Kara Ema:
El jueves fue mi última jornada completa que tendría para recorrer Berlín. Pero como ya había hecho todo lo que tenía en mis planes decidí utilizarla para descansar, organizarme con mis otras cosas y planificar mis futuras aventuras.
En el único momento que salí del hotel fue a las 19:30 para ir al supermercado y a la lavandería.
En el camino me crucé con una niña andando sola en bici.
De todos los países occidentales que he visitado hasta ahora, Alemania probablemente sea en el que he visto mayor cantidad de niños independientes andando solos por la calle, utilizando bicicletas o el transporte público. Por supuesto que no llega a ni acercarse al nivel que se ve en Japón, pero de todas formas es bonito de ver que esto también pasa en Europa, aunque sea en mucha menor medida. En Argentina directamente no pasa nunca.
Cuando llegué a la lavandería me encontré con este cuadro informativo que me dejó perplejo por varios minutos:
Pensé: «¿Diez modos diferentes de lavado? ¿Por qué tiene que ser tan complicado? ¿Y ahora cuál elijo? Encima está en alemán y no entiendo nada. [Varios minutos después.] Ah, acá al costado hay una traducción en inglés. Igual tampoco entiendo nada.»
La tercera columna indica la temperatura de lavado. Curiosamente, los japoneses usan siempre agua fría en sus lavadoras, mientras que los europeos parece que usan un montón de distintas temperaturas según el tipo de ropa que quieran lavar o qué tan sucia esté.
Decidí entonces ir por un punto medio: ni frío (kalt) como los japoneses ni muy caliente tampoco, dado que no quería correr el riesgo de encoger mis prendas. Así que opté por el modo número 8, que tenía una temperatura de 30 ºC. Pienso que fue la decisión correcta, pero no estoy seguro.
El lavado duró media hora. Cuando terminó, cogí toda mi ropa y la llevé a una de las secadoras. Como no podría ser de otra manera, estas también tenían varios modos de funcionamiento con diferentes temperaturas: 40, 60 u 80 grados. Opté por la más baja.
Cuando terminé de hacer estas cosas me volví para el hotel y ya no volví a salir.
Ame,
Kato
Y sigue.. Al otro día me levanté y me di cuenta que mi ropa seguía sucia, con olor y además se encogió! Malditas seas Alemania!
😂