Kara Ema:
El sábado salí de casa a las 9:30. Caminé durante una hora hasta Taft Avenue.

En Taft Avenue me tomé la Línea 3 del MRT (₱28; ~0,4€) hasta la terminal, North Avenue, en Ciudad Quezon.

Ciudad Quezon (en tagalo: Lungsod Quezon; en inglés: Quezon City o QC), la ciudad más poblada de la República de Filipinas, es el centro urbano más rico del país. Está a una distancia aproximada de 12 kilómetros al noreste de Manila, la capital del país, con la cual forma el mayor conglomerado urbano del país. La ciudad posee numerosos parques, alamedas y áreas comerciales.
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Frente a la estación donde me bajé había un centro comercial llamado Trinoma. Entré más que nada para ir al baño, dado que mi plan para el día no era pasármelo en un mall.


A las 11:30 caminé por un rato. Mi plan original —la razón por la que había venido a Ciudad Quezon— era visitar los barrios bajos de la ciudad, pero estaban algo alejados de donde me encontraba. Seguramente había algún jeepney o autobús que podía tomar para ir, pero no sabía bien cuál ni dónde tenía que tomarlo.

Al final decidí volver a Manila utilizando el mismo MRT, aunque esta vez las estaciones en las que me subí y me bajé fueron diferentes: Quezon Avenue → Guadalupe (20₱; ~0,3€). Me bajé unas estaciones antes cosa de volver al hotel pasando por Makati en lugar de pasar por Pasay.

A las 13:00 pasé por un Wendy’s y me pedí una doble baconator (₱390; ~6€). Hacía un montón que no comía en Wendy’s y me tenté cuando lo vi.

Paseando por Makati a las 14:00 me topé de casualidad con Manila South Cemetery (Cementerio sur de Manila). Me acordé del libro que había visto en Dávao, el cual mostraba una foto de una niña viviendo en un cementerio de Manila y durmiendo arriba de una tumba. Decidí entrar a echar un vistazo.
No tardé en cruzarme con los niños.



Cada vez me fui topando con más y más niños, sobre todo cuando se me empezó a correr la voz de que había un extranjero repartiendo chupetines a los niños del cementerio.




Este grupo de niños que ves en la última foto fue el que me acompañó en mi caminata por casi todo el cementerio.
Los varones un par de veces se bajaron los pantalones y me mostraron sus partes de adelante y de atrás. También hicieron gestos sugerentes relativos a la masturbación y mencionaron la palabra kasarian, que significa «sexo» en tagalo. Las niñas por su parte simplemente se reían o exclamaban «ewww».
Estos niños también me enseñaron el significado del término bold en inglés filipino. «Bold» es una forma argótica y eufemística de referirse a alguien que está desnudo, a una película que contiene desnudez, o bien a contenido pornográfico.
No me sorprendió que estos niños supiesen de estas cosas. Lo que sí me sorprende es la gente que niega rotundamente la sexualidad de los niños a pesar de haber tanta evidencia al respecto, con la cual me he topado una y otra vez en mi interacción con ellos durante mis viajes.



En un momento les pregunté a los niños si habían visto fantasmas (multo), a lo que me contestaron que opo (sí).
A las 16:00 me fui del cementerio y media hora más tarde llegué al apartamento.
A las 20:00 me pedí un Grab hacia el aeropuerto (₱357; ~5€).
A las 23:30 embarqué en el vuelo hacia mi siguiente destino.
Ame,
Kato