Intercambio cultural y de idiomas en un café

Kara Ema:

Tras el evento de intercambio con japoneses que hicimos el martes bajo los sakuras, con Hank decidimos que queríamos hacer más de esta clase de cosas, así que nos pusimos a buscar en Internet para ir a algún otro evento más.

Encontramos que hay un café en Tokio llamado English Only Café, el cual está pensado específicamente para que gente de distintas culturas vaya a hacer intercambio cultural y de idiomas. Nos pareció que podía ser interesante así que quedamos en ir juntos el jueves a la noche.

A las 18:00 salimos de la share house y a las 19:00 pasadas llegamos al café. Estaba lloviendo.

Un pequeño santuario que nos encontramos en la calle camino del café
English Only Café

Al parecer todos los días hacen distintos eventos en este café. El jueves estaban haciendo conversaciones exclusivamente en francés, español e inglés en las mesas del piso de arriba, y en las de abajo hacían una mezcla de inglés y japonés.

Cuando llegamos lo primero que hicimos fue pedirnos una bebida cada uno. Yo me pedí un caramel latte, forcément. Luego Hank se quedó en el piso de abajo mientras que yo me fui a ver el piso de arriba, dado que quería ir a buscar la mesa donde estaban hablando francés para practicar, que hacía rato que no lo hablaba.

Estaba esperando encontrarme con todos franceses, pero eran tres japoneses y un taiwanés. El taiwanés hablaba francés impecablemente, mejor incluso que yo. Los demás hablaban bastante bien también. Me sentía súper extraño rodeado de gente asiática hablando conmigo en francés.

Al cabo de un rato se sumó una persona más a nuestra mesa: un bretón (de Bretaña, Francia). Le conté que yo había visitado Bretaña hacía dos años. Me cuesta creer que hayan pasado ya dos años desde que estuve en Francia. Sarah acaba de cumplir los 15 la semana pasada.

A las 20:30 pasadas, tras haber estado una hora y media practicando mi francés, decidí cambiarme a otra mesa. Así que me fui para abajo a ver dónde estaba Hank. Estaba charlando con dos chicas japonesas. Pregunté si me podía sumar a la mesa y me senté.

Estaban hablando mayormente en inglés, supongo que porque Hank no tiene todavía el suficiente nivel de japonés como para entablar una conversación. Poco después de que yo me sentara, las chicas se tuvieron que ir, así que quedamos solamente Hank, un japonés, el francés (que había bajado también) y yo.

A eso de las 21:30 nos levantamos todos y salimos del café. En la puerta el japonés me pidió intercambiar información de contacto con él. Yo le dije que con Hank estábamos pensando ir a un izakaya, y le pregunté si nos quería acompañar. Aceptó con gusto.

Así que del café nos fuimos los tres caminando hasta un izakaya en la zona de Kanda. Allí pedimos un highball cada uno para hacer kanpai (brindis), y para comer pedimos unas patatas fritas y unas gyoza, todo para compartir.

El japonés nos contó que estaba casado hacía ocho meses, con una chica que había conocido hacía tres años en una discoteca. Le pregunté si tenían hijos y me dijo que no pero que estaban planeando tener.

Hablamos de un montón de cosas más aparte de eso, aunque ahora mucho no me acuerdo los detalles.

Pasadas las 23:00 nos fuimos del izakaya hasta la estación de Kanda. Todos nos teníamos que tomar la misma línea de tren, pero el japonés tenía que ir en la dirección opuesta a la nuestra, así que nos despedimos de él allí antes de dirigirnos a nuestra plataforma.

Llegamos a casa un poco después de la medianoche.


El viernes volví a ir al mismo café, pero esta vez fui solo. Hank no me acompañó dado que él quería volver a ir a la tienda de masajes eróticos.

Todos los viernes tienen una mesa especial para jugar juegos de mesa, así que fui con la idea de ir a esa mesa. Mi expectativa era divertirme jugando juegos de mesa mientras socializaba con gente y practicaba mi japonés. La realidad terminó siendo bastante distinta.

A las 19:00 llegué y me senté en la mesa de juegos. Fui el primero en llegar, así que tuve que esperar unos minutos ahí solo mientras todas las mesas a mi alrededor estaban llenas de gente charlando entre ellos. Me daban ganas de sumarme a las otras mesas, pero había elegido los juegos así que me tocaba esperar ahí hasta que llegaran los otros jugadores.

Los primeros en llegar fueron dos chicas japonesas con un chico occidental. Al parecer se habían conocido ahí y venían seguido a jugar a este café. Luego aparecieron un par de jugadores más. Noté que la mayoría ya se conocía de antes.

En ningún momento nadie me preguntó nada acerca de mí, lo cual honestamente me decepcionó un poco. Pensé que íbamos a conversar un poco además de jugar, pero al parecer todos estaban interesados nada más que en el juego, así que eso fue lo único que hicimos.

Los juegos que jugamos fueron el Cascadia, el Catán y el Coyote.

Cascadia

Cascadia es un juego de mesa de 2021 diseñado por Randy Flynn y publicado por Flatout Games. En Cascadia, los jugadores tienen que reclutar y añadir fichas de hábitat y fichas de vida salvaje para conseguir puntos de victoria en función de varias condiciones de puntuación.

Wikipedia
Catán (yo era el naranja).

Increíblemente acabé ganando yo en el Catán, a pesar de que fui perdiendo durante casi toda la partida. La movida que me hizo ganar fue cuando uní mis dos asentamientos, obteniendo así la carta del camino más largo, que eran los dos puntos que me faltaban para alcanzar la victoria.

A las 22:00 pasadas me fui del café. La verdad que no me gustó tanto la experiencia del viernes como me había gustado la del jueves, por esto que te dije de que hubo absolutamente cero conversación más que la necesaria para los juegos. Me gustaría volver a ir a este café, pero probablemente no vuelva a hacerlo un viernes, o al menos no a la mesa de los juegos.

Cuando estaba caminando desde el café hasta la estación de Kanda, de casualidad me topé con una estatua de niños.

Estatua de niños en Kanda

A las 22:30 llegué a la estación y me tomé el tren. A las 23:00 me bajé en mi barrio, pero antes de ir a casa pasé por un Yoshinoya para pedirme algo para cenar.

Yoshinoya, por si no lo recuerdas, es una de las grandes cadenas de comida rápida japonesa. Me sigue impresionando lo buenas que son estas cadenas. Son mucho mejores que la comida rápida occidental (tipo McDonald’s, Wendy’s, etc.) en todo sentido: más rápidas, más baratas, más ricas, y probablemente incluso más saludables.

A las 23:03 entré al local, a las 23:05 hice mi pedido, a las 23:08 me lo trajeron, a las 23:17 terminé de comer y a las 23:18 ya estaba afuera del local de vuelta yendo para casa.

Ame,
Kato