Kara Ema:
Dos días en la tercera ciudad más grande de Francia y me pasé casi todo el primero recorriendo un parque…
A las 19:30 del sábado llegué a la Gare de Lyon-Part-Dieu. Apenas salí de la estación ya podía divisar mi hotel en la acera de enfrente. Fui directo hacia allá para hacer el checkin. No volví a salir hasta el día siguiente.
El domingo bajé a desayunar a las 8:45. Fue por lejos el mejor desayuno bufet que he tenido en un hotel desde que volví a Europa. Tenía croissants, pains au chocolat, madeleines, crêpes, mantequilla dulce, mantequilla salada, varios tipos de queso, varios tipos de pan, etc.
A las 10:15 salí del hotel y empecé a caminar hacia el norte, en dirección de un parque que estaba en mi lista de cosas a ver en Lyon.
Justo antes de llegar al parque pasé por un colegio secundario llamado Lycée du Parc, el cual tenía esta triste placa en una de las paredes externas:
En memoria de los niños del Lycée du Parc, deportados en 1943 y 1944 por haber nacido judíos, víctimas inocentes de la barbarie nazi, con la complicidad activa del gobierno de Vichy.
Fueron exterminados en los campos de exterminio. Más de 278 de estos niños vivían en la Metrópoli de Lyon. No los olvidemos nunca.
Traducción de lo que decía la placa
Visitar muchas ciudades europeas realmente te hace dar cuenta del alcance de los efectos atroces que tuvo el genocidio nazi. Miles y miles de monumentos, esculturas, placas, memoriales y tumbas hay actualmente esparcidos por toda Europa a causa del holocausto. Todas cosas que no deberían haber existido nunca.
A las 10:40 llegué al Parc de la Tête d’or.
El Parque de la Tête d’Or es un parque urbano de la ciudad de Lyon, uno de los más grandes de Francia, e incluye un jardín botánico. Obra de los hermanos Eugenio y Denis Bühler, el parque se abrió en 1857, aunque no estaba terminado. Es coetáneo del Central Park de Nueva York, pues fue creado el mismo año. A lo largo del tiempo, ha sido enriquecido con muchos edificios, como los grandes invernaderos de 1865, el velódromo, la cabaña del guardia y la casa de campo de 1894, el vallado de 1896, los invernaderos de colección de 1899, el monumento a los muertos de la Isla de los Cisnes de entre 1914 y 1930 o incluso la nueva Rosaleda de entre 1961 y 1964. Actualmente el parque está gestionado por la ciudad de Lyon y es el verdadero pulmón de la ciudad. Dispone de 117 hectáreas en una gran extensión natural en el corazón de la ciudad. Podemos acceder a él por ocho entradas, la última se inauguró en 2009, a la altura de la explanada de la Cité Internationale. En el parque se organizan multitud de eventos, como películas, teatros, exposiciones, que hacen de este lugar un sitio único para la cultura lyonesa.
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Lo que más me impresionó no fue el tamaño del parque —he ido a parques más grandes, como el Tiergarten de Berlín— sino la cantidad de cosas que había para hacer y ver dentro de él. Cosas como un zoológico y un jardín botánico, ambos 100% libres y gratuitos.
Todas estas cosas hicieron que me visita al parque terminara durando mucho más de lo que pronosticaba que iba a estar ahí, al punto de no llegar a hacer muchas otras cosas más de mi lista, las cuales quedarán todas para mi segundo día.
Apenas entré al parque lo primero que noté fueron varios serres (invernaderos).
Después de recorrer esta parte del jardín botánico, caminé un largo trecho hasta la Porte des Enfants du Rhône, la entrada principal del parque en su extremo oeste (yo había entrado por el extremo sur).
Desde ahí comencé a volver hacia el este, pero por un camino un poco más al norte del que había tomado antes, para irlo viendo todo poco a poco.
Allí fue cuando me di cuenta de que todavía había una parte importante del jardín botánico que no había visto, incluyendo un invernadero más.
Cuando estaba saliendo del jardín botánico me crucé con un grupo de Girl Scouts.
Luego del jardín botánico me tocaba visitar el zoológico.
Más tarde pasé cerca del enorme lago que está en el medio del parque.
Les hommes naissent et demeurent libres et égaux en droits. Les distinctions sociales ne peuvent être fondées que sur l’utilité commune.
[Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos. Las distinciones sociales solo pueden basarse en el bien común.]
Artículo 1 de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano
Más adelante pasé por un túnel que me llevó hasta la Isla del Recuerdo (Île du Souvenir), en el medio del lago del parque.
El monumento Île du Souvenir es un monumento de guerra dedicado a las víctimas de la Primera Guerra Mundial situado en la Île du Souvenir, en el Parc de la Tête-d’Or en Lyon, Francia.
Fue diseñado por el arquitecto Tony Garnier. Los escultores Jean-Baptiste Larrivé (cenotafio), Louis Bertola (bajorrelieves de Le Départ y La Guerre) y Claude Grange (bajorrelieves de La Paix y La Victoire) también contribuyeron a la obra.
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A las 14:30 finalmente me fui del parque, unas cuatro horas después de haber entrado.
Tenía hambre así que me primera misión al salir fue buscar un sitio para almorzar. Lo encontré en Taco’s Factory, donde me pedí un taco de cordon bleu, unas papas fritas con salsa curry, y una lata de té helado sabor pêche (durazno).
Los tacos franceses son lo más. Como me gustaría poder conseguirlos en Japón. Estaba ansiando poder volver a degustar uno.
Los tacos franceses (en francés: tacos français) también conocidos como tacos de Lyon (en francés: tacos lyonnais) o matelas (en francés: colchón) son un plato de comida rápida que suele consistir en una tortilla de harina asada y doblada alrededor de un relleno de patatas fritas, queso y carne, entre otros ingredientes de charcutería. Más parecido a un burrito que a un taco, y que se inspira en la cocina mexicana, se originó en la región de Auvernia-Ródano-Alpes en Francia a principios de la década de 2000, antes de hacerse popular entre los adolescentes y jóvenes de toda Francia y del extranjero.
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Un pequeño truco bueno a saber sobre los restoranes franceses (y creo que funciona en otros países de Europa, aunque solo lo he probado en Francia). Si pides «une carafe d’eau s’il vous plaît» («una jarra de agua por favor») te van a traer una jarra con agua de grifo, la cual no te cobran y puedes volver a pedir las veces que quieras. Si solo dices «un agua por favor», lo más probable es que te traigan un agua embotellada, la cual sí te van a cobrar.
Después de almorzar me fui a ver lo siguiente en mi lista: le Mur des Canuts.
Se trataba de un muro pintado sobre la pared de un edificio, de 1200 m², representando el ambiente y la vida del barrio lionés donde estaba.
Me acabo de dar cuenta de que la niña esa parecería ser el único personaje de todo el fresco que rompe la cuarta pared, es decir que mira hacia adelante, a la persona que está observando la pintura. Incluso te sonríe como si estuviese posando para una foto.
En este momento mi teléfono me defraudó y básicamente me arruinó todos los planes para el resto de la jornada. Mi plan era tachar un par de cosas más de la lista antes de volver al hotel, para no tener tanto para ver el día siguiente. Pero justo cuando terminé de fotografiar el muro mi teléfono se quedó sin batería.
Siempre llevo conmigo un cargador portátil, pero hoy por alguna razón no quería cargar. Estoy casi seguro de que esa razón fue porque hacía muchísimo calor (más de 30ºC), con lo cual para que el teléfono no se sobrecalentara la carga se hacía a una menor potencia, y eso generaba que cargara súper lento o directamente no cargara ni tampoco descargara, sino que se quedara permanentemente al mismo nivel de carga.
Sin el teléfono no iba a poder hacer fotos e incluso corría el riesgo de no saber cómo regresar al hotel, así que decidí terminar la recorrida un poco antes de lo que había previsto.
A las 17:30 llegué al hotel.
Ame,
Kato
Zarpado parque! Y el zoológico! Y menos mal que llegaste al hotel!! Jajaja