Kara Ema:
Mi promedio de caminata diaria mientras estoy recorriendo ciudades es de casi 20 kilómetros, pero a veces tengo días en que llego a hacer 30 kilómetros, como ayer.
El sábado salí de casa a las 9:00 y me fui directo a la estación Amsterdam Zuid, donde me tomé un tren hacia la ciudad de Utrecht.
Antes de coger el tren pasé por un kiosco de la estación y me compré una Coca-Cola de vainilla y un saucijzenbroodje para desayunar.
Un saucijzenbroodje («rollo de salchicha») es un rollo de hojaldre relleno de carne picada sazonada. Suele comerse caliente. En los bares y en las carnicerías y panaderías donde se venden estos rollos, a veces se colocan bajo una lámpara que irradia calor, manteniéndolos a temperatura para poder comerlos inmediatamente.
Wikipedia
A las 10:20 llegué a la estación de Utrecht. Frente a la estación había un centro comercial llamado Hoog Catharijne, así que ese fue mi primer destino.
Salí por la puerta del otro lado del centro comercial, lo cual me dejó en el centro de la ciudad.
En un momento me topé con la catedral de Utrecht (Dom van Utrecht). Fue la primera vez desde que llegué a Europe que me encontré con una iglesia a la que puedo entrar sin tener que pagar más de diez euros. Pero obviamente había un lugar en la entrada para dejar una donación, tanto en efectivo como con tarjeta. Y los baños eran pagos (0,5€).
En la puerta de la iglesia había banderas LGBT, lo cual es irónico considerando que la Biblia dice que ser gay es una abominación: «No te acostarás con varón como los que se acuestan con mujer; es una abominación.» (Levítico 18:22).
De ahí me fui a ver una de las partes más bonitas y tranquilas de la ciudad: el Nieuwegracht (nuevo canal).
Tras andar un poco más me acabé topando con la conejita Nijntje:
Aquí solía estar el museo de Nijntje, al cual me habría gustado ir pero desgraciadamente tuve la mala suerte de venir a esta ciudad justo cuando el museo se está mudando a otro sitio, y está temporalmente cerrado a visitas.
Siguiendo con la caminata terminé llegando al viejo canal de vuelta.
A las 12:15 paré en un McDonald’s para almorzar. Me pedí un McKroket, cuatro cheese snacks y una hamburguesa vegetariana McPlant.
Cuando terminé de almorzar me fui hasta la estación de Utrecht Centraal con la idea de ya irme para la siguiente ciudad.
Pero hay algo que me detuvo.
Me di cuenta de que mientras yo me estaba yendo había un montón de gente que estaba llegando a la ciudad. Entonces me dije: «Aquí está por haber algún tipo de evento. No me puedo ir ahora. Tengo que ver qué hay». Así que me quedé.
Era obvio de qué se trataba el evento dado que a cualquier lado donde mirara había un montón de pistas: las banderas multicolores que llevaba la gente, las pintadas en las mejillas, la ropa colorida, los carteles y banderas decorando toda la ciudad. Incluso he llegado a ver varios niños con sus cachetes pintados y llevando banderines LGBT en las manos. Y un perro. Sí: alguien le había pintado una bandera LGBT en la cara de su perro.
Resulta que junio es el mes del orgullo LGBT, y como este fin de semana es el primero del mes, hay un montón de eventos de orgullo LGBT en un montón de ciudades de Europa, incluyendo Utrecht.
El evento se llamaba Utrecht Canal Pride, dado que incluía un gran desfile de botes todo a lo largo de los canales de la ciudad.
El desfile de barcos arrancó a las 13:30. Lo vi desde el principio y me habría gustado quedarme hasta el final pero era demasiado largo y tenía otras cosas programas para el resto de la tarde.
Así que tras ver pasar el barco número 30 —al parecer en total eran 50—, a las 15:30 me levanté y me dirigí una vez más hacia la estación.
Desde la estación Utrecht Centraal me tomé un tren hacia la siguiente ciudad: Róterdam.
A las 17:00 llegué a Rotterdam Centraal. Tan pronto como llegué empecé a caminar por la ciudad. No tenía mucho planeado para ver, así que el paseo sería relativamente rápido.
Imagínate que tu casa sea uno de los atractivos turísticos más populares de tu ciudad. Ese es el caso para los roterdameses que viven en las Kubuswoning (casas cubo).
Las Kubuswoning, o casas cubo, son un conjunto de casas innovadoras diseñadas por el arquitecto Piet Blom en 1984 y construidas en la calle Overblaak de Róterdam (Países Bajos). Blom giró 45° el cubo convencional de una casa y lo emplazó sobre pilares con forma hexagonal. Existen 32 cubos en total, unos junto a otros.
Todas las casas están habitadas. A menudo los dueños eran molestados por los curiosos que se acercaban, hasta que un propietario decidió abrir una casa al público y cobrar la entrada. La casa está decorada y terminada como una casa normal.
Wikipedia
Cerca de las casas cubo estaba el Markthal.
El Markthal (Market Hall) es un edificio residencial y de oficinas con un mercado debajo, situado en Róterdam. El edificio fue inaugurado el 1 de octubre de 2014 por la reina Máxima de Holanda. Además del gran mercado, el complejo alberga 228 apartamentos, 4.600 m² de locales comerciales, 1.600 m² de hostelería y un aparcamiento subterráneo de cuatro plantas con capacidad para más de 1.200 coches.
Wikipedia
De ahí me fui a ver el Erasmusbrug (puente de Erasmus).
Así como en la ciudad de Utrecht me había encontrado de casualidad con un evento de orgullo LGBT, lo mismo me pasó en Róterdam.
Al lado del puente de Erasmus había una especie de festival LGBT, con un escenario, puestos de comida y gente bailando.
A las 19:20 estaba de vuelta en la estación central de Róterdam.
Mientras esperaba mi tren de regreso a Ámsterdam, me pedí un helado de tres gustos: stroopwafels, caramelo y moca.
A las 20:30 llegué a Amsterdam Zuid.
Una persona normal —no como yo— en este punto habría pensado: «Bueno, he estado caminando durante todo el día más de veinte kilómetros, he pasado por dos ciudades diferentes y me he tomado tres trenes. Es hora de volver a casa y descansar. Mañana tendré tiempo para seguir recorriendo.»
Pero había dos lugares por los que quería pasar antes de volver a casa, aprovechando que estaban más o menos de camino y cerca de la estación a donde me había dejado el tren.
El primero era un parque llamado Amstelpark.
Eso es todo lo que llegué a ver, porque mientras lo estaba recorriendo una chica dentro de una camioneta se me acercó y me dijo que el parque estaba a punto de cerrar así que tenía que volver a la entrada por donde había venido. Me quedé con las ganas de ver el laberinto que aparentemente había en algún sitio de este gran parque.
El segundo lugar por el que quería pasar era la escuela donde Ana Frank había estudiado, antes de ser transferida por los nazis a una escuela para judíos, y antes de que se tuviese que esconder en la casa de atrás.
Hoy en día esta escuela ha adoptado el nombre de Ana Frank en su homenaje. Las paredes externas de la escuela están pintadas y decoradas con textos tomados del diario de Ana Frank.
La escuela se fundó en 1933 como la sexta escuela de los Países Bajos según la metodología educativa de María Montessori. En un principio se llamó Sexta Escuela Montessori.
Ana Frank asistió al jardín de infancia afiliado a partir de abril de 1934, y más tarde acudió a la escuela. En su clase también había alumnas que, como Ana Frank, habían huido de la Alemania nazi con sus familias por ser judías, entre ellas Hanneli Goslar. Durante los años de la ocupación nazi de los Países Bajos, se promulgaron medidas antijudías. Tras las vacaciones de verano de 1941, las fuerzas de ocupación decretaron que los 151 alumnos judíos debían abandonar la escuela e ir a una escuela judía. Entre otros, Ana Frank abandonó la escuela primaria en 1941 y continuó su educación en el Liceo Judío.
En 1956, el Comité Ana Frank solicitó al ayuntamiento de Ámsterdam que rebautizara la escuela en memoria de Ana Frank. En 1957, diez años después de la publicación del diario de Ana Frank, la escuela recibió el nombre de Ana Frank.
En 1983, el artista Harry Visser pintó un mural con fragmentos del diario de Ana Frank en la fachada de la escuela.
En 1995, la escuela fue remodelada. Las aulas de la primera planta se conservaron, en la medida de lo posible, en su estado original. La última aula conserva la estufa original. Esta era una de las aulas donde Ana Frank recibía sus clases. En la escuela hay una placa conmemorativa en memoria de los 130 niños judíos deportados y asesinados de la escuela.
Wikipedia
Cuando pasé frente a la escuela —a las 21:00— me sorprendió ver a dos niñas pequeñas jugando solas en lo que parecía ser una mesa de ping-pong ovalada sobre la acera. En vez de jugar con pelotas y paletas de ping-pong, jugaban a pasarse una pelota con la mano.
No he visto muchos niños solos en Ámsterdam (comparado con lo que veía en Japón), así que fue una grata sorpresa. Pero no fue la única: unos minutos más tarde pasé frente a otra escuela primaria, cuyo patio podía verse desde la calle como pasa en las escuelas japonesas. Aquí también había varios niños jugando con pelotas.
Me alegra saber que en Países Bajos también hay free-range parents criando niños libres.
La crianza en libertad es el concepto de educar a los hijos con el espíritu de animarles a funcionar de forma independiente y con una supervisión parental limitada, de acuerdo con su edad de desarrollo y con una aceptación razonable de riesgos personales realistas. Se considera lo contrario de la crianza en helicóptero. Un texto notable del movimiento es el libro de Lenore Skenazy Free-Range Kids: Giving Our Children the Freedom We Had Without Going Nuts with Worry (2009).
Wikipedia
A las 21:30 llegué a casa.
Ame,
Kato