Fútbol, restorán argentino, Halloween en Hồ Tây, gatos y paseo por el casco antiguo

Kara Ema:

El sábado a las 10:45 Linh me pasó a buscar por el hotel. Esta vez éramos ella, sus tres hijas y yo en la moto. A las 11:00 pasadas llegamos a un campo de fútbol donde las niñas van los sábados a hacer deporte.

Había un montón de otros niños también, incluyendo dos que yo conocía: Cẩm y Lực. Me puso muy contento verlos de vuelta. Ellos también parecían contentos por el rencuentro, dado que enseguida me reconocieron, me abrazaron y jugaron conmigo.

Actividades deportivas en el campo de fútbol (I)
Ídem (II)
Ídem (III)
Jugando con Cẩm

Cẩm es una persona de lo más interesante para mí. No habla mucho inglés. De hecho no habla mucho directamente; muy pocas veces llegué a escuchar su voz. Pero sí he jugado con ella un montón. En particular aquel día me la pasé jugando con ella mientras los demás niños jugaban al fútbol.

Estas dos niñas (Suong y otra ternurita de su edad) se aburrieron rápido del fútbol y se pusieron a jugar y charlar entre ellas.

Después de fútbol el plan original era que yo las invitaría a Linh y a sus hijas a comer en un restorán argentino que quedaba por ahí también, en la zona del lago Tây. Pero los padres de Cẩm y Lực no solo dijeron que querían sumarse también, sino que insistieron con que pagarían ellos la cuenta para todos.

Así que nos subimos todos en el coche de Thu y su marido —excepto Linh y Suong que fueron en la moto— y nos dirigimos hacia el restorán.

A las 13:00 llegamos a Los Fuegos.

Los Fuegos, restorán de comida argentina en Hanói.

En total éramos cinco niños y cuatro adultos. Pedimos lo siguiente para compartir entre todos:

  • Cuatro provoletas
  • Doce mini empanadas
  • Diez bolas de queso (chipá)
  • Chimichurri
  • Tres porciones de papas fritas
  • Cuatro filetes de ternera
  • Cuatro churros de dulce de leche

Lo que sí, ahora que me doy cuenta, es que faltó pan. En los restoranes argentinos en Argentina algo que nunca puede faltar en la mesa —normalmente está incluso antes de que te sientes— es pan y (a veces) manteca. Dado que el dueño de este restorán en Hanói es argentino, pienso que podría haber incluido paneras también para hacer el ambiente un poco más auténtico.

Otras cosas que me habría gustado que hubiera para pedir son mollejas y milanesas. Las mollejas al parecer solían estar en el menú, pero cuando las quise pedir me dijeron que ya no las trabajaban. ¿Pero que clase de restorán argentino no ofrece milanesas?

Fuera de eso lo que pedimos estuvo delicioso y por lo que pude ver a todos les gustó, sobre todo las provoletas y las empanadas. A los niños no les gustó mucho la carne —decían que estaba sosa y chiclosa—, pero sí se comieron todas las papas fritas.

La provo
Las empanadas y los chipás
La carne y las niñas
Los churros
Las niñas degustando el dulce de leche con los dedos
Cẩm chupando el dulce de leche en sus dedos de una mano y con los banderines que venían en la carne en su otra mano

Después de comer nos quedamos en el restorán un rato más dado que Linh había traído una actividad para que los niños realizaran: pintar y decorar galletas de Halloween.

Las niñas eligiendo las galletas que querían decorar
Las niñas decorando las galletas (I)
Ídem (II)
Ídem (III)

A las 15:00 nos despedimos de Cẩm y Lực. Linh, sus hijas y yo nos quedamos un rato más en el restorán. Yo le había comprado un cosplay de Anya a Diễm, dado que sabía que le gustaría y querría ponérselo para Halloween. Tan pronto como se lo di la niña se fue corriendo al baño del restorán a cambiarse. Las otras dos también se pusieron sus respectivos trajes.

Una vez que estaban las tres niñas disfrazadas, empezamos a caminar por las calles aledañas al lago Tây, en busca de negocios donde ir a hacer dulce o truco.

Dulce o truco por las calles y negocios de Hồ Tây (I)
Ídem (II)
Ídem (III)
Diễm en su adorable cosplay de Anya
Diễm y Suong con todos los dulces que habían conseguido hasta el momento

A las 17:30 fuimos a unos juegos a jugar un rato. Estaba lleno de niños, algunos de los cuales también estaban disfrazados por Halloween.

Las niñas en los juegos (I)
Las niñas en los juegos (II)

A las 18:30 fuimos a Sweet Street Dessert, una heladería que había preparado actividades para que los niños jugaran y se ganaran un helado.

Las niñas haciendo las actividades de Sweet Street Dessert (I)
Ídem (II)
Ídem (III)
Las niñas disfrutando de lo que se habían ganado (helado y cupcakes)

A las 20:00 fuimos a un café de gatos llamado Quán Kẻ Cót. Suong estaba muy cansada tras la larga jornada, así que se puso a dormir un rato en la xe máy (motocicleta).

Suong durmiendo en la moto, con su tierno disfraz y las sandalias violetas de Kuromi que le había regalado yo.
Los dulces que las niñas habían conseguido
Una galleta que Suong había decorado y me había regalado para que yo comiera
Los meos de este café eran pocos y no se dejaban acariciar mucho
Suong haciendo experimentos con mi café (poniendo el colorante que habíamos usado para decorar las galletas).

A las 21:00 nos fuimos con la moto hasta la casa de Linh. Phuc, la mayor de las tres hermanas, decidió quedarse en casa. Las otras dos vinieron con Linh y yo a pasear un rato más por el casco antiguo de Hanói. Después de todo este sería mi último día completo con ellas, así que queríamos aprovecharlo al máximo.

A las 22:00 llegamos al casco antiguo, dejamos la moto frente a mi hotel y arrancamos la caminata.

Paseando por el casco antiguo (I)
Paseando por el casco antiguo (II)
Ciegos tocando instrumentos tradicionales frente a un templo
Đền Quan Đế
Las niñas tocando una especie de xilófono hecho con piedras
Diễm llevando a Suong en sus hombros
Otro grupo de personas tocando instrumentos y música tradicionales
En una tienda de pósteres y propaganda

A las 23:30 pasamos por Mixue y nos compramos helado y té.

En Mixue

A las 24:00 llegamos a mi hotel de vuelta. Nos quedamos un rato en la puerta antes de despedirnos.

Las niñas estaban agotadas

Ame,
Kato