Kara Ema:
El sábado me levanté a las 10:00. Drifa e Íris ya estaban abajo, jugando y picoteando cosas de la cocina.
Me puse a hacer un café con leche para mí. Cuando lo terminé de preparar, me lo serví en una taza y le pregunté a Íris si quería probar un poco. Luego de que Íris probara un sorbo, Drifa obviamente quiso probarlo también, así que le pasé la taza a ella. Me terminé quedando sin café dado que se lo tomó todo la muy pícara. Cuando estaba por la mitad de la taza le ofrecí la idea de agregarle azúcar, dado que de seguro le iba a gustar más todavía. Así que le metió como tres o cuatro cucharadas de azúcar.
Al parecer le gustó tanto que me pidió que hiciera más, lo cual iba a hacer de todas formas dado que yo no había tenido oportunidad de tomar todavía.
Mientras estábamos preparando una segunda tanda de café, bajaron Freyja y Gyða a desayunar también. Por las dudas —para evitar meterme en problemas— le pregunté a Freyja si sus hijas tenían permitido tomar café. Me dijo que no, así que me volví hacia Drifa y le dije que no iba a poder tomar de ese que estábamos preparando.
Se entabló una pequeña discusión entre Drifa y su madre. Mi nivel de alemán será básico pero fue lo suficiente como para entender dos oraciones que le dijo Freyja a su hija:
- Du kannst keinen Kaffee trinken. — No puedes tomar café.
- Du bist neun Jahre alt. — Tienes nueve años.
No sé tú, pero si a mí me llegasen a decir que no puedo hacer algo debido pura y exclusivamente a la edad que tengo, me sentiría confundido, fastidiado y discriminado. «Tienes nueve años» no es razón suficiente como para negarle algo a alguien.
No existe ninguna base científica que demuestre efectos nocivos en niños ingiriendo café, lo que significa que esta restricción es puramente sociocultural, como casi todas las otras restricciones artificiales y arbitrarias que la adultocracia impone sobre los niños.
A esta altura seguramente las tres niñas ya se habrán dado cuenta de que yo soy mucho más permisivo que el común de los adultos, y en particular que sus padres, que ya de por sí son bastante permisivos (e.g. dejándoles eructar o tirarse pedos cuando quieran, dejándoles corretear y jugar libremente por toda la casa, dejando a la de nueve volver de la escuela a su casa sola).
Si un niño me pide permiso para hacer algo, y eso que quiere hacer es algo que yo podría hacer, y algo que no involucra ningún riesgo evidente con que el niño lo haga, entonces yo le voy a dar el permiso para hacerlo, más allá de los valores moralistas y tradicionales de la sociedad en general con respecto a aquello que el niño quiere hacer.
¡Qué horror! ¡Una niña de nueve años se bebió una taza entera de café con leche con azúcar! Vamos, por favor. Los niños de tres o cuatro generaciones anteriores se la pasaban fumando y nadie se inmutaba. Hoy en día no les dejan hacer nada, y ni siquiera les dan buenas razones para no dejarles. Luego no debería de extrañarnos cuando estos niños se vuelven adolescentes rebeldes.
En fin.
A eso de las 11:00, cuando todos terminamos de desayunar, Freyja se llevó a pasear a las tres niñas y a Loki en su coche. Stefán no estaba, así que en la casa quedamos nadie más que yo y el gato.
Miré por la ventana y me pareció que había sido teletransportado a otro sitio, de lo tanto que había cambiado el paisaje de la noche a la mañana. Es que había estado lloviendo un montón, lo cual hizo que toda la nieve se desvaneciera. Era la primera vez que veía el jardín de la casa sin la nieve.
A las 13:00 me preparé un almuerzo con las sobras de los dos días anteriores y mientras almorzaba me puse a ver la serie islandesa Katla.
Katla es una serie de televisión web islandesa de drama, thriller y ciencia ficción creada por Sigurjón Kjartansson y Baltasar Kormákur para Netflix. Protagonizada por Guðrún Ýr Eyfjörð, Íris Tanja Flygenring, Ingvar Sigurdsson y Aliette Opheim, sigue a las desventuras del pueblo de Vik, después de que el volcán subglacial Katla haya explotado un año antes. La paz de los residentes se verá perturbada cuando dobles de ellos emerjan de las profundidades. La primera temporada tuvo un estreno mundial el 17 de junio de 2021, contando con ocho episodios y recibiendo críticas generalmente positivas.
Wikipedia
Aún estaba sentado en la mesa de la cocina viendo la serie cuando volvieron las niñas de su paseo. Gyða se me sentó en mi regazo, como le gusta hacer, y se puso a ver la serie conmigo hasta que apareció la mujer cubierta de ceniza y decidí mejor sacarla para que la niña no tuviese miedo. Además porque se suponía que no tenían permitido interactuar con pantallas.
Las niñas se fueron a jugar a su cuarto así que yo me fui al mío y me puse a aprender islandés a través de un sitio web llamado Ylhyra. Algunas cosas que he aprendido:
Islandés | Traducción | Comentarios |
---|---|---|
Hæ. / Halló. | Hola. | Hæ es informal, pronunciado como «hi» en inglés. |
Góðan daginn. | Buenos días. | Usado hasta las ~18:00. Se pronuncia [gouan tayin]. |
Hvað segirðu gott? | ¿Cómo estás? | Literalmente, «¿qué dices de bueno?» [Kwa seyiru got]. |
Allt gott. | Todo bien. | |
En þú? | ¿Y tú? | Literalmente, «¿pero tú?» |
Hvað segir mamma þín gott? | ¿Cómo está tu mamá? | Mamma þín = tu mamá. |
Mamma mín segir allt gott. | Mi mamá está bien. | Mamma mín = mi mamá. |
Þetta er mjög gott. | Esto está muy bueno. | |
Það er líka gott. | Eso también está bueno. | |
Ísland | Islandia | |
Hún er góð. / Hann er góður. | Ella es buena. / Él es bueno. | |
Hvað ætlarðu að gera í dag? | ¿Qué vas a hacer hoy? | Að gera = hacer; í dag = hoy. |
Ég ætla að læra íslensku. | Voy a aprender islandés. | Ég ætla = voy a; að læra = aprender/estudiar. |
Hljómar vel. | Suena bien. | |
Það er gott veður. | Hace buen tiempo. |
Nunca más vi a las niñas ni a Freyja este día, ya que ellas se pasaron la mayor parte de la tarde arriba y yo en mi cuarto.
El domingo fui a la cocina a eso de las 10:00, y al igual que el día anterior me las encontré a Íris y a Drifa hurgando por comida cual dos ratoncitas. Se pusieron a jugar con mi teléfono haciéndose selfis mientras yo me preparaba un café y un pan con mantequilla.
Al rato apareció Freyja y nos preparó huevos fritos para todos. Nos sentamos a desayunar todos juntos.
Cuando terminamos de desayunar nos pasamos a la mesa del salón, donde estuvimos jugando un rato.
Íris, Gyða, Freyja y yo jugamos a un juego de cartas llamado Drecksau, que aparentemente significa «puerco sucio» en alemán y se usa como insulto en Alemania.
Luego Freyja se fue arriba y yo me quedé con las tres niñas haciendo origami. Dado que estaban usando mi teléfono para ver los videos de cómo hacer distintas figuras en origami, no pude hacer ninguna foto.
A las 13:00 pasadas Freyja bajó y yo me fui a pasear a Loki.
Una hora más tarde volví a la casa y me encontré con que estaban todas arriba, así que me puse a leer mi libro un rato, y luego a estudiar islandés.
A eso de las 16:00 me fui a hacer unos cereales a la cocina, y justo mientras me los estaba haciendo aparecieron todas las demás para merendar también. A pesar de que había sillas suficientes para todos, la confianzuda de Gyða decidió sentarse encima de mí, dificultándome la acción de comer los cereales. Lo que meriendan aquí generalmente es un bol con todo lo siguiente mezclado: Cheerios (marca de cereales), muesli, rodajas de banana, skyr y leche entera.
Después de merendar jugué un rato más con las niñas, incluyendo a las escondidas y a los Lego.
También vimos un poco de Peppa Pig. Lo gracioso es que las dos niñas más pequeñas estuvieron mirando como por cuarenta minutos Peppa Pig en danés hasta que vino la más grande y me hizo dar cuenta de que no estaba en islandés. Para mi oído el danés y el islandés suenan casi idénticos a pesar de que no son mutuamente inteligibles.
A eso de las 19:00 las niñas bajaron nuevamente con su madre a cenar algo mientras yo leía mi libro en el sofá. Luego subieron y ya no volvieron a bajar.
A las 21:00 saqué a pasear a Loki, luego volví y cené mientras veía el segundo episodio de la serie islandesa Katla.
Un par de comentarios más antes de cerrar este artículo.
En Japón las escuelas suelen permanecer abiertas los fines de semana para que los niños vayan a jugar en el patio, o bien a realizar actividades del club al que pertenezcan (arte, deporte, etc.). Más allá de esto, es común que los padres inscriban a sus hijos en actividades extraescolares como natación, danza o piano, no solo después de clases los días de semana sino también los fines de semana. Según me contó Freyja, en Islandia pasa todo lo contrario: los fines de semana las escuelas cierran (aunque los terrenos siguen siempre accesibles dado que no hay puertas) y los niños lo pasan con la familia.
Me resulta curioso el hecho de que el padre de las niñas haya estado desaparecido (afuera de la casa) durante todo el fin de semana, probablemente saliendo con su novia y/o sus amigos. Yo si tuviese tres niñas como las que tiene él intentaría pasar el más tiempo posible con ellas, al punto incluso de querer educarlas yo mismo en casa en lugar de mandarlas al colegio con tal de maximizar nuestro tiempo juntos (y aparte por todas las razones que explica Holt en su libro en que la desescolarización es más beneficiosa para los niños que las escuelas convencionales).
Ame,
Kato