Kara Ema:
El viernes sería mi última jornada completa en Lak Sao y en Laos.
Fui invitado por Nalin a su escuela, la escuela secundaria Xonphao, la misma que había visitado el fin de semana pasado. Resulta que hoy se celebraría un evento especial, durante el cual varios de los alumnos se subirían a un escenario a bailar y cantar.
A las 8:00 pasadas salí de lo de Steven. En el camino me crucé a una niña no más de 3 años andando sola en la calle, con una bolsa en una mano y dinero en la otra, probablemente yendo a comprar algo.
A las 8:30 entré a la escuela, misma hora a la que Nalin me había dicho por WhatsApp que arrancaría el evento.
Estaba lleno de estudiantes. Muchos me miraban, sonreían y cuchicheaban con sus compañeros, pero solo unos pocos se acercaron a saludarme. Uno de los que se acercó fue un niño de 12 años que ayudaba en la escuela de Steven, llamado Jai.
Jai se sentó a mi lado y nos pusimos a ver el evento, que recién estaba arrancando. El primer grupo en pasar fueron unas niñas hmong, vestidas con los hermosos atuendos tradicionales de esta minoría étnica. Ver niñas hmong bailando era algo que quería hacer en Lak Sao antes de irme, y me alegra haberlo pudido cumplir justo un día antes de mi partida.
En un momento le dije a Jai que quería ir más adelante para poder ver el escenario de más cerca, así que el niño me indicó que lo siguiera y me consiguió un lugar en las mesas de los profesores.
Estuve allí sentado mirando una serie de distintos grupos de alumnos pasar al escenario durante alrededor de dos horas. Se trataba de una competencia, así que había un jurado —compuesto por profesores de la escuela— tomando notas y asignando puntuaciones.
Cerca de las 11:00 le dije a Jai que necesitaba pararme dado que había estado sentado por mucho tiempo, así que nos levantamos los dos y fuimos a dar una vuelta por el recinto escolar.
Nos metimos a algunas aulas donde había alumnos jugando con el teléfono o simplemente charlando entre ellos. Varios de ellos se volvieron supertímidos al verme y algunas de las niñas salieron corriendo del aula, así que las perseguí por unos metros para embromarlas y hacerlas reír y sonrojarse.
A las niñas que más quería ver era a las hmong, dado que me quería hacer una foto con ellas en sus trajes tradicionales. Así que anduve preguntando por ellas hasta que finalmente las encontré frente a los dormitorios de las niñas.
Cuando terminamos de dar toda la vuelta y volvimos al escenario, vimos que los alumnos seguían pasando a cantar y a bailar.
Jai se ofreció llevarme a la escuela de Steven en su motoneta, pero cuando la vi me reí y le dije «gracias, pero soy demasiado pesado para subirme ahí; volveré caminando». Jai me preguntó cuánto pesaba y cuando se lo dije concordó conmigo y me dejó regresar por mi cuenta. Supongo que estará acostumbrado a tener amigos más livianos y llevarlos a ellos.
Antes de volver a lo de Steven para almorzar, pasé por el comedor de la escuela para ver lo que estaban almorzando allí.
Del comedor me fui al escenario unos minutos más a ver algo más del evento antes de dejar la escuela.
A las 12:00 finalmente terminó (al menos la parte de la mañana; creo que a la tarde seguía y revelaban quién había ganado el concurso), así que todos empezaron a dispersarse. Algunos cogieron sus motos o motonetas y se fueron a sus casas, otros se fueron a sus dormitorios, y otros al comedor a almorzar.
Cuando salí de esta escuela, no tardé en cruzarme con otra: una escuela primaria. Dada la hora, los niños ya no estaban en clase sino que estaban en el patio jugando. Así que decidí entrar a saludarlos.
El camino de regreso a casa fue genial dado que debido a la hora que era no paré de cruzarme con grupos de niños andando por la carretera, probablemente yendo o viniendo de la escuela.
Mientras almorzaba con la familia de Steven, descubrí que a Sophie le gusta el queso como a mí, así que le pregunté a Steven si podríamos cenar pizza aquella noche. Al final llegamos al siguiente acuerdo: yo me ofrecía a pagar por parte de los ingredientes, y Souvanh se encargaba de cocinar las pizzas.
Enseguida después de almorzar fui con Souvanh y sus dos hijos a comprar. En el supermercado vendían helado así que le compré uno a Sophie para que compartiera con su hermano, y otro para mí.
También les invité a todos —incluyendo a Souvanh— un té de burbujas en un puesto en el que paramos para comprar. Sophie no se pidió té sino cacao (es fanática del chocolate).
Cuando volvimos a casa Steven me asignó mi última tarea en su escuela: pasar las notas de los alumnos al certificado de evaluación.
La última columna que pone «level» es básicamente un número que determina tu posición de qué tan bien te fue durante el semestre con respecto a tus compañeros. Por ejemplo, level 1 es el que mejor le fue mientras que level 48 es el que peor.
Los cinco mejores de cada una de las tres clases recibieron premios junto con su certificado, y el mejor de cada clase recibió también lo que yo había comprado el y preparado el otro día. Los premios los entregué todos yo, y me hice fotos con los alumnos, tanto individuales como grupales.
Después de clases jugamos al fútbol.
No hubo clases de adultos ese día, así que cenamos temprano. A las 18:00 nos sentamos a comer las pizzas.
Nos quedamos hasta las 20:30 charlando, comiendo pizza y haciéndonos fotos. Éramos Sophie, Samuel, Souvanh y algunos de los ayudantes de las clases —que también eran alumnos—, incluyendo a Jai.
Cuando me fui a mi habitación me puse a preparar la maleta dado que al día siguiente dejaría Lak Sao temprano.
Ame,
Kato
Se dio!!