Nuevo país, ciudad, idioma, cultura, divisa, enchufe, etc.: London, baby!

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Kara Ema:

¡Estoy en Londres! La ciudad de Harry Potter, Narnia, Sherlock Holmes, James Bond y Doctor Who; tierras de la Corona Británica, la reina Isabel II y la Monarquía en la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth).

Me voy a quedar aquí todo el mes de diciembre, así que tendré tiempo de sobra para descubrir esta maravillosa urbe (y a lo mejor incluso también algunos sitios aledaños) muy tranquila y relajadamente.

Ayer fue mi primer día entero aquí, pero no hice nada interesante dado que por orden del Gobierno del Reino Unido, todos los recién llegados al país deben permanecer aislados hasta tanto no se hayan realizado un PCR y el mismo diera negativo. Así que para lo único que salí ayer fue para ir a hacerme el test y para el supermercado a comprarme comida.

Hoy sí he estado recorriendo, pero eso tendrá que esperar a la próxima entrada. Antes quería contarte algunas diferencias que he estado observando en esta ciudad respecto de las otras que he conocido. Sabes que cada vez que llego a una nueva ciudad siempre me gusta hablarte sobre mis primeras impresiones, así que aquí van las de Londres, en base a las notas que he estado tomando desde que llegué el martes:

  • En Londres anochece súper temprano, sobre todo en estas épocas del año. Hoy, por ejemplo, la puesta de sol fue a las 15:53, mientras que el amanecer fue a las 7:45. Es decir, los londinenses gozan de apenas ocho horas diarias de sol. Y eso cuando no está escondido detrás de las nubes, lo que me lleva a mi próximo punto.
  • El estereotípico comentario de que Londres (y el Reino Unido en general) tiene tiempo horrible todo el tiempo no podría ser más cierto. Ayer estuvo todo el día tempestuoso, con lluvias esporádicas, un siniestro cielo gris y ni rastro de ningún astro. Y según veo en el pronóstico extendido va a seguir nublado y lluvioso todos los próximos días. Salvo hoy. Hoy por suerte estuvo lindo y hubo sol. Aunque hizo bastante frío.
  • El huso horario que se está empleando actualmente en Londres —cambia según la época del año— es el UTC±00:00, es decir, el tiempo medio de Greenwich (GMT), correspondiente al primer meridiano o meridiano de Greenwich (longitud 0º), que pasa por el observatorio astronómico situado en el distrito londinense de Greenwich; de ahí su nombre.
  • El acento londinense (y británico en general) es lo más. Bueno, casi todos los acentos anglosajones tienen su cierto encanto para mí, salvo el estadounidense y el canadiense: el escocés, el irlandés, el neozelandés y el australiano. La jerga británica también es de lo más jacarandosa, como quienes la hablan.
  • A diferencia de la gran mayoría de países, en el Reino Unido se conduce por la izquierda. Esto hizo que tuviera que reajustar varios circuitos en mi mente, dado que instintivamente estoy acostumbrado a caminar siempre por la derecha en cualquier lado por donde vaya, ya sea una acera de la calle, un pasillo de un centro comercial, unas escaleras de una estación de metro, etc. Pero claro, como los británicos conducen por la izquierda, el tránsito peatonal también debe ir por la izquierda. En algunos lugares esto lo indican con carteles que ponen «Keep Left» («manténgase a la izquierda») o flechas dibujadas en el piso que marcan el sentido correcto.
  • El Metro de Londres (el famoso London Underground, o como se le llama informalmente aquí: the Tube) funciona fenomenal. Cuenta de once líneas que conectan la totalidad de la zona administrativa del Gran Londres, permitiéndote desplazarte muy fácilmente por la ciudad. Lo genial es que puedo usar mi iPhone para pagar y pasar por las barreras automáticas, sin necesidad de tener la tarjeta Oyster ni ninguna otra. Simplemente acerco mi móvil al lector (sin desbloquearlo ni nada) e instantáneamente la puerta se abre y me deja pasar. Súper práctico.
  • Hablando de medios de transporte típicos de Londres: también me crucé con los clásicos buses rojos y los taxis negros. Los autobuses se llaman «New Routemaster» y son todos rojos, híbridos y de dos pisos. A los taxis se les conoce por varios nombres (Hackney, cab, hack), tienen un diseño muy distintivo y en general suelen ser completamente negros.
  • La clavija de los enchufes eléctricos usados en el Reino Unido tiene una forma diferente a la usada en el resto de Europa. Cuando estuve en Italia, Francia y España me encontraba siempre con tomacorrientes de tipo C, mientras que en el Reino Unido se usan los de tipo G. Menos mal que me traje conmigo mi súper adaptador universal, que es como un cubo del cual salen y entran un montón de clavijas de diferentes tipos y formas, entonces puedes elegir cuál usar según el país en que te encuentres.
  • La divisa también es distinta aquí. En vez de usar el euro (€; EUR) como en la mayor parte de europa, los británicos tienen su propia moneda, la libra esterlina (£; GBP). Menos mal que mi tarjeta soporta múltiples divisas y me permite tener dinero tanto en euros como en libras y usar uno o el otro según la divisa en que se encuentre lo que esté comprando. De momento me estoy manejando así, siempre con la tarjeta y evitando a toda costa el efectivo; total aquí en todos lados aceptan tarjeta (de hecho en ocasiones es el único medio de pago posible).
  • Los supermercados aquí —y en otras ciudades de Europa en que estuve; pienso que es algo que se está dando en casi todas las poblaciones más desarrolladas— suelen tener apenas una o a lo sumo dos cajas con cajeros humanos; todas las demás son cajas autoservicio, para que tú vayas y hagas todo el proceso de escanear cada artículo, realizar el pago, y meter todo en bolsas.
  • En Londres (o al menos en el barrio donde estoy viviendo yo) parece ser que es común que la gente habite en una comunidad residencial. Es decir, un conjunto de apartamentos en un mismo edificio, pero no una torre de varios pisos con ascensores; un edificio de no más de dos pisos con muchos apartamentos por cada piso, con escaleras y sin ascensor, sin guardia de seguridad ni portero ni puerta: cualquiera puede entrar al complejo y llegar hasta la puerta de tu apartamento. Estas comunidades residenciales suelen tener un nombre seguido por la palabra «Court», y así es como se las identifica en las direcciones postales también: tu domicilio pasa a ser el número de tu apartamento, seguido por el nombre de tu comunidad, seguido por la calle, y finalmente el código postal y el nombre de la ciudad.
  • ¿Viste esos botones que a veces aparecen en algunas intersecciones de algunas ciudades para que tú los presiones para indicar tu intención de cruzar, para que el semáforo de vehículos cambie oportunamente a rojo y el de peatones a verde? Bueno, en Londres los ves en todas y cada una de las intersecciones semaforizadas. Lo cual es interesante para los conductores porque significa que nunca van a tener que parar en vano (si el semáforo se pone en rojo es porque hay un peatón que solicitó cruzar). Para los peatones, en cambio, no sé si está tan bueno, porque implica tener que andar tocando botones a cada rato, lo cual no sería de lo más higiénico que digamos, máxime en épocas de pandemia como las que transcurren.
  • Diría que alrededor de un tercio de la gente que he visto caminando por las calles de Londres lo hace con la mascarilla colocada. En el transporte público se supone que es obligatoria, aunque ya he visto a un par que no la llevaban puesta. En interiores de comercios y otros lugares públicos también es obligatoria usarla. Lo que no veo es que estén pidiendo ningún tipo de «pasaporte sanitario» (i.e. certificado de vacunación o de prueba negativa reciente) como me pedían a cada rato en Francia y en Italia.
  • Lo que no me gusta de Londres y del Reino Unido es que su gobierno ha decidido hacer gran hincapié en la seguridad llevándola a niveles extremos, derivando en un fuerte compromiso y pérdida de la privacidad individual y personal de los ciudadanos. Utilizan métodos orwellianos de vigilancia masiva, como la interceptación de las comunicaciones electrónicas, la instalación de cámaras de vigilancia en cada rincón de la ciudad, la potestad de saber qué sitios web visita cada persona, y demás. Leí por ahí que un londinense promedio es capturado por cámaras de videovigilancia CCTV unas 300 veces por día. Hay alrededor de 700 mil cámaras de este tipo distribuidas por toda la ciudad. No puedes hacer una cuadra sin ver una cámara y un cartel advirtiéndote sobre que estás siendo grabado. Te sientes como si estuvieras en un Gran Hermano versión urbana, lo cual no es para nada agradable.
  • Así como en Italia veía todo el tiempo gente tomando helado en la calle, aquí me cruzo a cada rato con gente llevando un vaso de café en la mano, y a veces algo de comer en la otra, como un sándwich.
  • Desde mediados del siglo pasado que se está intentando metricalizar al Reino Unido, pero aún hay ciertas cosas que se siguen midiendo con el sistema imperial en lugar del métrico. Por ejemplo, las distancias de carretera se miden en millas y las velocidades en millas por hora.
  • No he visto mucha ropa colgada de tendederos fuera de las casas de los londinenses, como sí veía todo el tiempo en Francia, Italia y España. Tiene sentido, considerando que aquí con suerte llegas a tener unos minutos de sol por día mientras que en esos otros países los rayos UV no se echan nunca en falta. En el lugar donde estoy quedando hay una máquina secadora, así que es probable que sea así como secan la ropa normalmente aquí. O bien tendrán tendederos dentro de sus casas, colgados arriba de radiadores.

Ame,
Kato