Día 3 en Buenos Aires: Torre Monumental y 9 de Julio

Kara Ema:

Apuesto a que no esperabas ver más entradas en este diario por un tiempo. Pues yo tampoco. Mucho menos una de turismo por Buenos Aires. No vine aquí en plan turista, y no pretendo serlo, pero hoy he tenido que ir al centro de la ciudad y he pasado por un par de sitios que me han llamado la atención, así que quería contarte un poco de ellos. Y luego también tenía ganas de armar una tabla comparativa de las pequeñas diferencias que ya estoy sufriendo notando tras haber vuelto.


Lo primero que noté de peculiar al llegar hoy al centro con el tren, fue una gran torre ubicada justo enfrente de la estación ferroviaria de Retiro, llamada la Torre Monumental. En cuanto la vi y leí el lema de la monarquía británica tallado en ella —«Dieu et mon droit»—, por un segundo sentí que estaba todavía en Londres y mi viaje a la Argentina no había sido más que un sueño.

Torre Monumental
Detalle de la talladura del escudo de armas del Reino Unido, en uno de los laterales de la Torre Monumental.

Tanto el reloj cerca de la cúspide como el escudo de armas me daban la clara pauta de que esta torre había sido construida por británicos. Y efectivamente, así fue:

La Torre Monumental (también llamada popularmente Torre de los Ingleses) es un monumento situado en el barrio de Retiro, en Buenos Aires. Situada en la plaza Fuerza Aérea Argentina (antigua plaza Británica) junto a la calle San Martín y la avenida del Libertador. Fue construida por residentes británicos en la ciudad para conmemorar el centenario de la Revolución de Mayo.

[…] Sobre la puerta de entrada se encuentran los escudos de Argentina y el Reino Unido, y una frase que dice «Al gran pueblo argentino, los residentes británicos, salud. 25 de mayo 1810-1910».

Wikipedia

Esta torre es un símbolo y vestigio de épocas muy distintas a la actual. Tiempos dorados en que la Argentina se jactaba de ser un país próspero y no pobre, en que entre este país y el Reino Unido existía amistad y no hostilidad. Una verdadera lástima la dirección cuesta abajo que ha tomado esta República desde ese período de apogeo. Según Wikipedia, en la época en que fue construida esta torre (1916), la Argentina era uno de los diez Estados más ricos del mundo.

La segunda cosa que me impactó al verla hoy fue la 9 de Julio. Me había olvidado de lo increíblemente ancha que es esta avenida, con sus espectaculares 140 metros y 22 carriles (contando las calles colectoras a ambos lados de la gran vía). Con lo ancha que es resulta imposible atravesarla entera sin que te cambie el semáforo en el medio al menos una vez.

La avenida 9 de Julio es una de las arterias principales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, capital de la República Argentina. Recorre alrededor de tres kilómetros en pleno centro de la ciudad, comunicando los nudos de transporte y las principales terminales ferroviarias en el barrio de Retiro y en Plaza Constitución.

Es particularmente conocida porque en el punto medio de su recorrido se encuentra el Obelisco, en el cruce con la Avenida Corrientes. También por ser considerada como la avenida más ancha del mundo, de 140 metros. Es utilizada con frecuencia para grandes eventos artísticos, deportivos, culturales y políticos.

Wikipedia

Ha sido una grata experiencia (re)descubrir algunos de los atractivos de mi ciudad natal, los cuales he venido dando por sentado durante tantos años mientras he estado viviendo aquí.


Ahora que tengo la experiencia de haber vivido tanto dentro como fuera de Argentina, estoy en condiciones de realizar ciertas observaciones y comparaciones, lo cual me llevó a confeccionar la siguiente tabla comparativa:

En EuropaEn Argentina
Puedes usar el móvil o reloj inteligente para pagar todo. Hacía meses que no tocaba una tarjeta porque todos los pagos los hacía con mi móvil.No solo los pagos se hacen con la tarjeta física, sino que en muchos lugares tienes que entregarle tu tarjeta al cajero, y a veces hasta tu DNI (documento de identidad).
Puedes usar un bus (al menos los de Londres) sin necesidad de hablar en ningún momento con el conductor ni con nadie. Acercas tu tarjeta de débito (o tu móvil) al lector y listo, ya puedes ir a sentarte.Estás obligado a decirle al conductor del bus hasta donde vas, dado que el precio no es fijo sino que varía según la longitud de trayecto que hagas. También estás obligado a contar con una tarjeta de transporte especial para poder hacer el pago, llamada SUBE.
Puedes ir a hacer compras al supermercado sin necesidad de hablar en ningún momento con el cajero ni con nadie. Simplemente utilizas las cajas autoservicio (o en Amazon Fresh, te diriges directo hacia la salida).Si bien hay algunos supermercados que tienen cajas autoservicio, casi nadie las usa y a veces ni siquiera están en funcionamiento, con lo cual estás casi siempre obligado a pasar por el cajero humano.
Tienes aplicaciones como TooGoodToGo que te permiten ahorrar en comida, probar cosas nuevas y reducir el deshecho y malgasto de los alimentos.No existe este tipo de aplicaciones.
Tienes aplicaciones como Citymapper que te ayudan a planificar tus viajes en transporte público, avisándote de todo tipo de cosas como a qué hora exacta va a pasar el próximo tren, las líneas y estaciones temporalmente suspendidas, y demás.Citymapper no está disponible en Argentina.
Tienes bebederos y baños públicos a disposición por toda la ciudad.No hay esta clase de cosas. O si las hay, están solamente en el centro y en cantidades escasas.
Las calles están colmadas de toda clase de arte público y monumentos grandiosos, algunos con cientos de años de antigüedad.Hay algunos momentos interesantes (sobre todo en el centro), pero no demasiados, y definitivamente ninguno hecho en oro o algún otro material valioso porque no sobreviviría la primera noche.
Muchas de las ciudades europeas están rodeadas de montañas, playas, bosques y parajes naturales. Estos sitios suelen tener caminos específicamente demarcados para practicar senderismo.Buenos Aires no tiene ninguna de estas cosas cerca. Tampoco cuenta con rutas de senderismo.
En los núcleos urbanos europeos, es difícil hacer más de cinco cuadras sin toparte con un parque o una plaza. Estos sitios suelen tener toda clase de facilidades públicas como espacios de recreación, campos de deporte y juegos para niños.En algunos barrios puedes estar caminando un buen rato hasta dar finalmente con un parque o una plaza.
En los supermercados, hay una enorme variedad de productos (tanto locales como importados de otros países), y los precios tienden a mantenerse constantes por períodos de tiempo prolongados.La variedad de productos es muy pobre, los productos importados cada vez se consiguen menos (e.g. hoy fui a un supermercado donde recuerdo que solían tener Pringles y Häagen-Dazs, y parece que no los venden más ahora), y los precios cambian todos los meses.

Podría seguir, pero creo que con estos diez puntos ya alcanza para que te des una idea de por qué realmente escogí irme a vivir afuera. Cada una de estas cosas por sí misma es una nimiedad, un detalle casi sin relevancia, que no te va a cambiar la vida ni hacerte querer mudarte de país. Pero en su conjunto, y sumadas a otros asuntos no tan triviales y a problemas perennes de este país tales como la corrupción, la inseguridad, la devaluación de la moneda, la inflación, y demás, ahí ya estamos hablando de una clara y radical diferencia en la calidad de vida de una persona.

Yo no me caso con nadie: ni con una religión, ni con un prócer, ni con una Nación, ni con una mujer. Soy taxativamente antipatriotismo—soy ciudadano del mundo, ni más ni menos.

[El antipatriotismo] sostiene que ningún individuo está atado obligatoriamente a su país de origen y que ningún individuo es superior o inferior por su lugar de origen, generalmente proviene de una perspectiva cosmopolita (ciudadanía del mundo) y asociación voluntaria (asociación libre). Los partidarios de estas ideas, llamados «antipatriotas», aseguran que el concepto de patria es contrario al desarrollo humano y que solo sirve para dividir a las personas y enfrentarlas en entidades que no provienen de la libre elección. Según ellos, sin las nociones territoriales como algo relevante para la organización política, se da preferencia a la organización política basada en la asociación y se favorece el respeto mutuo entre individuos.

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Considero que el sentido de la vida es intentar maximizar el bienestar propio durante el efímero tiempo en que uno está de visita por este mundo. El ser humano es egoísta por naturaleza—eso es una realidad. Todos tenemos la misma misión: la búsqueda de la felicidad. Todos aspiramos a ese ideal hedonista del placer máximo y el dolor mínimo. Y eso es lo que pretendo hacer con este viaje: salir a buscar el sitio en este mundo que me pueda brindar la mayor felicidad, comodidad y sentido de pertenencia. No sé aún cuál pueda llegar a ser, pero si una certeza tengo es que la Argentina seguro que no es.

Ame,
Kato