Kara Ema:
Frase del día en vietnamita
Người Việt Nam hay ăn phở buổi sáng.
Los vietnamitas suelen comer phở por la mañana.
người | persona / gente |
Việt Nam | Vietnam |
hay | a menudo / frecuentemente |
ăn | comer |
phở | phở (sopa de fideos de arroz vietnamita) |
buổi sáng | mañana |
El viernes a las 13:00 fui a la lavandería autoservicio. Me sorprendió que las lavadoras tuviesen para pagar con tarjeta como en Europa; me había acostumbrado a Tailandia donde siempre era con monedas de 10 baht.
Hablando de monedas, tras tres meses de hacer uso de monedas extensamente, me siento extraño ahora con el bolsillo de mi billetera donde antes guardaba las monedas totalmente vacío. Es que en Vietnam no se usan monedas: la menor denominación que se emplea es 1000 y tiene su billete correspondiente.
Lavado y secado me costaron ₫50k (~1,6€), más o menos lo mismo que costaba en Tailandia.

La media hora que tardó la máquina en lavar mi ropa, la aproveché para ir a almorzar algo.

A las 14:00 volví al hotel con la ropa limpia.
Una hora más tarde volví a salir y pasé por una farmacia para comprar un medicamento desparasitante (₫22k; ~0,7€). No es que tenga gusanos, pero he leído —y me han comentado personas que conocí en el hotel— que en Vietnam es preferible tomar un antiparasitario cada tanto dado que las infestaciones no son raras.

De ahí empecé a caminar hacia Hồ Trúc Bạch (lago Trúc Bạch), donde había quedado encontrarme con Linh.




A las 16:30 me encontré con Linh, Suong y Diễm frente al cà phê mèo (cat café / cafetería felina) al que habíamos dicho que íbamos a ir, llamado Oleoleo Coffee Books & Cats. Ya habíamos venido aquí anteriormente.
Suong y Diễm entraron a la cafetería conmigo mientras que Linh se fue a buscar a Phuc a la escuela.




Diễm se pidió un mango matcha latte y yo un café salado. Me costó ₫114k (~3,7€). Lo que me gustá de esta cafetería de gatos —y otras en Vietnam— es que, a diferencia de los cat cafés en otros países, aquí no tienes que pagar la entrada al lugar sino solamente los cafés que consumes.




A las 18:30 nos fuimos a cenar a un restorán que había sugerido yo, llamado Breakfast Company. Quedaba a 900 metros así que yo fui caminando mientras Linh fue con lo moto llevando a sus tres hijas.

La razón por la cual yo había querido invitarlas a este restorán era para que probaran los xiaolongbao, que al parecer ninguna de las tres niñas había comido nunca.



Me costó todo ₫208k (~7€), nada mal considerando que éramos cinco personas. En Europa por este mismo precio con suerte come una sola persona.
A las 19:30 nos pasamos a otro sitio más que quedaba a media cuadra, llamado Kem Caramen Dương Hoa. Linh ya me había traído aquí una vez. Como yo invité la cena, ella invitó el postre aquí: flan de caramelo.

A las 20:00 nos despedimos. Ellas se volvieron a su casa en la moto y yo me volví al hotel caminando. En el trayecto pasé por ciertos lugares que me parecieron dignos de fotografiar:



A las 20:30 llegué al hotel.
Más tarde me puse a ver el documental de NHK sobre el terremeto y el tsunami de Japón de 2011.
11 de octubre — Día Internacional de la Niña
El sábado cuando me levanté, a eso de las 10:00 me lo crucé al profesor de matemáticas, que me dijo que se sentía supermal tras haber estado tomando con el irlandés hasta las cuatro de la mañana. Cuando regresé al hotel a la noche me lo volví a cruzar y seguía con resaca: me dijo que se quedó todo el día en el hotel durmiendo. Nunca voy a entender este comportamiento de los adultos.
A las 11:00 me tomé el E11 para ir hacia Hồ Tây (Lago del Oeste). La idea original era que Linh me pasara a buscar cerca de la pagoda como la última vez, y luego ir con ella a donde sus hijas estaban practicando fútbol gaélico, tal como hacen todos los sábados por la mañana. Pero como a las 11:30 terminarían, ya no había tiempo de que yo fuera, así que al final hicimos cambio de planes.
Me bajé del autobús en la misma parada donde me habría pasado a buscar Linh. Empecé a caminar por las cercanías del lago, sobre todo por la calle Yên Phụ.

En un momento pasó una moto en donde iban tres personas; una de ellas era una niña pequeña, quien tran ponto como me vio me saludó con un gesto de la mano. Yo le devolví el gesto y le lancé también una sonrisa. Los niños vietnamitas siempre me hacen el día cuando me saludan así de la nada. Estas cosas en Tailandia no pasaban.
Cerca de las 12:00 pasé por un local llamado Bánh mì Pate Cột Đèn Hải Phòng, que al parecer es una cadena que hace uno de los mejores bánh mì de Hanói. Me pedí un bánh mì patê (₫20k; ~0,6€) para llevar, así lo podía comer mientras continuaba con mi paseo. Estuvo espectacular.

Empecé a caminar en dirección de Lotte Center, dado que Linh me dijo que allí era adonde irían después de jugar al fútbol gaélico. Linh dejó a sus tres hijas en Lotte y me pasó a buscar a mí con la moto, cuando yo ya estaba a 30 minutos de llegar a pie.
Resulta que en Lotte había una feria de educación canadiense (Canadian Education Fall Fair 2025), donde varias universidades y colegios canadienses venían a ofrecer información y becas para los estudiantes vietnamitas que estuviesen interesados.


Mientras mamá hablaba con los representantes de algunas de las universidades, sus hijas hacían esto:

Con personas como Phuc que se la pasan en TikTok y otras redes sociales, a veces me pregunto cómo habrían sido si las redes sociales nunca hubiesen existido. Es decir, por ejemplo, si TikTok & Co. no existieran, ¿qué habrían hecho las tres hermanas en la feria? ¿En qué ocuparía su tiempo libre Phuc? ¿Qué tan distinta sería su personalidad?
A las 14:00 nos fuimos de la feria y nos pasamos a Lotte Mart. Almorzamos ahí en el espacio con mesas que había dentro del supermercado.
Ya te he contado que los supermecados vietnamitas me parecen genial y muy superiores a los tailandeses, pero eso era antes de descubrir —o recordar— que en Lotte Mart hay una cantidad ridícula de stands ofreciéndote muestras gratis de comida y bebida.
Tan pronto como terminaron de comer, las tres hermanas se levantaron de la mesa y fueron a dar una vuelta por el supermercado para obtener algunas de las cosas que estaban regalando. Al rato aparecieron de vuelta con yogures en la mano, los cuales tomamos todos de postre.

Casi todos los pasillos tenían al menos un stand como este. Cuando fuimos estaban ofreciendo muestras gratis de yogur, queso, leche, café, salsa de soja, salsa de pescado, entre otras cosas.
Me dijo Linh que a la hora en que fuimos nosotros todavía no había mucha gente, pero más tarde —sobre todos los fines de semana— el supermercado siempre se llena de niños haciendo lo mismo que las hermanas estaban haciendo: paseándose por todas las góndolas y sacando provecho de las muestras gratis.
A las 15:00 nos fuimos de Lotte.
Phuc se volvió a su casa sola en autobús. Diễm y Suong fueron en la moto con Linh mientras que yo preferí caminar, dado que el siguiente sitio estaba a menos de media hora a pie.
A las 15:30 llegamos todos a la Ciudad imperial de Thang Long. No íbamos para visitar esta atracción turística sino para asistir a un evento que tendría lugar aquí: el Festival de las Culturas del Mundo.
Diễm y Suong entraron al predio conmigo mientras que mamá se fue a buscar un lugar donde aparcar la moto.

Había muchísima gente. Yo intentaba seguir de cerca a las dos niñas y no perderlas de vista, pero a veces era complicado entre tanta muchedumbre. Así que en un momento les dije de establecer un punto de reencuentro por si nos llegábamos a separar.
Cuando apareció Linh nos habíamos separado. Nos reencontramos con sus hijas cerca del punto de encuentro que habíamos establecido.
En el festival había principalmente tres cosas:
- Puestos de cada país participante ofreciendo información y actividades culturales.
- Puestos de cada país participante vendiendo comida y bebida propias del país.
- Escenario donde pasaban a bailar danzas tradicionales con vestidos tradicionales.


Me decepcionó no ver un puesto de Argentina, sobre todo uno de comida, porque de haber sido el caso seguro que habrían vendido empanadas y churros de dulce de leche, y podría haber comprado para hacerles probar a Linh y a sus hijas.







A las 17:30 nos sentamos frente al escenario para ver los bailes y actuaciones.



A las 19:30 nos pasamos a otro escenario, donde a las 20:00 arrancaría otro show. Si bien había una parte alejada desde donde el público general podía ver el show estando parado, todos los asientos y las mesas frente a este escenario estaban reservados para personas con invitación especial.
Los invitados eran los embajadores de cada país participante, los que trabajaban en las embajadas y los que trabajaban en las empresas que patrocinaban el evento. Una amiga de Linh trabajaba en una embajada, así que nosotros teníamos una invitación y pudimos obtener acceso al sector exclusivo.

El internet casi que no funcionaba ni en mi teléfono ni en el de Linh, no solo en esta parte sino en todo el predio. Linh pensaba que esto se debía a que había mucha gente presente y eso causaba que la señal no llegase bien. Yo estoy casi 100 % seguro de que ese no era problema sino el hecho de que los organizadores del evento estaban bloqueando intencionalmente la señal mediante inhibidores de frecuencias.
Aprovechando que faltaban todavía unos minutos para el comienzo del espectáculo, le dije a Linh que iría a la parte donde estaban los puestos de comida para comprar algo. Ya sabía exactamente lo que quería comprar ya que lo había visto antes: tequeños, en el puesto de Venezuela. Vendían 10 unidades por ₫150k (~5€), lo cual habría sido un buen precio si los tequeños hubiesen tenido el tamaño original grande, pero eran tequeños pequeños. Lo bueno es que les pude hacer probar a Linh y a las niñas.

Se trataba de un show de moda, con lo cual si bien hubo algunos bailes al principio, la mayor parte fue desfile centrado en los vestidos tradicionales que llevaban de cada país.









Viendo estas fotos de los vestidos, ¿qué patrón puedes observar? Te diré el que observé yo: ninguno de los vestidos deja ver prácticamente nada de piel. Siento que en Europa mostrarían seguido piernas y escote, pero aquí no vi ni una de todas las que pasaron mostrando nada más que brazos.
A las 22:00 terminó el show y arrancó la subasta benéfica. Es que durante las últimas semanas en Vietnam hubo mucha gente seriamente afectada por las inundaciones y deslizamientos de tierra que ocurrieron a causa de los tifones y tormentas recientes. Entonces los organizadores subastaron algunos vestidos y otros elementos de valor como joyas y pinturas. Dijeron que todas las ganancias se utilizarían para ayudar a los damnificados.
La subasta comenzó con un vestido, con un precio de salida de 20 millones de dong (~650€). Se terminó vendiendo a 350 millones (~11500€). Luego se vendió un sombrero por 50 millones, y todos los demás ítems se vendieron juntos por 350 millones.
Cuando pensamos que por fin ya había terminado todo, trajeron al escenario unas joyas y un cuadro con una pintura gigante para seguir con la subasta. Ahí fue cuando decidimos ya irnos porque era tarde y estábamos cansados de haber estado tanto tiempo sentados.
A eso de las 23:00 recogimos la moto de donde la había dejado aparcada Linh, pasamos primero por mi hotel para dejarme a mí, y ellas se fueron a su casa.
El domingo cogí la bici a las 11:30 y al mediodía llegué a lo de Linh. No había nadie todavía en la casa, así que dejé la bici ahí y caminé un par de cuadras hasta FujiMart para comprarme un tentempié.

A las 13:00 volví a lo de Linh, que me había dicho que ya estaba allí. Almorzamos.
A las 15:00 salimos con la moto. Éramos solo Linh, Suong y yo; las otras dos hermanas se quedaron en casa.
Pasamos primero por la oficina de autobuses Quang Nghị para reservar el autobús que me llevaría el día siguiente al norte de Vietnam. Me costó ₫450k (~15€).
Linh hizo algo que me pareció muy astuto de su parte: le dijo al vendedor que ella era mi guía turista para que le dieran una comisión por haberme traído a la oficina. Le dieron ₫50k, los cuales me los dio a mí diciéndome «te conseguí un descuento».
A eso de las 16:30 llegamos a la Ciudad imperial de Thang Long, para el segundo día del Festival de las Culturas del Mundo. Estaban los mismos puestos de comida y actividades culturales que durante la jornada anterior.

En el puesto de los Emiratos Árabes Unidos estaban haciendo tatuajes de henna gratis, así que Suong aprovechó para hacerse uno (el día anterior ya se había hecho también en la otra mano). Había una fila larga de gente queriendo hacerse también.
La alheña, arjeña, jena, gena o henna […] es un tinte natural de color rojizo y que además se usa en una técnica de coloración de la piel llamada mehndi. Se hace con la hoja seca y el pecíolo triturado de la planta de Lawsonia […]. Este tinte obtenido es de uso común en India, Pakistán, Irán, Yemen, Oriente Medio y África del Norte.
El término «tatuaje de henna» es figurativo, ya que los verdaderos tatuajes se realizan con agujas u otros utensilios que inyectan tinta o pigmentos debajo de la epidermis, a diferencia de la aplicación de pasta de henna, que son pigmentos que descansan sobre la superficie de la piel.
Wikipedia

De ahí nos fuimos a sentar frente al escenario para ver las actuaciones. Llegamos a ver una sola porque justo terminó. Pero cuando dejaron el escenario libre apareció otra cosa linda de ver —al menos para mí—: decenas de niños subiéndose al escenario para jugar, corretear y saltar.

A las 18:00 nos levantamos de las sillas y nos fuimos a dar una vuelta más por los diferentes puestos. Varios de ellos ya estaban cerrados o cerrando. El del Reino Unido tenía dibujos que habían hecho niños. Parecía ya estar cerrado pero Linh preguntó si Suong podía dibujar y le dijeron que sí.


A las 19:00 fuimos a los aseos y cuando salimos pasamos por la Cột cờ Hà Nội (Torre de la bandera de Hanói).


A las 19:30 nos fuimos a sentar en el sector exclusivo de vuelta, dado que a las 20:00 arrancaría un nuevo show.


Este show no era de moda como el de la jornada anterior. No hubo ningún desfile sino que fue todo baile y actuaciones. Y lo mejor de todo: hubo niños en el escenario esta vez, cosa que el sábado no había habido. Ah, y también una cantante famosa, llamas de fuego y fuegos artificiales.










En un momento Kalaya me llamó desde Tailandia. Le llegué a mostrar un poco del show por la videollamada hasta que se cortó a causa de los inhibidores de frecuencias.
A las 21:30 terminó todo. Por suerte esta vez terminó más temprano porque el sábado se habían extendido demasiado.
Cogimos la moto y fuimos a cenar a una pizzería llamada Pepperonis. Pedimos una pizza grande, la cual pagué yo y me costó 227k (~7,5€). No la llegamos a terminar; sobraron dos porciones, las cuales pedí para llevar.

A las 23:00 Linh me dejó en el hotel. Nos despedimos con un abrazo, dado que ya no nos volveríamos a ver por un tiempo.
Ame,
Kato
Muy colorido el Evento! Y muy astuta Linh!