Paseo por Pasay, Malate y Makati

Kara Ema:

Frase del día en tagalo

Mas masaya ang sumayaw kapag kasama ang pamilya o mga kaibigan.
Bailar es más divertido en familia o con amigos.

masmás
masayafeliz, divertido
ang[marcador de sujeto]
sumayawbailar
kapagcuando
ang[marcador de sujeto]
pamilyafamilia
oo
mga[pluralizador]
kaibiganamigo/a(s)

Canción filipina del día

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Bini – Pantropiko

El sábado caminé 23 kilómetros.

A las 14:00 salí del hotel.

Podría haber ido de vuelta al sementeryo de siempre pero decidí hacer otra cosa diferente para variar un poco: ir a un sementeryo distinto.

Cuando estaba por llegar me crucé con un cortejo fúnebre. Curiosamente, la gente iba vestida de blanco en lugar del negro tradicional del Occidente.

Cortejo fúnebre
Aurora Boulevard (a menos de un kilómetro por esta carretera se llegaba al aeropuerto).
Cementerio Municipal de Pasay

Este es el segundo cementerio de Pasay, ubicado a 2,5 kilómetros del otro que había visitado el día anterior. Si bien era más grande que el otro, los cementerios de Manila seguían siendo mucho más grandes.

Cementerio de Pasay (I)
Cementerio de Pasay (II)
Cementerio de Pasay (III)
Cementerio de Pasay (IV)
Cementerio de Pasay (V)

No me crucé con muchos niños, así que no me quedé mucho tiempo; solo lo suficiente para recorrer y darme una idea del lugar, como había hecho con el otro cementerio de esta ciudad al sur de Manila.

A las 15:00 reemprendí la caminata y me crucé con payasos en una fiesta de cumpleaños.

Fiesta de cumpleaños

Algo que me gusta mucho de Filipinas y en general de todo el Sudeste Asiático, es que todas las celebraciones y fiestas las hacen habitualmente en o al lado de la calle, como cuando hacen tambay. Tienen una cultura de calle muy fuerte, mismo en la ciudad. No es raro estar caminando por una calle aquí y cruzarse con unas personas haciendo karaoke, cantando el feliz cumpleaños, celebrando un casamiento, etc. Mientras tanto en el Occidente todos estos eventos se realizarían en un salón alquilado y privado.

Epifanio de los Santos Avenue (EDSA)

Desde EDSA tomé una calle llamada Park Ave y anduve siempre en dirección norte, hasta que finalmente llegué al límite entre Pasay y Manila.

A las 16:00 llegué al distrito manileño de Malate. Si recuerdas de la primera vez que estuve aquí, este es uno de los barrios rojos de Manila, y como tal está repleto de hoteles (albergues transitorios) y KTVs (bares de karaoke). Oficialmente es una zona de bares y restoranes, pero es sabido —y tolerado por las autoridades— que aquí la gente viene a la noche para comprar y vender servicios de prostitución, los cuales técnicamente son ilegales, al igual que en prácticamente todo el continente asiático.

La primera vez que visité las Filipinas, una de las cosas que me chocaron (y angustiaron) más fue la cantidad de niños que veía en la calle, mendigando y vendiendo baratijas para tener el mínimo de dinero para comprarse comida. Esta vez me dio la sensación de que la situación había mejorado un poco, dado que si bien todos los días me cruzaba con niños en la calle, no me cruzaba con niños de la calle.

Hasta ahora. Hasta que decidí ir a caminar por Malate y me encontré con esto:

Niña pequeña vendiendo flores a los automovilistas (Quirino Ave)

Tras hacer media cuadra más me encontré con un grupo entero de niños de la calle. Según pude entender de lo que me dijeron, algunos de ellos dormían en la calle y otros en chabolas u hogares humildes, y si bien iban a la escuela, el resto del tiempo se lo pasaban en la calle, a veces haciendo tambay y otras vendiendo flores como la niña de la foto anterior.

Niños de la calle en Malate

Una niña de este grupo me dijo que me fuese a mi casa. Le pregunté por qué quería que me fuera y me respondió que porque esta zona era peligrosa para mí dado que había muchos snatchers (arrebatadores), con lo cual tenía que tener mucho cuidado con mis pertenencias. Le agradecí su preocupación y me colgué la mochila del lado de adelante. Igual no tenía nada de valor allí—mi billetera y mi pasaporte siempre los llevo en mi riñonera, y el teléfono en mi bolsillo con la cremallera cerrada.

Continué mi caminata por Malate y me crucé con unas personas haciendo karaoke en la calle, probablemente celebrando algo o simplemente juntándose entre amigos o familia.

Personas haciendo karaoke en la calle

No tardé en llegar a la Rotonda Remedios. Me acordaba bien de esta rotonda, la primera vez que había visitado este barrio.

Remedios Circle, también conocida como la Plaza de la Virgen de los Remedios, Rotonda Remedios […] es una rotonda en Malate, Manila, Filipinas, que sirve como intersección entre Remedios Street, Jorge Bocobo Street y Adriatico Street. Tanto la rotonda como la calle que la atraviesa llevan el nombre de Nuestra Señora de los Remedios, patrona de la cercana iglesia de Malate, y es uno de los dos principales espacios abiertos de Malate, siendo el otro la plaza Rajah Sulayman.

Originalmente un cementerio en la época colonial, el círculo es hoy conocido por ser el centro de la vida nocturna de Manila, así como un popular punto de encuentro para hombres que tienen sexo con hombres.

Wikipedia
Rotonda Remedios
Uno de los tantos bares KTV de la zona

Continué un par de cuadras más hasta llegar a Robinsons Place Manila, un gran centro comercial a donde ya había estado alguna vez.

Robinsons Place Manila
En el centro de actividades estaban vendiendo libros a 99 pesos (~1,5€) — rebarato.

No hay mayor satisfacción cuando estás aprendiendo un idioma que cuando ves un cartel y lo puedes comprender gracias a tus esfuerzos por estudiar la lengua local. Eso me pasó cuando vi esto:

Tara, kain tayo! significa «¡Ven, vamos a comer!»

Creo que nunca te conté, pero en Filipinas hay una marca de corned beef (ternera salmuerizada) llamada Argentina, con lo cual muchas veces cuando les digo a filipinos que soy de Argentina me responden con «corned beef». Cuando pasé por el supermercado del centro comercial finalmente vi las latas de Argentina corned beef.

Argentina corned beef

Al lado del supermercado había un Highlands Coffee, una cadena vietnamita de cafeterías. Cuando la vi por un segundo sentí que estaba de vuelta en Vietnam.

Highlands Coffee en Filipinas

Me quería comprar un bánh mì, pero por desgracia me dijeron que no tenían, así que en su lugar me pedí un phin kem muối (café salado). Me costó ₱139 (2€).

Para comer me compré una empanada jamaicana (pati) de cheezy beef pinatubo (₱75; ~1€) en De Original Jamaican Pattie. La chica vendedora era sorda; me recibió con una sonrisa y un gesto señalándome su oído para hacerme entender que no iba a poder escucharme.

A las 18:00 me fui del centro comercial y reanudé la marcha.

Tomé la avenida Taft y pasé frente a la Universidad Cristiana de Filipinas, que además de ser universidad era también un colegio y un jardín de infancia. Al igual que en casi todas las escuelas de Filipinas, en la puerta había un cartel recordando a los estudiantes de la vestimenta permitida:

Código de vestimenta escolar

Mientras tanto en Finlandia no existe el código de vestimenta, ni en los colegios ni en ningún otro sitio. Cada uno va con la ropa que le gusta y se siente cómodo. Una pena que no pueda ser así en todos lados.

También había este otro cartel, anunciando los apremiados por su desempeño en la olimpiada de matemáticas interescolar del jardín de infancia (3-5 años).

Sí, leíste bien: olimpiada de matemáticas en un jardín. Solo en Asia pasan estas cosas…

De la avenida Taft me pasé a la calle San Andres y luego a F. Muñoz.

Calle San Andres
Calle F. Muñoz

A las 18:30 llegué a la avenida Arellano. Me di cuenta de que ya había estado en esta calle antes, cuando me estaba quedando en el Airbnb de San Andrés. De repente una niña me reconoció, me cogió de la mano y me llevó con un grupo de niños a hacer tambay.

La niña llevaba los labios pintados, un top rosa y un pantalón extremadamente corto. Pero resulta que no era una niña sino un niño. Una vez más me había encontrado con un caso de niño transexual y gay en Filipinas. No deja de sorprenderme la cantidad que parece haber.

Tres de los niños con quienes hice tambay en la avenida Arellano

Al igual que con la niña transgénero que conocí en el cementerio, esta también se me declaró y decía que yo era su novio mientras me cogía del brazo. También me pidió un beso, pero antes de que yo pudiese responder se echó atrás, excusándose de que me lo había dicho en broma.

Continué mi caminata por avenida Arellano.

Avenida Arellano

Como aún estaba cerca de Malate (20 minutos a pie), decidí volver un momento ahora que se había hecho de noche.

Malate de noche
Rotonda Remedios de noche

Un par de promotores de KTV me abordaron ofreciéndome llevarme a los bares, pero lo que no sabían era que yo no tenía el más mínimo interés por lugares de ese estilo, que encima de no ser para mí suelen ser aspiradoras insaciables de dinero.

A las 20:00 estaba de vuelta en avenida Arellano. Por cierto, pasé por el Jollibee de Vito Cruz esperando encontrarme con April pero lamentablemente no estaba.

Quince minutos más tarde, en una calle interna que tomé para ya ir regresando a mi hotel, me crucé con cinco niñas jugando, así que me puse a hacer tambay con ellas.

Dos de las cinco niñas con quienes estuve haciendo tambay en una calle de Makati

A las 21:00 pasadas me despedí de ellas y cerca de las 22:00 estaba en el hotel.

Estaba tan cansado de haber estado caminando todo el día que lo único que tuve ganas de hacer cuando llegué fue prepararme una cena simple (fideos instantáneos) y comerla mientras veía el primer episodio de la tercera temporada de Squid Game.

Cena de Cup Noodles y Squid Game 3

Ame,
Kato