Paseo por el centro de Sevilla (Parte II)

Kara Ema:

Como te conté ayer, el lunes fue mi último día en Sevilla. A la mañana estuve por el aire y a la tarde por la tierra, recorriendo los últimos sitios más importantes que me faltaban ver.

A las 16:30 tenía la reserva para entrar al Real Alcázar de Sevilla. Era el horario de gratuidad, así que había mucha gente. A las 18:00 cerraba, así que tenía una hora y media recorrer lo más posible de este precioso lugar, con unos jardines impresionantemente enormes y bonitos. Por cierto, estos palacios se utilizaron para representar el reino de Dorne de la Casa Martell en la serie Game of Thrones.

El Real Alcázar de Sevilla es un conjunto palaciego amurallado construido en diferentes etapas históricas. El palacio original se edificó en la Alta Edad Media. Se conservan algunos vestigios de arte islámico y, de la etapa posterior a la conquista castellana, un espacio palaciego mudéjar y otro de estilo gótico. En reformas posteriores se añadieron elementos renacentistas, manieristas y barrocos.

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A las 18:00, cuando salí de los alcázares, me fui caminando hasta la zona de la Plaza de España y el Parque de María Luisa, dos sitios absolutamente maravillosos. La plaza es por lejos la más grande y bella que he visto en mi vida, realmente es un lugar sublime. Y el parque también es súper precioso, con gran diversidad de fauna y flora. De hecho, ya casi era de noche cuando lo visité y aun a esa hora podía oír un montón de pájaros cantando mientras iba andando por los simpáticos senderos del parque.

A las 19:30 me volví para el hotel.

Eso fue todo lo que pude hacer en Sevilla durante los cuatro días que estuve. En retrospectiva, pienso que debería haberme quedado un par de días más para no tener que estar metiendo tantas cosas en un mismo día y ver todo tan rápido y sin guías, como lo he tenido que hacer para llegar con el tiempo que tenía. Igualmente pienso que ha sido una bonita experiencia y estoy contento con todo lo que he podido hacer y ver.

Al día siguiente (martes) tuve que despedirme no solo de Sevilla sino también de Andalucía y mismo de España. No para siempre, claro: no me caben dudas de que volveré para seguir conociendo este país —¡este reino!— tan grandioso.

Ame,
Kato