Últimos días en la India: Chhatarpur Mandir y Qutab Minar

Kara Ema:

El sábado salí del hotel a las 15:00. Una hora y pico más tarde me bajé en la estación de Chattarpur y caminé hasta el templo homónimo.

El templo de Chhatarpur (oficialmente: Shri Aadya Katyayani Shakti Peetham) es un templo hindú dedicado a la diosa Katyayani. Todo el complejo del templo se extiende sobre una amplia superficie de 28 hectáreas. Está situado en Chhatarpur, en las afueras del suroeste de Nueva Delhi. Es el segundo templo más grande de Delhi, después del templo de Akshardham. El templo está construido en mármol y todas sus fachadas están decoradas con jaali (piedra perforada o celosía). Se puede clasificar dentro del estilo arquitectónico vesara.

Wikipedia
Chhatarpur Mandir (I)
Chhatarpur Mandir (II)
Chhatarpur Mandir (III)
Chhatarpur Mandir (IV)
Chhatarpur Mandir (V)
Chhatarpur Mandir (VI)
Chhatarpur Mandir (VII)
Chhatarpur Mandir (VIII)
Chhatarpur Mandir (IX)

Cerca de las 17:00 me fui del templo y caminé durante cuarenta minutos hasta llegar a Qutab Minar (entrada: ₹550).

El Qutab Minar es el alminar de ladrillos más alto del mundo y un destacado ejemplo del arte islámico, siendo el monumento islámico más antiguo de Delhi. Situado dentro del complejo Qutb en la ciudad india de Delhi, tiene una altura total de 72,5 metros. Su diámetro en la base es de 14,3 metros mientras que en su punto más alto es de 2,7 metros. El Qutab Minar está considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde el año 1993.

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Qutab Minar (I)
Qutab Minar (II)
Qutab Minar (III)
Qutab Minar (IV)
Qutab Minar (V)
Qutab Minar (VI)
Qutab Minar (VII)
Qutab Minar (VIII)
Qutab Minar (IX)
Qutab Minar (X)
Qutab Minar (XI)
Qutab Minar (XII)
Qutab Minar (XIII)

A las 18:30 me tomé el metro de regreso y una hora más tarde ya estaba en el hotel.


El domingo al mediodía salí a cortarme el pelo. 150 rupias (1,5€); un orden de magnitud menos de lo que me habían cobrado la última vez en Polonia (25€). Después de esto me compré algo para comer y volví al hotel.

Se trataba de mi última jornada completa en la India, y mi plan era pasármela tranquilo en el hotel por tres razones:

  1. En las tres semanas que estuve en Delhi ya había recorrido y visto todo lo que me interesaba.
  2. Me quedaban menos de ₹1000 en la billetera y no quería tener que ir al cajero a sacar más rupias indias faltando tan poco para irme del país.
  3. Quería prepararme para mi viaje de mañana.

Bueno, en realidad hay una más, y es que francamente la India no me ha gustado. Me alegra haberme quitado las ganas de conocer este país, pero haber venido no me dado ganas de volver a visitarlo en el futuro (a diferencia de Vietnam, Tailandia y Japón, por ejemplo).

Algunas de los motivos por los cuales la India no me ha gustado son:

  1. Mucha —MUCHA— gente todo el tiempo y en todos lados.
  2. Las aceras normalmente existen pero hay tantas cosas ocupándolas (mercados, coches, motos, perros, obreros, etc.) que uno se ve obligado a caminar por la calle.
  3. Los indios con su hábito de escupir incesantemente.
  4. Los tuk-tuks por doquier ofreciéndote llevarte en ellos.
  5. Los indios no respetando filas y colándose para pagar el billete de metro.
  6. Los indios no respetando la distancia social en el metro, a pesar de que había espacio de sobra.
  7. La comida india que si bien en general me gusta, lleva un punto en que me agobia y me gustaría poder conseguir otras cosas menos pesadas.
  8. La basura por todos lados.
  9. La contaminación sonora y atmosférica.
  10. La escasez de parques, juegos infantiles, lagos y sitios caminables.

En general mi mayor problema con la India tiene que ver con las actitudes de los indios, por ejemplo al no dejar bajar a la gente antes de subirse al tren, o al no dejar un espacio en las escaleras mecánicas para que la gente pueda pasar caminando. En otras palabras, todo lo que te había contado que me encantaba que hacían los japoneses es todo lo que los indios no hacen. Es como que los japoneses están en un extremo, los indios en el extremo opuesto, y todas las demás culturas en algún punto intermedio.

Igual no es que la haya pasado mal el mes que estuve aquí, al contrario. Es solo que la India no es un país que encaje con mi personalidad ni que me incite a volver como sí lo hacen muchos otros países que he visitado.


Este último par de días estuve leyendo un nuevo libro. Esta vez me tocaba leer ficción, así que opté por otra novela de Gabriel García Márquez: Del amor y otros demonios (1994).

El libro Del amor y otros demonios nos enseña diferentes aspectos sobre el amor, la religión, la sociedad y la historia de Colombia durante el siglo XVIII. La novela, escrita por Gabriel García Márquez, nos sumerge en un mundo de pasiones y creencias en el que la protagonista, Sierva María, enfrenta el amor prohibido, la intolerancia religiosa y la influencia de los prejuicios sociales.

[…]

Uno de los temas fundamentales que emergen en la novela es el amor prohibido entre Sierva María y el joven sacerdote Cayetano. Esta relación desafía las normas sociales y religiosas de la época, lo que lleva a una exploración profunda de la tensión entre el deseo humano y las restricciones impuestas por la sociedad y la iglesia.

Esta dinámica ofrece una ventana fascinante a la lucha perpetua entre la pasión y la represión, así como a las implicaciones de desafiar las normas establecidas. Gabriel García Márquez nos sumerge en un mundo donde el amor se convierte en un acto de rebelión contra las estructuras dominantes, lo que lleva al lector a cuestionar las limitaciones impuestas por la sociedad y las instituciones religiosas.

Imágenes de Reflexión

Ame,
Kato