Paseo por el barrio japonés y visita a tres centros comerciales

Kara Ema:

El lunes salí del hotel cerca de las 11:00 y empecé a caminar por la calle Sukhumvit, la que tiene el Skytrain y un montón de centros comerciales repartidos a lo largo de ella.

Estación Phrom Phong del Skytrain

Al cabo de unos diez minutos me crucé con el primer centro comercial de la jornada, EmQuartier.

EmQuartier (I)
EmQuartier (II)

Vendían cualquier cantidad de cosas para comer que se veían deliciosas, así que decidí pasar a través de ellas lo más rápido posible para no tentarme y correr el riesgo de hacer sufrir a mi vientre y a mi cartera. Ya tenía planificado donde me compraría algo para comer y no era aquí, sino en…

A las 11:30 llegué a Custard Nakamura, una panadería japonesa. Allí me compré tres panes que me costaron ฿128 (~US$3,7), considerablemente menos de lo que me habrían costado estando en Japón.

Custard Nakamura por fuera
Custard Nakamura por dentro

Lucía exactamente como las panaderías en Japón y con los mismos productos. Incluso tenían la clásica bandeja metálica para que dejes el dinero allí en lugar de dárselo en la mano al empleado que te atiende.

La bandeja que usan en Japón para hacer intercambios de efectivo

Pensar que cuando reservé el hotel en donde estoy no tenía idea de que toda la zona a su alrededor es el barrio japonés (Japan Town) de Bangkok. Nunca había visto un enclave japonés tan grande e interesante como este. Los japoneses que viven en Bangkok realmente no tienen nada que echar de menos de su país natal.

Desde que salí de la panadería caminé alrededor de media hora, tiempo en el cual no paré de toparme con negocios pensados para la comunidad de japoneses que viven por aquí.

Supermercado japonés
Restorán japonés
Hospital japonés
Mercado japonés
Local de cannabis japonés

Me resultó irónico ver una tienda con la palabra «marijuana» escrita en katakana (マリフアナ), considerando que Japón acaba de sacar una ley que prohibe el uso de cannabis en todo el territorio nacional. Previamente solo estaban prohibidas la posesión y la venta, pero ahora el uso recreativo también es penalizado con hasta siete años de prisión.

Te quiero mucho Japón pero a veces odio tus leyes absurdas y draconianas. Igual el verdadero enemigo es Estados Unidos, dado que fue por influencia y presión de este país que Japón ha criminalizado las drogas, censurado la pornografía y subido la edad de consentimiento sexual. Sería genial que los yanquis dejasen de ser tan etnocéntricos y de intentar cambiar los usos y costumbres de otras naciones y culturas.

Centro comercial japonés (Donki Mall)
Maid café dentro de Donki Mall
Jardín japonés

Con «jardín japonés» en este caso me refiero no al que tiene plantas y flores sino al que tiene mocos y pañales sucios ángeles y caramelos dulces. Dado que es un barrio donde viven muchas familias japonesas, naturalmente también hay varios jardines y colegios que se hacen llamar «internacionales» dado que enseñan tanto inglés como japonés; no solo el idioma sino también la cultura, y utilizan el mismo sistema de enseñanza que emplean en las escuelas de Japón.

Toqué timbre y pregunté si podía pasar a jugar con los niños. Me dijeron que debido a que la dueña (asumo que es una mujer dado que el 97% de las veces ese es el caso) no estaba, no podían dejar a nadie entrar sin su autorización. Me dieron una dirección de correo electrónico y me ofrecieron escribir allí para solicitar una reunión con la dueña y obtener el permiso para presenciar una clase.

Dado que mi plan de visitar un jardín japonés se vio frustrado, decidí ir caminando de vuelta al barrio de Khlong Toei.

A las 13:40 llegué y me metí en la primera fundación que vi en la calle de las fundaciones: Janusz Korczak School of S.E. Asia. Ni siquiera había entrado al edificio todavía que los niños que estaban adentro ya me estaban saludando y sonriendo. Cuando entré me ofrecieron una silla para sentarme mientras ellos seguían con el baile que estaban haciendo. Creo que estaban ensayando para algún evento de Navidad. Nadie hablaba inglés así que no pude hacer mucho más que mirar cómo bailaban, sonreír y aplaudir.

Niñas bailando en la escuela de Janusz Korczak
Janusz Korczak, el campeón de los niños (según lo que ponía este cuadro en la pared).

Janusz Korczak nació el 22 de julio de 1878 o 1879 en Varsovia y murió el 7 de agosto de 1942, asesinado en el campo de exterminio nazi de Treblinka.

Nacido en el seno de una familia judía bien integrada a la sociedad europea y defensora de los valores de la Haskalá, Korczak fue médico pediatra, pedagogo, escritor, publicista, activista social y oficial del Ejército Polaco.

Pedagogo innovador, fue autor de varias publicaciones sobre la teoría y la práctica de la educación. También fue precursor de la lucha en favor de los derechos y la igualdad de los niños. Como director del Orfanato Judío de Varsovia, proveyó a los niños internos de un sistema de autogobierno y la oportunidad de producir su propio periódico, Maly przeglad (La Pequeña Revista), fundada por Korczak mismo y publicada entre 1920 y 1939. Se trataba de una publicación pionera redactada a partir de material enviado por los niños y dedicada principalmente al lector infantil. Korczak también fue uno de los primeros pediatras en promover la investigación en el campo del desarrollo, la psicología y el diagnóstico educativo del niño.

“Un hombre maravilloso que era capaz de confiar en los niños y jóvenes de los que cuidaba, hasta el punto de dejar en sus manos las cuestiones de disciplina y encomendar a algunos de ellos las tareas más difíciles con gran carga de responsabilidad”, expresó acerca de Korczak el psicólogo suizo Jean Piaget, quien visitó Dom sierot (El Hogar de los Huérfanos), centro fundado y dirigido por Korczak.

[…]

Korczak estaba a favor de la emancipación del niño y del respeto de sus derechos, incluso promovía el autogobierno de los niños. El sistema de funcionamiento en los orfanatos de Korczak se basaba en la práctica de los principios de la democracia que -según Korczak- les correspondían a los propios niños en la misma medida que a los adultos. “El niño razona y entiende del mismo modo que un adulto: tan sólo carece de su bagaje de experiencias”. […] “No hay niños- hay personas”, escribía Korczak.

El ideario educativo de Korczak está basado en:

  • el rechazo de cualquier tipo de violencia, sea física o verbal, basada en la superioridad debida a la edad o a la jerarquía del poder,
  • a idea de interacción educativa entre los adultos y los niños que amplía el concepto de la pedagogía clásica,
  • la convicción de que el niño es un ser humano en la misma medida que un adulto,
  • la regla según la cual el proceso educativo debería tener en cuenta la individualidad de cada niño,
  • la creencia en que el niño es quien mejor conoce sus necesidades, deseos y emociones, y por lo tanto debe tener derecho a que su opinión sea tomada en cuenta por los adultos,
  • el derecho del niño al respeto de los adultos, el derecho a equivocarse y a fracasar, el derecho a la privacidad, así como a la libertad de opinión y a la propiedad privada,
  • la consideración del desarrollo evolutivo del niño como una tarea compleja y difícil.
Wikipedia

Los niños no son personas de mañana, sino personas de hoy. Tienen derecho a que se les tome en serio. Tienen derecho a ser tratados por los adultos con ternura y respeto, como iguales. Se les debe permitir convertirse en lo que están destinados a ser: la persona desconocida que llevan dentro es la esperanza del futuro.

Janusz Korczak

Sí: definitivamente este hombre es uno de los míos.

Por cierto, esta escuela se llama así en honor a Korczak pero no fue fundada por él sino por Mercy Centre.

La Human Development Foundation (HDF), también conocida como Mercy Centre, es una organización sin ánimo de lucro y aconfesional de Bangkok (Tailandia). Fue creada por el sacerdote redentorista católico romano Joe Maier y la hermana Maria Chantavaradom en 1975.

La organización y su Mercy Centre […] es una asociación declarada con los pobres, comprometida con la construcción y el funcionamiento de escuelas, la mejora de la salud y el bienestar familiar, la protección de los derechos de los niños de la calle, la lucha contra la crisis del sida, la respuesta a emergencias cotidianas y la oferta de refugio a huérfanos, niños de la calle y niños y adultos con sida.

Wikipedia
«La Escuela Janusz Korczak del Sudeste Asiático atiende a niños de la calle, niños indocumentados sin ciudadanía tailandesa y niños con necesidades especiales que no tienen dónde ir a la escuela ni dónde aprender y jugar con otros escolares.»
Niñas atendiendo en un puesto de café en la calle frente a la escuela

A pocos metros de allí estaba el edificio de Mercy Centre, donde funcionaba un orfanato.

Mercy Centre

Me acerqué y pedí hablar con alguien que supiera inglés. Enseguida se hizo presente en la puerta una mujer, quien me preguntó cómo podía ayudarme. Le expliqué que estaba en Bangkok por una semana y quería brindar mi apoyo a los niños al igual que ellos hacían; le pregunté de qué forma podría hacerlo.

Me explicaron que podía donar si lo deseaba o bien enseñar en la escuela como voluntario, pero para eso necesitaba sí o sí comprometerme a un mínimo de dos meses de trabajo. No aceptaban visitas por un día o voluntariado de corto plazo. Tampoco me dejaron visitar el orfanato cuando les pregunté si podría. Al parecer los niños que tienen allí no están en adopción y muchos de ellos aún tienen al menos un padre o un abuelo, pero se quedan ahí dado que sus tutores legales por diversos motivos no pueden cuidarlos.

Había otras organizaciones, pero parece que no trabajan los lunes dado que estaban cerradas. Así que me fui del barrio, pero antes pasé por el lugar donde estuve jugando con los niños el día anterior para ver si los veía. No los ví; seguramente aún estaban en la escuela.

Caminé durante una hora y cuarto hasta que a las 16:00 finalmente llegué a mi siguiente parada de la jornada: el centro comercial Central Embassy.

Sexta y última planta de Central Embassy, donde había una biblioteca.

En la cuarta planta había un ChaTraMue, la cadena más popular de té tailandés en Tailandia. No me pedí un té tailandés sino un café con caramelo, dado que andaba necesitando cafeína. También me compré unos paquetes de tés instantáneos para llevar como souvenir a mi siguiente destino.

Todo me costó ฿230 (~US$7). Los sabores de los tés que compré son, de izquierda a derecha: té verde, té tailandés y té de limón.

A las 17:00 cené —sí, temprano, lo sé, raro, pero en la vida a veces hay que salirse de la rutina y hacer cosas locas e imprevisibles como estas— en Smizzle Burger.

Hamburguesa con fritas de Smizzle Burger (฿345; US$10).

Diez dólares es normal pagar para una comida en Europa (incluso diría que es barato), pero es un montón en el Sudeste Asiático, donde no es difícil conseguir platos locales por 1 o 2 dólares. Considerando esto, si bien me pareció rica, no sé si valió la pena comprarme esta hamburguesa. Pero bueno, al menos sació mis ganas de comer hamburguesa y mi curiosidad al ver las buenas reseñas del lugar.

A las 18:00 fui al tercer y último centro comercial de la jornada: CentralWorld. Este ya lo había visitado el año pasado, así que esta vez no entré realmente sino que fui para ver el árbol de Navidad que habían instalado afuera y para comprar un iPhone en la Apple Store que había allí, no para mí sino para una persona que me había encargado que le comprase uno.

Árbol de Navidad de CentralWorld

El año pasado recuerdo que en este mismo sitio, alrededor del árbol de Navidad, había una exposición de Pokémon. De hecho en aquella época había curiosamente exposiciones de Pokémon en casi todos los centros comerciales que visité en Tailandia.

Cuando salí de la Apple Store me fui a tomar el BTS hacia Ekkamai. Cerca de las 19:00 llegué al hotel y ya no volví a salir.

Ame,
Kato