ArcelorMittal Orbit y Carols at the Hall

Kara Ema:

Hoy —viernes 24, víspera de Navidad— a las 10:30 me fui para el Queen Elizabeth Olympic Park.

El Parque Olímpico Reina Isabel en Londres, Inglaterra, es un complejo deportivo construido para los Juegos Olímpicos de 2012 y los Juegos Paralímpicos del mismo año, ubicado al este de la ciudad junto al sector de desarrollo denominado Stratford City. Contiene la Villa Olímpica y varias de las sedes deportivas incluyendo el Estadio Olímpico y el Centro Acuático. El parque podrá ser observado desde el ArcelorMittal Orbit, una torre de observación y la pieza de arte público más grande de Gran Bretaña. […]

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Cuando llegué al parque me dirigí directo hacia el ArcelorMittal Orbit, dado que había sacado entradas para las 11:00. En el camino pasé por enfrente del London Stadium, el estadio olímpico, y del London Aquatics Centre, el centro acuático.

La ArcelorMittal Orbit es una torre de observación de 114,5 metros de altura situada en el Parque Olímpico Reina Isabel. […] la estructura incorpora el tobogán túnel más alto y largo del mundo (178 metros), diseñado por Carsten Höller. El tobogán incluye secciones transparentes para dar una «perspectiva diferente» de la torre.

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Sí: me tiré del tobogán más alto y largo del mundo, y fueron unos cuarenta segundos de bajada sensacionales.

De ahí me fui al centro comercial Westfield, que queda al lado del parque. Quedé rotundamente patidifuso por la magnitud trascendental de este lugar. Según Wikipedia, tiene una superficie total de 177 000 m² y es uno de los mayores centros comerciales urbanos de todo Europa.

Como ya eran las 14:00 y aprovechando que estaba en un centro comercial, decidí buscar el patio de comidad para ir a almorzar algo ahí. En cuanto vi que había un TGI Fridays supe que mi destino era comer ahí, sobre todo porque hoy era, efectivamente, viernes.

Tan pronto como saqué esa foto de la comida, me acordé de que a las 15:00 tenía un evento en el Royal Albert Hall, que quedaba a unos quince kilómetros de donde estaba. Así que me comí las patatas lo más rápido que pude, pedí que la hamburguesa me la envolvieran para llevar, pagué y salí echando hostias a coger el metro de regreso al centro de Londres.

A las 15:01 estaba entrando en la sala de conciertos, tras una buena corrida a través de los jardines de Kensington (la invasión rusa del jardín italiano al parecer ya se terminó, y todos los carteles han vuelto a estar escritos en inglés).

Fui a ver Carols at the Hall, un concierto de villancicos navideños. Hermoso todo: tanto el concierto como la sala—una verdadera y absoluta maravilla. Chapeau para el coro y la orquesta que han estado estupéndamente fantásticos.

Ame,
Kato