Kara Ema:
El viernes a las 8:20 salí del hotel.
Casi tan pronto como salí a la calle me topé con una escuela primaria llamada Trường Tiểu học Bán công Tràng An. Tenía un inflable en la entrada que ponía «Bienvenidos», estaban las puertas abiertas y dentro parecían estar celebrando un evento.


Decidí entrar para ver de qué se trataba. Hablé con una de las maestras y le pregunté si me podía quedar un rato a presenciar el evento. Me dijo que me podía quedar 15 minutos y podía tomar fotos. Algunos de los niños me saludaron entusiasmados y me preguntaron de dónde venía.

Ya que estaba le pregunté también a la maestra si otro día podía pasar a visitar la escuela. Me dijo que no, que era exactamente la respuesta que sabía que me iba a dar. Por desgracia Vietnam no es tan abierto a visitas escolares como lo son todos los otros países del Sudeste Asiático.

La única forma de visitar escuelas aquí es teniendo contactos, y por suerte la tengo Linh que conoce personalmente a varios dueños (o dueñas porque creo que son todas mujeres) de jardines de infancia en Hanói. Si recuerdas la última vez que estuve aquí visité algunos gracias a ella.
Eso era lo que tenía planeado para esta jornada de viernes: visitar el jardín de una persona conocida de Linh. El mismo se llamaba Harmony Sunspire Preschool y quedaba a 20 minutos a pie de mi hotel. Se trataba de un jardín bilingüe donde todos los maestros hablaban principalmente en inglés.
A las 9:00 llegué y me sumé a la clase de los niños más grandes, de 4-5 años. Era un grupo de alrededor de ocho niños y había dos maestras. Los niños me recibieron cálidamente, preguntándome mi nombre, dándome choques de mano, examinando mis pulseras y mi reloj.

Me resultó curioso que los niños no tuviesen uniforme del jardín.
La lectura fue la primera actividad de la jornada. Al rato pasamos a la segunda, que consistió en pintar máscaras con acuarela. Para ello fuimos al patio.


Luego, a las 10:00 los niños se cambiaron de ropa e hicieron una procesión alrededor de una mesa, con motivo de festejo del Tết Trung Thu.
Tết Trung Thu (chữ Hán: 節中秋) es una fiesta tradicional vietnamita que se celebra desde la noche del día 14 hasta el final del día 15 del octavo mes lunar. A pesar de su origen chino, la fiesta se ha convertido recientemente en una fiesta infantil […]. Los niños esperan con ilusión este día porque los adultos suelen regalarles juguetes, entre los que suelen encontrarse una lámpara en forma de estrella, una máscara, […], y comen bánh trung thu (pasteles de luna). La gente organiza una fiesta para contemplar la luna y, cuando esta está alta, los niños cantan y bailan mientras la observan. En algunos lugares, también se organizan bailes de leones o dragones para que los niños disfruten.
Wikipedia


Después de la procesión nos sentamos a comer snacks.

Hay un dulce (caramelo duro) clásico de Kopiko sabor Cappuccino. Curiosamente los adultos que habían preparado los snacks para los niños habían incluido esta golosina de café dentro del canasto con dulces. Una de las niñas me comentó que le gustaba mucho el cà phê sữa (café con leche).
Después de comer los snacks, entramos a la clase de nuevo para ver unos vídeos y que la maestra explique un poco a los alumnos acerca del Tết Trung Thu, también conocido como Festival del Medio Otoño o Fiesta de la Luna.


A las 11:00 los niños almorzaron.

Mientras almorzaban las maestras pasaban la aspiradora y limpiaban el aula, lo cual francamente me pareció medio extraño. Si yo fuese el maestro pasaría la aspiradora al final del día cuando los niños ya se fueron a su casa, y en el almuerzo me ocuparía de ver que comieran bien, charlaría con ellos y ayudaría al que lo necesitara. Eso fue precisamente lo que hice: mientras las maestras se ocupaban de limpiar el aula, yo ayudaba a uno de los niños dándole de comer y charlaba un poco con los otros.
Después del almuerzo me invitaron a retirarme del aula. Es que los niños estaban por dormir la siesta y estoy seguro de que las maestras no querían que estuviese yo presente porque pensaban que los iba a distraer. Aproveché entonces para explorar el resto del jardín, el cual era básicamente una casa grande con tres plantas y un jardín/patio.

La tercera planta tenía aulas que parecían no estar siendo utilizadas actualmente.

A las 12:00 bajé nuevamente a la primera planta y pregunté por mi comida (me habían dicho que me iban a dar almuerzo).
En la cocina vi que estaban la cocinera y —por alguna razón— el guardia de seguridad preparando la comida para mí y (asumo yo) para todas las demás maestras.


Algo peculiar de los jardines de infancia en Vietnam es que no solo suelen tener cámaras de seguridad por todas partes, sino que las pantallas con lo que pasa en las cámaras suelen estar visibles en la recepción e incluso algunos jardines dan a los padres acceso remoto a las cámaras.

A mí personalmente no me gusta mucho lo de las cámaras porque me hace sentir incómodo. Imagínate cómo te sentirías si tuvieses que trabajar en una oficina con tu supervisor a pocos metros constantemente observando lo que haces. Esa es la sensación que provocan las cámaras. Incomodidad, control y desconfianza.
A las 13:00 descubrí que todavía faltaba una hora para que los niños terminaran la siesta, así que decidí salir del jardín a dar una vuelta por los alrededores.
Visité dos mercados cercanos: Chợ Hôm y Chợ Trời.


Luego pasé por un lago (Hồ Hai Bà Trưng) y una escuela (Trường Tiểu học Trưng Trắc).


En la puerta de este colegio había varios niños, quienes me saludaron con un «hello», una sonrisa y un gesto de la mano. Echaba de menos esto. En Tailandia —al igual que en Japón— es raro que la gente te salude, mientras que en Vietnam es mucho más común, aunque no tanto como en Filipinas. No solo los niños me saludan aquí sino a veces también los adultos.
Una de mis estrategias para conectar/interactuar con niños mismo cuando no tenemos un idioma en común, es emplear frases populares en la generación Alfa, que sé que ellos van a conocer y que ellos no esperan que los adultos sepan. Por ejemplo, «dame un grrr» y «Tung Tung Tung Sahur».
Cuando dije estas frases unas niñas estallaron a carcajadas. Luego, cuando intenté acercarme a ellas para charlar, echaron a correr. Eran tímidas, lo cual las hacía aun más tiernas.
Me habría gustado hacerles/nos fotos, pero enseguida tuvieron que entrar. Me habría gustado entrar con ellos pero sabía que estando en Vietnam no sería posible. Igual no perdía nada con preguntar así que pregunté; me dijeron que no 🥺.
Me fui a Circle K a comprar algo para tomar y comer. Había varios estudiantes comprando también.

Me compré un pan con queso crema en el interior, y una lata de café vietnamita helado.

Me encanta el hecho de poder ir a una tienda de conveniencia y pagar con mi teléfono (es decir, con mi tarjeta / Apple Pay) sin importar cuán poco consuma. Hasta ahora no he tenido que pasar por un ATM gracias a esto.
A las 14:00 volví al jardín. Los niños se estaban levantando de la siesta.
Las maestras de la clase de los de 4-5 años me ofrecieron ir con la otra clase de 2-3 años, que estaba en la segunda planta. Cuando entré a su aula las luces aún estaban apagadas y los niños todos dormidos. Una de las maestras y yo los fuimos levantando uno por uno.


Una vez que estuvieron todos levantados, las maestras les dieron una leche para tomar y luego los hicieron bailar.

Al rato los volvieron a sentar en las mesas para comer un snack.

Mientras estaban haciendo esto, empecé a escuchar ruidos de niños en el patio, y de un adulto hablando por un micrófono. Resulta que habían llegado más niños de otro jardín cercano (de la misma dueña) para ensayar todos para el festejo del Festival del Medio Otoño que celebrarían junto a los padres al día siguiente.




A las 15:30 volvimos al aula. Una vez más a los niños les dieron comida para picotear. Siento que la jornada consistió básicamente en una secuencia alternada entre actividades y comida. Supongo que porque era un día especial por la fiesta del Tết Trung Thu y normalmente no les dan tantos snacks.



A las 16:30 bajamos todos a la primera planta para esperar a que los padres pasaran a buscar a los niños. Mientras tanto jugábamos con los bloques.

A las 17:00 pasadas me fui del jardín.
Pasé por el lago Hoàn Kiếm y en una de las abarrotadas calles del casco antiguo de Hanói me encontré con Linh y Suong.

A las 18:00 fuimos a la plaza Đông Kinh – Nghĩa Thúc, donde habían colocado un montón de decoraciones por la Fiesta de la Luna además de un escenario.
Se suponía que a este recinto solo podían entrar los residentes del barrio de Hoàn Kiếm, pero como nosotros llegamos temprano nos dejaron pasar igual (Linh le dijo al de seguridad que entraríamos a tomar fotos). Así que nos sentamos a esperar a que el show comenzara.




El espectáculo en el escenario arrancó a eso de las 19:40, con una danza del león y del dragón.

Luego de los leones y dragones aparecieron en el escenario lo que más yo estaba esperando: las lolis bailando.




A las 21:00 pasadas Suong ya se quería ir a cenar, así que nos levantamos para irnos. El show aún no había terminado. Justo cuando estábamos pasando por el escenario unas niñas se subieron a él y empezaron a hacer lo que fue el acto de cierre de todo el evento.
Ya estábamos en KFC, en un local que quedaba justo detrás del escenario. Aún podíamos ver parte de él desde allí. Linh sabía que yo quería ver a las niñas bailando, así que me dijo que fuera mientras ella pedía la comida. Mientras tanto Suong subió a reservar una mesa ella solita.

Cuando terminó el acto volví al KFC. Resulta que el menú que queríamos nos dijeron que estaba agotado, así que al final dijimos con Linh que mejor iríamos al McDonald’s. La fui a buscar a Suong arriba y le dije de pasarnos al Mc. Pensé que me iba a decir que no quería —ella había dicho que quería KFC— pero por suerte aceptó enseguida.
Caminamos unos minutos por las calles del casco antiguo que rodeaban al lago, y que a esta hora estaban cerradas al tránsito y eran exclusivamente peatonales.


Dado que Linh me había dado algo de dinero más temprano para comprarme unas chinelas nuevas (costaban ₫170k y yo no tenía suficiente efectivo en la billetera, así que Linh me dio un billete de ₫100k), yo ofrecí pagar la cena para todos. Costó ₫137k (~4,4€).
A eso de las 23:00 terminamos de comer y salimos del McDonald’s. Linh me explicó que a esta hora no había más autobuses, con lo cual no le quedaba otra que volverse a su casa caminando. Era una caminata de una hora más o menos, y Suong estaba cansada así que había que cargarla. Yo me ofrecí ir con ella así nos turnábamos para cargar a la niña.
A las 24:30 llegamos a lo de Linh. Me dijo que para volver a mi hotel podía usar su bici, así que eso hice.

A las 25:00 pasadas llegué al hotel.
Ame,
Kato
Dia largoo