National Gallery of Ireland y Howth Cliff Walk

Kara Ema:

El viernes salí del hotel a las 9:00 pasadas y me fui a la National Gallery of Ireland.

La Galería Nacional de Irlanda alberga la colección nacional de arte irlandés y europeo. Está situada en el centro de Dublín, con una entrada en Merrion Square, junto a Leinster House, y otra en Clare Street. Se fundó en 1854 y abrió sus puertas diez años después. La galería posee una amplia y representativa colección de pintura irlandesa y también destaca por su pintura barroca italiana y de maestros holandeses.

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Al igual que en Londres, en Dublín también los museos estatales son todos gratuitos, así que aproveché.

A continuación te mostraré fotos que tomé solo de las obras que más me gustaron.

The Terrace, Saint-Tropez de Paul Signac
Children on the Sand Dunes, Grandcamp de Eva Gonzalès
Victorious Love de Rutilio di Lorenzo Manetti
Venus and Cupid de Michele Tosini — Un poco incestuosa esta obra, considerando que Venus es la madre de Cupido.
The Battle of the Boyne de Jan Wyck
Mrs Congreve with her Children de Philip Reinagle — Me gusta que este cuadro incluya varios otros cuadros adentro.
Lady and Child de Stephen Slaughter
Amorino de Antonio Canova
Preparations to Celebrate the Birth of the Dauphin of France in the Piazza Navona de Giovanni Paolo Panini
The Mackinen Children de William Hogarth
The Cottage Girl de Thomas Gainsborough
Women in an Eastern Courtyard de Gustave Guillaumet
Merry Christmas in the Baron’s Hall de Daniel Maclise
The Village School de Jan Steen
The Childhood of Bacchus de Jean Lemaire
Frederick Hervey, Bishop of Derry and 4th Earl of Bristol (1730-1803), with his grand-daughter, Lady Caroline Crichton (1779-1856) in the gardens of the Villa Borghese, Rome de Hugh Douglas Hamilton
Cupid and Psyche in the Nuptial Bower de Hugh Douglas Hamilton
The Installation of Captain Rock de Daniel Maclise
Donnybrook Fair de Erskine Nicol

Hay básicamente tres razones por las que puedo llegar a considerar una obra de arte digna de ser admirada (y fotografiada):

  1. Porque me impresiona su nivel de detalle, su simbolismo y/o su estilo artístico.
  2. Porque muestra algo original, extraordinario o raro de ver hoy en día (e.g. desnudez).
  3. Porque incluye a la figura más noble, pura, subrepresentada e infravalorada: la de la niña.

¿Recuerdas la primera vez que vine a Europa, que cada vez que iba a un museo —que en esa época era bastante seguido— jugaba al juego de intentar encontrar obras que incluyeran figuras de niñas? Era bastante difícil, dado que desafortunadamente en el arte clásico las niñas tienen muy poca representación. Le pregunté a ChatGPT a qué se debe esto y me respondió lo siguiente:

La escasez de niñas en el arte clásico europeo se debe a factores sociales, culturales y artísticos. En la época, la infancia no se consideraba una etapa con identidad propia, y los temas predominantes en el arte—como la mitología, la religión y los retratos de poder—favorecían la representación de figuras masculinas o femeninas adultas. Además, el patrocinio artístico estaba dominado por la nobleza y la Iglesia, que priorizaban imágenes de autoridad, maternidad o heroísmo, dejando a las niñas fuera de estos discursos visuales.

Sin embargo, en retratos de la aristocracia, escenas costumbristas del siglo XVII y movimientos posteriores como el Romanticismo e Impresionismo, las niñas comenzaron a aparecer con mayor frecuencia. Artistas como Velázquez, Goya, Renoir y Mary Cassatt representaron a niñas en contextos más íntimos y cotidianos, reflejando un cambio en la percepción de la infancia y la feminidad en el arte.

ChatGPT

¡Ah! Me olvidaba. Hay una cuarta razón:

  1. Porque fue hecha por un niño.

Lo que me lleva a una sala del museo donde estaban exhibiendo obras pertenecientes a la competición de AIB Portrait Prize 2024.

La exposición anual del Premio AIB de Retrato de la Galería presenta la lista de obras seleccionadas entre cientos de participantes. Este concurso, que muestra retratos contemporáneos, está abierto a artistas de toda la isla de Irlanda y a artistas irlandeses residentes en el extranjero. El ganador del concurso recibirá un premio en metálico de 15.000 euros y se le encargará la creación de una obra para la Colección Nacional de Retratos, por la que recibirá otros 5.000 euros. Se concederán dos premios adicionales de 1.500 euros a obras muy elogiadas. El ganador se dará a conocer en una ceremonia que se celebrará en la Galería el 27 de noviembre de 2024.

National Gallery of Ireland

Lo interesante de esta competencia es que también podían participar los niños y adolescentes. En total había cinco categorías: de 0 a 6 años, de 7 a 11, de 12 a 15, de 16 a 18, y finalmente los adultos.

Cuando entré en la sala donde estaban exponiendo los cuadros de los finalistas y los ganadores del concurso, me topé con el siguiente mensaje en una columna:

«Por favor, tenga en cuenta que esta exposición contiene desnudos.»

¿En qué clase de mundo bizarro vivimos que tenemos que ser prevenidos de que vamos a ver un desnudo? Como si la desnudez no fuese natural, como si fuese perversa o perjudicial… Como si fuese sexual (que por cierto también es natural, pero por alguna razón —que sospecho tiene algo que ver con la religión— a la sociedad moderna le gusta considerarlo tabú).

Además lo más gracioso es que había más desnudos en todas las otras salas del museo (donde no estaba este cartel), que en esta. De hecho, el único desnudo que pude encontrar fue el de un bebé:

John and Fionnán de Darragh O’Connell

En fin, estas son algunas de las obras que fotografié de quienes participaron del concurso:

Are You Sitting Comfortably? A Portrait of the Artist as a little Girl de Harriet Casey (adulto)
Me in Chinese Traditional Dress de Junxi Yi (11 años)
My Best Friend de Conor Mooney (11 años; ganador de la categoría 7-11)
Varias obras de la categoría 0-6
Allanah the Mermaid de Allanah McDonald Brown (5 años; ganadora de la categoría 0-6)
Park Life de Sarah Leyden (14 años)
My Mother de Zihan He (15 años; ganador de la categoría 12-15)
Dawn in Molten Blue de Julia Kardas (18 años; ganadora de la categoría 16-18)
Tumtha (Immersed) de Aoibhe Devereux (16 años; ganadora del concurso juvenil)

A las 11:00 pasadas me fui del museo y me volví al hotel.

Cerca de las 12:00 me tomé un DART hacia Howth.

Howth es un pueblo peninsular y suburbio exterior de Dublín, Irlanda. El distrito en su conjunto ocupa la mayor parte de la península de Howth Head, que forma el límite norte de la bahía de Dublín, e incluye la isla de Ireland’s Eye, que cuenta con múltiples designaciones de protección natural.

Howth está habitada desde la prehistoria y aparece en la mitología irlandesa. Howth, pueblo pesquero y pequeño puerto comercial al menos desde el siglo XIV, ha crecido hasta convertirse en un ajetreado y próspero suburbio de Dublín, con una mezcla de desarrollo residencial suburbano, laderas y brezales salvajes, campos de golf, senderos costeros y acantilados, una pequeña cantera y un ajetreado puerto pesquero comercial. El único distrito vecino en tierra es Sutton. Howth también alberga uno de los edificios ocupados más antiguos de Irlanda, el castillo de Howth, y su finca.

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Hoy me tocaba hacer la sección «Tour 5. Cliffs» de la excelente guía de Empire Charleston.

Arranqué a las 12:30 en la estación de Howth. Antes de empezar con la larga caminata decidí que tendría que comer algo, dado que aún no había almorzado y si no me daría hambre a mitad del recorrido. Por suerte había un Daybreak al lado de la estación que me salvó. Allí me compré un breakfast roll por 5,5€.

Breakfast roll (inglés para panecillo de desayuno) es considerado una versión pre-elaborada y barata de un tradicional fry-up. Consiste en una especie de pequeño bocadillo elaborado con un panecillo de pan francés al que se le puede añadir cualquier ingrediente, como puede ser: salchichas, beicon, black pudding, etc. Es una preparación muy popular en Irlanda (donde es frecuente encontrarlos en los supermercados y en los puestos de las gasolineras) así como en el Reino Unido.

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Encontrar algo para comer por cinco euros y que te llene es toda una odisea en Dublín, pero por suerte lo pude conseguir. La clave está en visitar tiendas de conveniencia o supermercados; nunca restoranes, donde los platos más baratos no bajan de 15€.

Mitad de mi breakfast roll (la otra mitad había misteriosamente desaparecido antes de darme tiempo a fotografiarla).
Howth Lighthouse
Arrancando el paseo por el acantilado
Howth Cliff Walk (I)
Howth Cliff Walk (II)
Howth Cliff Walk (III)
Howth Cliff Walk (IV)
Howth Cliff Walk (V)

Quise hacer una parte que estaba como opcional en la guía, que era ir el Baily Lighthouse —el que se ve al fondo de la última foto, donde termina la tierra y arranca el agua—, pero el camino hasta ahí estaba lleno de lodo, así que terminé dando la vuelta.

Punto en el que decidí dar la vuelta (a las 14:00)

El camino de regreso al pueblo era fácil y todo cuesta abajo.

Parte del camino de regreso
Zona residencial (I)
Zona residencial (II)

Justo cuando estaba por llegar de vuelta a la estación, me topé con una escuela primaria llamada Howth Primary School. Eran las 14:30 y los niños estaban saliendo.

Howth Primary School (I)
Howth Primary School (II)
Howth Primary School (III)
Estación de Howth

A las 15:30 me bajé en la estación de Connolly, una estación antes de Tara Street, la más cercana a mi hotel. Decidí bajarme antes para recorrer un poco la parte del centro de Dublín al norte del río Liffey.

Talbot Street

En esta calle había varios supermercados. Decidí ir a Lidl a comprarme varios snacks para tener cuando me diese hambre en el hotel. Las cinco cosas que me compré me costaron 11€.

A las 16:15 llegué al hotel y me puse a ver otro capítulo de 不適切にもほどがある! mientras comía mis snacks.

Ame,
Kato