Último día trabajando en jardín de infancia en Tailandia

Kara Ema:

Frase del día en tailandés

Normalmente uso frases provenientes de la app mediante la cual estoy aprendiendo tailandés (LingoDeer), pero esta vez decidí inventar una yo.

มีแมวน่ารักใส่เสื้อยืดสีแดงดื่มกาแฟที่ตลาด
Hay un gato lindo que lleva puesta una camiseta roja y bebe café en el mercado.

มีmiihay
แมวmaeogato
น่ารักnâa-ráklindo / adorable
ใส่sàillevar puesto
เสื้อยืดsʉ̂a-yʉ̂ʉtcamiseta
สีแดงsǐi daengrojo
ดื่มdʉ̀ʉmbeber
กาแฟgaa-faecafé
ที่thîien
ตลาดtà-làatmercado

La verdad que el tailandés es bastante fácil en lo que respecta a la gramática, dado que no tiene conjugaciones verbales, géneros ni plurales complicados. Pero es difícil en otros aspectos como la pronunciación tonal, la escritura y el gran número de partículas que cambian el sentido de las frases. Esto es cierto también para otros idiomas de la región, como el vietnamita, el laosiano e incluso el chino.


El lunes fue a trabajar al jardín. Fue un día especial ya que era el primero en que me tocaba ser maestro líder de clase, dado que la anterior líder (la maestra británica) ya no estaba más.

Una de mis responsabilidades como líder era liderar la asamblea matutina, pasando las canciones con mi teléfono conectado al parlante Bluetooth, y haciendo las coreografías y los cantos para que los niños me siguieran.

Para referencia futura —en caso de que alguna vez me toque tener que armar una asamblea matutina de jardín—, la siguiente es la lista de canciones que la maestra británica utilizaba, y que yo empleé el lunes. Todas pueden encontrarse fácilmente en YouTube.

  • Hello Hello
  • Slippery Fish
  • Five Little Ducks (o Five Little Monkeys) — para practicar los números del 1 al 5.
  • What’s Your Favorite Color? — para practicar los colores.
  • Shapes Song — para practicar las figuras geométricas (círculo, cuadrado, triángulo).
  • Opposites Song — para practicar algunos adjetivos junto a sus antónimos.
  • Alphabet Song — para practicar el abecedario.
  • Head Shoulders Knees and Toes — para practicar las partes del cuerpo.
  • Baby Shark
  • Self Control — para practicar motricidad y control del propio cuerpo.
  • Scarf Song
  • Shake Your Sillies Out
  • Goodbye Song — esta no era parte de la asamblea sino que venía al final del día.

El resto del día transcurrió normalmente. No había mucho más que liderar hoy ya que los niños después de la asamblea tuvieron el snack, luego Montessori y finalmente el almuerzo.

Loli comiendo su snack
Loli subiendo las escaleras de mi mano
Loli jugando
Loli almorzando

En un momento una de las lolis me pidió nam (agua), así que le pasé su botella. Me di cuenta de que la botella no tenía ninguna etiqueta con su nombre, con lo cual había que saber de antemano cuál de todas era. Lo mismo pasaba con las mochilas.

Esto me hizo acordar a cuando trabajé en el gakudō en Japón. Ahora que tengo un punto de comparación con cómo hacen las cosas en un jardín de otro país, me doy cuenta de que realmente el nivel de organización y meticulosidad con el que los japoneses planifican todo es inigualable. En Japón todos tenían su espacio dedicado para dejar los zapatos, su espacio para la mochila, y sus recipientes de agua, todo etiquetado con los nombres de cada uno de los niños. Hasta las sillas donde se sentaban en la clase tenían los nombres ya designados.

¿Recuerdas que la maestra británica no me había dejado cambiar a la loli la semana pasada? Esta vez la pude cambiar sin problema. El problema lo tuve cuando quise cambiar a uno de los varones. Resulta que hasta ahora todos los pañales que venía cambiando tenían a lo sumo pis, entonces era sencillo. Hoy por primera vez me topé con uno que tenía caca. Como no había mirado antes de quitárselo, solo me di cuenta de lo que había dentro cuando mis manos estuvieron todas manchadas.

Me levanté de inmediato y me fui con el niño al baño. Le pedí que esperara un minuto mientras yo me lavaba las manos. Cuando terminé de lavarme lo miré al niño, parado a mi lado en el baño, sin pañales y con el culo marrón, mirándome con cara de «¿y ahora qué hacemos?». Eso mismo me preguntaba yo. No tenía idea de cómo proceder, así que llamé a las demás maestras en busca de auxilio. Una de ellas me dijo que fuese con los otros y que ella se encargaría de cambiarlo. Uf, qué alivio 😮‍💨.

No me molesta para nada cambiar pañales porque sé que es algo natural que forma parte del paquete de los niños pequeños, al igual que el llanto y los arrebatos. Es solo que nadie me había explicado dónde estaban las cosas para limpiar la cola del niño y cómo usarlas, con lo cual no podía hacerlo sin esas instrucciones faltantes.

De todas formas ya no importa, porque ya no voy a trabajar más en este jardín. El lunes fue mi último día tras una discusión que tuve con la dueña, Nuchik.

Nuchik me había dicho que tendría que empezar a venir en ropa formal, al menos con camiseta tipo polo (la de cuello y botones). Le expliqué que no tenía ninguna camiseta así, a lo que respondió que tendría que comprar. Le expliqué que no quería comprar porque ese tipo de ropa formal no iba conmigo y no era algo que a mí me gustara usar.

En general me considero una persona muy abierta y respetuosa de otras culturas, tradiciones y costumbres. Tanto es así que cada vez que visito un país nuevo, siempre intento averiguar todo lo que puedo sobre las particularidades de su cultura, y me adapto lo más posible a ella para no perturbar la armonía social. Soy lo menos etnocéntrico que existe, en parte porque me pienso a mí mismo como un ciudadano del mundo y no como a alguien que pertenece a cierto país, raza, cultura o sociedad.

Pero todo tiene sus límites, y mi límite está en el momento en que una cultura me obliga a vestirme de cierta forma. En Finlandia he visto profesores que iban a enseñar en camiseta, jeans, con el pelo teñido, con aritos, tatuajes y piercings. Nada de eso sería posible en Tailandia, porque —en palabras de Nuchik— un maestro debe verse como un profesional y no como un turista. Los tailandeses consideran que les estás faltando al respeto cuando te vistes de forma «inadecuada» para la ocasión.

Nuchik me pagó la semana que había trabajado hasta ahora y me dijo que no tenía que presentarme a trabajar el martes. Esa fue la última vez que pisé su jardín.


El martes fue un día de pocos acontecimientos.

Por la tarde salí a comer algo y llevar mi ropa a lavar. Mientras estaba esperando a que terminase el ciclo de lavado, pasé por un Lotus’s que había al lado de la lavandería para comprar algo para la cena. Me compré un yogur de prepostre y unas salchichas de pollo con queso (฿94; 2,5€).

Salchichas en Lotus’s

Las salchichas estas son una de las únicas comidas que puedes comprar en un supermercado tailandés que solo requieren microondas. Lo demás suele requerir sartén u horno, ninguno de los cuales tengo en mi actual apartamento. Recuerdo que en Japón había varios productos congelados que podían comerse después de haberlos calentado en el microondas unos minutos, incluyendo lasaña y bocaditos de pollo. También los supermercados japoneses tenían una gran sección de comida fresca, que si ibas a la noche la podías comprar a precio con descuento. En Tailandia a veces hay esto también pero la cantidad/variedad es mucho más reducida.

A la noche me puse a ver una peli mientras comía los nachos con queso que me había comprado la otra vuelta. La película que elegí para ver se llamaba Kinsey (2004) y trataba sobre la vida del sexólogo eminente Alfred Kinsey.

Kinsey es una película biográfica estadounidense de 2004 escrita y dirigida por Bill Condon. Describe la vida de Alfred Charles Kinsey (interpretado por Liam Neeson), pionero en el campo de la sexología. Su publicación de 1948, Sexual Behavior in the Human Male (el primero de los informes Kinsey), fue uno de los primeros trabajos registrados que intentó abordar e investigar científicamente el comportamiento sexual en los seres humanos.

Wikipedia
YouTube player
Tráiler de la peli

Lo que hizo Kinsey fue maravilloso y algo que realmente hacía falta pero nadie se atrevía hacer. En aquella época (mediados del siglo pasado), había muchas cosas sobre el comportamiento sexual humano que no se conocían a ciencia cierta, dado que nadie se había molestado en hacer rigurosas investigaciones científicas al respecto.

Kinsey y su grupo de investigadores es tomaron el arduo trabajo de entrevistar personalmente a más de diez mil hombres y mujeres de todo el territorio estadounidense, a lo largo de un período de quince años. A partir de esas entrevistas personales crearon dos publicaciones, conocidas colectivamente con el nombre de «los informes Kinsey». Estos libros fueron best-sellers inmediatos, tanto en el público científico como el general.

También fueron bastante polémicos, como te imaginarás dado que hablaban de sexo y habían sido publicados en una de las sociedades más puritanas y erotofóbicas que existen en el mundo. En particular la controversia pasó por el hecho de que los informes Kinsey revelaron que muchos de los actos sexuales considerados tabú/inmorales, eran en realidad relativamente comunes. Por ejemplo, los siguientes son algunos de los descubrimientos más escandalosos:

  • El 37 % de los hombres había tenido al menos una experiencia homosexual con orgasmo; el 10 % de los hombres había sido más o menos exclusivamente homosexual durante al menos tres años.
  • El 92 % de los hombres y el 62 % de las mujeres afirmaron masturbarse.
  • El 68 % de los hombres y alrededor del 50 % de las mujeres declararon haber tenido relaciones sexuales antes del matrimonio.
  • El 50 % de los hombres y el 26 % de las mujeres declararon haber mantenido relaciones sexuales extramatrimoniales.
  • El 4 % de los hombres y el 10 % de las mujeres declararon haber mantenido relaciones sexuales incestuosas con hermanos.
  • El 15 % de los entrevistados declararon haber mantenido relaciones sexuales con adultos cuando ellos tenían menos de 14 años.
  • La mayoría de las mujeres informaron haber tenido experiencias orgásmicas; algunas informaron haber tenido orgasmos múltiples en un solo encuentro.
  • Un porcentaje considerable de hombres y mujeres declararon practicar sexo oral, sexo anal, comportamientos fetichistas y voyeurismo.
  • Muchos encuestados informaron haber tenido sus primeras experiencias sexuales, incluyendo la masturbación, durante la adolescencia.
  • Se reportaron orgasmos en niños de entre dos meses y quince años. Estos datos proceden de los recuerdos de adultos y de observaciones realizadas por padres y profesores.
  • En base a los hallazos se concluyó que el incesto y las relaciones sexuales entre adultos y niños no son dañinos y podrían incluso ser beneficiosos para los niños.

Recuerda que en aquella época el sexo premarital, la prostitución, la homosexualidad e incluso la masturbación eran todos considerados actos pecaminosos y a veces hasta criminales. Hoy en día por suerte la perspectiva social ha cambiado y estos actos que alguna vez fueron tabú/ilícitos ya no lo son. Aunque por desgracia muchos adultos siguen pensando que los niños son asexuales, a pesar de toda la evidencia que Kinsey y muchos otros científicos presentan por lo contrario.

Ame,
Kato