Nuevo país, nueva ciudad, nuevo voluntariado

Kara Ema:

El lunes a las 7:00 me levanté e hice el check-out del hotel.

Una hora más tarde me estaba tomando la Airport Express Line del metro de Delhi (₹60).

A las 8:30 llegué al aeropuerto e hice el check-in de mi aerolínea (IndiGo).

Cuando pasé por seguridad me hicieron sacar todo lo electrónico que llevaba conmigo, no solo la Mac sino también la Kindle, el Apple Watch, la batería portátil, el disco externo, los cables y los adaptadores. No me quedó prácticamente nada adentro de la mochila.

Todas mis cosas electrónicas

A las 9:30 me pedí un sándwich en Subway (~₹900). Pagué la mitad en efectivo con las últimas rupias que me quedaban en la billetera —cosa de dejarla vacía antes de cruzar al siguiente país— y el resto con la tarjeta.

A las 13:00 llegué al Aeropuerto Internacional de Katmandú, en Katmandú, la capital de Nepal 🇳🇵.

Katmandú, oficialmente la Ciudad Metropolitana de Katmandú, es la sede del gobierno federal y la ciudad más poblada de Nepal. […] Está situada en el valle de Katmandú, un gran valle rodeado de colinas en el centro de Nepal, a una altitud de 1324 metros sobre el nivel del mar.

La ciudad es uno de los lugares continuamente habitados más antiguos del mundo, fundada en el siglo II. […] La ciudad fue la capital real del Reino de Nepal y alberga palacios, mansiones y jardines construidos por la aristocracia nepalí. Desde 1985 alberga la sede de la Asociación del Asia Meridional para la Cooperación Regional (SAARC). En la actualidad, es la sede del gobierno de la República Democrática Federal de Nepal, establecida en 2008, y forma parte de la provincia de Bagmati.

Katmandú es y ha sido durante muchos años el centro de la historia, el arte, la cultura y la economía de Nepal. Tiene una población multiétnica de mayoría hindú. Las festividades religiosas y culturales forman una parte importante de la vida de los habitantes de Katmandú. El turismo es una parte importante de la economía de la ciudad. En 2013, Katmandú ocupó el tercer puesto entre los diez principales destinos turísticos del mundo según TripAdvisor, y el primero en Asia.

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Nepal, oficialmente República Democrática Federal de Nepal, es un país sin salida al mar del sur de Asia. Está situado principalmente en el Himalaya, pero también incluye partes de la llanura indogangética. Limita al norte con la región autónoma china del Tíbet y al sur, este y oeste con India, mientras que está estrechamente separado de Bangladesh por el corredor de Siliguri y de Bután por el estado indio de Sikkim. Nepal tiene una geografía diversa, que incluye llanuras fértiles, colinas boscosas subalpinas y ocho de las diez montañas más altas del mundo, entre ellas el Everest, el punto más alto de la Tierra. Katmandú es la capital del país y su ciudad más grande. Nepal es un estado multiétnico, multilingüe, multirreligioso y multicultural, cuya lengua oficial es el nepalí.

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En el aeropuerto — «Nepal, lugar de nacimiento de Buda».

Nepal está 15 minutos adelantado de la India, lo que significa que ahora me separa de Argentina una diferencia horaria de 8 horas y 45 minutos hacia atrás, y de Japón 3 horas y 15 minutos hacia adelante.

Otra diferencia con la India es que aquí hace ligeramente menos calor, por lo menos comparado con Delhi. Ahora por ejemplo hacen 28 ºC de sensación térmica, y esa también es la máxima para hoy.

A las 13:30 me junté con Ruchir, el dueño y fundador de un orfanato en Lalitpur, al sur de Katmandú. Habíamos quedado que me pasaría a buscar por el aeropuerto para llevarme al orfanato y comenzar mi voluntariado allí.

Foto que tomé de camino al orfanato, donde puedes ver la bandera de Nepal.
Ciudad de Latitpur

A las 14:00 pasadas llegamos a la casa de Ruchir, que es donde yo dormiría. En la casa viven Ruchir junto con su esposa y su hija de 15 meses. Es un apartamento bastante simple y pequeño: dos habitaciones —una para ellos y una para mí—, una cocina y un baño.

Me dieron un tiempo para descansar un rato y a las 16:30 Ruchir me indicó que iría con él caminando hasta el orfanato, el cual quedaba a unos 500 metros de su casa.

A esta hora los niños del orfanato normalmente volverían de la escuela, pero este día era feriado en Nepal así que no habían tenido que ir. El feriado era en ocasión del cumpleaños de Buda (Buddha Jayanti).

El cumpleaños de Buda es una fiesta tradicional celebrada en el budismo Mahayana para conmemorar el nacimiento del príncipe Siddhartha Gautama, más tarde el Buda Gautama y fundador del budismo. Según las Escrituras del Theravada Tripitaka, Gautama nació en Lumbini en el moderno Nepal, alrededor del año 563 AC, y fue criado en Kapilavastu.

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En el orfanato conocí a las dos personas del personal permanente —es decir, que viven allí con los niños—: Sakhi, una mujer joven, y Menaka, la cocinera. También había otra mujer más que les estaba dando una clase especial a los adolescentes, como parte de un programa de prácticas que estaba haciendo para su carrera universitaria de Psicología y Trabajo Social.

Ruchir me dio un tour por todo el edificio. Eran cuatro plantas. En la planta baja había una oficina, un baño, una sala para rezar estilo hindú, y un depósito/guardarropa. En el primer piso estaban los dormitorios de los varones y el de Sakhi, y una sala de estudio con una mesa grande, de patas cortas y sin sillas que los niños usaban para hacer las tareas de la escuela. En el segundo piso estaban los cuartos de las niñas y el de Menaka, y una sala de usos múltiples con una televisión. En el rellano había estanterías con libros y tres ordenadores de escritorio. En la última planta estaban la cocina, el comedor y la terraza.

A las 17:00 Menaka me ofreció un té con galletas. Luego de tomar mi merienda, bajé a sumarme a la clase que los adolescentes estaban teniendo. Era mayormente en nepalí, así que no pude participar mucho; me limité entonces a observar desde un rincón de la sala.

Una hora más tarde los niños tuvieron tiempo libre. En total tengo entendido que son 18. Algunos se quedaron adentro y otros salieron a jugar afuera. Unos cogieron una pelota y se pusieron a jugar a hacer pases, intentando que el «mono» («monkey» lo llamaban ellos) que estaba en el medio no la interceptara. Si lo hacía, entonces la persona que había hecho el pase pasaba a ser el nuevo mono. Yo jugué con ellos.

Jugando al juego del mono con la pelota

Éramos alrededor de cuatro varones, dos niñas y yo, aunque fue variando a lo largo del tiempo que jugamos, a medida que algunos se sumaban o se iban a hacer otra cosa.

Más tarde cambiamos y nos pusimos a jugar al fútbol. Hicimos dos equipos: en uno estaban los varones, y en el otro estaban las niñas y yo (ellos me pusieron con las niñas dado que había menos niñas que varones).

Creo que hice más ejercicio y actividad física en esta hora y pico que estuvimos jugando que en todo el mes que estuve en la India. Es la magia que tienen los niños que me hace hacer cosas que normalmente por mi cuenta no me gustaría o no pensaría hacer.

En un momento, ya cansado de tanto correr tras la pelota, decidí dejar de jugar al fútbol e irme a ver lo que estaban haciendo tres niñas. Resulta que estaban jugando a revolcarse y saltar sobre un cúmulo de paja que había por ahí. Me invitaron a sumarme a su juego. Aproveché para recostarme sobre la paja unos minutos, así recuperaba la frecuencia cardíaca normal.

Por cierto, el nivel de inglés de los niños era en general bastante bueno, lo cual me sorprendió y me alegró, porque significaría que podría comunicarme directamente con ellos sin necesidad de intérpretes o traductores automáticos. La razón de esto es que el orfanato les estaba pagando para que fuesen a un colegio privado que enseñaba todas las asignaturas en inglés excepto por nepalí.

A las 19:00 preparamos la cena para todos y poco después cenamos. Cada uno tenía un plato con dos chapati/roti (pan indio), un puñado de verduras (espinaca creo) y un bol de dahi/curd (yogur indio). El chapati se podía repetir.

Preparando los platos

Me gustó que en lugar de utilizar el comedor fuésemos a cenar en la terraza, bajo la luz de la luna que estaba llena y hermosa. No había mosquitos (todavía) y soplaba una ligera brisa, así que estaba verdaderamente agradable.

Noche de luna llena

Si me preguntas qué significa la vida para mí y qué es lo que nutre mi felicidad, te diría esto: pasar una plácida noche a la luz de la luna cenando y charlando alegremente con niños huérfanos. Niños que forman una maravillosa comunidad afectuosa entre ellos y con sus cuidadores, considerándose a todos como hermanos.

Los niños en general me llaman brother («hermano» en inglés), y a veces también en nepalí दाइ (dāi; hermano mayor), sobre todo la más pequeña de 4 años, Kwina. Hoy —martes— Kwina en un momento me llegó a decir बाबा (baba; padre), aunque al parecer este término también se emplea a veces para referirse a un hombre mayor de forma afectuosa y respetuosa.

Después de cenar fuimos al cuarto de la tele a charlar y ver la tele un rato. Los niños vieron un dibujo animado que estaba en idioma hindi, pero al parecer lo podían entender igual sin problemas (el hindi y el nepalí son idiomas similares, en el mismo sentido en que el castellano se asemeja al italiano o al portugués).

Niños viendo la tele

A eso de las 20:30 uno de los adolescentes me acompañó hasta la casa. Estaba bastante oscura la carretera de noche. Cuando atravesamos la porción de césped frente a la casa, mi acompañante me hizo notar algo que estaba apoyado sobre el cesped: luciérnagas que brillaban y titilaban. Ahí es cuando me di cuenta de que aquella era la primera vez que veía luciérnagas en probablemente varios años. El espectáculo de luces centelleantes me pareció una forma apropiada de terminar tan bonito día.

Los niños se acostarían a las 21:00—esa era la hora en que tenían que ir a sus habitaciones. Temprano porque al día siguiente se deberían levantar temprano, y yo también.

Ame,
Kato