veinte minutos más tarde estaba en mi habitación del noveno piso.

Ame,
Kato