Kara Ema:
El jueves me sonó el despertador a las 5:30. No quería saber nada, pero tampoco quería perder mi vuelo así que me levanté. Ya había dejado todo preparado la noche anterior, con lo cual no tardé mucho en bajar a la calle y subirme al tranvía (4 zł; 1€).

Al rato llegué a la estación Kraków Bronewice y desde allí me tomé un tren hasta Kraków Lotnisko (Aeropuerto de Cracovia). Me costó 20 zł (~5€).
Cuando se hicieron las 7:00 ya había pasado seguridad aeroportuaria y ya estaba sentado esperando la hora del embarque. A las 8:30 mi avión despegó hacia Estocolmo.
Estocolmo (en sueco Stockholm) es la capital y además, la ciudad más grande de Suecia, en la que residen 972 647 personas y 2,4 millones en su área metropolitana. La ciudad está compuesta por 14 islas donde el lago Mälar desemboca en el mar Báltico. En el este de la ciudad, y a lo largo de la costa, se encuentra la cadena de islas conocida como el archipiélago de Estocolmo. Estocolmo ha sido poblada por humanos desde la Edad de Piedra, en el sexto milenio antes de Cristo, y fue fundada como ciudad en 1252 por el estadista sueco Birger Jarl. Es también la sede del Condado de Estocolmo.
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Esta es la tercera vez que visito Suecia en las últimas semanas, y la tercera ciudad sueca que conozco. La primera vez llegué a Suecia en ferry, la segunda en tren y la tercera en avión.
A eso de las 10:30 recogí mi maleta y me fui a buscar un autobús que me llevara hacia el centro. El avión me había dejado en el aeropuerto de Arlanda, a unos 40 kilómetros al norte de Estocolmo.
Me terminé tomando un FlixBus, el cual me costó 79 coronas suecas (~7€). El recorrido tardó más o menos una hora. Me bajé en la última parada, a pocos metros de la estación ferroviaria central.
De ahí me fui a tomar un autobús hacia el lugar donde me estaré quedando a dormir, el cual queda a tres kilómetros al sur del centro de Estocolmo. Me tomé la línea 53 desde Centralen hasta Danvikstull.
El conductor me explicó que para comprar un billete tenía que usar una aplicación en mi teléfono llamada SL (Storstockholms Lokaltrafik). La forma en que funcionan los billetes de transporte público aquí es idéntica a como funcionaban en Reikiavik: pagas una tarifa fija la cual te da acceso a transporte ilimitado (metro, bus, etc.) por un tiempo limitado, que en el caso de Estocolmo son 75 minutos. El billete me costó 43 kr (4€).
A las 12:00 me bajé del autobús en Danvikstull. Lo primero que vi justo enfrente de la parada fue una escuela. Al parecer se llama Kulturama y está especializada en las artes, es decir en danza, teatro y música.

Desde la parada caminé durante cinco minutos hasta llegar al edificio de mi amigo.
¿Te acuerdas de Egil, el hombre que conocí en Oslo? Él vive en Estocolmo, pero cada tanto viaja a Noruega. Ahora mismo está en Oslo, y va a volver a Suecia el sábado. Me dijo que si quería podía quedarme en su casa, incluso antes de que él volviera. ¿No es increíble eso? Pensar que solo nos vimos dos días en Oslo, y este hombre ya me dejó quedarme en su casa, mismo cuando él no está.
Egil vive solo en un apartamento de dos ambientes en la cuarta planta de un edificio residencial.

Esta entrada es a mi entender típica de todos los hogares en Escandinavia—me refiero a que todas tienen un espacio al lado de la puerta donde dejas tu abrigo y tu calzado antes de entrar al resto de la casa. En los países nórdicos es común descalzarse al entrar a una vivienda, a diferencia de otros países europeos como España.

Varias cosas a notar aquí. Primero, la gramola y el tocadiscos. Parece que Egil es fanático de la música, no solo por los dispositivos de reproducción que tiene sino también por los varios parlantes (en la foto no se ven pero hay tres parlantes grandes en distintas partes del salón).
Otra cosa curiosa es la ausencia de televisión, tanto en el salón como en el resto de la casa. Sinceramente creo que yo tampoco tendría televisor en mi casa, aunque sí tendría un proyector —junto con buenos parlantes como los de Egil— para ver películas cada tanto.

La cocina es pequeña pero más que suficiente; parecería tener todo lo que uno necesita, incluyendo nevera, microondas, horno, cafetera, pava para calentar agua, tostadora, etc. Estaría faltando nada más un lavavajillas.
Una cosa que no se ve bien en las fotos pero que me llamó la atención es que Egil deja comida servida todo el tiempo. Por ejemplo, en la mesa de la cocina hay una canasta con pan y galletas, y en la mesa del salón hay un bol gigante lleno de nachos y palitos, y su lado un tazón con bombones y trozos de chocolate. Personalmente me resulta un poco peligrosa esta práctica, dado que cuando hay algo servido en la mesa mismo sin tener hambre uno tiende a querer agarrar lo que hay.

Eso negro que ves en la pared frente a la cama es otro dispositivo de música: un reproductor de CDs.
Al aseo no le hice foto porque no tiene nada de especial. Un inodoro, un lavabo y una ducha. En Europa casi siempre vas a encontrar duchas y no bañeras, sobre todo en apartamentos pequeños como este. En casas grandes —como en la que estuve en Islandia— sí puede llegar a haber bañeras en al menos uno de los aseos. Bidés solo hay en ciertas casas de ciertos países que tienen cultura de bidé, como España e Italia. Leí que Finlandia tiene bidés tipo manguera, como los del Sudeste Asiático; ya veremos cuando vaya para allá.
A las 15:00 salí a explorar los alrededores—más que nada el barrio llamado SoFo.
La zona de SoFo, o «Sur de Folkungagatan», está situada en Södermalm, un distrito de Estocolmo (Suecia). Limita al norte con la calle Folkungagatan, al sur con Ringvägen y al este y oeste con Erstagatan y Götgatan, respectivamente.
El nombre de SoFo es un juego de palabras con SoHo, los distritos de Londres y Manhattan, y es una invención de los empresarios locales que desde 2003 han intentado renombrar la zona como centro de la moda sueca creativa e innovadora y del comercio minorista.
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En Nytorget, una plaza donde había juegos para niños, me crucé con algo que no esperaba ver aquí: una escultura del estilo de las de Japón.

Al lado de esta plaza había una escuela enorme llamada Katarina Södra. Se trataba de una grundskola (escuela primaria) y era pública.

Mientras me paseaba por al lado del colegio me puse a pensar en algo. Los profesores estaban ahí al lado de los niños, simplemente observándolos y dejando que jueguen entre ellos. No sé si yo podría hacer eso. Si estuviese a cargo de niños jugando enseguida me gustaría sumarme al juego yo también. Por suerte hasta ahora en todas las escuelas donde trabajé como voluntario siempre me dejaron jugar con los niños en los recreos o entre clases. Me pregunto si me dejarían en una escuela como esta.



Aquí me encontré con otra bonita escultura:

La rana (en francés: La Grenouille) es una escultura de una figura femenina sentada. El primer boceto fue realizado en yeso por Per Hasselberg en París en 1887.
La rana representa a una niña de unos 15 años, sentada como una rana. Delante de la figura femenina también se representa una pequeña rana. A Hasselberg se le ocurrió la idea de La Rana cuando su modelo se sentó a descansar. La figura se considera naturalista y puede verse como un símbolo de la feminidad incipiente de la adolescencia temprana.
La escultura fue exhibida en yeso en la Exposición Universal de París de 1889.
La palabra francesa grenouille no sólo significa rana sino que en el argot también significa chica de la calle. Se ha señalado que Hasselberg posiblemente pretendía que la rana expresara la visión contemporánea de una tensión entre los rasgos bellos y animales de la juventud.
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Frente a esta plaza había una biblioteca municipal llamada Tranströmerbiblioteket (Biblioteca Tranströmer).

Me encanta que las bibliotecas públicas nórdicas no solo sean de acceso libre y gratuito, sino que además siempre incluyan toda una sección para niños que es tan o más grande que el área general para adultos. Si bien es normal que las bibliotecas tengan secciones con libros para niños, las nórdicas tienen zonas infantiles enormes no solo con libros sino también un montón de juegos.

A las 16:00 pasé por Systembolaget.
Systembolaget («la empresa del sistema»), conocida coloquialmente como systemet («el sistema») o bolaget («la empresa»), es el monopolio estatal de tiendas de licores en Suecia. Es la única tienda minorista autorizada a vender bebidas alcohólicas que contienen más del 3,5% de alcohol por volumen. Systembolaget actúa como un portal para empresas privadas que venden alcohol en el mercado sueco y en 2023 representaba a 1200 proveedores, desde pequeñas cervecerías locales hasta importadores a gran escala y empresas multinacionales, que venden productos de un total de más de 5000 productores de todo el mundo.
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Quería regalarle algo a Egil como agradecimiento por su hospitalidad. En un momento vi que en el salón de su casa tiene varios vinos, lo cual me dio la idea de comprarle un vino argentino. Como no tengo idea de vinos simplemente elegí el más caro que tenían, que igual tampoco me salió tan caro, sobre todo comparando con lo que me habría costado un hotel.

Al lado de la tienda de licores había un supermercado llamado ICA. Ahora sí estaba en un sitio donde había cosas que me gustaban y que me quería comprar para mí. Había tantas cosas que me llamaron la atención que terminé comprando el triple de lo que suelo comprar cada vez que voy a un supermercado. En total gasté 350 kr (~32€).
Me he dado cuenta de que en los países nórdicos tienen una enorme variedad y gran calidad de productos lácteos. Nunca había visto tantos productos lácteos para elegir como tienen aquí, en Dinamarca y en Islandia. Cuando digo variedad me refiero a todo: los sabores, los tipos, el porcentaje de grasa, etc. Por ejemplo, cosas como el skyr, el kéfir, el quark, el cottage, el yogur griego, etc.

A las 17:00 llegué a lo de Egil y ya no volví a salir.
Ame,
Kato
La segunda parte del libro se llama Enriching the Child’s Sexual Response (Enriqueciendo la respuesta sexual del niño). Algunas notas que tomé de los capítulos que estuve leyendo hasta ahora.
La respuesta sexual se aprende desde la más tierna infancia. Los padres pueden contribuir enormemente a su desarrollo aceptando y fomentando el erotismo. Los principios son explícitos y fáciles de comprender. Los objetivos son prevenir las disfunciones sexuales y aumentar el placer. Algunos padres no desearán cambiar nada. Otros ya habrán cerrado este libro, con una sensación de leve repulsión. Si crees que fomentar el erotismo es inmoral, insano o contrario a los principios religiosos, este libro no es para ti. Si estás seguro de que el sexo puede erosionar la familia, apoderarse del niño o limitar sus logros, no sigas leyendo.
[…] El primer intento de hablar de sexo de verdad puede parecerte estremecedor, pero puede ser placentero y reconfortante para tu hijo. Prepárate para algunos conceptos erróneos sorprendentes. La primera sesión con mis hijos fue una revelación. Mi hijo de seis años creía que los bebés nacían de los besos. Mi hija de cinco años se preguntaba si los niños tienen que tirar del pene para que empiece a salir el chorro de orina. Mi sofisticado hijo de diez años había supuesto que las chicas tenían un pene retráctil que expulsaban a voluntad, como si fuera un movimiento intestinal. Al principio, los padres aprenden más que los hijos.
[…] Tu actitud hacia la sexualidad infantil es crucial, y te guste o no, se la comunicas a tus hijos todos los días.
Getting to the Roots, Sex without Shame
Por crianza erótica se entiende el tiempo y la capacidad para dar y recibir placer del bebé. Esto incluye el logro de la intimidad corporal, que significa la aceptación y el disfrute de todas las funciones y productos corporales del bebé. Los esfuerzos sexuales deben reconocerse y fomentarse, como cualquier otra función vital. Para ello, el progenitor debe, en primer lugar, acoger al niño como un ser sensual. El progenitor que acaricia, abraza y frota no sólo tranquiliza al bebé y fomenta el apego, sino que también desarrolla el potencial erótico del niño. La aplicación de lociones delicadamente perfumadas y deliciosamente cremosas en los genitales no es sólo por higiene o, como indica la etiqueta, para proteger contra las bacterias dañinas. Las lociones y los aceites son muy sensuales y el contacto genital, claramente erótico.
[…] La intimidad corporal con tu bebé se basa en la aceptación sin reservas y la comunicación con todo su cuerpo y sus productos. La pizca brillante de saliva o la pizca de mucosidad que se desliza por la vagina del bebé son trocitos de un ser querido. Aceptar plenamente estas secreciones es lo mismo que saborear la transpiración sexual, el semen y la saliva de tu pareja. La reticencia o la repulsión en cualquiera de las dos dimensiones eróticas connota problemas en la otra. […] La intimidad es un proceso de dar y recibir. Sumergirse en el calor y la cercanía puede ser delicioso para ambos.
[…] Los genitales son objeto de estimulación casual, como el roce con la cadera de la madre, los lametones de un perrito amistoso o los pellizcos de otro niño. La manipulación genital suele ser un método aceptado para calmar a un bebé irritable. Aunque no se dispone de estadísticas, las disfunciones sexuales parecen mucho más probables en los países donde se utilizan pañales. Ciertamente, el progenitor que oculta los genitales del bebé bajo un pañal bien sujeto asume una enorme responsabilidad. Este progenitor se convierte en la principal fuente de placer genital del bebé.
[…] Desde los cinco meses, Elise ha rebotado en un columpio de lona suspendido de una puerta. Ahora tiene un andador y un caballito balancín. Son sus juguetes favoritos. La mantienen quieta y contenta durante mucho tiempo. Mientras rebota y se estira, se da un masaje genital. No es de extrañar que permanezca cautivada. Ahora es capaz de construir sensaciones por sí misma, un acontecimiento feliz. […] Algunas niñas se frotan contra una almohada o aprietan los muslos para crear sensaciones eróticas. El padre se convierte en compañero de juegos con una rodilla que rebota.
[…] Hacia el final del primer año o a principios del segundo, se enseña al niño el nombre de los dedos de los pies y de las manos, de los ojos y de la nariz. El pene rara vez se incluye en la lección, y el clítoris nunca. Sin embargo, todas las cosas importantes tienen nombre, ¿no es así? Al final, el niño tiene que reconciliar las exquisitas sensaciones que hacen que los genitales sean importantes con el hecho de que los adultos no parezcan creer que los genitales sean importantes en absoluto. Quizá no deberían sentirse bien. Podrían ser sucios o malos.
[…] Introduce el término [clítoris] con una sonrisa y un adjetivo como «bonito», «feliz» o incluso «delicioso» para transmitir tu agrado. Como el clítoris es diminuto, la niña puede tener un problema geográfico a la hora de localizar el nódulo para ponerle nombre. Para identificar el clítoris mediante el tacto, se puede utilizar un espejo o un dedo. Guía el dedo de la niña o utiliza el tuyo propio, dependiendo de tu comodidad interna.
Infant Stimulation Revisited, Sex without Shame
La vergüenza comienza como un concepto sin palabras. Surge de la percepción del niño de que una parte de sí mismo es menos aceptable que el resto. Esa parte es mala, sucia u olorosa. Una vez establecida, la vergüenza es imposible de borrar por completo. Es la base de la mayoría de los problemas que se tratan en la clínica sexual. La vergüenza es la razón por la que a los adultos les resulta difícil pedir ciertos placeres, admitir insuficiencias, revelar los genitales o incluso hablar de sexo.
El niño aprende a avergonzarse en la época del control de esfínteres. Las actitudes de sus padres sobre el control, sus genitales y las propias heces transmiten el concepto. El ano y los genitales son algo distinto en la mente de un niño, pero una niña los considera uno solo. Así, si el cambio de pañales es una tarea, las heces un objeto apestoso que hay que desechar rápidamente y los genitales sólo interesan porque hay que fregarlos, el niño asume que a sus padres les da asco toda la zona. El hecho de que los adultos eviten los genitales, dejándolos siempre sin nombre y ocultos bajo la ropa, refuerza esta teoría. El niño aprende a mantener sus «partes privadas» ocultas; nada es peor que ser «pillado con los pantalones bajos».
[…] Los objetos transicionales […] tienen un significado erótico, ya sea para chuparlos, acariciarlos, sostenerlos o utilizarlos para la masturbación. […] Un padre arruga la nariz y le quita una manta mugrienta a Alice, una indignada niña de dos años. Un incidente para papá, un insulto para Alice. Su manta es su consuelo y su placer. Si está sucia, Alice también. Si a papá no le gusta, también se opone a ella y a los placeres que recibe de su manta. Papá tiene que hablarle bien a la manta y a Alice antes de quitarle el trapo y meterlo en la lavadora.
Sex and the Potty Chair, Sex without Shame
Vino Salteño agarraste, que sorpresa!