Kara Ema:
El lunes a las 12:00 salí del hotel con Daiyu, la hongkonesa. Fuimos a almorzar a un lugar muy interesante que ella había descubierto, llamado Cococart & CocoCafe.

Para tomar Daiyu se pidió un capuchino caliente y yo un café vietnamita frío. Luego para comer pedimos todo lo siguiente para compartir entre los dos:
- Khao suey birmano (incluía curry de coco y fideos soba)
- Sándwich de baguette con champiñones a la barbacoa
- Éclair cubierto de chocolate y relleno de dulce de leche (!!)
- Triángulo de hojaldre relleno de paneer (queso indio)



Todo esto nos costó unos ₹1300 (~13€), los cuales pagué yo con mi tarjeta y Daiyu me dio la mitad en efectivo.
El chocolate que vendía esta tienda también se veía bastante bien. Nos ofrecieron algunos pedazos para probar. Daiyu dijo que seguramente volvería otro día para comprar.

Cerca de las 15:00 empezamos a caminar en dirección sur, hacia el barrio más austral de Bombay llamado Colaba.


Media hora de caminata más tarde pasamos por un quiosco a comprarnos una botella de agua. Justo al lado del quiosco había un estrecho pasaje que conectaba la calle con callejón oscuro. Le pedí a Daiyu que me acompañara a explorarlo. Resultó ser la entrada a una pequeña zona de chabolas. Los niños que estaban jugando en la calle nos recibieron enseguida con sonrisas y preguntas tales como «qué hacen por aquí» y «a dónde estaban yendo».


El mehndi es una forma de decoración temporal de la piel que utiliza una pasta creada con henna. En Occidente, el mehndi se conoce comúnmente como tatuaje de henna, aunque no es un tatuaje permanente.
El mehndi es una forma popular de arte corporal en el sur de Asia y se asemeja a tradiciones de henna similares a las del arte corporal que se encuentran en el norte de África, África Oriental y Oriente Medio. Hay muchos nombres diferentes para el mehndi en los idiomas del sur de Asia.
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Una cosa que me sorprendió y alegró bastante fue que casi todos estos niños tenían el suficiente nivel de inglés como para poder comunicarse con nosotros. En mis viajes por Asia he visitado muchas zonas de chabolas e interactuado con muchos niños de allí, pero esta era la primera vez que me encontraba niños con quienes podía mantener una conversación en inglés. Parece que las escuelas públicas indias hacen un buen trabajo enseñando este idioma.

Estuvimos alrededor de media hora charlando y jugando con los niños en ese callejón. Cuando nos fuimos y volvimos a la calle, habremos hecho unos treinta pasos hasta que tres de los niños nos alcanzaron y nos dijeron que nos llevarían a ver el mar.


Nos despedimos de los niños una vez más y continuamos nuestro paseo.
No tardamos en caer en otra zona de chabolas, esta vez mucho más grande: los barrios bajos de Colaba. Era como un gran laberinto de callejones y chabolas.






La tómbola es un juego de feria que consiste en obtener todos los números en un cartón o papeleta previamente repartido que el dependiente, o feriante va cantando, a modo de bingo. Después si resulta que posee todos los números en su papeleta, se recompensa al jugador con un regalo o premio, que suele ir, dependiendo del número de acumulaciones de puntos, desde peluches a objetos del hogar, pasando por bicicletas, pequeños electrodomésticos y juguetes varios.
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El críquet es el deporte más popular de la India. Se juega en casi todo el país. La Junta de Control de Críquet de la India es el órgano rector del críquet indio y dirige todos los torneos nacionales y selecciona a los jugadores de la selección nacional de críquet de la India y de la selección nacional femenina de críquet de la India.
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Podríamos habernos adentrado mucho más, pero cuando vimos esta calle que nos llevaba a la salida decidimos que ya habíamos visto suficiente y nos fuimos para seguir recorriendo Colaba.
Además de tener una zona de chabolas importante, Colaba también cuenta con un montón de zonas militares, incluyendo de la marina y la fuerza aérea indias.


Los niños nos preguntaron a dónde íbamos y en qué parte de Bombay nos estábamos quedando. Cuando les dijimos que cerca de Crawford Market, nos indicaron que podíamos volver en autobús tomándonos la línea 11.
A las 18:00 fuimos a la parada de autobús

El 139 pasaba a cada rato, pero el 11 no lo vimos pasar nunca. Estuvimos alrededor de media hora esperando hasta que finalmente decidimos levantarnos y empezar a volver a pie.




Esta biblioteca parecía ser muy bonita, pero por desgracia no era de acceso libre y gratuito como las bibliotecas de los países nórdicos, así que solo pude tomar esta foto desde la calle.
Cuando ya estábamos cerca de nuestro hotel pasamos por un 7-Eleven.

En mis viajes por el Sudeste Asiático visitaba tiendas de 7-Eleven constantemente, sobre todo en Bangkok donde hay uno cada 100 metros más o menos. La India casi que no tiene tiendas de conveniencia de este estilo. Mismo los supermercados son difíciles de encontrar.
En 7-Eleven me compré una botella de agua grande, un helado, un wrap de pollo picante, y unos bastones de queso también picantes. En total gasté ₹270 (~3€). El helado me lo tomé allí mismo, mientras que todo lo demás me lo llevé al hotel para comer de cena.
A eso de las 20:00 regresamos al hotel.
Así concluyó mi última jornada en Bombay.
Ame,
Kato
Claro, India era una gran colonia Inglesa!