Viaje de verano a Izu, Shizuoka

Kara Ema:

Este último fin de semana me fui a pasar otra aventura de verano, esta vez en la península de Izu, prefectura de Shizuoka.

La gran diferencia entre esta y la que hice dos semanas atrás —además de que esta fueron solo dos días versus cuatro la otra— fue que esta vez éramos mucha menos gente.

Éramos Akane, Kenta, yo, un hombre hongkonés, un hombre y dos mujeres japoneses. Una de estas mujeres fue con sus tres hijos: un niño de 4 y dos niñas de 6 y 9 años.


A las 8:00 del sábado salimos de casa. Taiyo nos llevó con su coche a Akane, Kenta y a mí hasta la estación de Musashi-Urawa, y desde ahí nos tomamos un tren hasta Shinjuku.

Una vez en Shinjuku, a las 9:15 nos encontramos con el resto de la gente y nos subimos todos al autobús que habíamos alquilado para llevarnos hasta Izu, Shizuoka.

Durante el trayecto nos presentamos y estuvimos conversando bastante entre todos. La niña de 9 años, Mei, se presentó en inglés, dijo que estaba estudiando el idioma y en el futuro quería ser profesora de inglés.

Para pasar el tiempo jugamos con un cocodrilo de juguete de esos que tienes que apretarle cada uno de los dientes para ver si cierra la boca para comerte la mano o no. Nos lo íbamos pasando entre todos y contábamos cuántas veces había comido a cada uno.

También jugamos a las cartas, y Mei se la pasó haciendo burbujas de plástico con un juguete que tenía ella que te permitía soplar a través de una pajilla para hacer las burbujas.

A las 13:15 paramos para almorzar en un restorán llamado あまご茶屋 (Amago Chaya). Todos nos pedimos lo mismo—la especialidad de la casa, que supuestamente solo se conseguía allí: 紅姫あまごのづけ丼 (Akahime amago no dzukedon).

El amago o salmón masu de manchas rojas (Oncorhynchus masou macrostomus) es un pez salmónido endémico del oeste de Japón y una subespecie del salmón masu o salmón cereza (Oncorhynchus masou), más extendido en el Pacífico noroccidental. […]

Wikipedia
Almuerzo del sábado: amago.

De postre nos pedimos un helado de wasabi, que en realidad era helado de vainilla con wasabi aparte que podíamos añadirle para darle sabor a wasabi.

A las 14:30 estábamos de vuelta en el bus. Continuamos jugando con el cocodrilo y haciendo burbujas hasta llegar a destino.

Pasándonos el cocodrilo de juguete
Mei-chan haciendo burbujas

A las 16:00 finalmente llegamos al alojamiento que habíamos alquilado entre todos para pasar el fin de semana. No había nadie dentro más que nosotros diez.

Apenas entrabas al albergue te encontrabas con una sala de juegos, donde los niños enseguida se pusieron a jugar.

Los cuatro niños jugando en la sala de juegos

Mei-chan cada tanto me buscaba para jugar con ella, y me hacía derretir de la ternura de la forma en que lo hacía, diciéndome en inglés: «Let’s play~♡!».

Una vez que llegamos y dejamos las maletas, nos pusimos los bañadores para ir a la piscina comunitaria que quedaba a pocos metros del albergue.

Piscina comunitaria
Mei-chan saltando a la piscina

El agua estaba hermosa—ni fría ni caliente, sino a la temperatura perfecta para refrescarse y divertirse en una plácida tarde de verano.

Me la pasé jugando con las niñas a atraparlas, hacerles cosquillas, y llevarlas de un lado al otro de la piscina con los flotadores que tenían.

Estuvimos unas dos horas en la piscina. A eso de las 18:00 volvimos al alojamiento y nos turnamos para darnos un baño.

Bañera donde todos nos metimos por turnos, tras darnos una ducha.

Apenas salí del cuarto de baño me crucé con Mei, quien me robó una sonrisa cuando al verme me dijo «Let’s play!».

No pude resistirme a tan tentadora oferta así que lo siguiente que hice fue ir a la sala de juegos a jugar con los niños.

Armando una torre de Jenga

No pudimos jugar mucho porque a las 18:30 nos llamaron a la terraza para participar entre todos del スイカ割り (suikawari; partición de la sandía).

Fuimos pasando uno por uno, empezando por los niños. Cada uno que pasaba se tenía que parar frente a la sandía (la cual estaba puesta en el piso), vendarse los ojos, tomar un palo y golpear para ver si conseguía partir la sandía en dos.

Mei intentando partir la sandía
Video de Mei intentando partir la sandía
Mei-chan sosteniendo la sandía una vez partida

A las 19:00 volvimos a entrar a la casa y cenamos.

Cena del sábado: arroz con curry y yakisoba.

A las 20:30 salimos de la casa de vuelta para ir a jugar con 花火 (hanabi; fuegos artificiales).

Hanabi

Después del hanabi seguí jugando un rato con las niñas, con una tableta de Amazon que tenían ellas con un montón de juegos.

Mei-chan jugando con la tableta
Mei-chan y su 妹 (imōto; hermana menor) jugando con la tableta

A las 22:30 les apareció un mensaje en la tableta que decía que se les había acabado el tiempo para jugar (seguramente algo que habría configurado la madre previamente).

Cuando sucedió esto Mei-chan me dijo «no te preocupes, podemos seguir jugando porque sé la contraseña», y luego mientras la estaba poniendo añadió: «¡no mires!».

La mamá de las niñas no tardó en aparecer para hacerlas lavarse los dientes y llevarlas a la cama.

En este punto (a eso de las 23:00), si bien creo que nadie estaba dormido todavía, ya estaban todos en la cama o preparándose para ir a la cama y dormir. Así que yo también hice lo mismo.

Por cierto, la distribución de cuartos fue la siguiente: en el salón grande que usamos durante el día como sala de estar y comedor, durmieron todas las mujeres y los niños, en futones sobre el piso de tatami. Los tres hombres dormimos en un cuarto separado, mucho más pequeño y que tenía camas en vez de futones.


El domingo la alarma me despertó a las 8:00.

Ya estaban casi todos levantados salvo Yui, la imōto de Mei, que seguía durmiendo kawaiimente mientras todos desayunábamos al lado de ella.

A las 10:00 dejamos el alojamiento y nos subimos de vuelta al autobús. No volvíamos a Tokio todavía—teníamos planeadas un par de actividades para hacer durante la jornada antes de regresar y tener que despedirnos.

La primera actividad fue un zoológico llamado iZoo, adonde llegamos a las 10:30.

Había un montón de distintos animales en este zoológico, incluyendo el favorito de Mei-chan: el ウーパールーパー (wooper looper; ajolote albino).

Cuando le pregunté a Mei cuál era su animal preferito y me dijo ウーパールーパー (pronunciado algo así como «ūpa-rūpa») pensé que me estaba diciendo Oompa Loompa, dado que la pronunciación es casi idéntica. Pero no, se refería a este animal:

El ajolote (del náhuatl āxōlōtl: «monstruo de agua») (Ambystoma mexicanum) es una especie de anfibio caudado ambistomátido del género Ambystoma relacionado con la salamandra tigre. […] Se encuentra en peligro crítico de extinción por la pérdida de hábitat, introducción de peces exóticos, sobreexplotación, contaminación y su consumo como alimento.

Wikipedia
Ajolote albino en el zoológico donde fuimos

Mei-chan estaba súper contenta no solo por haber podido ver por primera vez en vivo a su animal favorito, sino también por haber podido acariciarlo.

El zoológico también estaba lleno de tortugas por todos lados, incluso en los caminos por donde andábamos. Así que cada tanto nos deteníamos a acariciarlas.

Mei acariciando 亀 (kame; tortugas).

Había una parte donde nos dejaban tocar y sostener otros animales más interesantes, como serpientes y reptiles.

Mei acariciando un reptil

Más adelante había una parte con 象亀 (zōgame; tortugas gigantes), en las que los niños podían subirse encima y sacarse una foto.

Yui con las tortugas gigantes

A las 12:30 almorzamos en el restorán del zoológico.

Algo curioso de este restorán era que podías pedir para comer ワニ (wani; cocodrilo), lo cual era interesante considerando que en ese mismo zoológico había varios cocodrilos que podías ver.

Yo preferí algo más tradicional así que me pedí un katsu-karē. Pero Akane se pidió el cocodrilo y me dio un poco para probar. Tenía una textura y gusto entre la pechuga de pollo y el pescado.

A las 14:00 pasadas reemprendimos viaje en el autobús.

Una hora más tarde llegamos al lugar de nuestra siguiente actividad: 甘子釣り (amago-tsuri; pesca de amago). Alquilamos unos materiales de pesca y nos pusimos todos a pescar en la orilla de un río.

Mei-chan caminando por una tabla de madera puesta sobre el río
Yui-chan pescando con mi caña

Akane increíblemente consiguió pescar tres amago seguidos, mientras que yo solo logré pescar uno. Los cuatro amago que pescamos entre los dos nos los llevamos para comer en casa.

El lunes a la noche cenamos el amago que pescamos el domingo

A las 16:30 volvimos a subirnos al autobús, esta vez sí ya para volver a Tokio.

En el trayecto de vuelta estuve jugando un rato con las niñas, tanto a juegos en mi teléfono como a juegos en la tableta de ellas.

Jugando con la tableta

Cuando ya faltaba poco para llegar se me ocurrió un juego para jugar entre todos: 伝言ゲーム (dengon gēmu; teléfono descompuesto), así jugamos a eso hasta que finalmente a las 21:30 volvimos a Shinjuku.

Cuando llegamos nos despedimos de todos y con Akane y Kenta nos tomamos un tren para volver a casa.

Ame,
Kato