Kara Ema:
Frase del día en tailandés
วันนี้ผมเล่นกับเด็กทั้งวัน เหนื่อยมาก
wan-nii phom len gap dek tháng wan, nʉ̀ai maak
Hoy jugué con niños todo el día. Estoy muy cansado.
วันนี้ | wan-nii | hoy |
ผม | phom | yo |
เล่น | len | jugar |
กับ | gap | con |
เด็ก | dek | niño |
ทั้ง | tháng | todo |
วัน | wan | día |
เหนื่อย | nʉ̀ai | cansado |
มาก | maak | muy |
Fíjate como, puesto que los verbos en tailandés no se conjugan, no hay ningún indicador de que la oración esté en pasado, con lo cual técnicamente podría traducirse también como «Hoy juego con niños todo el día» o incluso «Hoy jugaré con niños todo el día».
El jueves a las 13:30 salí de casa y, tras dos autobuses y algo de caminata de por medio (durante la cual pasé por la popular calle Khao San), a las 16:30 llegué a Sombat.

La calle Khaosan o calle Khao San es una pequeña calle en el centro de Bangkok, Tailandia. […] es un lugar popular entre los mochileros, […] con gran cantidad de hoteles de mediano presupuesto y bares, dotada de una intensa vida nocturna, lo que la convirtió en una de las principales atracciones turísticas de Bangkok.
A lo largo de sus 400 metros también hay restaurantes, locales de masajes, operadores turísticos, casas de cambio y tiendas de diversa clase, y cada día se instala un improvisado mercado callejero donde se puede conseguir ropa, regalos, bebidas y comida al paso.
Wikipedia


No había almorzado todavía, así que lo primero que hice fue pasar por un 7-Eleven para comprarme algo (฿81; ~2€). Lo segundo fue ir a jugar con mi amiga Kalaya.



Esa rayuela la empecé a dibujar yo y la terminó uno de los niños. Parecía tiza pero en realidad era una piedra lo que estábamos usando para dibujar en el suelo.
A eso de las 18:30 vino Kalaya a buscarme para llevarme de la mano a la vuelta de la esquina, al campo de baloncesto, donde estaban jugando unas cinco niñas, todas vecinas y amigas de Kalaya. Dos de las niñas eran pequeñas (~3 años) y había dos mujeres sentadas, que seguramente serían las madres. Las mujeres me sonrieron cuando me vieron llegar de la mano de Kalaya, y se quedaron sentadas observando mientras yo jugaba con sus hijas y mis amigas.

A las 19:00 nos despedimos de las vecinas y quedamos solamente Kalaya, Davika y yo. Seguimos jugando un rato más en el corredor que da a la casa de mi amiga.






La madre estaba al tanto de que estábamos jugando ahí, a pocos metros de su casa, porque en un momento salió, nos vio y se rio. A las 20:00 pasadas volvió a salir, estaba vez para decirle a su hija que era hora de entrar a casa. Entonces nos despedimos y me fui a tomar el autobús.
A las 22:00 llegué a casa.
El viernes a las 11:30 salí de casa y caminé hasta Lotus’s Bangyai.
¿Te acuerdas que había arrancado a trabajar en un centro de idiomas allí, como profe de inglés? Nunca te conté qué pasó con eso. Básicamente, ocurrió lo mismo que con el jardín. Querían que fuese de camisa y corbata. Cuando les dije «no gracias», me respondieron que entonces no podría trabajar más allí. Así que al final terminé haciendo un solo día.
La razón por la que estaba yendo de vuelta al ECC de Lotus’s era para que me diesen mi salario por ese único día que había trabajado. Me dieron los ฿990 (~27€) y me fui.
Ya que estaba en el Lotus’s decidí almorzar allí. Un puesto en el mercado estaba vendiendo piezas de sushi a ฿10 cada una; me pedí cuatro (฿40; ~1€).

Para complementar también me pedí un Cheesy Ham Pie en McDonald’s (฿35; ~1€).
A las 13:00 me tomé el autobús 2-28 rumbo a Bangkok.
Al fin entendí como funcionan las tarifas de los autobuses. Resulta que hay dos tipos de buses: los viejos con pisos de madera, sin suspensión ni aire acondicionado, y los nuevos con pisos de metal, suspensión y aire acondicionado. Dependiendo de la línea que te tomes es uno o el otro. Por ejemplo, las líneas 2-28 y 2-29 son el viejo mientras que la 516 usa el nuevo. El viejo tiene una tarija fija de ฿8 —no importa que hagas 5 o 25 kilómetros; siempre te va a costar lo mismo—, mientras que el nuevo tiene tarifa variable y creo que arranca desde los ฿12.
Normalmente cuando iba a Bangkok me tomaba el MRT o el 516; este último me costaba ฿18 hasta Kong Slak (18 kilómetros). Ahora descubrí que puedo ir a Bangkok por tan solo ฿8 utilizando el 2-28, que me deja en el parque Lumphini (26 kilómetros).
Cerca de las 14:00 me bajé en Bang Rak y entré a Central Bang Rak.

A las 14:30 salí y continué mi caminata por esta parte de Bangkok que era toda nueva para mí.

A eso de las 15:00 me crucé con un mandir (templo hindú), llamado Vishnu Temple.



A las 15:15 pasé por una papelería llamada Morglory. Allí compré una caja de 60 tizas de colores (฿35; ~1€) para que mis amigos niños pudieran dibujar en el suelo con eso en lugar de la piedra que utilizaron el día anterior.

Cerca de las 16:00 entré a otro centro comercial más: Central Rama 3.

Siento que la mitad de los centros comerciales de Tailandia son Central, pertenecientes al conglomerado Central Group, el cual también es dueño de los supermercados Big C, Go! y Tops.


Era temprano para cenar, pero decidí hacer una especie de precena (o merienda-cena) allí, pidiéndome unos fideos de arroz con salsa dulce de curry y cacahuete (฿55; ~1,5€).

Justo enfrente del mall había una parada de autobús. A las 16:30 me puse a esperar el bus que me llevaría a Sombat, pero se hicieron las 17:00 y nunca apareció, así que dado que ya era un poco tarde para ir a Sombat, decidí volver a casa.
Durante una hora caminé desde Central Rama 3 de vuelta hasta Bang Rak (~5 kilómetros). Era evidente que en esta zona de Bangkok había una diáspora india, no solo por el mandir que me encontré antes sino también por todos los indios que veía en la calle y las tiendas vendiendo comida india.
La parada donde me tenía que tomar el autobús quedaba en la calle Surasak, frente a Bangkok Fashion Outlet. Como el autobús aún no venía, decidí entrar al outlet unos minutos para ver si había algo interesante dentro.

El nombre «Fashion Outlet» daría entender que la mayoría de las tiendas serían de ropa, pero por alguna razón eran de joyas. En el sótano había un patio de comidas donde vendían lassi salado. Me habría encantado probarlo pero tristemente había llegado tarde: el patio de comidas estaba abierto entre las 9:00 y las 18:00, y eran las 18:00 pasadas cuando pasé. Me tuve que quedar con las ganas.
A las 18:20 me tomé el 2-28 y una hora más tarde llegué al apartamento.
El sábado salí de casa a las 12:00 y me tomé el 2-28 (฿8).
A las 13:15 llegué al parque Lumphini y desde ahí caminé.
A las 14:00 llegué a Sombat.
Tras pasearme un rato por el barrio en busca de mis amigos, entré a la biblioteca de Sikkha Asia. Unos niños me ofrecieron jugar con ellos a lo que estaban jugando con cadenas de plástico: arrojaban una cadena hacia arriba mientras intentaban coger más cadenas, siempre con la misma mano. Si conseguías coger todas las cadenas —incluyendo la que habías arrojado hacia arriba—, te las quedabas; si no, solo te quedabas con la que arrojaste.

Como suele ser el caso en juegos de destreza física, los niños eran mucho mejores que yo. Y cuando digo «mucho» me refiero a que llegaban a juntar 20-30 cadenas cuando yo recién iba por la quinta o sexta.
Más tarde me fui a la zona donde vive Kalaya. No me la encontré a Kalaya, pero sí a sus vecinos, incluyendo a Davika, que estaban jugando al fútbol y me ofrecieron jugar con ellos.

Resulta que estoy intentando organizar un evento con todos estos niños: los quiero llevar al museo de los niños. Pero para que sus padres me dejen llevarlos, obviamente tendría que ir con algunos de los padres. La idea entonces es ir con ~20 niños y ~5 adultos, incluyéndome a mí y a los padres que quieran acompañarme.
Les ofrecí a Sikkha Asia y a Duang Prateep hacer el evento en colaboración con ellos, pero ninguna de estas fundaciones accedió a colaborar. Bueno, Sikkha Asia sí había aceptado pero me dijeron que tendría que pagarles 2500 baht para hacer uso de su propia furgoneta. Esto me molestó bastante y fue el motivo por el cual yo decidí no hacerlo con ellos. No tiene ningún sentido que me quieran cobrar para llevar a sus niños en su propio vehículo. Podrían haberlo ofrecido gratuitamente, y luego yo me encargaría de contratar una segunda furgoneta y de pagar la comida para todos. Pero no.
Duang Prateep por su parte me respondió que no porque no querían hacerse cargo de los posibles accidentes que pudieran ocurrir con los niños durante la salida. Además me informaron que ya tenían sus propias actividades planificadas. OK. Supongo que ya tienen suficiente presupuesto y donantes/sponsors, como para rechazar una persona que les ofrece hacer una actividad en conjunto, encargándose totalmente de la financiación y organización.
Ya que ninguna fundación quiere colaborar conmigo, la única que me queda es hablar con los padres directamente para invitarlos junto a sus hijos a participar del evento.
Después de jugar con los niños fui a hablar con la madre de Davika. Ella ya me conocía porque me había visto millones de veces jugando con su hija, pero nunca hablamos por la barrera del idioma. A través de un traductor automático le expliqué lo del evento. Me respondió que no podría participar dado que no tenía a nadie que se hiciese cargo de la tienda por ella.
Es que la madre de Davika tiene una tienda tipo quiosco de barrio. Davika tiene una hermana mayor —la de la camiseta roja en la última foto—, pero parecería que no tienen padre o en todo caso está ausente la mayor parte del tiempo, dado que nunca lo vi y siempre es la madre la que se encarga del negocio.
Me estoy dando cuenta de que me va a costar conseguir padres que estén disponibles para pasar una jornada entera en el museo, dado que por lo general son gente que se la pasa trabajando para (sobre)vivir.
En fin. Si se da se da y si no me guardaré los baht para la próxima vez que venga a Tailandia.
A las 16:30 hubo un repentino diluvio, el cual por suerte no duró mucho.

Decidí ir al campo de fútbol cubierto a esperar allí a que escampara.
Me crucé con un grupo de tres chicas adolescentes. Las saludé pero pasé frente a ellas sin detenerme. Me fui a sentar al lado opuesto del campo. Al cabo de unos minutos las chicas se me acercaron, silenciosas y visiblemente nerviosas. Era evidente que querían hablarme pero no sabían cómo ni qué decirme. Así que ataqué yo primero.
Les pregunté sus nombres, edades y gustos musicales. Una se llamaba Café —los tailandeses suelen usar apodos en lugar de sus verdaderos nombres, y los apodos muchas veces son palabras aleatorias y cortas como Café, Arroz, Agua, iPhone, Porsche, etc.— y tenía 12 años. Me dijo que le gustaba una canción tailandesa llamada หลับนิรันดร์ de 25 hours. Las otras dos tenían 11 y 15 años. Las dos más grandes eran nuevas caras para mí, pero a la de 11 ya la había visto varias veces (fue la que me pidió jugar al Uno con ella una vuelta que fui a la biblioteca). Llamésmosla Lek, que significa «pequeño» en tailandés, y también es un apodo común.
A las 17:00 me fui del barrio y caminé hasta el parque Lumphini, con la idea de tomar el autobús para volver a casa.
Pero justo antes de llegar al parque me crucé con One Bangkok, un complejo de torres y centros comerciales. Decidí entrar a explorarlo; total aún era temprano.
One Bangkok es un complejo multifuncional de 3900 millones de dólares estadounidenses[1] en construcción en Bangkok, Tailandia. One Bangkok está siendo desarrollado por Frasers Property, una filial del Grupo TCC, uno de los mayores conglomerados empresariales de Tailandia. Se esperaba que se inaugurara por fases entre 2024 y 2030, pero debido a retrasos, ha comenzado a abrirse el 18 de marzo de 2024, empezando por el primer edificio de oficinas, y se espera que el resto de elementos se inauguren a partir de 2024.
Wikipedia
No puedo creer que siga habiendo centros comerciales en Bangkok que no conozco; se nota que es una de las ciudades con mayor cantidad de malls en todo el mundo, junto con Manila. Igual este en particular parece ser bastante nuevo; quizás es por eso que no lo descubrí antes.




Cuando digo «One Bangkok» en realidad me estoy refiriendo solo a Parade y a The Storeys, que son los centros comerciales del complejo que ya han abierto. Ambos tenían un sótano interconectado, y esa para mí fue por lejos la parte más interesante de todo el complejo.
El sótano estaba repleto de cadenas japonesas, algunas de las cuales jamás había visto en Tailandia o mismo fuera de Japón. Por ejemplo, Kaldi Coffee Farm:

Tras comprarme un par de cosas en Kaldi, incluyendo polvo para hacer latte de ñame morado y crema batida de café (฿476; ~13€), me pasé a Muji.
En Muji también me compré cosas que me hicieron sentir que estaba de vuelta en Japón: un helado de caramelo salado, un bollo frito de cerdo y curry, y un dorayaki de té verde (฿137; ~3,7€). Todo me lo comí en el momento, empezando por el helado (prepostre).
Pero lo mejor vino después, cuando entré a Mitsukoshi Depachika. Había tantos productos japoneses en aquí, que realmente fue casi como si hubiese estado caminando de vuelta por las góndolas de un supermercado en Japón. Venían hasta los clásicos omiyage (suvenires) en cajas para regalar.


Aquí gasté ฿254 (~7€).
A las 20:00 me fui a tomar el 2-28 y cerca de las 22:00 llegué a casa.

Ame,
Kato
Ya te veo tidos los dias yendo a Mitsukoshi Depachika!