Kara Ema:
Lunes 25 de diciembre. Navidad.
A las 5:30 ya estábamos todos levantados y los niños abriendo sus regalos de Navidad, los cuales Papá Noel había dejado en sus respectivos calcetines.
Había dos razones por las cuales estábamos todos despiertos tan temprano. Una era que los primos tenían que ir a la escuela. A diferencia de Takeshi y Daichi, ellos aún no estaban de vacaciones y a diferencia del Occidente, en Japón Navidad no es feriado.
El otro motivo fue que yo me tenía que tomar el Shinkansen en dirección de Tokio para luego tomarme otro tren hacia el Aeropuerto Internacional de Narita y llegar a tiempo para mi vuelo.
A las 6:00 llegamos a la estación de Utsunomiya, desde donde me tomaría el tren bala. Me acompañaron Sakura y sus hijos, quienes habían madrugado especialmente para despedirme.
A las 7:15 me bajé del Shinkansen en la estación de Ueno, y allí me tomé el Narita Express hasta el aeropuerto.
A las 8:30 llegué al aeropuerto. Aún faltaban tres horas para que saliera mi vuelo, así que aproveché el tiempo que tenía para explorar las numerosas tiendas de souvenirs.
El avión tenía una decoración que ponía «MERRY CHRISTMAS», pero fuera de eso todo era normal. De hecho ya no me acordaba que era Navidad hasta que vi ese adorno.
Una hora después del despegue me dieron mi primera comida y un rato antes de aterrizar, la segunda.
El vuelo duró 14 horas en total. Fue tan largo que me dio tiempo de ver la última temporada completa de la serie Élite, y aun me sobró tiempo para dormir y leer.
Podría haber sido más corto si Rusia no hubiese decidido invadir Ucrania, dado que el avión tuvo que desviarse por el polo norte para no tener que pasar por encima de los rusos.
La escala fue en el aeropuerto de Schiphol, en las afueras de Ámsterdam. Duró cuatro horas, lo cual me permitió seguir comprando un poco más de cosas (que no sé si es bueno o malo).
Tenía ganas de parar a comer algo ligero en algún sitio, pero me recorrí el aeropuerto entero y no encontré muchos lugares interesantes abiertos. Me dio la sensación de que no solo había menos variedad que en el aeropuerto de Japón sino que encima era todo más caro.
Terminé pidiéndome un sausage roll y un panini mozzarella, lo cual me costó 13€ (~US$14).
A las 21:00 entré al avión. Me esperaban otras 14 horas más de vuelo. Esta vez alterné entre dormir, leer y ver la segunda temporada de Spy × Family, la cual llegué a terminar toda también. Recibí dos comidas al igual que en el vuelo anterior.
A las 6:45 llegué al Aeropuerto Internacional de Ezeiza. De ahí me padre me vino a buscar y me llevó para su casa, adonde estoy ahora.
Ame,
Kato
Zarpado que pasaste por el polo norte!!