Jugando en la capilla y haciendo karaoke en el jeepney

Kara Ema:

El viernes a las 15:00 salí del hotel.

Enseguida me encontré con niños en el mismo sitio a media cuadra de mi hotel donde me había encontrado a los niños de la noche anterior, que según me contaron forma parte del Barangay 36.

Niños del Barangay 36
Loli saludando

Continué caminando hacia el otro lado del bulevar Quezon.

Triciclo motorizado siendo conducido por niño, y transportando a un niño en la carretilla.
Calle Bucana, una de las principales de la zona, con un constante flujo de coches, triciclos, motos, niños, gatos, etc.

Antes de ir a ver a mis amigos del Barangay 40, decidí ir primero a visitar la escuela que no había podido visitar el día anterior. La mujer de guardia me reconoció, me dejó pasar y me hizo un tour por el predio.

Escuela primaria Cesareo Villa-Abrille

En un momento le dije que me gustaría hablar con algún maestro. Ella me explicó que los maestros estaban preparando todo para el comienzo del nuevo ciclo lectivo el 16 de junio, pero que justo hoy era feriado así que solo había una maestra presente; me llevó con ella.

Se trataba de una maestra de jardín (tenían un área de jardín dentro de la escuela). Estaba con un pincel en la mano y desde el aula emanaba un fuerte olor a pintura.

Aula de jardín

La mujer me recibió muy simpáticamente y me respondió todas las decenas de preguntas con las que la ataqué: cuántos alumnos había en su clase, qué edades tenían, qué les enseñaba, en qué idioma, cuáles eran los horarios, cuántos alumnos y docentes había en total en el colegio, etc. Había 28 alumnos en su clase de 5 años, les enseñaba a través del juego cosas como las letras y los sonidos, el idioma principal era tagalo pero también a veces usaba bisaya e inglés.

La sección primaria de la escuela funcionaba bajo una modalidad de doble jornada, es decir, un grupo de alumnos iba a la mañana y un grupo diferente a la tarde. En total estaban seis horas continuas estudiando, sin tiempo oficial de recreo de por medio (aunque extraoficialmente algunos profes les daban 5-10 minutos). La sección infantil también duraba seis horas: tres a la mañana y tres a la tarde.

En total había alrededor de 3000 alumnos y 90 docentes. Las clases solían estar compuestas de un profe y 35-40 alumnos. Le dije a la maestra que me habría gustado conocer a sus alumnos, pero justo se dio que visité las Filipinas en época de vacaciones escolares. También le dije que me habría gustado hablar con un maestro de primaria, tras lo cual me contó que su marido era maestro de primaria y estaba en la escuela. Lo llamó por teléfono para que viniese a hablar conmigo.

El hombre se acercó a nosotros manteniendo una sonrisa. Le estreché la mano, me introduje brevemente y empecé con las preguntas de siempre.

Me habló sobre las asignaturas que él enseñaba y en general sobre las que había. Me contó que esta escuela estaban tan sobrecargada de alumnos que habían tenido que convertir la biblioteca y el laboratorio de ciencias en aulas adicionales. Comentó entre risas que esta zona era una fábrica de producir niños.

Me habría gustado ver un aula de primaria y sobre todo ver el horario donde marcaba las asignaturas, pero no fuimos allí sino que siempre nos quedamos charlando afuera del aula de jardín.

Como no me acordaba bien cuáles eran los nombres de las asignaturas que me dijo el docente (no tomé notas de la conversación), recién le pedí a ChatGPT que me las listara:

  • Inglés, Filipino y lenguas locales como Bisaya
  • Matemáticas
  • Araling Panlipunan (Estudios sociales)
  • Ciencias
  • Edukasyon sa Pagpapakatao (Educación en valores)
  • MAPEH (Música, Artes, Educación física y Salud)
  • TLE / EPP (Tecnología y Economía doméstica)
  • Otras actividades especiales como clubes y ceremonia de la bandera

Otra cosa que me interesaba saber y que le pregunté fue por la educación sexual. Me dijo que se enseñaba en clase de ciencias, sobre las partes del cuerpo, los órganos reproductores y demás. Le respondí que eso no era educación sexual sino anatomía, entonces me explicó que cree que ven algo a partir de quinto grado pero que como él no lo daba no me podía decir mucho al respecto.

Dado que no pude obtener información por parte de él, me puse a buscar en internet y me encontré con que la educación sexual en las escuelas filipinas es un tema controversial y tabú. Vaya sorpresa viniendo de un país con mayoría católica, ¿no? Adoro las Filipinas pero me habría gustado que los españoles no la hubiesen colonizado, así nunca habría sido católica.

El siguiente es un artículo de febrero de 2025 hablando sobre el tema, titulado «¿Por qué se debate la educación sexual en las escuelas filipinas?»:

El embarazo adolescente se ha convertido en una emergencia nacional en Filipinas, donde niñas de tan sólo 10 años se convierten en madres.

El archipiélago tiene una de las tasas de natalidad adolescente más altas de Asia, con 47 nacimientos anuales por cada 1.000 mujeres de 15 a 19 años. Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), esta cifra es superior a las tasas medias de natalidad adolescente, que son de 44 en todo el mundo y de 33,5 entre los países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático.

Los legisladores han presentado un proyecto de ley para frenar los embarazos adolescentes que implica ampliar el acceso de los jóvenes a los servicios de salud sexual y reproductiva e impartir educación sexual integral en las escuelas.

[…]

Pero se enfrenta a obstáculos, ya que el debate entre legisladores, defensores de los derechos del niño y grupos conservadores se ha recrudecido en torno a la educación sexual en este país de mayoría cristiana.

Una coalición religiosa de Filipinas lanzó una campaña en la que afirmaba que imponer normas internacionales sobre educación sexual integral corrompería a los niños al enseñarles la masturbación.

[…]

La educación sexual integral, o ESI, ya está integrada en la educación básica en Filipinas.

La Ley de Paternidad Responsable y Salud Reproductiva de 2012 obliga a impartir educación sexual desde el jardín de infancia hasta el duodécimo curso.

Pero la ley prohíbe el acceso a los anticonceptivos sin consentimiento paterno a los menores de 18 años, y el aborto es ilegal. La edad legal de consentimiento sexual es de 16 años.

En 2018, el Departamento de Educación publicó directrices políticas sobre la implementación de la ESI en medio de un aumento de los embarazos adolescentes, las agresiones sexuales y las infecciones de transmisión sexual entre los jóvenes filipinos.

[…]

Los opositores afirman que el proyecto de ley implica la enseñanza de la masturbación a niños tan pequeños como los infantes y es inapropiado para los valores filipinos, pero tal disposición no se menciona explícitamente en el proyecto de ley.

[…]

El Departamento de Educación, por su parte, afirmó que la educación sexual integral «no consiste en fomentar la actividad sexual, sino en garantizar que los alumnos comprendan cómo protegerse de graves riesgos para la salud.»

Context

Leer cosas como que la ESI «corrompería a los niños al enseñarles la masturbación» me hace hervir la sangre. Como si masturbarse no fuese un acto totalmente natural, placentero y beneficioso. Además, no creo que existan muchos niños que entren a la pubertad sin saber sobre el sexo y la masturbación, independientemente de si los adultos quieren enseñarles o no, máxime en una época en que pueden conseguir toda la información que quieran a través de internet, sin tener que pasar por ningún adulto.

En total creo que estuve hablando más de una hora con esta pareja de maestros. Ellos estaban contentos de poder practicar su inglés y de charlar con un extranjero (imagino que es algo que no hacen exactamente todos los días), y yo quedé feliz de haber podido realizar mi primera visita a una escuela filipina y haber aprendido un montón de ellos dos, no solo sobre el sistema educativo sino sobre el barrio, la cultura y muchas cosas más.

Pareja de maestros que conocí

A las 17:15 me fui de la escuela y resumí mi caminata.

En un momento me crucé con un cibercafé. Visitar las Filipinas en muchos aspectos es como viajar al pasado, dado que es el único país que conozco donde los cibercafés siguen siendo populares y donde los negocios te siguen dando códigos de una hora para utilizar el wifi.

Niños en un cibercafé del barangay

Dado que se estaba empezando a hacer tarde, decidí que era hora de encarar hacia el gimnasio del Barangay 40 para volver a ver a mis amigos que había conocido el día anterior, y a lo mejor hacerme nuevos hoy también.

Rumbo al gimnasio (I)
Rumbo al gimnasio (II)
Rumbo al gimnasio (III)
Rumbo al gimnasio (IV) — Impacta ver el contraste entre los barrios bajos y el reluciente edificio de oficinas, apartamentos y un centro comercial.

Rumbo al gimnasio me encontré con una niña y un niño. Cuando les dije a dónde estaba yendo, decidieron acompañarme y guiarme.

Niños guiándome hacia el gimnasio

En el gimnasio no había nada interesante para mí: solo gente jugando al vóley.

Gente jugando al vóley

Pero a pocos metros de allí, a la altura de donde había una capilla (cada barangay tiene su propia capilla además de su propio gimnasio), me encontré con tres peques: un niño de 5, una niña de 6 y una niña de 7. Las niñas eran hermanas. Los tres eran adorables y nos hicimos amigos enseguida.

De izquierda a derecha: Gili (7), Maya (6), Alon (5).

Estas edades son de mis favoritas en los niños, porque es cuando ya son lo suficientemente grandes como para poder mantener conversaciones y jugar animadamente, pero no tan grandes que se empiezan a inhibir, a tener vergüenza de ciertas cosas, y a ser difíciles de cargar dado que se vuelven más pesados.

Los tres sentados en una moto frente a la capilla
Los tres subidos a las rejas de la capilla, y haciendo de cuenta que eran superhéroes (Batman, Spider-Man, Superman).

Nos pasamos dos horas (entre las 18:00 y las 20:00) jugando frente a la capilla. La casa de las niñas quedaba justo allí también, al otro lado del estrecho sendero de cemento. Cantamos, bailamos, charlamos, correteamos y jugamos a que los niños se me subieran encima y yo los revoleara y los hiciera girar.

Jugando con los niños frente a la capilla

A eso de las 20:00 fui al gimnasio y me senté con unas personas (niños y adultos) que estaban mirando el partido de vóley. Una hora más tarde me fui.

Cerca de mi hotel, en el Barangay 36 una vez más me volví a encontrar con niños, algunos eran los mismo que había visto la noche anterior y otros eran nuevos. Estaban subidos a unos jeepneys aparcados junto a la acera.

Niños del B36 (I)
Niños del B36 (II)
Niños del B36 (III)
Niños del B36 (IV)

Me compré un shawarma para cenar (₱149; ~2€) en un local enfrente, y luego me fui a sentar en el jeepney con los niños. Charlamos un rato e hicimos karaoke.

Karaoke con los niños en el jeepney

A las 23:00 pasadas me fui para el hotel.

Ame,
Kato