Más paseos por mi barrio y reuniones de Komi

Kara Ema:

El lunes a las 15:00 salí al parque más cercano para tomar un poco de sol y oír a los niños jugando como sonido de fondo mientras terminaba de leer el manga que había empezado la otra vez.

Antes de que lo pudiese terminar —y antes de que los mosquitos me terminasen de comer las piernas— me fui a una tienda llamada Nakau donde me pedí un katsudon (¥730; ~US$5).

Mientras comía el katsudon leí el último capítulo que me faltaba de este volumen del manga

De ahí me volví a casa. A la noche salí de vuelta para comprar unas cosas en el supermercado, incluyendo mi cena (inarizushi, harumaki y helado de postre).


El martes fui a un centro comercial llamado Mio en Tennōji (a 20 minutos a pie desde Arachi).

En el trayecto pasé por 阿倍野区役所 (el ayuntamiento del distrito de Abeno), frente al cual había un estatua de niños.

「躍動」(Yakudō; Movimiento animado)

Cerca de las 14:00 llegué a Mio.

Centro comercial Mio

Mio está dividido en dos edificios: 本館 (honkan; edificio principal) y プラザ館 (purazakan; edificio plaza). El primero cuenta con 12 plantas y el segundo con 8 y dos sótanos.

Directorio de todo lo que incluía cada planta de los dos edificios

Decidí arrancar por el edificio principal, e ir recorriéndolo piso por piso desde abajo hasta arriba.

En el sexto piso del honkan había una tienda que vendía un montón de cosas chulas tipo stickers, peluches, postales, etc. de personajes tiernos de Corea. Allí me pasé un buen rato eligiendo cosas para regalarle a mi amiga Yume, dado que dentro de poco me tocaría despedirla.

Tienda de personajes de Corea
Este personaje llamado Myao no lo había visto nunca, pero me pareció tan tierno con las orejitas de gato que me tuve que comprar un par de cosas para mí también.

Frente a este tienda había un lugar vendiendo crepes, y vi que justo tenían uno de caramelo salado así que me lo compré para comer de prepostre (dado que aún no había almorzado).

Crepe de caramelo salado y bolsa con lo que compré en la tienda de personajes coreanos

A las 15:30 entré a un restorán de comida china en el undécimo piso llamado 紅虎軒 (Benitoraken). Allí me pedí un パイグータンタン麺 (Pai Gu Tan Tan Men), una sopa picante de fideos con carne de cerdo empanada.

Benitoraken

Habría tres opciones para la sopa, de la menos a la más picante: blanca, negra o roja. Me quería pedir la roja pero no me animé así que fue por la negra, pero al final no estuvo tan picante así que pienso que podría haber ido por la roja. Será la próxima.

Pai Gu Tan Tan Men

A las 17:00 pasadas me crucé al edificio Plaza, el cual también me recorrí todo pero mucho más rápido dado que el Honkan me detuve en menos tiendas.

En el primer piso estaba la estación ferroviaria de Tennōji, que en el momento que pasé (a las 18:00) era justo la hora pico en que la gente volvía del trabajo así que estaba bastante atestado.

Estación de Tennōji

El sótano conectaba con un pasaje subterráneo llamado Abechika.

Abechika (I)
Abechika (II)

De ahí me volví para casa. En el camino me crucé con otra estatua más:

Estatua de niña

Cerca de las 19:00 llegué a Arachi.


El miércoles a las 16:30 salí de casa y me fui a tomar el metro. Tenía un largo viaje por delante con tres cambios de tren, hasta que finalmente a las 18:00 pasadas llegué a Kioto.

Desde la estación de Keage caminé hasta el Centro de Actividades Ciudadanas Iki-Iki, que era donde una amiga me había dicho que nos íbamos a encontrar a las 18:30.

El paisaje durante este trayecto realmente me hizo sentir que estaba en Kioto:

Paisaje durante el trayecto (I)
Paisaje durante el trayecto (II)
Paisaje durante el trayecto (III)

Antes de seguir déjame contarte un poco acerca de esta amiga. Primero vamos a asignarle un nombre: Yuki. Ella nació en China y sabe hablar chino tan bien como habla japonés. Actualmente vive en Kioto pero viaja a menudo a China a ver la parte de su familia que vive allí. La conocí en el campamento de invierno dado que fue al mismo albergue que yo. Actualmente está en cuarto grado de primaria (10 años).

A diferencia de mis otros amigos niños, Yuki es la única que tiene teléfono propio. Cada tanto intercambiamos mensajes por Line. Cuando yo me vine para Osaka le dije que estaba aquí y que me gustaría ir a Kioto a verla algún día. Ella me contestó que justo estaba en China, pero hace una semana volvió para Kioto así que quedamos en que nos veríamos en la próxima reunión de su grupo de Komi, la cual fue este miércoles.

Llegué al lugar justo a las 18:30. Yuki me dijo que tardaría unos minutos en llegar así que me pidió que la esperase en la puerta. Al rato me envió un mensaje pidiéndome que hiciese una foto de donde me encontraba. Cuando vio la foto que le mandé me dijo que estaba en el sitio equivocado. Resulta que a Yuki le habían pasado la dirección de un Centro de Actividades Ciudadanas distinto de donde estaban haciendo la reunión de Komi.

Cuando me pasó la dirección correcta la puse en el GPS y vi que podía llegar allí desde donde estaba utilizando un autobús, así que me fui rápido a la parada para tomármelo. Llegué a las 19:15. Era en un segundo piso.

En el instante en que le corté el teléfono a Yuki tras haberla llamado para avisarle que había llegado, la vi bajando las escaleras corriendo para venir a saludarme. No me acordaba que era tan pequeñita. Venía acompañada de su amiga Amy, la niña de padre argentino y madre japonesa que había conocido también en el campamento de Komi. Iba al mismo colegio que Yuki pero estaba un grado más arriba.

Las dos me saludaron con una enorme sonrisa, me dijeron que estaban contentas de volver a verme y me invitaron a entrar a la reunión.

No había mucha gente—una docena de personas, de las cuales solo cuatro eran niños: Yuki, Amy, una niña más de la misma edad y su hermana menor recién nacida. No había ningún niño varón.

Nos pasamos la reunión charlando de distintas cosas y jugando. A las 21:15 terminó. Noté que casi todos —incluyendo mis dos amigas pequeñas— habían venido en bicicleta dado que vivían cerca.

Caminé un par de cuadras al lado de Yuki y Amy charlando animadamente. Ellas iban llevando sus bicicletas al costado. En un momento me dijeron que les gustaría que yo viviese en Kioto así podríamos vernos seguido, lo cual me puso supercontento.

Cuando llegamos lo suficiente cerca de la estación, la madre de Amy anunció que a partir de allí ellas irían por otro camino en bici, mientras a mí me tocaba seguir a una pareja de jóvenes que al igual que yo vivían un poco lejos así que se volvían el tren.

Le pedí a la mamá de Amy que me hiciese una foto con las dos niñas y me despedí de ellas, prometiendo volver a verlas la próxima que estuviese por Kioto.

Me subí al tren con la pareja y estuve charlando un rato con ellos hasta que se tuvieron que bajar. Yo me bajaba en la última estación del recorrido dado que iba hasta Osaka.

A las 23:00 llegué a casa.


El jueves fui a la reunión de Komi en Sakai. Llegué un poco más tarde que de costumbre, a las 19:00. La mayoría ya había llegado y estaban sentados en el piso en ronda charlando, con varios de los niños correteando alrededor. Yume vino corriendo a abrazarme apenas me vio entrar. Voy a extrañar muchísimo sus abrazos cuando me vaya de Osaka —¡y de Japón!— dentro de una semana.

Reunión de Komi en Sakai

Cuando terminó la reunión Yume me pidió que la acompañase afuera a comprar una bebida de la máquina expendora. También me mostró que había otra máquina que vendía dagashi (dulces baratos), así que nos compramos una bolsa de dagashi cada uno por ¥100 (ella con la billetera de su madre, y yo con la mía). Los fuimos a comer adentro.

Probando e intercambiando los dagashi que nos habían tocado en las bolsas que compramos

Más tarde, cuando ya nos estábamos yendo en el coche, Yume me dijo que tenía una cartita para darme pero que se la había olvidado en su casa, así que antes de que me alcanzaran a la estación pasamos por la casa de ellos para recuperar la carta.

Yo me quedé esperando en el coche mientras Yume fue a buscar la carta. Cuando volvió a entrar al coche me la entregó, asiéndola con sus dos manos tan tiernas como diminutas. La carta estaba dentro un sobre, con mi nombre escrito en grande (y en katakana) a un lado, y el nombre completo de la niña en el lado opuesto.

Abrí el sobre y desplegué el papel que había dentro. La carta estaba escrita en tategaki (de arriba para abajo, de derecha a izquierda) e incluía solo los kanji que Yume había aprendido hasta ahora en la escuela; el resto estaba en hiragana.

Arranqué leyéndola yo en voz alta, pero más o menos cuando había llegado a la mitad Yume siguió leyendo por mí. A todo esto Rina nos hacía fotos desde el asiento de adelante (el coche aún estaba detenido frente a la casa de ellos).

La carta se trataba de una invitación a la escuela de Yume para ir a verla durante la competencia deportiva que se celebraría este sábado.

Cuando mi amiga terminó de leerla le agradecí, le prometí que la atesoraría y que la próxima sería yo quien le haría una carta a ella. Y por supuesto le extendí un largo y sentido abrazo.

Carta de Yume, incluyendo un tierno dibujo de Hatsune Miku (ella sabía que me gustaba).

La estación cálida ya está aquí. Tú estás bien, yo estoy bien. Por favor, ven a la competición deportiva que se celebrará en mi colegio. Fecha y hora: sábado 25 de mayo, 8:45 a 11:30. Lugar: patio de la Escuela Primaria XXX. Participaré en la carrera de 80 metros y en un baile. He estado practicando mucho y trabajando duro todos los días antes de la competición deportiva. Por favor ven a verme.
15 de mayo

Traducción de lo que decía la carta de Yume, invitándome a su colegio el sábado.

El viernes salí de casa a las 12:30.

El plan para este día era instalarme en Saizeriya con la compu por varias horas para trabajar, escribirte, entre otras cosas que tenía que hacer. Así que arranqué a caminar hacia el más cercano, a unos veinte minutos de Arachi.

En el camino me topé con estos dibujos, pegados en las rejas de un aparcamiento:

Dibujos de niños ilustrando distintas normas ciudadanas (I)
Dibujos de niños ilustrando distintas normas ciudadanas (II)
Dibujos de niños ilustrando distintas normas ciudadanas (III)
Dibujos de niños ilustrando distintas normas ciudadanas (IV)

He visitado más de una docena de países y esta clase de cosas solo las he visto en Japón. No estoy hablando solamente de lo de los dibujos de niños sino la obsesión que tienen los japoneses por proteger las normas e indicarlas a cada oportunidad que tienen, por más que sean reglas tontas que todos deberían de conocer como no usar el teléfono mientras manejas, no hacer basura en la calle, y no dejar la bici aparcada en cualquier sitio.

Lamentablemente el Saizeriya al que quería ir estaba cerrado, por lo que me vi obligado a pensar un plan B. Terminé yendo a un Bikkuri Donkey que estaba a diez minutos a pie.

En el trayecto me topé con un Animate, así que decidí entrar a echar un vistazo un rato, total no tenía ningún apuro por almorzar.

ふみちゃんの楽園 (El paraíso de Fumi-chan);「食べて、眠って、エッチする。」(«Comer, dormir y tener sexo.») — Le tomé una foto a este manga porque me llamó la atención la portada y la frase esa de abajo.
わたしが恋人になれるわけないじゃん、ムリムリ!(※ムリじゃなかった!?)[Sí, ese es todo el nombre de este manga, y la traducción es algo como esto: «¡No hay chance de que pueda ser tu novia! (¿O sí?)»] — Y este me llamó la atención porque… bueno, ¿qué no hay de llamativo en colegialas lesbianas?

Qué injusto que la sección de BL (boys love; romance homosexual entre hombres) ocupe siempre un pasillo entero mientras que la de GL sea casi inexistente…

Algunos de los manga que había en la sección BL

Me resulta fascinante el hecho de que ciertos temas tabús en la sociedad japonesa, que son extremadamente raros de encontrar en la vida real, sean no obstante populares en el manga y hasta tengan sus propios géneros distintivos. Hablo de cosas como los romances gays (yaoi/BL), romances lésbicos (yuri/GL), romances entre niños y adultos (lolicon), hermafroditismo (futanari), incesto, bestialismo, etc.

A las 13:30 llegué al restorán. Me pedí un menú edición limitada de チーズハンバーグ (filete de Hamburgo con queso).

Mi almuerzo del viernes

A las 17:00 me volví a casa.

Ame,
Kato