Berlín – Día 1: parques, piscina y arte en el muro

Kara Ema:

El viernes bajé a desayunar a las 8:30. Tras una hora allí, volví a mi habitación y tras una hora más de preparación salí a la calle, ansioso por arrancar mi primera jornada completa en Berlín.

Mi aventura empezó a las 11:00 cuando me bajé en la estación Tempelhof. Lo primero que llamó mi atención fue el famoso Ampelmännchen:

Ampelmännchen («hombrecillo del semáforo» en alemán) es una silueta que representa a un hombre con sombrero típica de los semáforos de los pasos de peatones de la extinta República Democrática Alemana. El Ampelmännchen rojo extiende los brazos en cruz para señalar la prohibición de cruzar, mientras que el verde está dando un paso hacia adelante, indicando que el paso está permitido. Tras la reunificación alemana, se convirtió en un popular recuerdo de viaje.

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Tras cruzar esta calle donde vi al hombrecillo, hice dos pasos más y llegué a mi primer destino planificado del día: el parque Tempelhofer Feld.

Mapa de Tempelhofer Feld

Tempelhofer Feld (en español: Campo de Tempelhof) fue históricamente una zona de Berlín utilizada para prácticas militares y como patio de armas de la guarnición berlinesa. […]

El campo reabrió sus puertas el 8 de mayo de 2010 como Parque Tempelhofer, una zona recreativa en los distritos berlineses de Neukölln y Tempelhof. […] ocupa 355 hectáreas del emplazamiento del antiguo aeropuerto de Tempelhof, incluidos sus edificios y terrenos circundantes, lo que lo convierte en el mayor espacio abierto urbano del mundo y en el mayor parque urbano de Berlín.

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Cuando entré empecé a caminar por las pistas del ex-aeropuerto, hasta que llegó un punto en que me sentí que estaba en el medio de la nada, dado que no veía nada ni nadie a todo mi alrededor.

Una de las pistas de Tempelhofer Feld

Al norte de este lugar había otro parque —Volkspark Hasenheide—, que si bien era mucho más chico, seguía siendo bastante enorme y a diferencia de Tempelhofer este tenía cosas dentro.

El Volkspark Hasenheide es un parque de unas cincuenta hectáreas situado en el distrito berlinés de Neukölln, en el límite con Kreuzberg. El nombre del parque se remonta al uso de la zona como coto de conejos desde 1678. El Gran Elector Federico Guillermo cazaba allí.

En la actualidad, el parque cuenta con un cine al aire libre, un recinto para animales, un minigolf, una rosaleda, varias zonas de recreo y un parque para perros. En el centro del parque hay un quiosco al estilo de los años 50 llamado Hasenschänke.

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Rosaleda de Hasenheide
Juegos de Hasenheide

Cerca de las 13:00 entré a Galeria Kaufhof, un centro comercial cerca de los parques que había visitado.

Recorrí todos sus pisos y subí a ver la terraza. A diferencia de los centros comerciales japoneses donde las terrazas son grandes e incluyen jardines, bancos, un santuario y máquinas expendedoras, en los europeos o directamente no hay terraza, o bien forma parte de un restorán entonces no te permiten entrar con comida o bebida traida de afuera. Este último era el caso de Galeria Kaufhof.

Foto tomada desde la terraza de Galeria Kaufhof

Cuando bajé de vuelta a la planta baja, me quedé un rato recorriendo la librería y viendo los libros que había.

Sección LGBT de la librería de Galeria Kaufhof

A las 13:30 pasé por una tienda llamada Nefis Gemüse Kebap, donde me pedí un dürüm kebap para almorzar.

Un dürüm (turco: rollo) es un modo de presentar el döner enrollado en un pan plano, muy empleado en la cocina turca. Para su elaboración pueden emplearse dos tipos de pan plano: yufka y lavash. […]

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Era ridículamente enorme (unos 30 centímetros) y con cualquier cantidad y variedad de relleno. Me pareció delicioso pero pesado.

Después, mientras caminaba por la calle me crucé con un grupo de chicas, que a juzgar por la hora y el hecho de que llevaban mochilas, creería que acabarían de salir del colegio. Había un Gymnasium (tipo de escuela secundaria alemana) a una cuadra así que seguramente saldrían de allí.

En Alemania —al igual que en la mayor parte de Europa— el uso de uniformes escolares no es habitual.

Más adelante me crucé con otra cosa interesante: la Feuerwehrbrunnen (fuente de los bomberos), así como varios edificios vistosos.

Feuerwehrbrunnen
Kunstquartier Bethanien (galería de arte)
St.-Thomas-Kirche (iglesia)
Nürtingen-Grundschule (escuela primaria)

A las 14:45 llegué a mi siguiente destino planificado: la East Side Gallery.

East Side Gallery es una galería de arte al aire libre situada sobre una sección de 1316 metros en la cara este del muro de Berlín, que fueron salvados del derribo con dicha finalidad. Está situada cerca del centro de Berlín, en la calle Mühlenstraße del distrito Friedrichshain-Kreuzberg, a lo largo de la rivera del río Spree. Se considera que es la galería de arte al aire libre de mayor longitud y duración del mundo.

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Me encantó la idea de que algo que en un época fue símbolo de odio y segregación, hoy sea un homenaje a la paz y la unión mundial, decorado con fantásticas obras de artistas de todo el mundo.

Otra cosa que me gustó fue el concepto de una galería de arte gratuita y al aire libre, en la calle, donde cualquier artista del mundo pudo dejar su contribución. Esto tendría que ser más frecuente.

Algunas de las obras que vi que más me gustaron:

Flora geht de Brigida Böttcher
Es geschah im November de Kani Alavi
Vergesst mir die Liebe nicht de Henry Schmidt
Worlds People – Wir sind ein Volk de Schamil Gimajew (I)
Worlds People – Wir sind ein Volk de Schamil Gimajew (II)
Worlds People – Wir sind ein Volk de Schamil Gimajew (III)

A las 15:30 me tomé un tren para el hotel.

Una de las cosas más europeas que vi fue el hecho de que exista una tienda erótica dentro de una estación de tren, y sea lo primero que ves apenas entras desde la calle. Me pregunto qué excusas pondrán los padres para no tener que explicar lo que es cuando sus hijos inevitablemente les pregunten.

Orion, tienda erótica en la estación Lichtenberg.

Una vez en el hotel, dejé la mochila y me preparé una bolsa con un bañador y una toalla. Es que hacía mucho calor y tenía ganas de meterme a una piscina, así que a las 16:30 volví a salir hacia uno de las varios piscinas públicas que hay por Berlín (Berliner Bäder).

Llegué a Sommerbad Kreuzberg a las 17:30. Había calculado a propósito de llegar a esa hora dado que a partir de ese momento la entrada sale más barata (3,5€ en vez de 5,5€).

Lo primero que noté apenas entré fueron los vestuarios: a la izquierda el de mujeres y a la derecha el de hombres. Si bien estaban separados por sexo, no había ninguna pared entre el vestuario y las taquillas y el resto del complejo, con lo cual básicamente te cambiabas a pocos metros de donde estaba todo el mundo pasando.

Dejé mis cosas en la taquilla, me duché, me puse el bañador y me dirigí hacia el sector donde estaban las piscinas.

Eran tres: Sportbecken (piscina deportiva), Terrassenbecken (piscina en la terraza), y Nichtschwimmerbecken (piscina donde no se permite nadar). Sí, a los alemanes les gustan las Palabraslargasycompuestas.

Nichtschwimmerbecken

Había muchísima gente, lo cual era de esperarse un viernes por la tarde, soleado y con temperaturas de 30 grados.

Como suele ser el caso en lugares de recreación en Europa, la gente no tiene problema con la desnudez. He visto muchas personas cambiándose enfrente de todos sin preocuparse por taparse, además de varias mujeres en toples y niños totalmente desnudos.

También era común ver niñas sin la parte de arriba de sus bikinis, lo cual tiene mucho más sentido dado que no tienen nada que tapar de todas formas. Si los niños de esa edad pueden estar con el pecho descubierto, las niñas —teniendo exactamente el mismo pecho plano que los niños—, ¿por qué no podrían estarlo también? Los sujetadores en niñas pequeñas son iguales de inútiles que las corbatas.

Nudismo en Sommerbad Kreuzberg (I)
Nudismo en Sommerbad Kreuzberg (II)

A las 19:00 me fui.

Antes de llegar al hotel pasé por una heladería y me pedí un helado de salziges Karamell (caramelo salado), el cual tomé mientras iba caminando por la calle en dirección del hotel.

Tomando un helado en la calle

Esto de tomar un helado en la calle también es algo muy típico de Europa. Nunca lo vas a ver en Japón por dos motivos:

  1. Los japoneses no son de comer o beber mientras van caminando por la calle. Si se compran algo en un konbini por lo general lo terminan en la puerta del konbini antes de reanudar la marcha.
  2. Las heladerías son ubicuas en Europa, pero infrecuentes en Japón. Por supuesto que siempre está la posibilidad de comprar un helado en un konbini, pero no es lo mismo que el helado artesanal de heladería.

Llegué al hotel cerca de las 20:00 y ya no volví a salir.

Ame,
Kato