Fiesta de cumpleaños y jornada de deportes

Kara Ema:

El martes recibí una llamada de la encargada del personal de la escuela pidiéndome que fuese al octavo piso a las 8:30. Cuando fui me llevé la sorpresa de que era el cumpleaños de Bảo y todo el colegio estaba allí para celebrar.

Niños y profesores felicitando a Bảo por su cumpleaños
Niños alineándose para hacerse una foto grupal con Bảo

Después de cantar el feliz cumpleaños y hacernos la foto grupal, nos sentamos a comer unos snacks.

Niños comiendo snacks

Mientras comíamos y charlábamos, pasaron varias personas a cantar una canción. Primero lo hicieron dos niños del grupo de los más pequeños, luego las nietas de Bảo, y finalmente yo. Sí: me pidieron a mí pasar al frente a cantar. No sabía qué canción elegir, y como no tenía mucho tiempo para pensar simplemente fui por la primera que se me vino a la cabeza: Hallelujah de Leonard Cohen.

Anh y Chi cantando para su querido abuelo

A las 9:00 nos movimos al aula, y allí comimos un pedazo de pastel cada uno.

Comiendo el pastel del cumple de Bảo

Dado que era hora libre, estuve jugando un rato con los niños a distintos juegos con las manos.

Jugando juegos con las manos

Al rato nos desplazamos una vez más, esta vez hacia el campo de fútbol. Allí estaban los niños más grandes, los más pequeños y el profesor de deportes que había conocido el primer día.

Niños en el campo de fútbol preparándose para hacer actividades deportivas

Lo primero que hicimos fue elongamiento; y digo hicimos porque yo también me puse al lado de los niños a hacer los mismos movimientos que ellos estaban copiando del profe de deportes.

Luego los niños hicieron una carrera que involucraba saltar barras y zigzaguear conos.

Niños haciendo la carrera
Niñas tiernas formando la fila para hacer la carrera

Si te fijas bien en el atuendo que llevan puesto los niños, notarás que están en traje de baño. Esto es porque después de hacer las actividades en el campo de fútbol los niños irían a la piscina a nadar y jugar un rato.

Niños antes de meterse en la piscina
Niños refrescándose en la piscina
Niñas sonrientes en la piscina

Me habría gustado meterme con ellos al agua pero no tenía puesto traje de baño, y no me animé a preguntar si podía subir a buscar uno y volver. A lo mejor la próxima vez.

A las 10:30 los niños se fueron al vestuario a cambiarse y yo me fui a mi habitación. Media hora más tarde bajé al tercer piso para almorzar.

Mi almuerzo del martes

Por lo general me suelo sentar siempre al lado de Mai y cerca de las nietas de Bảo, por varias razones: (1) son de los niños que saben hablar mejor inglés, (2) son de los niños con quienes mejor me llevo, (3) ellas me piden que me siente con ellas, y (4) son de los niños más tiernos.

Después de comer me volví a mi habitación.

A las 14:30 bajé al aula de siempre en el segundo piso, pero esta vez me la encontré vacía. Parece que los niños tenían clases en otra aula este día.

Aproveché entonces para explorar el colegio y terminar de conocer las partes que aún no conocía. Mientras hacía esto empecé a tomar notas de los lugares donde escondería las pistas. Es que estoy armando una búsqueda del tesoro para hacer con Anh y Chi.

Durante mi exploración del predio escolar me encontré con esta aula que parecía ser la de los chicos de secundaria que tuvieron su fiesta de graduación el lunes:

Aula de los chicos de secundaria, ubicada en el cuarto piso.

En un momento, mientras estaba subiendo las escaleras para pasar el cuarto piso al quinto, me topé con uno de los niños, quien apenas me vio me saludó, me tomó de la mano y me hizo seguirlo hasta el séptimo piso.

Resulta que varios de los niños estaban por arrancar su clase de música en este piso, así que me quedé un rato a observarla.

Clase de música

A las 15:30 me levanté de la silla que me había dado uno de los niños para sentarme a observar la clase, me fui hacia la puerta y salí después de haber saludado con un gesto de la mano al grupo de niños y a la profe.

Es que todavía me faltaba explorar medio colegio, y determinar dónde quería esconder la mitad de las pistas para la búsqueda del tesoro.

Así continué explorando. Esta vez me encontré con varias aulas especializadas, tales como la de informática, la de los instrumentos músicales, la de artes, y el laboratorio.

Aula de instrumentos musicales
Aula de artes
Laboratorio

Me resulta interesante notar cómo si bien muchas de estas aulas no parecen estar siendo utilizadas ahora durante las vacaciones de verano —recuerda que los niños que están ahora en la escuela no son todos sino solo unos pocos de primaria que vienen durante las vacaciones—, estaban todas sin llave. Los únicos sitios del colegio que he notado que cierran con llave/candado cuando no los están usando son la piscina y el aula de informática.

En un momento me llamó de vuelta la encargada del personal para pedirme que bajase al primer piso a participar de una sesión de fotografías con un niño, supongo que para utilizar en el sitio web del colegio o en las redes sociales. Así que estuve un rato trabajando de modelo con el niño, sentándome al lado de él mientras él leía un cuento, sonriéndole y haciendo de cuenta que le hablaba y le preguntaba sobre lo que estaba leyendo.

A las 17:00 me llamó Hùng para ir a la playa de vuelta. Al rato me pasó a buscar con el Mercedes y cerca de las 18:00 llegamos a la playa Cửa Lò.

Playa Cửa Lò

Mientras estábamos en el agua un hombre se me acercó sonriente y me empezó a toquetear todo el cuerpo, y a preguntar cosas sobre mí. Me dijo que yo era muy apuesto y mencionó la palabra «money», lo cual entendí como que me estaba ofreciendo dinero para tener sexo con él. Le dije en tono amable pero serio que no estaba interesado, y lo empujé levemente para que dejara de tocarme.

Esta debe de ser ya como la quinta vez que recibo avances de parte de hombres durante mis viajes. Lamentablemente para ellos, ya he tenido la experiencia gay en Indonesia y no tengo planeado repetirla. Hay que probar todo en la vida, pero solo hay que repetir las cosas que merecen la pena repetir, y que hacen a uno feliz. Estar con un hombre no es una de ellas.

Estuvimos unos cuarenta minutos en el mar, tras lo cual fuimos al lavabo comunal para limpiarnos y quitarnos toda la arena de nuestros cuerpos.

Lavabo comunal

En esta área también suele haber duchas y pequeños cubículos donde puedes entrar a cambiarte. Algo curioso que noté es que los niños generalmente se cambian fuera de los cubículos, a la vista de todos. Al parecer los vietnamitas no tienen problema con desnudar a sus niños de diez años en público. Lástima que yo no pueda hacer lo mismo y esté obligado a usar el cubículo para cambiarme.

Cerca de las 20:00 llegamos a la casa de Hùng, donde cenamos. Luego mi anfitrión me llevó con su moto hasta la escuela.

A las 22:00 llegué a mi habitación.

Ame,
Kato