Kara Ema:
El lunes fue un día bastante tranquilo comparado con los anteriores, lo cual en parte estuvo bueno dado que venía necesitando un descanso, pero por otro lado eché de menos estar rodeado de niños.
A las 10:00 me pedí un taxi hacia el aeropuerto (₱354; 5,5€). Media hora más tarde llegué e hice el check-in.
A las 12:00 despegó mi avión y dos horas más tarde llegué al Aeropuerto Internacional Ninoy Aquino (NAIA), en Manila.
Recuerdo la última vez que estuve aquí que lamentaba el hecho de que no hubiese una línea de metro que me llevara directo desde el aeropuerto a la ciudad. Dos años más tarde, si bien se añadieron cinco estaciones al LRT que pasan cerca de NAIA, no están lo suficientemente cerca como para que tenga sentido ir hasta ellas cargando con una maleta (~3 km). Así que me tuve que tomar otrar vez un Grab (₱426; ~7€).
A las 15:00 llegué a mi Airbnb. Sí, decidí alquilar un Airbnb en lugar de hotel esta vez.

El apartamento estaba ubicado en el distrito de San Andrés.
San Andrés (también San Andrés Bukid) es un distrito de Manila, Filipinas. […]
La mayoría de la población del distrito vive apenas por encima del umbral de pobreza, compuesta en su mayoría por colonos llegados después de la Segunda Guerra Mundial desde diversas provincias. Los habitantes originales eran familias migrantes de clase media o baja que anteriormente se habían establecido en Tondo, pero que consideraron que el estilo de vida rudo de la clase trabajadora no era adecuado para criar a sus hijos. La afluencia de colonos al distrito no fue regulada, lo que derivó en una falta de planificación urbana, como lo demuestran las edificaciones irregulares, las calles estrechas y los grandes bloques de viviendas accesibles solo por callejones de un metro de ancho.
Wikipedia
San Andrés incluye zonas de barrios bajos/chabolas/okupas, y es una de las áreas más densamente pobladas de Metro Manila.
A las 18:00 salí a recorrer un poco el barrio. Estaba lloviendo, y si bien tenía mi paraguas en la mochila, no lo saqué dado que la lluvia era ténue y apacible.













Tras una hora de caminata por una buena parte del distrito de San Andrés, decidí que tenía que pasar por un supermercado para comprar una botella de agua y cosas para comer.
A las 19:00 pasadas llegué a Puregold Makati.


Me quedé unos instantes parado frente al deprimente sector de lácteos, recordando los sectores de lácteos de los supermercados europeos, con tropecientas variedades de yogures, leches, postres y demás. Echo de menos el skyr islandés y decenas de otros productos que son imposibles de conseguir en Asia…
Por ₱560 (~9€) me compré una botella de agua de dos litros, una bolsa con varios paquetes de galletas, unos panes sabor a queso, una pasta de dientes, un shampoo y un repelente de mosquitos.
A las 20:30 llegué a casa y me puse a ver el segundo episodio de The Last of Us II.
Algo que noté mientras caminaba fue que mucha menos gente me saludaba comparado con Dávao. Mismo los niños me pasaban por al lado sin siquiera mirarme de reojo.
Después me di cuenta de que parte de la razón probablemente sea porque en Manila —por lo menos en este distrito— el nivel de inglés de la gente no es muy bueno, entonces no se animan a abordar extranjeros como sí lo hacían en Dávao donde casi todos tenían un inglés conversacional.
Supongo que también tiene que ver con el hecho de que mientras más grande y poblada es una ciudad, sus ciudadanos tienden a ser más reservados. En una aldea pequeña todos se conocen y se saludan cada vez que se cruzan, mientras que en una ciudad grande pasa todo lo contrario. Además los manileños se deben de topar con extranjeros más frecuentemente que los davaeños.
Ame,
Kato
Lo más probable