Kara Ema:
El martes resumí uno de mis pasatiempos favoritos: descubrir ciudades japonesas. Sacando la isla de Okinawa, había una sola ciudad importante de la región de Kyūshū que me quedaba por conocer.
Lo gracioso es que esta ciudad, llamada Kitakyūshū, es la segunda más grande de toda la región después de Fukuoka, y queda relativamente cerca de donde vivo (mucho más que todas las otras ciudades que he visitado antes), y sin embargo por alguna razón tardé todo este tiempo en ir a descubrirla.
Kitakyushu (北九州市 ‘Kitakyūshū-shi’, literalmente «Kyūshū Norte») es una ciudad localizada en la prefectura de Fukuoka, en la isla de Kyushu, Japón.
Posee una población de casi un millón de habitantes. Junto con la ciudad de Shimonoseki en la isla de Honshu, conforma la mayor parte del área del estrecho de Kanmon. Desde la estación Kokura se llega por shinkansen en 20 minutos a la ciudad más grande de la prefectura, la ciudad de Fukuoka.
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A las 11:00 me tomé un Shinkansen desde Hakata hasta Kokura, el centro administrativo de Kitakyūshū. El viaje duró unos 15 minutos durante los cuales el tren atravesó 60 kilómetros, es decir que fue a una velocidad media de 240 kilómetros por hora.
Lo primero interesante que me encontré no bien salí de la estación fue esta estatua:

Kokura Gion Daiko es un festival que se celebra en el distrito de Kokura Kita, ciudad de Kitakyushu, prefectura de Fukuoka. Se trata de un festival anual del santuario de Yasaka, situado en el castillo de Kokura, que cuenta con una historia de 400 años que se remonta al periodo Edo. […]
Kokura Gion Daiko es un festival de «taiko gion» en el que la actuación principal corre a cargo de tambores taiko […]. Los tambores se colocan en carrozas y se pasean mientras se golpean […]. El sonido de los tambores suscita deseos de paz, seguridad nacional, prosperidad en los negocios y seguridad familiar […].
No existe prohibición alguna para las mujeres, algo habitual en los festivales de todo el país. Las mujeres pueden tirar de las carrozas y tocar los tambores sin problemas.
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Mi primera parada fue en un Starbucks cerca de la estación, donde me pedí un Frappuccino de Butter Caramel Mille Feuille (un gusto nuevo que sacaron solo por esta temporada) y para comer una tarta de chocolate con nueces y caramelo (sí, soy un gordo adicto al caramelo, ¡y con orgullo!).

De ahí me fui caminando hasta mi siguiente parada: el museo de Toto. En el camino me crucé con un llamativo puente, conocido como el Puente del Sol.

El puente del Medio [中の橋; Naka no hashi] es uno de los puentes sobre el río Murasaki […] que atraviesa la ciudad de Kitakyushu, prefectura de Fukuoka, Japón, terminado en mayo de 1992. Comúnmente conocido como el Puente del Sol.
[…]
Los siete objetos con forma humana y cabeza cilíndrica están diseñados para que a determinadas horas del día, en torno a los equinoccios de otoño y primavera, la luz del sol proyecte sombras con la forma de las flores, los tallos y las hojas del girasol (la flor de la ciudad de Kitakyushu). Por la forma de sus cabezas, han recibido el nombre de «extraterrestre macarrón», «muñeca penne» o «cabeza chikuwa».
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Al parecer todos los puentes que atraviesan este río en Kokura tienen apodos y diseños particulares, tales como Puente del Fuego, Puente del Viento, Puente del Mar, etc. El Puente del Fuego, por ejemplo, tiene un diseño con antorchas de fuego. Lamentablemente solo me estoy enterando de estoy ahora que estoy de vuelta en Fukuoka, si no los podría haber coleccionado.
A las 12:40 llegué al museo de Toto.
Toto (TOTO株式会社 Tōtō Kabushiki-gaisha) es una empresa japonesa, el fabricante de inodoros más grande del mundo. Fue fundada en 1917 y es conocida por desarrollar el Washlet y sus productos derivados. La compañía tiene su sede en Kitakyushu, Japón, y posee instalaciones de producción en nueve países. El nombre «Toto» es una abreviatura de las dos palabras japonesas que forman su nombre completo, Tōyō Tōki (東洋陶器 Cerámicas Orientales).
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Toto son los inventores del mejor invento del mundo—el Washlet:
Washlet (ウォシュレット Woshuretto) es una marca registrada de la compañía de lavabos japonesa TOTO, utilizada para su línea de asientos de inodoros limpiadores con característica de espray de agua para aseo genital y anal. El washlet es un bidé electrónico de uso generalizado en los lavabos de Japón. Lanzado en junio de 1980, se han vendido un total de más de 30 millones de washlets hasta enero de 2011. Logrando una cuota de mercado significativa, washlet se ha convertido en una marca genérica, ya que productos de otros fabricantes de lavabos como LIXIL (“lavabo de ducha”) se conocen también coloquialmente como washlets. También se conocen como smart toilets, inodoros japoneses o WCs inteligentes.
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Una cosa que no dicen estos párrafos que cité de Wikipedia, pero que es importante destacar es que Toto no solo hace inodoros sino también lavabos, duchas, baños y cocinas. Básicamente todo lo que tenga que ver con fontanería.
Otra observación destacable es el hecho de que en Japón tienen prácticamente el 100% de la cuota de mercado, o al menos esa es la impresión que tengo yo. Cada vez que voy a un baño público o el de una casa, veo el logo de TOTO inscrito sobre la cerámica de los urinales, los inodoros, los lavabos, etc. En mi vida diaria veo más el logo de TOTO que el de McDonald’s o el de Starbucks, y eso es decir bastante.
El edificio del museo de Toto tenía dos pisos: un showroom en el primer piso y las exposiciones del museo en el segundo. En el showroom vi un montón de diferentes tipos de inodoro, grifos, cocinas y demás. El Washlet más caro que llegué a ver fue este:

Por suerte no hace falta hipotecar tu casa para tener un Washlet dado que no todos salen tan caros como este modelo tope de gama. Había algunos mucho más baratos y accesibles también, en el rango de 1000-2000 dólares. La verdad que ese precio para algo que vas a usar todos los días de tu vida por muchos años no me parece nada mal, considerando todas las funcionalidades que estos bichos tienen.
Los aseos en las casas japonesas normalmente se dividen en tres habitaciones separadas: el WC donde está el inodoro, el lavabo donde te lavas las manos, y el cuarto de baño donde te duchas y te bañas (en ese orden).




En los baños de una casa la mecánica es la misma que en los onsen (baños públicos), es decir: primero te enjabonas y te enjuagas sentado en la banqueta, y una vez que estás limpio entras en la bañera para relajarte. Si vives con otras personas, es común compartir el momento de estar en la bañera como una actividad social. No importa que esas otras personas sean tus amigos, tu esposa o tus hijos.
Es muy común aquí que los niños se bañen con sus padres, hasta la edad en que empiezan a sentirse avergonzados de su cuerpo desnudo, que normalmente suele ser al principio de la pubertad (~10-12 años). Aunque también he leído que hay muchos japoneses que se siguen bañando con sus padres mismo durante y después de la pubertad, hasta que son adultos.


Luego me fui a ver el segundo piso, donde había tres grandes salas con exposiciones permanentes.

En aquella época, cuando Toto lanzó por primera vez al mercado el revolucionario Washlet, los japoneses no tenían la tradición de lavarse el trasero con un espray de agua caliente. Así que Toto lanzó una serie de peculiares campañas publicitarias para convencer a la gente de que necesitaban tener un Washlet en su casa. Una de ellas fue este anuncio de televisión, que me mata de la risa cada vez que lo veo:
Traducción de lo que dice la mujer:
Si te ensucias las manos te las lavas, ¿cierto?
Publicidad clásica de Toto Washlet
Nadie se limpia con papel así, ¿verdad?
¿Por qué será? No se puede quitar con papel.
Lo mismo pasa con el trasero.
Incluso el trasero debe lavarse.
Vamos, que es oro puro ese comercial, al igual que el producto que está comercializando.
Y hablando de cosas que son oro puro…

¡Sí, esto es real! La empresa japonesa de inodoros TOTO acaba de presentar la moto ecológica definitiva, que no funciona con gasolina ni con motor eléctrico. En su lugar, la «Toilet Bike Neo» de TOTO funciona con biogás producido a partir de residuos ganaderos. TOTO, que técnicamente no es un fabricante de motocicletas, ha creado esta motocicleta propulsada por caca y rematada con un retrete para promover los esfuerzos medioambientales de TOTO.
[…] La moto puede recorrer hasta 300 kilómetros con un depósito de excrementos animales. El año pasado, TOTO llevó la moto en un viaje de 1400 kilómetros a través de Japón [desde Fukuoka hasta Tokio].
Inhabitat
Pasemos a la siguiente sala de exhibición.

El inodoro tradicional japonés (和式, washiki) es el inodoro que se usa en cuclillas. Se diferencia de los inodoros que se usan sentado tanto en su construcción como en su forma de empleo. […] El usuario se pone en cuclillas sobre el retrete, mirando hacia la tapa semiesférica, es decir, la pared de la parte trasera del retrete en la imagen de la derecha. Una cubeta poco profunda recoge los residuos, en lugar de una gran taza llena de agua como en los retretes occidentales. […] La descarga hace que el agua empuje los residuos de la cubeta a un depósito colector que se vacía, y los residuos se transportan al sistema de alcantarillado. […] Muchos inodoros japoneses tienen dos tipos de descarga: «pequeña» (小) y «grande» (大). La diferencia radica en la cantidad de agua utilizada. La primera es para la orina (en japonés 小便, literalmente «excreción pequeña») y la segunda para las heces (大便, «excreción grande»). […]
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Una pared de la sala tenía escrita toda una cronología que mostraba en qué año se fueron introduciendo cada una de las funcionalidades del Washlet:
- 1980. Lavado de trasero, secado, asiento calefaccionado.
- 1983. Lavado frontal (genitales femeninos).
- 1988. Ajuste de la posición de la boquilla, cierre suave del asiento del inodoro, limpieza por oscilaciones, sensor en el asiento, mando a distancia.
- 1992. Desodorización, limpieza por pulsaciones.
- 1995. Calefacción interior.
- 1999. Limpieza con tecnología Wonder-Wave (para ahorrar agua).
- 2003. Descarga automática, apertura y cierre automáticos del asiento y la tapa del inodoro.
- 2009. Mejora en la tecnología Wonder-Wave.
- 2011. Tecnología EWATER+ (la varilla se lava a sí misma periódicamente).
- 2012. Calefacción instantánea del asiento del inodoro, limpieza de la taza del inodoro.
- 2015. Desodorizante y esterilizante automáticos.
- 2017. Tecnología AIR-IN WONDER WAVE, que agrega aire en el agua para reducir la cantidad de litros de agua requeridos en una descarga.


A muchas japonesas les avergüenza la idea de ser oídas por los demás mientras orinan. Para disimular el sonido de las funciones corporales, muchas mujeres solían tirar continuamente de la cadena de los retretes públicos mientras los utilizaban, desperdiciando una gran cantidad de agua en el proceso. Como las campañas de persuasión no acabaron con esta práctica, en la década de 1980 se introdujo un dispositivo que, tras activarse, produce el sonido del agua de la cisterna sin necesidad de tirar realmente de la cadena. Una marca de Toto habitual es la Otohime (音姫, lit. «Princesa sonora»). En la actualidad, este dispositivo se instala de forma rutinaria en la mayoría de los nuevos aseos públicos […]. Cuando se activa, el dispositivo emite un fuerte sonido similar al de la descarga de un inodoro. […] Sin embargo, algunas mujeres creen que el Otohime suena artificial y prefieren utilizar una descarga continua del inodoro en lugar de la descarga grabada del Otohime.
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Tengo un montón de imágenes más que te podría compartir del museo, pero vamos a dejar aquí dado que también tengo muchas más del resto lo que hice en esta jornada, que también te quiero mostrar.
Antes de salir del museo pasé por el baño y por la tienda.
En el baño me encontré con uno de esos súper inodoros tope de gama que te había mostrado antes. Es decir que Toto no solo me permitió disfrutar de un fascinante museo de inodoros completamente gratuito, sino que además me permitió probar uno su inodoro más caro.


En la tienda del museo me encontré con este simpático libro que enseñaba a los niños a usar un inodoro:


Jamás habría pensado que iba a ser tan fascinante visitar un museo de inodoros y cosas del baño. Mis respetos para la compañía Toto por ser tan innovadora e importante en la vida diaria en Japón, y por poner a disposición este museo (y los millones de inodoros en baños públicos por todo Japón) de forma gratuita.
Desde el museo me tomé un par de trenes hasta el siguiente lugar que tenía planeado visitar, o mejor dicho la siguiente área de Kitakyūshū, llamada Moji.
A las 15:30 llegué a la estación de Mojikō, en Moji-ku.


Después de Kokura, Mojikō es probablemente la zona más popular para los turistas que vienen a Kitakyūshū. La razón tiene que ver con la arquitectura de los edificios, con un estilo renacentista típico de los edificios antiguos en Europa, pero que en Japón es bastante raro de ver.
Otro motivo por el cual la gente viene aquí es para probar la especialidad local: el yaki curry, una sustanciosa cazuela de curry cubierta de queso. Así que mi siguiente parada fue en un restorán cerca de la estación que vendía yaki curry.

Luego de almorzar continué mi caminata por la zona.

Descubrí que las llamadas «Poké Lids» tienen un sitio web oficial, donde puedes elegir una región de Japón y ver la posición exacta donde están ubicadas cada una de las alcantarillas de Pokémon que hay en esa región. Por ejemplo, estas son todas las Poké Lids que hay en la prefectura de Fukuoka (por alguna razón están todas en Kitakyūshū). Una pena que no supe de esto antes, porque por ejemplo estoy viendo que en Kagoshima hay una Poké Lids de Eevee (mi Pokémon favorito) y todas sus evoluciones. Podría haberlas visto cuando estuve en esa ciudad hace unos meses.



Desde Mojikō me fui caminando hasta la punta en el extremo norte de la prefectura de Fukuoka. Este punto resulta ser no solo un límite entre prefecturas sino también entre dos regiones de Japón: las islas de Kyūshū y de Honshū, separadas entre sí por el estrecho de Kanmon.

Este puente atraviesa el estrecho de Kanmon y une la ciudad de Kitakyūshū con la ciudad de Shimonoseki. Aunque también se podría decir que une la prefectura de Fukuoka con la prefectura de Yamaguchi, y la región de Kyūshū con la región de Honshū.
Ya que estaba tan cerca de esta otra prefectura de Japón que jamás había visitado, decidí atravesar el estrecho para ir a ver aunque sea una pequeña parte de la ciudad de Shimonoseki.
El tema es que este puente estaba hecho solo para los vehículos. Los peatones tenían otra forma distinta (y mucho más emocionante) de atravesar el estrecho: el Túnel Peatonal de Kanmon.
Conecta el estrecho de Kanmon y es un túnel submarino peatonal de 780 m de longitud.
[…]
A mitad del túnel hay un indicador de la frontera entre las prefecturas de Fukuoka y Yamaguchi; el túnel es famoso por ser un raro ejemplo de frontera prefectural submarina. En los vestíbulos de los ascensores a ambos lados del túnel peatonal se pueden conseguir dos sellos conmemorativos. […]
Visit Fukuoka Japan


A las 17:30 emergí desde el (túnel bajo el) mar por el lado de Yamaguchi. Ya era prácticamente de noche.
A partir de este momento fue cuando los planes que tenía cambiaron rotundamente. Mi idea original era ir a Yamaguchi, visitar el parque Hinoyama —el cual quedaba arriba de un monte cerca de la boca del túnel de Kanmon—, y finalmente volver por el túnel hacia Kitakyūshū.
El problema es que era de noche, así que la montaña obviamente no la iba a escalar, y el parque no iba a ser muy interesante para ver en la oscuridad de todas formas. Al parecer había un teleférico que te llevaba hasta lo alto de la montaña, pero por la hora sospechaba que ya estaría apagado.
No sabía qué hacer, así que entré a una tienda que había al lado de la boca del túnel, y le expliqué mi situación a la mujer que había en el mostrador. Le dije que venía de Kitakyūshū y quería saber si había algo interesante para ver o hacer por esta zona. También le pregunté por el parque arriba de la montaña.
Me explicó muy amablemente que el teleférico efectivamente no estaba funcionando, que era peligroso ir hasta allá de noche caminando pero que podía llegar en coche si tenía uno. Si no, como alternativa al parque ese, había un santuario sintoísta a un kilómetro y un parque de atracciones a dos kilómetros.
En un momento literalmente me pidió disculpas por el hecho de que no hubiese muchas cosas interesantes para ver o hacer dado que era un área más bien rural, sin medios de transporte ni atracciones turísticas. Entre eso y el hecho de que era de noche y de que iba a pie, parece que no había mucho que pudiera hacer.
Así que le agradecí por la información y seguí su consejo de irme a ver el santuario de Akama, y a lo mejor también el parque de atracciones Haikara’t Yokocho, todo caminando bordeando el estrecho de Kanmon, mientras llegaba a ver Kitakyūshū del lado de enfrente.




Finalmente llegué al parque de atracciones. Pero había algo extraño: no había nadie. Parecía que estaba cerrado, a pesar de que en mi aplicación de mapas figuraba abierto.



Tras dar una vuelta por el pequeño parque y confirmar que no había nadie y que todas las atracciones estaban cerradas, me puse a analizar qué era lo próximo que podía hacer.
Llegué a la conclusión de que tenía las siguientes tres opciones para volver a Kokura, que era donde había reservado el hotel para pasar la noche:
- Desandar todo lo que había andado a pie desde que me bajé en la estación Mojikō, para volver a esa estación y tomarme un tren desde allí hacia Kokura. Era un total de más o menos cinco kilómetros que tendría que volver a caminar, pasando por los mismos lugares que ya había pasado en la ida.
- Caminar medio kilómetro hasta el puerto para atravesar el estrecho marino mediante un ferry que me dejaría justo enfrente de la estación Mojikō.
- Caminar dos kilómetros más en la misma dirección en la que venía, hasta llegar a la estación ferroviaria de Shimonoseki, y desde allí coger un tren que me llevaría directo a Kokura.
¿Qué opción piensas que acabé escogiendo?
Terminé yendo por la tercera, dado que era la única que no involucraba tener que pasar por sitios que ya había visto, y la única que incluía lugares que aún no había visto, en particular el centro de la ciudad de Shimonoseki.
Así que hacia allá fui. En el camino pasé por una gran plaza que ocupaba toda una manzana.

De casualidad, cuando ya me estaba yendo de la plaza, me topé con una estatua de bronce, y a continuación con otra que estaba al lado, y finalmente con otra más. Todas eran de niños.



No sé qué tienen los japoneses con las estatuas de niños pero me encanta esto de encontrármelas sin falta en todas las ciudades que visito. No recuerdo haber estado en ninguna ciudad japonesa donde no me haya topado con por lo menos una de ellas.
Frente a la estación de Shimonoseki había un gran centro comercial llamado Seamall, así que me metí ahí a recorrerlo.




Licca-chan es a Japón lo que Barbie es al resto del mundo. Barbie nunca llegó a ser muy popular en Japón. Licca-chan es la muñeca más popular en Japón dado que, a diferencia de Barbie, tiene los rasgos kawaii que los japoneses tanto adoran.
Licca-chan (リカちゃん), cuyo nombre completo es Licca Kayama (香山リカ), es una popular serie de muñecas de juguete introducidas en Japón en los años 1967 por la compañía Takara. Esta muñeca es tan popular en Japón como lo es la Barbie en EE.UU. […]
Takara ha proporcionado una extensa historia de fondo para la muñeca Licca-chan, incluyendo una edad (11), donde asiste a la escuela, los nombres y ocupaciones de sus padres, y sus libros favoritos (Anne of Green Gables y A Little Princess). A Licca-chan también le gusta Doraemon.
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A las 19:30, mientras estaba recorriendo una tienda de electrónica apareció una persona de seguridad que me dijo que esta parte del centro comercial estaba cerrando, así que me tenía que ir hacia la parte que aún quedaba abierta que era el patio de comidas.
Como vi que no iba a poder recorrer todo el centro comercial como quería porque estaba en proceso de cierre, decidí dar por concluida mi jornada y ya ir a la estación para volverme hacia Kokura y al hotel.

Cuando me subí al tren y me senté en el asiento descubrí algo fantástico: ¡los asientos estaban calefaccionados! Tenían una rejilla bajo el asiento desde donde salía aire caliente, y mismo la parte de arriba estaba ligeramente cálida. Me sentí súper a gusto ahí sentado con la sutil brisa de aire caliente rozándome las piernas.
A las 20:15 llegué a la estación de Kokura.

A unos cien metros de la estación estaba mi hotel, el Hotel Relief, al cual me dirigí directamente no bien llegué a Kokura y ya no volví a salir hasta el día siguiente. Estaba exánime.


Por cierto, ¿llegas a notar el logo de TOTO en la última foto? Te dije que está por todos lados en Japón. No hay baño que no tenga este logo.
Ame,
Kato
Ahora sos un experto en inodoros!