Vacaciones de verano: julio en Bretaña

Kara Ema:

Désolé de no haberte escrito por dos semanas; es que fueron unos días realmente intensos y caóticos, y me ha costado encontrar el tiempo para sentarme a solas tranquilo a escribir.

Hasta hace poco, la gran mayoría de las veces Charlotte y yo estábamos solo con Sarah, mientras que sus hermanas Juliette y Camille se la pasaban con el padre. Por eso es que en mis cartas te venía hablando casi siempre de Sarah, y casi nada de las otras dos pequeñas. Bueno, eso este mes se va a revertir. Hemos tenido a las tres hermanas juntas desde hace justamente dos semanas —entenderás ahora un poco a qué iba con lo de «días intensos y caóticos»—, pero Sarah partió esta madrugada a un campo juvenil de verano, donde va a quedarse el resto del mes haciendo infinidad de actividades lúdicas junto a otros niños, como visitar los parques de Disneyland Paris, entre varios otros lugares.

Te cuento además que ya no estamos más en el sur de Francia (región PACA), sino que nos mudamos para la región de Bretaña, ubicada al oeste del Hexágono. Nos vinimos a pasar todo el mes de julio aquí con las niñas —que están de vacaciones—, a la casa de sus abuelos, es decir los padres de Charlotte. Llegamos en avión el domingo pasado.

Me encanta el ambiente aquí; es súper diferente de lo que venía viviendo en Costa Azul. Mucho más campestre, más tranquilo—y eso que por donde estábamos en Costa Azul ya de por sí era tranquilo. El clima también es completamente distinto: bastante más fresco, frecuentemente nublado y con bruines (lloviznas) ocasionales, mientras que en PACA había sol casi todos los días y ni rastro de lluvias. El tren, las montañas y el sol fueron reemplazados por el tranvía, los campos y las nubes. Las playas, los castillos y los faros fueron reemplazados por otras playas, castillos y faros. Estuve probando algunas especialidades culinarias típicas de esta región, tales como los crêpes y la mantequilla salada. Otra cosa interesante es que en Bretaña aparte de hablarse francés también se habla bretón, una lengua céltica, entonces todos los carteles en la calle y los productos del supermercado tienen todo escrito en ambos idiomas.

Finalmente quería contarte brevemente algunas de las actividades que estuvimos haciendo esta semana desde que llegamos. El lunes nos tomamos el teleférico para cruzar el río y fuimos a hacer escalada en bloque (bouldering) con todos los chicos (las tres niñas y sus dos primos que vinieron a quedarse toda la semana también en lo de sus abuelos). El martes fuimos al río a pescar con redes de pesca y baldes; pescamos cangrejos, camarones, anguilas y góbidos, y luego los devolvimos todos al agua. El miércoles fuimos a la playa a hacer kayak. El jueves le festejamos el cumpleaños de 10 a Camille (técnicamente ya había cumplido hacía un mes, pero le hicimos un nuevo festejo esta vez con toda la familia: abuelos, bisabuela, tío, primos y hermanas). Y hoy viernes fuimos a jugar a los juegos del parque.

¡Kenavo (adiós en bretón) y hasta la próxima carta!

Ame,
Kato