Kara Ema:
El jueves a las 7:20 salí con la bici hasta el jardín.
Como siempre, cuando llegué me fui primero al cuarto piso a desayunar, y luego al primero a estar con los niños. Una vez más iríamos al museo, pero esta vuelta tocaba con un grupo de niños de 3 años diferente del de ayer (hay 500 niños en total en este jardín, con lo cual debe de haber unos cuantos grupos de 3 años).
A las 10:00 estábamos de regreso en el jardín.
Una vez más algunos niños se pusieron a jugar con los bloques mientras otros iban al baño a lavarse las manos y/o el cuerpo.
Una cosa que descubrí este día fue que los niños no llevaban pañales ni nada debajo de los pantalones. Más tarde le pregunté a Hùng a qué se debía esto, y me explicó que es porque tener puestos los pañales todo el día te deja marcada la piel y te hace doler.
Es interesante notar las diferentes personalidades de los niños al interactuar con ellos. Siempre está el hiperactivo, el que necesita que lo alcen, el que se separa del grupo a cada rato, el callado, el charlatán, el violento, el de lágrima fácil, el sensible, etc. Mi favorito suele ser el cariñoso.
Este día conocí una niña cariñosa. Mientras estaba sentado al lado de los niños jugando con los bloques, de repente se me acercó tímidamente una niña. Yo le sonreí y le hice señas de que se acercara más, tras lo cual ella respondió devolviéndome la sonrisa y apoyando su cuerpo contra el mío. Luego se lanzó sobre mi regazo y me abrazó con sus piernitas y sus bracitos, apoyando su cabeza en mi pecho. Así se quedó un buen rato, completamente en silencio, mientras los demás niños continuaban jugando a nuestro alrededor.
En un momento, justo antes de tener que pararnos para ir a almorzar, se me abalanzaron unos tres o cuatro niños, todos abrazándome al mismo tiempo mientras yo aún seguía con la garrapata cariñosa pegada a mí. Fue la mejor parte de mi día.
A las 10:30 a los niños les tocaba almorzar así que me despedí de ellos y me fui a almorzar al cuarto piso.
A las 11:30 me fui del jardín. Antes de ir al hotel pasé por una lavandería para retirar la ropa que había dejado para lavar el día anterior. Me costó ₫80000 (~US$3), es decir alrededor de tres veces más barato que lo que cuesta en Europa o en Japón.
A las 15:00 me pasó a buscar Hùng por el hotel. Me había pedido que preparase mi maleta dado que sería mi último día durmiendo en aquel hotel.
Los dueños del hotel no estuvieron muy contentos con la noticia de que me iría tras apenas una semana, dado que el plan original era que me quedaría todo el mes. Esto desencadenó una pelea verbal importante entre Hùng y su pareja vs. el dueño del hotel y su pareja. Yo no entendía nada de lo que se decían, pero más tarde Hùng me explicó que los del hotel exigían que Hùng pagara todo el mes y Hùng solo quería pagar una semana dado que ese es el tiempo que yo había estado.
Mientras los dos hombres y las dos mujeres discutían en la recepción del hotel, yo intercambiaba sonrisas con las dos niñas que estaban detrás de sus padres. Voy a extrañar no tenerlas más para saludarme todos los días con un «hello» y una sonrisa.
La pregunta obvia que surge es: ¿dónde me estaré quedando a partir de ahora? Déjame mantenerlo incógnito por unos párrafos más; tendrás que esperar hasta llegar al final de esta entrada para saberlo.
A las 16:00 mi familia anfitriona me llevó a Đền Ông Hoàng Mười (Templo Ong Hoang Muoi). Así fue como tuve mi primera experiencia en un templo en Vietnam.
Antes de entrar al templo pasamos por unas tiendas estratégicamente ubicadas justo afuera, donde se podían comprar flores y comida para llevar al templo a modo de ofrenda. Xuân compró un par de paquetes de galletas y unas flores. Por suerte te dejan llevarte las galletas al final, dado que sino sería un desperdicio descomunal de comida, y una falta de respeto a las millones de personas en el mundo que no tienen nada para comer. Una de las cajas de galletas me la terminaron regalando a mí.
Estéticamente el templo se parecía mucho a los templos chinos que había visto en otros países del Sudeste Asiático. Fíjate por ejemplo en las decoraciones del techo con los dragones en la siguiente foto:
A las 17:00 fuimos a comer un tentempié a una de las tiendas de las sillas rojas en la calle:
El bánh bột lọc es un pequeño bollo de tapioca de aspecto claro y textura masticable de la cocina vietnamita que puede comerse como aperitivo o pequeño tentempié. Suelen rellenarse con gambas y panceta de cerdo, a menudo se cubren con chalotas fritas y se sirven con salsa de pescado con chile dulce. Se dice que es originario de Huế, ciudad que fue capital imperial de la dinastía Nguyễn y conocida por sus platos sencillos pero sofisticados.
Wikipedia
Todo estuvo superrico, sobre todo el postre frío con gusto a coco y leche.
A las 17:30 lo fuimos a buscar a Minh al jardín. Bueno no, en realidad ya no estaba en el jardín sino en clase de inglés, que es algo suplementario que solo algunos de los niños hacen. Son clases de nada más que media hora (de 17:00 a 17:30) y solo dos veces por semana.
Media hora más tarde estábamos en la casa. Era la primera vez que iba a la casa de Hùng cuando todavía era de día, así que aproveché para hacer unas fotos por la ventana.
Después de cenar Hùng me invitó un té que según él es bastante caro (no me sorprendería viniendo de alguien que tiene un Mercedes, una Trek, una Vespa, una casa en Hanoi y un apartamento en el centro de Vinh, sin contar el hecho de que está haciendo construir una nueva casa con cinco pisos y cinco habitaciones).
A las 21:00 pasadas Hùng me llevó con su coche hasta el lugar donde estaría quedándome a dormir a partir de ahora: el colegio privado que visité el otro día.
El jueves terminaba mi voluntariado en el jardín y el viernes arrancaría mi voluntariado en el colegio.
Ame,
Kato
Y porque el cambio?