Kara Ema:
Frase del día en vietnamita
Nhiều người Việt muốn sang Nhật làm việc.
Muchas personas vietnamitas quieren ir a Japón a trabajar.
| nhiều | mucho/a(s) |
| người | personas / gente |
| Việt | vietnamita(s) |
| muốn | querer |
| sang | ir / viajar |
| Nhật | Japón |
| làm việc | trabajar |
Sábado 29 de noviembre.
Me estaba gustando esto de enseñar en un centro de idiomas en Vietnam, mucho más de lo que pensé que me gustaría. A diferencia del centro de idiomas en Tailandia, aquí no eran estrictos con la ropa (pude enseñar en jeans y camiseta), y el ambiente era mucho más relajado. Lo que sí, los niños vietnamitas tienden a ser bastante más revoltosos y energéticos que los tailandeses, lo que hace que las clases sean más desafiantes pero también más interesantes y divertidas.
A las 7:45 llegué al centro. Hoy sería un día largo allí, dado que en total tendría que enseñar cinco clases:
| Sun 1 | 08:00–09:30 |
| Moon 2 | 09:45–11:15 |
| Sun 3 | 14:00–15:30 |
| Sun 1 | 15:45–17:15 |
| Galaxy 2 | 17:45–19:15 |
Los niños de Sun 1 tuvieron examen.


Luego tuve clase con los niños de jardín por primera vez. Unos tiernos.


Había una niña cuya personalidad me llamó la atención. Estaba seria todo el tiempo y no participaba mucho de la clase como los demás, aunque sí se sumó a algunas de las actividades cuando la invité a pasar.

Yo igual también estaría serio y de mal humor si —con 4-5 años— mis padres me hicieran pasar una hora y media en clase de inglés un sábado por la mañana.
A las 11:20 terminé las clases de la mañana y me fui a disfrutar de las casi tres horas que tenía para almozar y descansar antes de tener que volver para las clases de la tarde.
Decidí ir al lago Thủy Sơn por Trần Phú, que era una de las calles comerciales principales.

Me pedí pollo y patatas fritas en un restorán llamado Gà Rán Taiwan. Pedí para llevar cosa de ir a almorzar al parque alrededor del lago. Me costó ₫65k (~2€).



Muy bonito el parque pero había tres cosas fundamentales que estaban faltando. ¿Llegas a darte cuenta de cuáles mirando las imágenes?
Te doy una pista para la primera. Era un día hermoso de fin de semana, soleado, sin lluvia, no muy fresco, sábado al mediodía. ¿Qué es lo que uno esperaría ver en un parque un día como este?
No había gente, y eso me impactaba. Los parques de Japón y de Europa estarían llenos de gente un lindo día como este. Las otras dos cosas que tendría que haber habido eran bancos y cestos de basura.
Paseándome un rato por el parque finalmente di con un sitio donde había un banco. Igual me pareció poco un solo banco para semejante parque; tendría que haber habido más. Pero como no había gente, pude sentarme allí y almorzar tranquilo lo que había comprado.


Es fascinante lo diferente que actúa la gente de distintas culturas. En el Occidente, un día soleado verás muchas personas acostadas en el parque tomando sol, muchos niños correteando y refrescándose en las fuentes de agua. Mientras tanto los vietnamitas le escapan al sol cual si fuesen vampiros.
A las 13:20 empecé a volver al centro, pero antes pasé por un Mixue y me compré un helado de trà sữa caramel (té con leche y caramelo) por ₫10k (~0,3€).

Cuando llegué al centro algunos niños de Sun 3 ya estaban allí, así que subimos juntos al aula y los dejé dibujar en el televisor hasta que se hiciera la hora de arrancar la clase.

Cuando terminamos con el libro les hice jugar a un juego en dos equipos. Cada equipo tenía que elegir a una persona para pasar al pizarrón y escribir siete palabras dentro de una categoría determinada. El primero que llegaba a escribir todas las palabras ganaba un punto para su equipo.

En un momento, una de las niñas me habló sobre su novio Quang Hùng MasterD.
Lê Quang Hùng (nacido el 7 de octubre de 1997), más conocido por su nombre artístico Quang Hùng MasterD, es un cantante, compositor, rapero y productor discográfico vietnamita. Se convirtió en un fenómeno de Internet cuando publicó un mashup de 30 éxitos del V-pop en 2015, y luego debutó oficialmente ante el público al participar en el programa The Debut.
Wikipedia
Una niña de 10 años con un «novio» (ídolo/crush) de 28 años. La sociedad dice que eso es imposible así que seguramente me estaba mintiendo, ¿no?
En otro momento varias niñas de esta misma clase me empezaron a mostrar ciertos gestos obscenos con las manos, como el de insertar un dedo de una mano en los dedos de la otra formando un agujero (insinuando el acto de penetración), o el de abrir una rendija con los dedos índice y mayor, como si fuese una vulva.

La siguiente clase (Sun 1) arrancó de la misma manera que la anterior: con los niños que habían llegado temprano dibujando en la televisión.



Lo que estaba escribiendo era «phim ma» en YouTube. Phim ma significa películas de terror en vietnamita. No sé bien cómo ni por qué, pero los niños en edad de escuela primaria parecen estar fascinados por todo lo que tenga que ver con historias de terror. Les encanta.


Una de las niñas de esta clase en un momento me empezó a llamar «dada». Para confirmar si realmente me estaba llamando lo que pensé que me estaba llamando, le pregunté si me estaba diciendo «papá», y me dijo que sí. Incluso lo escribió en el pizarrón:

Creo que esta palabra es una de las cosas más bonitas que una niña le puede decir a un hombre; realmente me alegró el corazón escuchar eso.
Los niños enseguida se dan cuenta cuando un adulto los trata como niños versus cuando los trata como pares/amigos como los trato yo. Pienso que estos niños se dieron cuenta de que yo no soy como los otros profesores, y por eso se abrieron a mí con tanta confianza y afecto, al punto de una de ellas llamarme «papi» ya desde la primera clase. Dudo que la niña esa que me hizo el gesto de vulva se atreva a hacerle ese mismo gesto a cualquiera de sus otros profesores.
La mayoría de los adultos nunca llega a conocer a los niños como realmente son. Si quieres conocer un niño tal y como es —y esto vale incluso para tus propios hijos—, la única forma es tratarlo con afecto y cercanía como si fuese una persona igual de valiosa que tú, y no un ser inferior que necesita aprender y ser educado.
Por ejemplo, la mayoría de los niños nunca se atrevería a hablar de ciertos temas con adultos, ni siquiera con sus propios padres. En particular, los niños no suelen contarles a sus padres sobre los crushes que tienen en la escuela, los novios y las cosas que hacen con ellos. Los adultos evitan temas de índole sexual con sus hijos, lo cual genera que los niños no se sientan cómodos tampoco hablando de dichos temas con sus padres.
El otro día le pregunté a Linh si ella pensaba que sus tres hijas (de 5, 10 y 13 años) sabían de dónde venían los bebés y cómo funcionaba exactamente la mecánica del coito. Me dijo que creía que por lo menos las dos mayores ya estaban bastante enteradas. «Creía». ¿Son sus propias hijas y ni siquiera está segura de si saben o no?
Si yo tuviese hijos, mi relación con ellos sería tal que no habría ningún tema (ni siquiera sexo o crushes) sobre el cual ellos no se sentirían cómodos viniendo a hablar conmigo. Ojalá todos los niños pudiesen tener este tipo de relación con sus padres.
Mi última clase del día fue con los más grandes. Ellos me djieron algo importante que yo no sabía: esa noche en la plaza central de la ciudad habría un evento, así que decidí que tan pronto como terminara la clase tenía que ir a ver de qué se trataba.
A las 19:20 salí del centro y caminé hacia el centro. O sea, salí del centro de idiomas y caminé hacia el centro de la ciudad, donde estaba la plaza donde estaban haciendo el evento.
Frente a la plaza habían montado un escenario.

También había una exhibición de fotografías.




He notado que siempre en los eventos organizados por el estado, frente al escenario ponen una primera fila para los VIPs (invitados de honor, gobernadores, patrocinadores, empresarios, CEOs, políticos), y luego todo el sector de sillas más cercano al escenario suele estar vallado, cosa de que solo puedan entrar ahí los que tengan una invitación especial (sean amigos de algún político, empleados de una empresa patrocinadora, etc.). El resto de los mortales debe mirar el show parado y bastante alejado del escenario. Esta actitud separatista que tiene el gobierno vietnamita me desagrada bastante.
Paseándome por el festival, como yo parecía ser el único con rasgos occidentales en toda la ciudad, a cada rato me cruzaba con vietnamitas simpáticos que me saludaban y me sonreían, incluso algunos me paraban para pedirme una foto.
A eso de las 21:00 me crucé con un grupo de chicos de secundaria, que me saludó y me empezó a hablar. En particular, una chica de octavo curso (13-14 años) se me paró al lado y se puso a charlar conmigo. Se notaba que estaba nerviosa y que había tenido que salir lejos de su zona de confort para poder juntar el coraje de hablarme. Su nerviosismo, su sonrisa de oreja a oreja, su voz emocionada y la posición de su cuerpo pegado al mío me hicieron sentir que estaba interesada por mí… Pero eso no podía ser cierto, ¿verdad? Las chicas de 13 años no se interesan por adultos, todos sabemos eso.
Me contó que quería ser profesora de inglés, a lo cual le respondí que yo era profesor de inglés y que podría ayudarla a estudiar inglés si ella quisiera. Le ofrecí ir a Mixue juntos a por un helado el domingo, pero después de pensarlo unos instantes me dijo que no, que iría con sus amigos. Entonces simplemente nos hicimos unas fotos juntos —tanto con su teléfono como con el mío— y nos despedimos. Cuando me alejé pude escuchar como ella se acercaba a su grupo de amigos y decía algo acerca de Mixue, probablemente algo como «¡Me invitó a Mixue!».
A las 21:30 terminó el espectáculo en el escenario e hicieron algo que me gustó y no esperaba ver: sacaron las vallas e invitaron a bailar juntos frente al escenario, y luego a subirse al escenario para hacerse fotos.


El «baile» colectivo que estaban haciendo era básicamente una ronda grande en la que giraban hacia un lado y cada tanto la cerraban y la abrían.

En un momento una chica adolescente vio que yo estaba fuera de la ronda y me hizo señas en plan «¡Súmate a la ronda!». Yo le hice respondí con señas en plan «me sumo si tú también te sumas», con lo cual terminamos dándonos la mano y sumándonos los dos al mismo tiempo.
Tras unos diez minutos de baile en ronda, nos subimos todos al escenario.


Me sentí famoso porque la gente —sobre todo los jóvenes— no paraba de saludarme y de querer hacerse fotos conmigo, probablemente porque no estaban acostumbrados a ver extranjeros en esta localidad tan remota y para nada turística. Una chica adolescente me gritó «I love you!».
En un punto, cuando ya me estaba por ir, apareció una mujer de aspecto asiático pero que hablaba inglés perfectamente, y me dijo que no conocía a nadie allí y que por favor le hiciera una foto. Le pregunté de dónde era y me contestó que de las Filipinas, y que estaba trabajando allí como profesora de inglés (en otro centro, no en donde estaba yo). Me dijo que ella también se estaba yendo y me ofreció llevarme hasta mi hotel en su motocicleta. Hablamos un rato más e intercambiamos contactos.
A las 22:30 llegué al hotel y me despedí de la mujer filipina.
Domingo 30 de noviembre.
Último día de clases en el centro y último día en Lai Châu. Las clases que tenía programadas para hoy eran las siguientes:
| Sun 1 | 08:00–09:30 |
| Moon 2 | 09:45–11:15 |
| Sun 3 | 14:00–15:30 |
| Sun 1 | 15:45–17:15 |
Es decir que tendría a casi todos los mismos niños que había tenido el día anterior, lo cual me ponía contento porque el sábado había tenido algunas de las mejores clases, incluyendo niños adorables de jardín y aquella niña que me llamaba «papi».
Sun 1 tuvo la segunda parte del examen, el speaking test (prueba oral). El tiempo que quedó después de que terminaran el examen se pusieron a dibujar en la tele.


La clase de jardín arrancó con un vídeo de calentamiento puesto por mi asistente (para jardín me dieron una asistente que estuvo presente durante toda la clase).


¿Notas algo peculiar en la última foto? Voy a hacer zoom para que lo puedas ver mejor:

Estoy seguro de que si mi asistente hubiese visto lo que estaba haciendo esta niña, la habría regañado y forzado a dejar de hacerlo. Mientras tanto, mi filosofía es dejar a los niños hacer todo lo que hacen naturalmente, a no ser que sea algo claramente perjudicial para ellos mismos o terceros.
¿El niño eructa? Déjalo. ¿El niño se mete el dedo en la nariz? Déjalo. ¿El niño se mete la mano en el pantalón? Déjalo. Todos estos comportamientos son normales y frecuentes en niños pequeños; suceden de manera natural y automática para ellos. Algunos adultos prefieren «corregir» estos hábitos explicando al niño que no son acciones apropiadas de hacer en público, pero que sí se pueden hacer en privado. Personalmente considero que mismo si no se les dice nada, tarde o temprano los niños se van a dar cuenta solos de las cosas que se pueden hacer en público y las que no, y van a terminar «corrigiendo» sus acciones por sí solos. Por eso es que prefiero no intervenir y dejar que actúen lo más naturalmente posible, en lugar de imponerles restricciones socioculturales tempranamente.
Encontré un artículo sobre los niños metiéndose las manos en el pantalón que da consejos que me han gustado, así que te copio algunas partes:
Mi hija (5) tiene la costumbre de meterse la mano en los pantalones, incluso cuando hay otras personas alrededor. A menudo, lo hace cuando está absorta viendo la televisión o algo así, y ni siquiera parece darse cuenta. No quiero que se sienta acomplejada regañándola, pero es vergonzoso y un poco preocupante en público […] ¿Cómo debo manejar esto?
A los niños les encanta tocar y son completamente desinhibidos. Si algo les resulta agradable, lo hacen. Aún no han aprendido las normas sociales, los tabúes o la vergüenza. Aprenden a interactuar con los demás a medida que socializan, y nosotros, como padres, debemos prepararlos para el mundo exterior antes de que alguien reaccione de una manera que los hiera o avergüence.
[…] debes hablar con ella sobre el comportamiento adecuado en diferentes momentos y lugares. Deja claro que lo que está haciendo no está mal, pero que puede ser algo privado. Explícale con delicadeza que hay algunas actividades que es mejor realizar cuando se está solo: hurgarse la nariz, rascarse el trasero, quitarse costras y jugar con los genitales. Al agruparlas, no te centras únicamente en el comportamiento sexual. […]
No grites, no le des un manotazo ni hagas nada que transmita un fuerte rechazo o ansiedad. Esto puede dejar un recuerdo traumático y hacer que la niña crea que el sexo es malo o indecente. En su lugar, elige un momento tranquilo y explícale con calma que hay cosas que otras personas no quieren ver, por lo que es mejor reservarlas para cuando uno está a solas. Al hablar abiertamente sobre una serie de comportamientos, aprenderá sobre el decoro general, y no que sus genitales son un tabú.
Ella seguirá sintiendo curiosidad por su cuerpo. Prepárate para responder preguntas sobre sus genitales. Lo mejor es responder estas preguntas a medida que surjan, y al nivel de la niña. No la sobrecargues con más información de la que ella pide a esta edad, pero tampoco te pongas nerviosa. Si actúas con discreción ahora, le darás a tu hija permiso para hablar contigo cuando surjan otras preguntas y cuestiones.
Esta es una buena oportunidad para hablar con ella sobre los límites personales. Ella es la dueña de su cuerpo y nadie puede tocarla sin su permiso. […] La vida íntima de muchas personas se ha visto afectada por la vergüenza sexual que aprendieron en la infancia. Al enseñar a tu hija sobre la cortesía y el respeto por sí misma, sin insinuar que la sexualidad es algo malo, la estarás ayudando a convertirse en una mujer equilibrada.
The Sydney Morning Herald



A las 11:30 salí a almorzar. Una vez más tomé la calle Trần Phú.

La casa frente a la cual estaba atado el pug era bastante grande, con un garaje con espacio para varios coches. Considerando la ubicación en esta calle tan céntrica, estaba claro que los dueños eran muy adinerados. ¿Por qué casi siempre la gente adinerada tiene el corazón tan frío y duro como una roca?

Esta vez decidí comprarme unas cosas de panadería para almorzar, en parte porque quería que me sobrara también para la noche y para el viaje de regreso a Hanói. Gasté ₫95k (~3€) en la panadería.
Mientras me paseaba por Trần Phú, me crucé con varios jóvenes yendo y viniendo en motoneta. Le pedí a una niña hacerle una fotografía, e inmediatamente me sonrió y se llevó la mano a la boca para taparse la sonrisa tímida.

A las 13:40 llegué al aula dado que a las 14:00 arrancaría mi primera clase de la tarde, con los mismos niños del sábado. Mientras esperábamos a que llegaran todos, les hice jugar a encontrar objetos escondidos en una imagen y a atravesar un laberinto.


Más tarde también les hice jugar a un juego que consistía en separarse en equipos y escribir en el pizarrón una palabra que yo dijera. Si se quiere, era como una especie de dictado competitivo.

También les hice jugar a juegos con aros.


Estoy seguro de que estos niños no se divierten ni la mitad de lo que se divirtieron conmigo en estas clases, en comparación con las clases que tienen con otros profes. Yo también me divertí mucho con ellos, haciéndoles jugar y viendo sus sonrisas.
En un momento unas niñas se pusieron a jugar con una soga que habían traído, y otras con un Jenga. Otro profesor probablemente las habría regañado, pero yo las dejé hacer lo que querían. Si eran felices jugando con esos juegos en lugar de con los que proponía yo, pues genial. Como te darás cuenta, mi actitud para con los niños es muy laissez-faire (dejar hacer).


A las 17:30 volví al hotel. Un rato más tarde, a eso de las 20:00, me hicieron volver al centro para recibir mi salario. Enseñé un total de 14 clases de una hora y media, y me habían dicho que me pagarían a razón de ₫400k la hora, más ₫200k adicionales para cubrir gastos de transporte, con lo cual terminé recibiendo un total de ₫8,6 millones (~280€). No estuvo tan mal, pero igual con lo que me gusta pasar tiempo con niños sinceramente habría enseñado lo mismo gratis. El dinero no es mi motivación sino los niños.
Ya que estaba fuera de hotel y que aún faltaban un par de horas para la partida programada de mi autobús, decidí hacer un último paseo por la ciudad.



A las 22:00 un taxi me pasó a buscar por el hotel y me llevó a la terminal, desde donde me tomé el autobús que iba a Hanói, el cual estaba programado para salir a las 22:30.
Ame,
Kato
Jajaja como un capitulo de lo Simpsons, que por decir eso no le pagaron y despues dijo, que el les hubiese pagado por hacer lo que le pidieron hacer y termino pagando jajaja